domingo, 30 de septiembre de 2012

Water, Capítulo 25


                                                                     Aurora.
Estaba sumamente emocionada, en cuanto terminé de leer la nota fui a bañarme, a prepararme el cabello y a vestirme. 
Me puse un vestido no muy ostentoso color Violeta con unos zapatos de bailarina negros. Dejé mi cabello suelto, como normalmente me lo pongo. 
Agarré mi bolso (con lo común, brillo labial, un poco de dinero por aquello de los casos y mi teléfono celular.) y corrí hacia la salida.
-Jovencita, ¿A donde vas?- Dijo mamá desde la cocina. 
¡Mierda! Tal vez mamá no me dejaría salir. 
-A una cita
Mamá salió de la cocina y se paró detrás de mí. 
-Una cita... ¿Con quien?
-Mamá.. - Me volteé hacia ella- Con Bruno. 
-Wow! Es.. Fantástico, tu primera cita. Ya, vete. No vayas a llegar tarde. - Me dió un beso en la coronilla.
-Vale mamá, hasta mas tarde. - Salí. 

Hacía mucho aire, estaba en la estación mirando a todos lados. Bruno no estaba.
Había preguntado por él pero nada. Verifiqué la hora pero todavía era temprano. 
Caminé hacia las vías del tren y ahí estaba. Parado viendo las vías del tren con un ramo de rosas color turquesa. 
-Bruno! - Grité. 
El me miró y corrió hacia mí. Cuando llegó a mí me acarició la mejilla y me miró fijamente. 
-Hola- Dijo.
-Te estaba buscando, llegué hace como media hora. 
-Diablos, se me olvidó ponerte en donde estaría. - Me dio las flores. 
-Son preciosas, gracias. 
-Bien, ahora sí a la sorpresa. - Me tomó de la mano y caminamos hacia el estacionamiento. Ahí nos subimos a su carro. 
Yo ajusté el volumen del radio y lo miré. 
-¿A donde vamos? 
-Es una sorpresa. 
-Dime, cuando lleguemos fingiré sorpresa- Supliqué. Miré por la ventana y ví el letrero de Vuelva pronto! De Bakersfield. 
-No. Se paciente. 
-Bien - Dije y rodé los ojos. 
Como media hora después el entró a la vereda de mi prado. Apagó el carro y se bajó. Abrió mi puerta.
-Créeme, casi no encuentro este hermoso prado. - Dijo. 
Dejé las flores en el asiento y me bajé del carro.
Caminamos por el caminito que yo hice hace unos años hasta llegar a la colina. 
Ahí había una manta llena de pétalos de rosa , junto con platos y una linda canastita. También había unas pequeñas bocinas y un iPod conectado a ellas. 
-No es todo... - Dijo mientras caminábamos hacia ahí. 
-A mí todo esto me parece perfecto. - Dije.
Nos sentamos en los pétalos, cosa que me dio lastima ya que era precioso. Se sentía tan cómodo...
El sacó una cajita y la abrió mostrándome su contenido. 
Era un precioso anillo plateado, muy sencillo con unas aplicaciones de diamante en frente. 
-Es de Oro bañado en Plata y con aplicaciones de diamantes. Tómalo como un regalo, no creas que es un compromiso ni nada de eso. ¿Puedo? - Dijo mirando mi mano. 
-Es.. Precioso. Claro. -Extendí mi mano y el deslizó el anillo en mi dedo corazón. 
Lo admiré mirando cada parte de el anillo, cuando vi en la parte de abajo unas letras pequeñas.
Lo acerqué para ver que decía. 
4 letras, un gran significado. YANA. You are not alone.
-Bruno.. -No me salían las palabras. - Es fantástico, gracias. Muchísimas gracias.
-Sabía que te gustaría. 
Me dí cuenta que ya era el atardecer. Estaba precioso. 
-El final de otro día, que hermoso crepúsculo. - Dijo.
-Tienes toda la razón, es precioso.
En cuestión de segundo estábamos juntos, viendo el atardecer. Abrazados. 
-Fue una linda sorpresa, Bruno. 
Entonces me decidí, el siempre me había dado los besos. Seguía yo, de darle la sorpresa. 
Me hinqué enfrente de él, tomé su rostro con dulzura y lo besé.
Abrió los ojos como platos, pero después se dejó llevar y me regresó el beso. 

                                                                                                                                      ~LizzieG. 

Water, Capítulo 24.


                                                                                                     Aurora. 
Tal vez Phaoula me va a llamar deserebrada por haber peronado a Bruno, pero de igual manera estoy enamorada y uno perdona todo. Bueno, tal vez no todo. 
-Aurora, ¿Podemos hablar un segundo? - Me dijo Akemi cuando salí de clase. 
-Sí, dime. 
- Sé que te accidentaste por lo que viste cuando fuiste a mi casa hace unos meses. 
-No tenemos que hablar sobre eso. 
-Pero yo quiero hablar sobre eso. Quiero decirte que no tienes nungún derecho de decirle a la gente, yo ya lo he superado. 
-Yo no le he dicho a nadie.
-No? 
-Por supuesto que no Akemi, nunca llegaría a hacerlo. Sé que nunca hablamos de esto y que ya no somos buenas amigas, pero ovio que no lo diría, yo no llegaría a eso. 
-Pues yo creí... 
-Pues lo que hayas creído. Esto es un secreto. 
La tomé de las muñecas, que siempre ella traía pulseras anchas. Se las quité y dejé al descubierto cicatrizes, algunas ya viejas tono piel y otras con un rosa feo, que se veía que hacía poco se las había hecho. 
Ella rápido quitó las manos y se puso las pulseras. 
-No que lo habías superado, Akemi? 
Volteó la cara. 
-Akemi, nesecitas ayuda. Te lo digo por que aunque ya no seamos amigas es lo que yo siento por tí y aún así me preocupas. 
-Es cosa que atí no te importa. 
-Claro que me importa. Puedes confiar en mí. ¿Por qué lo haces? 
-Ya te dije, no te importa en lo absoluto. 
-Bien, no me cuentes, pero vé a un especialista o por lo menos vé con La consejera escolar. 
-No, ya déjame en paz.
-Tu eres la que querías hablar! 
-Pues ya no quier hablar. - Se dió la vuelta y caminó por el pasillo. 
Noté que todos nos estaban viendo y temí que hubieran escuchado la plática. Me puse el gorro de mi sudadera aunque me estubiera muriendo de calor y me dirigí a el comedor para encontrarme con Pahoula. 
Por fortuna ahí estaba sentada pero hablando con Bruno. Cosa que se me hizo extraña y lo único que pense de lo que estubieran hablando fué: 
Problemas. 
-Pasa algo?- Dije cuando me senté. 
-No, solo que Bruno quiere que hagamos las paces. 
Bruno me volteó a ver y asintió. 
-Bien, pues hagan las paces. 
-Por supuesto que no. De que tú lo hayas perdonado no significa que y tambien lo tenga que hacer. 
Me reí. 
-Pero podemos hablarnos sin ser cortantes ? - Dijo Bruno. 
-Tal vez.
-Bueno, Cambiando de tema. Acabo de hablar con Akemi. 
-Que barbaridades te dijo para romperle la estupida cara de Barbie desfigurada que tiene. - Dijo Pahula. 
Bruno se le quedó viendo con cara de estupefacción. 
-No me dijo barabridades, me dijo que quería hablar conmigo y yo asenti. Me dijo algunas cosas y pues yo le respondí amablemente. Ella me dijo. No, no les puedo contar. Pero no se la verdad que hacer- Dije mirando a Bruno. 
-Pues que se ayude ella solita. - Dijo Paoula. 
Bruno sacó un cuaderno de su mochila y empezó a garabatear algo. 
-Es que es tremenamete grave. - Dije. 
-¿Quien es Peeta? - Dijo Bruno derrepente. 
Phaoula y yo nos reímos al unísono. 
-Peeta es un personaje de los Juegos del Hambre. - Dije. 
-Ah, con que un personaje UH? 
-Sí, y esta guapisimo. - Dijo Phaoula
Bruno arrancó la hoja y la dobló. 
-Bien. Pues tengo que leer esos libros para ver que tan atractivo es ese Peeta. 
-Te lo podría prestar.- Dijo Phaoula. 
Bruno me entregó la hoja. 
-Claro Phaoula. - Dijo 
-Pero no quiero. - Dijo Phaoula con una grande sonrisa. 
-Está bien, lo compraré. 
Estaba apunto de abrir la hoja cuando Bruno me detubo. 
-No. Abrela cuando estés en tu casa. 
-Bien, pero me mata la curiosidad. 
Bruno se ofreció a traeme a casa. Yo le dí las gracias y me bajé buscando la nota que me entregó. 
Cuando por fin la encontré la abrí me tiré en el sillón. 
     Aurora, te tengo una sorpresa muy grande. Demasiado grande, bueno tal vez no tan grande. El punto es que si quieres acompañarme a esta sorpresa que te tengo, si tienes ganas de ir, te estaré esperando en la estación del tren. Sí lo sé, es muy dramático y no creas que vamos a irnos en tren. Si no vas, te entenderé (otra vez mi frase dramatica). 
                                                                                                              Te quiere, Bruno S. 
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Y Peeta vuelve.. Bueno, yo no tengo la culpa que la autora de THG lo haya descrito tan guapo y me haya deslumbrado en ese tiempo... Sinceramente, me quedo con mi Cullen y mi Grey. Mi amiga D. te lo he dejado, se que lo amas, y si, e guapísimo  pero para gustos los colores. :B
Siento no publicar soy una malota xd los lunes, pero me pongo a hacer la tarea y para mí, los lunes son muy pesados. :( 
Prometo publicar todos los lunes ;) 
                                                                                                                                    LizzieG. la malota.xd 

jueves, 27 de septiembre de 2012

Reseña: I'd Tell You I Love You But Then I'd Have To Kill You, Ally Carter.

I'd Tell You I Love You
But Then I'd Have To Kill You.
Las Chicas Gallagher.
Ally Carter.

La  Academia Gallagher para jóvenes mujeres excepcionales, es un típico colegio de sólo chicas. Es decir, si todos los colegios enseñan artes marciales en educación física, lo último de la guerra química en ciencias, y las estudiantes ganan crédito extras por romper las computadoras de clase de códigos  de la CIA. Así que, la Academia Gallagher podría ser una escuela para genios. Pero es una escuela para espías.










Así que yo nunca había leído un libro sobre espías y no estaba demasiado segura acerca de sí leer este libro, que ni crean que voy a andar presumiendo humillando  mi pobre inglés diciendo tooodo el nombre completo. ¿Quién le manda hacer nombres tan largos? Se va a quedar en Las Chicas Gallagher, para que se le quite.

   La historia se basa en Cammie, quién es un Camaleón. Es un término que usa para definirse a sí misma porque su especialidad es mezclarse entre las personas. Es decir, si ella no quiere ser notada, no lo es. Es un camaleón. Ella puede pasar frente a tus narices y tú nada. Pero una noche Cammie La Espía  está en una misión dónde no debe ser notada, y ella está por ahí paseándose como si nada porque es un Camaleón. Pero alguien la nota. Un chico. Y Cammie no puede evitar caer rendidita a sus pies.

  Que sí, había visto este libro antes pero no me llamaba la atención. Pero como yo siempre tengo que estar leyendo, sí o sí, agarré este porque lo había encontrado en Scribd. La verdad es que es un libro muy cortito, muy ligero. Que bien, no es un libro para hacer mucho alboroto pero entretiene mucho, y a mí en lo personal me traía bien emocionada mientras lo estaba leyendo.
   Me ha gustado la forma en que está escrita, que bien si me perdí algunas veces eran realmente por la traducción, no creo que haya sido por el libro. Y la historia es genial. No me había leído ningún libro sobre espías pero creo que este ha sido un principio con  muy buen sabor de boca. Los personajes, también. Principalmente, Cam no es ni el tipo de chica que está perdida no voy a decir nombres no voy a decir nombres no voy a decir nombres  ni tampoco el tipo de chicas que son la maravilla de personajes no voy a decir nombres no voy a decir Katniss  . Es más bien una chica común y corriente... Excepto que es una espía que sabe más de catorce idiomas, que sabe matar a un hombre con espaguetti crudo y que su madre es la directora de una institución de super chicas espías super poderosas. Pero dentro de todo eso todavía tiene quince años y se preocupa por salir con Josh, quién es una monada. Que sí, no es el personaje también más ilustrativo ya, que creo que acabo de inventar esa palabra  ni el más romántico, pero es mi nuevo novio. Aunque lo engaño con Loki, así que no le digan nada. 
   Creo que la razón por la cuál me ha gustado tanto es que no carga con mucho de un tema. Tiene un poco de romance, un poco de acción, un poco de enseñanza El de no abandones a tu amiga por un chico  y un poco o un mucho  de la vida de los espías. Me ha parecido muy interesante ésta última. 
  Es un libro ligero, muy entretenido para leer cuando no tengas otra cosa que leer Como sagas, ya ves que te hacen pasar por cualquier cosa los muy desgraciados
Aunque sí. Es una saga. ¬¬' 
  De cualquier manera, me leeré la segunda parte porque quiero saber qué pasa después, ya que nos corta un poco en este primer libro.


  Saludos, Sthep S.

martes, 25 de septiembre de 2012

Otro Sorteo en Spread My Wings

 Ya sé.  Esta chica no se cansa de hacer concursos y que bueno, madre mía, quiero este libro taaaanto 

Es internacional, en inglés, y pueden ver las bases aquí:

                                    AQUI










Besos,
Sthep S.
Y que la suerte esté siempre de su lado XD

Mine, capítulo 43.


Mine, capítulo 43. "Fácil y Correcto".

Mis botas vaqueras (Regalo de Luce de hace dos años, en un intento porque me vea mejor) suenan por el pasillo del hospital mientras avanzo dando zancadas. Mi pelo recogido en un moño a lo alto de mi cabeza empieza a desmoronarse. Mi rostro no tiene maquillaje. Me empiezan a lagrimear los ojos. Esto pasa cuando me levanta el sonido del teléfono y mi madre suena por la otra línea histérica cuando estoy tomando una siesta. Solo tuve tiempo para agarrar mi bolso y marcharme.
  --¿Qué sucede?--Grito, cuando estoy a unos metros de ella.
Está sentada en una silla azul incómoda de hospital, con las piernas cruzadas. Parece muy tranquila.
Unas enfermeras me miran con cara de "Callate", pero las mando al carajo.
--Hola, cariño.
Me paro en frente de ella. Me inclino un poco hacia el frente.
--¿Qué...? ¿Qué pasó? Hace quince minutos estabas histérica en el teléfono.
Ella me señala el asiento a su lado.
--Siéntate.
La miro, confusa.
--Vamos, Lena.
Aturdida, aliso mi vestido blanco que me llega un poco más arriba de las rodillas, toqueteo mi bolso y me siento, y doblo las piernas como ella, pero no hay nada elegante en mí.
--¿Mamá?
--Estuve pensando...--Murmura.
--¿Qué estuviste...? ¡Ya, dime! ¿Quién murió? ¿Porqué me llamaste histérica para venir a un hospital? ¿Y porqué luces tan calmada? ¡Me has metido un susto de muerte!
Agita la cabeza.
--Siento eso, cariño. Es sólo que tenía que hacerte venir.
--¿Tenías que hacerme venir?--Recalco.
Asiente.
--No encontraba otra manera.
--¿Para qué?
Pero ella no me contesta, ya que una doctora se para en frente de ella, a unos metros y le dice que está listo.
¿Qué está listo?
--Gracias--Dice mamá, y se para.
Me paro a su tiempo.
--¿Qué está listo?
Se da la vuelta, pero toma mi mano, empujándome con ella mientras camina.
--Tienes que verlo.
Casi me tropiezo con mis botas mientras camino.
--¿Ver qué?
--A tu padre.
Freno en seco. Se me cae el bolso y me toma unos segundos de más agacharme por ellos.
--¿Qué?
--Ya te lo dije.
--Mamá.
Ella suspira y me empuja hacia otra puerta donde hay una persona en un escritorio. Saca su cartera.
--Quiere verte.
Me pongo en jarras.
--Pero yo no quiero verlo a él.
Mamá no me hace caso y saca una credencial. Se la da a la muchacha pelirroja que está sentada en la mesa.
--¿Lena Bailey?--Dice, mirándo de mi madre a mí.
La miro.
--Soy yo...
Entonces entiendo que mi madre le ha dado mi credencial. Me giro hacia ella.
--¿Robaste mi credencial? ¿Qué pretendes?
--Hacer lo correcto.
--¡Pero no es lo correcto!
--¡Sí lo es!
Mi madre toma mi mano y me jala hacia los elevadores. Me mete en ellos, aunque yo hago todo lo posible para librarme. Mi chongo finalmente se deshace y la liga cae sobre mis hombro. La tomo furiosa, y miro a mi madre, con lágrimas de furia en mis ojos.
--¿Porqué me estás haciendo esto?--Le chillo.
Ella aprieta un botón en el elevador.
--¿Y cómo sabes exactamente a dónde ir? ¿Lo has venido a visitar antes? ¿Cómo me haces esto?
Como una niña chiquita doy una patada al piso del elevador.
--Estoy haciendo esto porque te quiero. Necesitan hablar. Esto ha estado carcomiendote por años. ¿Qué crees que no me he dado cuenta?
 Pongo las manos en mi cuello, porque no sé qué decir.
 Sólo quiero marcharme.
Entraré en pánico en cualquier momento.
--¿Qué esperas de mí?
--Que hables con él.
El elevador se abre.
--Nunca te perdonaré esto--Murmuro, con la esperanza de que mis palabras la hagan retroceder.
Sin embargo ella suspira hondo, y dice:
--Lo sé.
Me toma del brazo y me saca del elevador.
Me aferro al suelo del pasillo y me quedo clavada allí.
Hay unas cuantas personas en el pasillo, esperando para ir a las habitaciones de los enfermos. Algunos me miran, pero yo estoy perdiendo mi mente lo suficiente como para no devolverles la mirada.
--No hagas esto--Suplico, con mi voz ronca.
--Lena.
--¡Arruinarás mi vida!
De acuerdo, el pánico ya está llegando.
--¡Mamá! Por favor, por favor, por favor...
--Cariño, por favor, tú.
--¡No!
Me encojo y me siento en una silla. Pienso que ella me va a obligar a levantarme, pero en cambio se sienta a mi lado. Suspira. Pone una mano en mi pierna.
--Esto es traición--Rezongo.
Acaricia mi pelo.
--Sólo habla con él.
--No puedo.
--Sólo tienes que intentarlo.
--No puedo--Rezongo de vuelta.
--Vas a entrar allí e intentarás hacerlo bien--Dice, finalmente.
Pero me niego.
--No puedo.
Ella señala una puerta a unos metros de distancia.
--Estaré esperando aquí.
Pero no me muevo.
--No nos iremos hasta que lo hagas. Y vendremos el día siguiente, y el siguiente, y el siguiente. Hasta que lo hagas.
Cubro mi rostro con  mis manos.
--Es demasiado--Chillo, bajito.
--Sé que podrás manejarlo.
--No lo comprendes, no puedo.
--Sí lo puedes.
Me da una palmada en la espalda y me hace levantarme. Miro la habitación. 189.
 El número del infierno.
Parpadeo.
Siento la necesidad de correr.
 Escucho a mamá contestar el teléfono y alejarse unos cuantos pasos.
 Y escucho también una voz a mi espalda, chillona.
--¿Porqué no puedo hablar con ella? ¡Si ya está aquí!
--Te digo que no--Rezonga otra persona--Hazme caso.
La niña de la voz chillona rezonga. Cuando me doy la vuelta para ver, Oliver está medio jalando a Cariba a la otra dirección, pero Cariba se queda clavada en el suelo.
 Cuando siente mi mirada, se queda mirándome fijamente. Oliver también me mira. Y la jala lejos de mí.
¿Tal vez ha cambiado su opinión y no quiere que me acerque a su hermana?
 Yo también me quedo mirando a la niña. Y simplemente ya no puedo apartar mi vista, porque no he tomado una decisión; Si aparto la vista de la niña, la ignoraría. En otras palabras, lo tomaría como rechazo. Si la saludo, entonces sería aceptarla. Pero sí me quedo mirándola, sólo lo estoy aplazando.  
  Así que sí, me quedo mirándola, esperando que se me prenda el foco para decidir qué hacer.
--Hola--Murmura la niña.
Miro a mamá, que está por allá contestando una llamada, ignorando que su hija está en un aprieto.
Considero sonreír e irme, fingir que no ha pasado, pero...
  Es suficiente.
Tengo que enfrentarlo.
Ya no puedo esconderme.
Suspiro, mientras veo como la niña mira hacia arriba, hacia mi cara, retorciendose esa falda brillosa que parece ser su favorita.
Luce adorable.
--Hola.
La nena se pone más nerviosa aún. Se pone roja y empieza a retorcerse la falda un poco más. Oliver la toma del brazo.
--Vas a llegar tarde.
Ella se gira hacia él, repentinamente enojada.
--¡No importa, voy todos los días, no se hace nada!
Él aprieta la mandíbula.
--Te suspenderán.
--¿Vas a clases por las tardes?--Le pregunto, con una voz suave.
Ella asiente, nerviosa.
--De ballet, está como a tres cuadras de aquí.
Se empieza a mover de un lado a otro, mientras me mira, como si fuera una especia de show. Sonrío.
  Es completamente adorable.
Oliver le toma de la mano. Lo miro.
--Está bien, Oliver--Digo.
Parece sorprendido. Vacila.
--¿Está bien, qué?
--No tienen que marcharse.
Vacila de nuevo.
--¿Segura?
Asiento. Pero luego agrego:
--No en verdad, pero no lo puedo seguir aplazando.
Duda de nuevo, pero al final se queda atrás de Cariba, viéndome. Y Cariba no deja de mirarme desde abajo.
--¿Sabes quién soy?--Le pregunto.
Sus mejillas vuelven a encenderse y río. Asiente.
--¿Y sabes quién soy yo?--Pregunta, tímidamente.
Asiento. Abro la boca para decir algo, pero mi madre me llama desde atrás.
--¿Lena?
Entro en pánico. ¡No puede verlos!
--¿Porqué no has entrado?--Me recrimina mamá.
Retrocedo. Me agacho hacia la niña:
--Me tengo que ir. Nos vemos después, ¿Está bien?
Sus mejillas se encienden aún más y ahogo una risa.
Miro hacia Oliver.
--Hablamos después.
Intento ocultarlo, pero puedo ver que supone un alivio para él que yo dijera esas palabras. Y supone una sorpresa para mí que de repente sea tan madura.
  Mamá estaría muy orgullosa de mí, si supiera.
Pero el "Si...", no existe.
 Miro hacia mamá, que camina hacia mi viendo la pantalla de su celular.
--Hazme un favor; Salgan de aquí. Si no tendré que explicar muchas cosas--Murmuro a Oliver.
 Él me mira extrañado un momento, pero luego toma la mano de Cariba.
--Vamos, se te va a hacer tarde.
La niña parece complacida, de hecho, mientras se aleja mirándome. Le sonrío amablemente.
 Volteo a mamá al tiempo en que ella alza la mirada del celular y me mira.
--¿Qué haces?--Dice--Lena, tengo una hora antes de regresar al trabajo, así que entra ya.
 Suspiro y miro la puerta.
   Entonces he decidido que voy a hacer una persona madura. Tengo que enfrentar lo que pasa, no esconderme. Ya no es una posibilidad. No hay vuelta atrás. Pero en cuanto toco la perilla de la puerta, me doy cuenta de que las cosas eran más fáciles cuando yo era una adolescente...Hace un minuto.
   Pero "Fácil", no  significa "Correcto".

--Sthep Stronger.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Presumiendo, Presumiendo #6



Generalmente sólo en mis sueños pongo una entrada de esta sección taaaan seguido, pero esta tarde (Justo como hace unos quince minutos, o veinte, o media hora.... Bueno, en estos tiempos ya nadie se fija en la hora, no? ) llegué a mi casa y me encontré con la sorpresa de que ya me habían llegado los libros que me gané en Anubis Tales

                     

Matt, eres un lindo, gracias.

 Y que la suerte esté siempre de su lado-
              Sthep S.
Ya, que me agarraron inspirada 

sábado, 22 de septiembre de 2012

Presumiendo, Presumiendo...#5



Y como yo soy demasiado floja/distraída/malvada como para hacer un IMM, hago estas entradas donde les muestro un libro al tiempo  que vienen a mí. Esta vez es se trata de un  libro que por alguna razón u otra no compraba. Hija de Humo Y Hueso, Laini Taylor.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Reseña: El Ascenso, Amanda Hocking.

Reseña: El Ascenso, Amanda Hocking.
Libro tres.

El futuro del reino Trylle está en manos de Wendy. Ahora, es más que nunca, está dispuesta a luchar y defenderlo.
  El ciclo de Elora ha llegad a su fin. Wendy asciende al trono Trylle y se prepara para enfrentar la furia de Oren.
Ante la ofensiva de los Vitrra contra los trols de Forening, el sacrificio parece ser la única oportunidad que tiene la nueva reina para salvar a su pueblo, la sola manera de descifrar dónde depositar su corazón.... Si todavía no es muy tarde.













     La amiga que me prestó este libro me había puesto un pequeño Spoiler del tamaño de nada, pero como yo soy muy desesperada, estaba dandole la lata para que me dijera. Y al final, sin si quiera leer el libro, yo ya sabía lo que iba a pasar. ¿Recuerdan en la reseña de La Caída (Libro dos) ? ¿Cuando les dije ya estaba pensando en todas las cosas malas que podrían pasar en este libro? Pasaron.
   Cuando ella me terminó de Spolear (Bajo mi propio riesgo, claro) empecé a quejarme con ella. Que los primeros des libros se habían ido al carajo, que qué con eso, que porqué, que estaba enojada, que tanto que me había gustado la trilogía para que el tercer libro fuera a perder, y que un montón de razones más.
   Estaba completamente decidida, desde que me prestó el libro para que lo leyera, que iba a odiarlo y que ya nunca más me volvería a leer un libro de Amanda Hocking.

   Pues bien, me senté a hablar con ella con mi amiga  y nos pusimos a hablar del libro y a hacer conclusiones.
  Una de ellas es Wendy. Vemos que en El Viaje y en La Caída esta niña avanza tremendamente, ahora es más madura, pero en El Ascenso va en picado. Es una enfadosa, una fácil. Está ahorita mira-que-Finn-me-mete-la-lengua-por-la-garganta-y-luego-mira-que-Loki-no-trae-camisa-y-que-mi-esposo-está-en-otra-habitación-y-mira-que-ahora-me-siento-culpable.
    Y yo sólo agitaba la cabeza y me quedaba rezando que reaccionara.
 Pero ese simplemente fue un punto débil del libro, que Wendy anda de un lado a otro. Con un tipo y otro.
    Luego está Finn. Que en los libros anteriores estaba que-no-que-mi-trabajo-es-más-importante y luego se aparece con Wendy y que quitame-la-camisa. Mi punto es que se comportó de forma egoísta, muy muy egoísta. Y yo no lo recordaba así.
  Creo que esos dos personajes cayeron un poco. O mucho. ¿O no?

      Y luego está ese punto que no les puedo decir porque sería echar el Spoiler más grande de los Spoilers del mundo de los Spoilers. Porque te apuesto a que no te gusta que te cuenten el final de un libro  Es el punto por el cuál me enojé tanto. ¿Para qué Amanda se ocupó taaaaaaanto de hacer bien la historia en los primeros dos libros si va a hacer esto en el último? No le encuentro la lógica. Creo que al final se arrepintió y puso esto en vez de lo que iba a poner, como *Posible Spoiler*  lo que según yo pasó con Rhys en el segundo libro: Le quería como hacer un triángulo amoroso con él, pero como que cambió de decisión y dijo "¿Sabes que? Nada. Mejor vamos a traer a Loki". *Fin del posible Spoiler*

Sin embargo cuando terminó el libro yo ya no estaba tan enojada con el final. Sí, que no me terminaba de gustar como las cosas tomaron curso. Que sí, no quería que se terminara así. Pero no me molestó tanto.
  *SPOILER DEL TAMAÑO DEL MUNDO ENTERO* (No leas esto si no has leído el libro) Tengo que admitir que la relación de Finn y Wendy estaba gastada desde el primer libro, incluso. Él no movió ni un dedo para luchar por ella, y ella habría hecho todo. Wendy tenía razón, no podría enamorarse sola. Así que al final encontró a alguien más que la adoraba. Y no puedo culparla por no quedarse con Finn*SPOILER DEL TAMAÑO DEL MUNDO ENTERO*


 
Así que al lo último, el final me gustó, pero no podía acostumbrarme a ciertas ideas. Era muy extraño, ya que yo estaba alucinada por lo que pasaría después de La Caída, y pensé en muchas cosas que podrían pasar. Pasaron las que no quería que pasara, pero al final no es tan malo como yo pensé que sería.
La autora.

  Entonces si alguien que no ha leído el primer libro me pregunta si se lo recomiendo, yo no sabré qué decir. Así de simple. Porque me gustó la trilogía, pero muy a fuerzas. Me decepcionó un tanto y no quisiera pasar por lo mismo de nuevo. Así que no estoy segura acerca de leer otro libro de Amanda Hocking, lo que es una pena, porque estaba mirando este libro que será traído a España, Ondinas, pero el nombre original es Wake  y se veía muy bien. Le tenía muchas ganas, pero ahora no creo querer leer otro libro de Amanda Hocking.


Saludos,
Sthep S.

martes, 18 de septiembre de 2012

Mine, capítulo 42.


 Taylor swift -Both of us! - taylor-swift Photo
Mine, capítulo 42.  “Los Secretos”.

--¿Te has dado  cuenta?Murmura Luce, tapándose la boca con el libro de historia para que el maestro no la veaEllie no ha venido hoy.
Doy la vuelta a la página disimuladamente, fingiendo que estoy checando la vida en la Edad Media. Cuando el maestro regaña a alguien en la esquina de la habitación, me giro hacia Luce.
--¿Y qué tiene? Es sólo la segunda hora. Se ha de haber quedado dormida.
Ella sacude la cabeza y pasa la mano por su pelo para acomodarse el pelo que en verdad no se ha salido de la trenza.
--No sé. Está rara. Ayer desapareció las últimas tres horasFrunce el señoEstá ocultando algo.
--Luce, déjala ya. Tiene un novio, ¿Qué no? A lo mejor fue eso. Y si tuviera secretos, ¿Qué más da? Todas las personas los tienen.
--Ninguna amiga mía me ha guardado un secreto antes. O al menos no las más cercanasMe mira a la cara, como si estuviera desafiándome.
 Me quedo callada y la miro de reojo.
Se cruza de brazos, entendiéndolo.
--
¿Verdad?Dice, entre dientes.
--Oh, vamos, Luce. ¿Me vas a decir ahora que en verdad no me guardas secretos?
Ella niega, repentinamente ofendida.
Espero a que el profesor se de la vuelta y empiece a hablar en voz alta para nosotros como siempre lo hace, y le digo:
--¿Ni uno?
Mira hacia otro lado.
--Bueno…--Murmura.
Levanto la ceja y sonrío.
--Pero son simplesDiceLos secretos, de alguna manera u otra, no son buenos. Nos destruyen. A todos.
 Levanto la ceja, burlona.
--A ver, ¿Y cuando te pusiste tan filosófica?
--Lo saqué de ese libro tuyo que no te he devuelto.
Frunzo el seño y miro al frente de la clase, dando por terminada nuestra conversación de secretos.
--Igual se lo sacaréCanturrea, bajito, dibujando circulitos en su cuaderno.


Tengo que admitir que me siento culpable porque Luce ha compartido la mayoría de su vida conmigo. Siempre ha estado allí. Y yo apenas le cuento… Nada.
  A lo mejor debería contarle lo de Cariba y Oliver, pero en verdad no siento el valor para hacerlo. No tengo el valor incluso para recordármelo. Es difícil pensar en ella como mi hermana. Y en él también. Sin embargo tengo que hacerlo; Tengo que recordármelo. Tengo que hacerlo porque no paro de pensar en lo que Oliver me dijo, que ella necesitaba de mí. Que se estaba aferrando a mí.
  Intento pensar en eso sin perder la cabeza.
También pienso en Lucas.
Pienso mucho en Lucas.
Pienso en todas las cosas lindas que me pasan con él, pero también pienso en todas las malas que podrían pasar.
   Y aún así estoy completa.
Casi.
Suspiro y abro el cajón de mi escritorio. En ese momento mamá toca la puerta y se asoma. Tiene la nariz roja, los ojos llorosos y el teléfono a la mano.
--¿Pero qué ha pasado?Le digo, mientras me levanto.
Ella se sorbe la nariz.
--Acabo de recibir una llamada…
--¿Y qué tiene? ¿Laura se cayó en la lavadora?Intento bromear.
Pero ella no se ríe.
Llora más fuerte.
Paso mis brazos por su cintura y luego la siento en mi cama. Me inclino hacia ella.
--¿Mamá? ¿Estás bien? Me estás asustando.
--Lena, lo siento.
--¿Mamá?
--Era tu tía Maggie.
Al principio no me llega, pero luego me acuerdo que la hermana de mi padre se llama Maggie. No la veo desde… No me acuerdo.
--¿Y?
--Tu padre está en el hospital. Está muy grave.
Me quedo callada. Me inclino hacia ella.
--¿Y lloras por eso?
Ella me mira, atónita.
--Creo que aún no lo comprendes, cariño. Puede morir en cualquier momento.
Me rasco el brazo. Parpadeo.
--Eh… Está bien. Oye, ¿Me puedes prestar el auto? Tengo que ir al apartamento de Sara porque tengo una tarea que implica sus conocimientos de psicología. Aunque a lo mejor ella está en casa de la tía Kris. Siempre está metida allí, es como si no tuviera un departamento. Si yo tuviera un departamento creéme que no pasaría tanto tiempo dónde vive Laura…
--LenaInterrumpe--¿Me estás escuchando?
Me quito de encima el saco porque siento calor.
--Claro que te estoy escuchando. ¿Por qué?
Ahora parece alarmada.
--Lena, tu padre está a punto de morir.
--Mamá. No sé porqué no dejas de repetir eso. Te he escuchado.
 --¿Entonces? ¿Por qué no estás afectada?
Frunzo el seño.
--¿Debería?
--Puede morirRecalca, completamente afectada.
--¿Y? No puedo hacer nada al respecto.
--¿Porqué no estás afectada?Vuelve a preguntar.
Me cruzo de brazos. Ahora esto me está haciendo enojar.
--¡Como si él se hubiera preocupado por mí si yo estuviera a punto de morirme! ¡Por favor, mamá! ¡No voy a compadecerme de alguien como él!
 Parece que mi madre pierde el control.
--¡Pero es tu padre!
--¡No, no lo es! ¡Se fue! Perdió derechos en el proceso.
Ella se toca la frente y luego me mira.
--Pasó hace años, Lena. Perdónalo ya.
--¿Qué? ¡Nos abandonó! ¡A ti, y a mí…!
“Nos abandono por una niña a quién prefirió sobre nosotras. A puesto que no estarías tan afectada si lo supieras, ¿no?”.
--¿Cómo esperas que lo deje pasar?Continúo, ahora sí afectada.
--Justo como yo lo he dejado pasar.
--¿Lo has hecho?Grito.
--¡Si!
--¡Pues no deberías, no lo merece!
--¡Lena! Tienes que ir a verlo al hospital.
--¿Estás hablando enserio?
Su rostro tiene una expresión dura. 

Desafiante.
--Sí.
--No.
--¡Lena!
Camino hacia la puerta mientras mamá sigue gritándome a mi espalda. Quiero darme la vuelta y quiero ver cómo se enfrenta al hecho de que nos reemplazó a ambas. De que la engañó. A las dos. Porque no pienso honestamente que lo tomará mejor que yo. Pero no puedo compartirlo con ella.
  Al menos una de las dos tiene que mantenerse completa.
Luce se equivoca; Los secretos sólo nos destruyen si salen a la luz, pero cuando se mantienen escondidos entre las sombras, nos protegen.
Tengo que protegerla.


--Es tan extraño que estén juntos…
Empujo a Lucas fuera de mi cara al tiempo que oigo la voz de Ellie, entrando por la puerta principal.
--HolaDigo, mientras intento recobrar mi compostura.
Mis mejillas están encendidas. Paso mis manos por mi cara, como si eso pudiera cambiarlo.
Lucas se deja caer a mi lado en el sillón, sonriendo, mientras se pasa las manos por su pelo.
--¿A quién mataste hoy?Pregunta él, burlonamente.
Ellie rueda los ojos y deja caer la mochila en el piso al tiempo en que se sienta en frente de nosotros, en el sillón verde menta.
--Qué gracioso. ¿Qué estaban haciendo aquí, solos, por cierto?Dice lentamente, con toda la intención del mundo--¡Mejor no me digan! No creo que pueda soportarlo.
  Le arrojo el cojín que está a mi lado. Ella lo atrapa riendo.
--Lo siento. No pude resistirme.
Eso me recuerda a cuando yo hacía ese tipo de comentarios a Sara, y era ella quién me lanzaba cosas… Y ahora es al revés.
Dios, estoy perdiéndome.
--Por ciertoDigoPusiste a Luce insoportable el día de hoy.
--¿Yo? No, eso lo tiene de nacimiento.
Río.
--Lo sé. Es sólo que no deja de molestar con la idea de que tienes un secreto oscuro. Deberías decirle que tienes un novio secreto para que me deje en paz de una vez por todas.
  Pero no ríe. Se queda quieta, muy quieta. Como si no pudiera respirar. Igual que Lucas, a mi lado, quién mira de mí hacia su hermana menor. Y de ella hacia  mí. Y viceversa.
--¿Qué?Rezongo.
  Entonces me acuerdo que es esa cosa con la que tanto me enojé con Lucas.
Recuerdo como él me dijo una vez “Te lo diría, pero no es mi secreto”.
Ellie en verdad sí tiene un secreto.
--Bueno, como seaMe apresuro a decir, dando por terminado el tema.
Ellie sonríe ligeramente y se marcha escaleras arriba con la excusa de que tiene que hacer tarea.
  Miro a Lucas, pero no presiono.
A) Porque ya hemos tocado esto antes, porque B) El secreto en verdad es de Ellie, y si ella no me quiere decir ni una palabra, es porque no puede, como yo no puedo decírselo a Luce por mucho que la ame. Porque C), D), E), F), G) y el resto del abecedario,  no le he dicho a Lucas nada acerca de mi padre casi muerto.
  De acuerdo, tal vez el C) es porque no le he dicho nada a Lucas, pero en verdad el D), F), G) y el resto es porque no tengo ni la más mínima intención de hacerlo.
  Porque, de la A) a la Z), lo único que haríamos sería discutir.
     Así que miro a Ellie marcharse escaleras arriba y luego miro a Lucas, quién está calmado, pero que sé que no me va a decir nada.
 Y lo puedo leer en sus ojos: “Por favor, ya hemos hablado de esto antes”.
Si yo fuera la de hace un mes, intentaría sacárselo como lo hice antes. Pero no puedo obligarlo a hacer algo que yo no haría.
 Así que no, no presiono, incluso sabiendo que él sabe eso que yo no, sabiendo cuanto me importa su hermana, y que por esa razón no puede mirarme a los ojos.
  Igual que yo no puedo mirar los suyos.

--Sthep Stronger. 

domingo, 16 de septiembre de 2012

Sorteo en Spread My Wings


Sí, otro   Entonces el concurso en para ganar Slameed de Colleen Hoover. En inglés.
  No sé muy bien de qué va, pero se ve interesante XD
  Ver bases

    AQUI

viernes, 14 de septiembre de 2012

Sorteo Ouroboros.


  
Me encantan los concursos, y más cuando son Internacionales :D como este, claro está
En el Rincón de las Hadas puedes ganarte la pulsera Ouroboros
Y para ver las bases, puedes entrar
AQUI


Saludos!
Sthep S.

Reseña: La Caída, Amanda Hocking.

La caída, Amanda Hocking.
Libro dos.

Al descubrir su verdadera identidad, Wendy cae entre dos destinos; El amor y la lealtad.
 Wendy parece más conectada con sus rivales los Vittra de  lo que jamás se imaginó, y ellos intentan convencerla de que luche contra ellos. Con una guerra a punto de estallar, la única esperanza de salvar a los suyos está en desarrollar sus poderes y casarse con poderoso noble. 
  Dividida entre los dictados de su corazón y la llamada del poder, Wendy tendrá que decidir, y si se equivoca , podría perder todo lo que ama.








No les voy a hacer resumen porque creo que la sinopsis ya dice más o menos de qué se trata el libro. Y también voy a cuidar de no hacer muchos Spoilers o al menos avisarles, ya que hay cosas que tengo que mencionar.


  Yo les dije que el primer libro me había gustado mucho, y pensé que no me iba a gustar. Pues con este libro ha sido lo contrario, pensé que me iba a gustar... Y ciertamente sí me gustó, pero no tanto como debería de haberme gustado.
  Empecemos con los aspectos positivos, como Wendy, que siento que ha crecido y me cae muy bien. O como que en la historia nos cuentan más cosas acerca de los Vitrra y más acerca de Wendy que en el primer libro nunca te imaginaste que iban a decir. Te juro que en todo el libro saqué algunos "¡A la madre!" Siento mi vocabulario   porque nunca pensé que iban a decir esas cosas, nunca pensé que pasaría todo eso.


 Desde el primer instante los personajes me cayeron bien, a excepción de uno, al cual en este libro, sabiendo todo lo que ha hecho y porqué es como es, ya no puedes odiarla. Ni Wendy tampoco. En este libro hice las pases con este personaje.
 Pero los aspectos malos, es que en todo el libro no sentí realmente que Wendy fuera feliz. No sentí que ninguno de los personajes estuvieran felices, nunca. Y tal vez piensas que es un pequeño detalle, pero no lo es. Es uno bien gordo.
  *Posible Spoiler* Otra cosa que todo el mundo sabe porque ya lo hemos visto en absolutamente todos los libros anteriores que hemos leído, y este no es la excepción , es el asunto del amor prohibido. Finn me ha caído mal. No está dispuesto a pelear ni un poquito por lo que siente. Hace a Wendy sufrir. *Fin del posible Spoiler¨*
 Este libro ciertamente no me costó nada leerlo, pero la cosa es complicada; Aparecen nuevos personajes, como Loki, quién honestamente te cae mejor que Finn. O como Sara, quién te cae mejor que la mamá de Wendy. O como todo el mundo, que te cae mejor que todo el mundo.
 Ya les dije que este libro sí me gustó, no tanto como el primero, pero sí me gustó lo suficiente. Es sólo que este libro me ha gastado un poco los ánimos, porque todo el libro me ha parecido triste. Wendy me ha parecido triste, Tove me ha parecido triste, Loki, quién no deja de usar su sarcasmo y de sonreír me ha parecido triste. Todo me ha parecido...muy triste.
  Lo cuál es triste no pude evitar decirlo  porque esta trilogía me está gustando mucho. No sé, con el primero sentí ese sentimiento que tenía cuando Rachel Hawkins me introdujo en su libro, Hex Hall, a pesar de que son diferentes, tenía el mismo sentimiento. Y aunque este libro es fácil de leer... Lo voy a repetir: Este libro me ha gastado los ánimos. En los capítulos finales yo ya me estaba imaginando todo lo malo que podría pasar. 

 ¿Que si me voy a leer el tercero y último? Por supuesto que sí, pero igual tengo miedo de que las cosas pasen como yo pensé. Y no pensé buenas cosas.
  La caída es una segunda parte buena como la primera, pero triste hasta desgastarte.

-Sthep S.
Igual, siento no haber publicado la reseña cuando tenía qué. Sin internet.

Mine, capítulo 41.


Mine, capítulo 41. "Egoísta".

Entrelazo mis dedos y miro mis uñas. Juego con mis manos un poco más, hasta que el teléfono deja de sonar. Echo la mirada en el identificador, aunque no es necesario, yo ya sé quién es.
  "Papá".
Ni siquiera se molestó mi madre en cambiar el apodo cuando éste se marchó. Creyó que yo estaría mejor si fingíamos que las cosas seguían bien. Mamá, de otra manera, hubiera puesto su nombre. Por mí, también hubiera cambiado el mote. De papá no tiene nada.
  Y luego viene el mensaje de voz detrás de los pitidos.
"Sé que estás ahí. No puedes ignorarme por siempre. Soy tu padre".
Me cruzo de brazos y me recargo sobre el sofá.
Ajá, cómo no.
  Y luego marca de nuevo.
Y luego lo hace otra vez.
Una vez más.
Dos veces sin dejar mensaje de voz. El único que había no era nada que no había escuchado antes.
 Paso las manos por mi cara mientras me encorvo y pongo los codos en mis rodillas.
Miro el reloj. 4.54. Mamá llegaría pronto.
  No le he dicho nada. Ni una sóla palabra. Pero nada. ¿Qué se supone que le iba a decir? "¡Oye, mamá! ¿Adivina qué? Tengo un hermano mayor. Papá estuvo con alguien más antes de ti y nunca te lo dijo. Y luego nos botó a ambas para volver con la misma mujer y tener una hija. Es una pequeña niña que es muy mona y se llama Cariba. ¿Te sientes un poquito usada, mami? Yo también. Y reemplazada. ¡Pero que le vamos a hacer!".
 No,  no era una muy buena idea.
Esas cosas no se dicen. Esas cosas son más bien el tipo de asuntos que mantienes en secreto por el resto de tu vida y cuando finalmente alguien lo descubre tienes que pagar el precio; Los secretos son caros.
 Sin embargo cuando levanto mi cabeza, me doy cuenta de que no tiene que ser así. Nadie nunca se enterará. No saldrá de la boca de nadie, nunca. No le contaré a Luce, no lo mencionaré a Noel, ni a Sara, y obligaré a Lucas a callar.
 Y fingiré que nada nunca pasó.
Y todo va a estar bien.
 Me levanto del sofá y tomo la taza vacía de café verde que está en la mesita. Cuando estoy en medio de la sala y de la cocina, el telefono empieza a sonar. No me doy la vuelta. No es como si no supiera quién es.
Me pregunto cuando me va a dejar en paz. Sé que no será pronto, pero estoy cansada, y sólo quiero dormir cien años y que cuando despierte, todo esté solucionado.
 No tendría que pasar por nada de esto...
El pitido suena, y la voz de alguien surge. Pero no es la de papá. No esta vez.
--"Lena..."--Dice la voz--"...Soy Oliver"--Hace una pausa--"Necesito hablar contigo. Por favor, toma el teléfono, si estás allí. Por favor, toma el teléfono. Tenemos que discutir tantas cosas... Yo..."--Hace otra pausa--"Sé que estás enojada, y probablemente asustada. Y podemos hablar de esto... Sólo contesta el teléfono. Hay muchas cosas por discut...".
  Se corta.
Me doy la vuelta y miro el teléfono. Camino lentamente hacia él, y justo cuando me agacho para aplastar el botón para escuchar el mensaje de nuevo, el teléfono suena.
  Desconocido.
Pero me importa un carajo si es desconocido o no, no pienso contestar el teléfono. Así que me quedo de brazos cruzados y espero.
 Oliver suena de nuevo en mi contestadora.
--"Mira, sé que esto es horrible"--Dice, un poco desesperado--"Pero no se trata sobre ti, es acerca de Cariba. Por favor, levanta el teléfono".
 "¿Esto no se trata sobre ti?"
Eso es suficiente.
Levanto el teléfono, furiosa.
--¿Qué no se trata sobre mí?--Respondo, ardiendo--¡Por supuesto que se trata sobre mí, cabeza de chorlito! Todo este tiempo he estado preocupada por todo y he dejado que todo caiga sobre mí y he intentado no pensar que todo lo que pasa es mi culpa. Pero esta vez es algo que no puedo evitar, porque, ¿Adivina qué? He sido pateada. He sido pateada, botada, dejada y muchos sinónimos más. ¿Y sabes? No suelo ser tan egoísta, pero esta vez estoy pensando acerca de mí. Esto se trata acerca de mí. Así que no me vengas con que se trata de tu pequeña hermanita quién me ha reemplazado, porque he sido yo la pateada, no ella. Todo lo que está pasando y que es horrible, está sobre mí. ¡Esto se trata de mí!   ¡Así que no te atrevas a decir que no lo es, porque sí lo es! ¡Es acerca de mí!
  Cuelgo el teléfono en cuanto termino de hablar, y las lágrimas de furia resbalan de mis ojos.
¿Cómo se atreve, el muy desgraciado?
Me quedo ahí cerca de dos minutos, y luego el teléfono suena de nuevo.
"Desconocido".
Checo el número abajo. Debe ser Oliver. Así que no contesto.
 Salta a la contestadora.
Primero oigo a Oliver tomar un suspiro, como si estuviera armándose de valor para hacer algo específicamente difícil, complicado o cansado.
--"Escucha. No quise decir eso. Lo siento, ¿De acuerdo? Lo siento. Se trata sobre ti, tienes razón, pero también es acerca de mi hermana"--Hace una pausa--"Levanta el teléfono, Lena. Habla conmigo. Podemos arreglarlo. Sé que podemos... Por favor. Sé que es horrible, he estado en tu lugar antes. Sé que estás ahí. Habla conmigo"
 Pero no me muevo.
Dudo seriamente acerca de levantar el teléfono e intentar hablar con él.... Pero no sé qué decir. No sé... Lo único que quiero es lamentarme en silencio el resto de mis vidas fingiendo que nada de esto nunca pasó.
 Punto.
Cuando suena el pitido de la contestadora que marca el final, me levanto dispuesta a ir a mi habitación y enredarme entre las sábanas por el resto de la eternidad, cuando el teléfono suena de nuevo.
 Espero a la contestadora de nuevo.
--"Mira, no quiero estar detrás de ti, pero es importante. Es importante para mí, para Cariba, y sé que es importante para ti. Necesitamos hablar, urgentemente. Enserio. Por favor... Si quieres hablar conmigo en algún momento, marca a este número. No importa si son las dos de la mañana, ¿De acuerdo? Pero por favor...--Se queda callado un rato. Suspira--No puedo hacer esto sin ti"
 Se le oye cansado. Y de pronto yo también estoy cansada.
Me arrastro hacia el suelo y levanto la mano para levantar el teléfono. Antes de saber que voy a hacer, me pongo el audicular en la oreja.
  Me quedo callada, oyendo su respiración. Oyendo la mía.
--¿Lena?
Me toma un momento contestar: 
--Estoy aquí.
Se queda callado por unos momentos.
--Si quisieras escucharme...
--Bueno, por eso he levantado el teléfono, ¿No es así?  Dime, ¿Qué no puedes hacer sin mi? Quiero terminar con esto. Estoy cansada.
 Suspira.
--También estoy cansado. Pero ninguno de los dos podemos terminar con esto.
--¿Ah, sí? ¿Y porqué?
--Porque somos hermanos.
 Su honestidad me hace dar un respingo y me aturde.
No digo nada por un momento, así que él dice:
--Igual que eres la hermana de Cariba. Su hermana mayor.
Sacudo la cabeza.
--No. Las cosas no son así. No significo nada para ella, ni para tí. Ninguno de los tres quiso esto. Y tú lo sabes.
--Lena... No sabes ni la mitad.
--¿A qué te refieres? ¿Y cómo es que estás tan calmado y senzato? ¡Acabas de descubrir que tienes una media hermana! ¡Tú deberías odiarme! ¡Deberías odiarme a muerte!
--No es así. Lena, yo...
--Tú. ¿Tú qué?
--Yo ya sabía de tí.
Pasan dos segundos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis.
Pero se sienten una eternidad.
--¿Que tú...?
--¿Qué te parece si nos vemos en alguna parte?


--¿Pero porqué no?--Reclama Luce.
--Tengo algo qué hacer--Contesto, acomodandome el teléfono en la oreja y metiéndome las botas.
--¿Y que es más importante que acompañar a tu mejor amiga a una aburridisima cena familiar? Salvarías mi vida. ¿Sabes lo importante que es para mí?
--Luce, no. Y es algo muy importante.
--¿Y qué es?
--Como insistes.
--¡Enserio! ¿Qué es?
--Tengo... que arreglar cuentas con alguien.
Se queda en silencio por un momento.
--¿Te refieres a matar a alguien?
Ruedo los ojos.
--Escucha, si tuviera que matar a alguien, te llevaría conmigo. Y puramente para echarte la culpa si me atrapan.
Lanza una carcajada y después de unos minutos, cuando abro la puerta del auto, ella cuelga. Sentada frente al volante miro hacia la ventana de la habitación de mi madre, dónde ahora duerme plácidamente.
  Sólo espero volver antes de que despierte, para no tener que darle explicaciones.
Quiero decir, no pude librarme de esto, de ninguna manera. Nadie pudo mantenerme al margen de lo que pasaba, no había ninguna burbuja que me protegiera de la verdad como protegía a Cariba. Ninguna pared de cristal que me mantuviera protegida. Y yo quiero proteger a mamá. Ella no tiene que saberlo. La heriría. Y ya ha sido lo suficientemente herida. Si no puedo librarme yo de esto, libraría a mamá.
 Se lo merece.
Meto la llave en el contacto, y me marcho.


Miro mis botas mientras camino por el parque, metiendo mis manos en los bolsillos para protegerme del viento invernal  de mediados octubre. Estoy a punto de detenerme para llamar a Oliver y preguntarle dónde demonios está, porque definitivamente no está dónde me citó, pero lo miro más adelante, empujando a una niña en un columpio.
  Empujando a Cariba en el columpio.
Me quedo ahí, parada, preguntándome qué demonios.
¿Cómo es que la ha traído? ¿Es que no sabe cuán difícil es para mi mirarlo si quiera a él a la cara? ¿Cómo trae a Cariba?
  Después de verlos a los dos sonreír a bromear, actuar de la manera en la que yo debí formar parte, decido que mejor me marcho, pero antes de siquiera dar la vuelta escucho mi nombre en la distancia.
--¡Lena!
Miro a Oliver, quién corre hacia mí, y luego miro detrás de él. Cariba está parada a unos pasos del columpio y me está mirando con unos ojos... Como si se estuviera muriendo.
 Aparto la vista de ella para mirar a Oliver pararse frente a mí. Doy un paso hacia atrás, para poner distancias. Él lo nota, y pone cara cansada. Como si todo esto fuera muy estresante. No de manera fastidiosa, si no de manera cansada. Como si ya no supiera que hacer.
--Hola--Murmuro.
--Me alegro que hayas venido. Pensé que no lo harías.
--Sí, yo también pensé eso, al principio. Pero de alguna manera me levanté y me puse los zapatos.
Me encojo de hombros, intentando parecer aburrida.
Miro por encima de su hombro, hacia Cariba.
--¿Porqué la has traído?
--Lo siento. No había nadie que pudiera cuidar de ella. Mi novia Scarlet lo habría hecho, pero hemos tenido algunas dificultades últimamente...
 Se encoge de hombros, como si no importara. Pero mi mente da un click, y me doy cuenta de que sí que importa.
--Espera, ¿te peleaste con tu novia por... mi culpa? Ya sabes, esa vez... en el café.
Se encoje de hombros, negándose a responderme.
 Se me revuelve el estómago, saber que intenté coquetear con mi medio hermano para vengarme de Lucas.
Dios, qué mal.
¡Si yo sólo lo hubiera sabido!
--Yo... Lo siento.
--No te preocupes.
Me paso una mano por mi cara y me siento en una banca pintada de negro.
--¿Entonces me vas a explicar?
Se acomoda junto a mí, y mira a Cariba mientras dice:
--No sé como empezar. Ni como explicarte.
Lo miro.
--Puedes empezar desde el primer día en que supiste de mí. Puedes empezar en como reaccionaste tú al saberlo, en qué estabas pensando.
 Él me mira.
--Lena, yo... Mis pensamientos no eran cordiales.
Miro al suelo, y luego hacia Cariba, a la distancia, mirándonos desde su columpio.
--No me importa. Quiero que me lo cuentes. Me lo debes.
--¿Qué te lo debo?
--Sí; Yo estaba preparada para hacer como si esto nunca antes hubiera pasado cuando tu me llamaste. Y luego todo se fue al carajo.
 Él suspira, pero no dice nada acerca de eso. Me mira y luego se pone a pensar un poco.
--Supe de ti... meses después de que él nos dejara. Una amiga de mis padres, Rose, fue a casa una noche, cuando yo tenía nueve años. Mamá pensó que yo estaba dormido, pero no era así. Estaba sentado en las escaleras, escuchando. Rose le dijo que tenía que ser honesta, que se odiaría se por vida si guardara el secreto para ella. Le dijo a mamá que había coincidido con Patrick en una fiesta y que había presentado a su   novia embarazada--Se detiene. Pienso que el nombre de papá en su boca suena extraño, por alguna razón. Tal vez es porque yo nunca lo llamé por su nombre. Para mí era siempre papá.--Fueron tiempos horribles. Para nosotros dos. Mamá cayó en depresión, y yo estaba furioso con el mundo entero--Hace una pequeña pausa--Y deseé que algo verdaderamente malo te pasara. Y por eso lo siento.
 Me encojo de hombros.
--No te preocupes. Lo entiendo, en verdad que sí. Pensé algo así con respecto a Cariba al principio.
Me da una mala cara, y mira a Cariba a lo lejos.
--Yo no podría soportar que algo le pasara.
--Sí, no puedes evitar amar a los hermanos menores, ¿no?
Agita la cabeza.
--No es sólo eso. Tú no la conoces. Ella es... Ella tiene una forma de hacerte sonreír. Es como un sol. Es la niña más dulce y probablemente la más madura de su edad que existe. Ella... Es Cariba.
Suspiro.
--Tienes razón, no la conozco.
Sonríe débilmente.
--Sólo con pasar una semana con ella puedes sufrir mucho si ves que un problema borra su pequeña sonrisa.
--No creo que yo pueda pasar una semana con ella. O ella conmigo--Murmuro, mirándola a la distancia. Antes de que pueda contestar, me giro para mirarlo y pregunto--: Tú me dijiste por teléfono que ya sabías de mí, desde hace tiempo. ¿Cómo es que hemos estado hablando todo este tiempo, e incluso dejaste que coqueteara contigo esa vez en el bar en que yo estaba muerta del coraje cuando tú sabías quién era yo? No es justo. Yo no lo sabía.
  Sacude la cabeza.
--No lo entiendes. Yo sabía que había alguien más por ahí, una media hermana que yo nunca conocería--Levanta una ceja y me mira burlón--O casi... Pero yo nunca supe tu nombre... No quería saber nada acerca de ti. Era más fácil pensar que nunca había pasado.
 Suspiro.
--Pues bueno, ahí nos parecemos mucho.
Sonríe, débilmente.
--La primera vez que me dijiste tu nombre, yo no tenía idea que eras tú. Yo no tenía ni la más mínima idea de nada. Quiero decir, conozco a personas todos los días, y no podía permitirme pensar en cada chica de unos 16 años como mi posible media hermana. Yo no sabía que eras tú. Lo supe ayer, cuando Cariba te ayudó con esas cajas; La forma en que Patrick te miró. La forma en que le miraste. Y cómo se trataron... Todo parecía encajar perfectamente. Él y yo tuvimos una conversación después. Y no hizo más que confirmarlo. ¿Sabes que me dijo? "Ahora conoces a tu hermana. Deberías invitarla a tomar un helado. Ustedes tres deberían pasar un tiempo juntos".
  Saco una risita, pero no hay nada de divertido ahí.
Estoy herida.
Estoy enojada.
Y ahorita bien podría enviar al carajo todo y ponerme a llorar en el suelo.
Pero no lo haré. No, no lo haré.
--Hay personas que no deberían tener hijos--Digo, mirando hacia los columpios. Es de lo más extraño cuando compruebo que Cariba sigue ahí parada, mirándome. Y es como si esperara algo de mí.
--Lo sé. Lena, escucha; Hay una razón por la cuál te he pedido que...
Pero lo corto antes de terminar:
--¿Porqué tu hermana sigue mirándome así?
Él se detiene y mira a Cariba. Ella ni siquiera intenta fingir que no nos está mirando directamente.
Voltea hacia a mí.
--¿Cómo?
--Así.... Como... Como, si estuviera esperando algo de mí.
Suspira y mira sus manos congeladas por el frío. Cruzo mi pierna sobre la otra.
--Es que lo está.
Lo miro, confusa.
--Es más o menos de lo que quería hablarte.
Lo sigo mirando confusa.
--Es que ella... Lena, en cambio de mí, ella sí que sabía de ti. Sólo que no te conocía.
Agito la cabeza mientras intento procesarlo.
--A ver, ¿Qué?
--Patrick le había hablado de ti. Lo ha hecho todo el tiempo. Ella sabe que tiene una media hermana desde hace unos dos años. ¿Recuerdas cuando estabamos ahí, ayer? Ella dijo tu nombre, porque te reconoció.
--Oye, oye oye, espera. ¿Dices que tu hermana sabía mi nombre, pero tú no? ¿Cómo es eso? ¿Qué nunca le preguntaste que sentía sobre esto, insensible? ¿O es que nunca hablaron de mi?
  Agita la cabeza.
--Sí hablábamos de ti. O bueno, ella lo hacía. Y lo sigue haciendo, todo el tiempo.
--¿Y si hablaban de mí porque...?
--¿Porqué no sabía tu nombre? Ella nunca se ha referido a ti por tu nombre. Lo escuchó una vez, pero siempre se ha referido a ti como "Mi hermana mayor".
 Me tallo la cara con las manos.
--¿Porqué? ¿No me odia, o algo?
Se ríe, como si hubiera dicho un chiste muy bueno.
--¿Ella? ¿Odiarte? Buena suerte con eso.
--No lo comprendo.
Suspira, mientras su sonrisa se va desvaneciendo.
--Se siente emocionada de tener una hermana mayor. Lena, era de lo que quería hablar contigo; Ella te necesita.
--¿Cariba?
--Sí.
--¿Me necesita?
--Sí.
--Más vale que te expliques.
Se toma un tiempo antes de decirme:
--Ella ha pasado por momentos duros,  y sólo es una niña. Tiene nueve años. Ella... --Intenta sonreír-- Nuestra madre murió hace años. Cáncer; Trágico. Y... Escucha, ella lloró mucho, mucho tiempo. Entonces él por alguna razón decidió contarle acerca de una media hermana... Y dejó de llorar, poco a poco--Se cruza de brazos, como si no quisiera tener esta conversación--Ella tiene esperanza ahora, es lo que la ha levantado. Eres tú. Ella tiene esta idea de que la amarás como yo la amo a ella. Creo que piensa que todos los hermanos mayores aman a los menores así.
  Lo miro y parpadeo.
--A ver, ¿Tú hermana quiere que yo...?
--Quiere que seas su hermana mayor.
Me paso una mano por el cabello y no digo nada, así que él dice:
--Ella está buscando desesperadamente amor, Lena.
--¿Y tú me llamaste para...?
Parpadea. Se queda callado.
--Genial--Farfullo--Genial. O sea que no es que quieras hablar conmigo, es que quieres que yo me pegue como una lapa a tu hermana.
--Es tu hermana también--Rezonga.
--¡No, no lo es! ¡La acabo de conocer! Yo... --Suspiro, cansada--Escucha, Oliver. Ese no es el problema. El problema es que yo no sé cómo ser una hermana mayor. Yo nunca he tenido hermanos. Y ella... No sé, ella espera mucho de mí, y yo no sé...
--No sabes si vas a poder amarla--Termina por mí.
Me cruzo de brazos.
--Mira, sé que es importante para ti. Sé que quieres lo mejor para ella, ya lo tengo claro. Pero no me puedo meter en esto. Creo que sólo necesito avanzar con mi vida. Me marcho.
 Me levanto, pero antes de que de un paso, él me llama.
--Avanzar no significa olvidar. No significa abandonar.
--Lo siento, Oliver. Tengo que irme.
--¡Mira! ¡Sé que estás cansada y herida y que te sientes rechazada!--Dice, mientras me levanto y me toma del brazo--Yo lo sé. Me sentí igual, ¿Recuerdas? Pero tú podrías intentarlo, ahora que sabes que ella existe. Si te marchas para siempre, le harás a ella lo que él te hizo a tí. Lo que nos hizo a ambos. La habrás rechazado. La habrás pateado lejos. Y ella no va a poder soportarlo. Ella depende de tí.
  Me quedo mirándolo un rato.
--Eres su hermana mayor--Murmura--Lucha por ella... Es tu deber. No puedes simplemente enterarte de que tienes una hermana menor que se está aferrando a ti para estar bien, y simplemente marcharte. Es egoísta.
Me cruzo de brazos.
--¿Mi deber? ¿Egoísta? Bien, Oliver. Respóndeme algo.
El asiente con la cabeza.
--¿Tu sabías de mi desde que tenías nueve no?
Vuelve a asentir.
Aspiro antes de decirle:
--¿Entonces porqué no luchaste tú por mí? Era tu deber como hermano mayor. No puedes simplemente enterarte de que tienes una hermana menor que tendría que conocerte, y simplemente marcharte. Es egoísta.
  Se queda mirandome, y como no dice nada, murmuro.
--Lo supuse.
 Y me doy la vuelta para huir.

--Sthep Stronger.
Siento, siento, no haber puesto el cap cuando debía, pero me quedé sin Internet y empecé a colapsar. Dejé incluso de hacer mis planes malvados para dominar al mundo. :/