martes, 6 de noviembre de 2012

Mine, capítulo 48.



--¡Eh! ¡No corras tanto, que ya estoy vieja!
  Cariba mira hacia atrás y disminuye la velocidad. Se hecha a reír. Río también mientras me acerco y la atrapo. Ella cierra sus piernas alrededor de mi cintura y levanta las manos para acomodar mi cabello de vuelta a su lugar.
--Te despeinaste--Apunta.
--Me pregunto porqué--Digo, mirándola.
Ríe y la pongo de nuevo en el suelo.
--Gané, de todas maneras--Sonrío.
 Ella empieza a discutir conmigo acerca de cómo ella ha ganado y yo no y toma mi mano para cruzar la calle.  No me he asustado ahora que lo hace, ya no. Mientras dejamos atrás el parque pienso en cómo las cosas han cambiado desde que fui a su casa esa vez a ahora. Como por ejemplo; La primera vez que la invité a salir, ella tomó mi mano. Y yo me espanté. Ella no lo notó, pero no dejaba de preguntarme cuánto ésta niña pensaba que me quería. Gracias a dios que no se dio cuenta. Ese día no paró de hacerme preguntas mientras comía su hamburguesa de McDonald's:
"¿Cuál es tu color favorito? ¿Y quienes son tus mejores amigos? ¿Cuantos años tienes?". Y no paró de hacer ese tipo de preguntas. Y yo me limitaba a comer a mordiscos mi hamburguesa mirándola como si fuera el ser más fascinante de la tierra. Y en cierto sentido Cariba lo era; Estaba llena de energía y estaba emocionada conmigo. Y yo que pensé que me odiaba. Pero no lo hacía.
   Entonces, a finales de Noviembre, cuando tenía unas semanas viéndola, ella me hizo la siguiente pregunta:
"¿Qué piensas de mí?".
La pregunta tanto me impresionó como me aterrorizó: ¿Y si no decía las palabras correctas y la hería?
Pero en vez de fastidiarme tanto me agaché y revolví su cabello. Y dije: "Creo que eres la hermana más bonita que me pudiera haber tocado". Y sus ojos se llenaron con esa chispa y sus mejillas se pusieron rojas.
"Pienso lo mismo de tí", fue su respuesta.
  Y pude morirme de la ternura ahí mismo.
Estar con ella fue fácil desde el primer día. El problema no era que ella se acostumbrara a mí, el problema fue que yo me acostumbrara a ella. Y lo hice, al final.
--¿Pasarás las navidades conmigo?--Me pregunta, cuando le ayudo a ponerse el cinturón de seguridad.
--No sé. No lo creo.
Y la cara que pone me hace agregar:
--Pero si a tu mamá le parece bien la idea entonces creo que puedo pasarme ahí unas horas.
Pero la cara que pone es peor.
--¿Qué?--Pregunto.
Y es cuando caigo en la cuenta; Oliver me había dicho esa primera vez que nos vimos que su madre había muerto.
¡Mierda, mierda!
Ella mira por la ventana. Y me doy cuenta de que disimuladamente limpia sus lágrimas. Me paro en un alto.
--¿Cariba? Lo siento. No llores. Lo siento, no recordaba ¿Quieres hablar de ello?
Ella alisa la falda brillante con la que la he visto miles de veces.
Mierda.
Mierda, mierda, mierda.
¡Mierda!
Me quedo callada un minuto y al tiempo en que voy a decir "Lo siento" de nuevo, ella habla.
--Está bien. Casi no recuerdo, de cualquier manera.
Vacilo antes de hablar.
--¿Y qué recuerdas?
Ella aprieta los ojos.
--La recuerdo a ella cepillando mi cabello. Levantándome por las mañanas. Dándome esta falda.
 ¿Cuantos años tiene, treinta? Yo me hubiera desmoronado si algo así me pasara.
--Cariba, ¿Cuantos años tienes?
Y entonces sonríe.
--Cumpliré diez en marzo.
--Pues creo que eres la niña más valiente que he visto nunca.
Su sonrisa de nuevo voltea.
--Gracias.
Le sonrío de vuelta.
--Pasaré las navidades con mi hermano y Scarlet. Tal vez con papá si se recupera pronto. Seguro que Oliver estará de acuerdo.
Ahí es cuando me niego rotundamente. Pero no soy tan brusca, o no con ella, al menos.
--Escucha... ¿Qué tal si pasas un tiempo de las navidades conmigo? ¿Crees que tu hermano te comparta por una hora?
 Ella asiente, sonriente.
Es como si el tema de su madre nunca hubiese salido.
No estaba segura de llevarla con mi familia. Con Sara y Laura... Y sobre todo, mi madre. No quería que ella viera a mi madre por nada en el mundo. Me negaba. Pero esta niña es convincente. Me daba algo decirle que no. Y pasar las vacaciones por allá, no. Incluso si hay un cincuenta por ciento de probabilidades de que él no se salve.
  No pienso tomar riesgos.


    Oliver abre la puerta de entrada cuando me estaciono enfrente. Puedo ver a su novia Scarlet en la ventana de la cocina. Ella me saluda y yo le sonrío de vuelta. Oliver avanza hacia nosotras y veo como Cariba sale corriendo para abrazar a su hermano mayor.
Ella es increíble: Cualquier niña consideraría una tortura estar con su hermano mayor. Pero no.
 Él me mira y me saluda. Yo le saludo de vuelta pero le dirijo esa mirada de "Tenemos que hablar ya". Él no deja de sonreír pero puedo decir que lo ha captado.
--Cariba, ¿Porqué no le dices a Scarlet que por favor haga un poco de té?
Cuando ella se aleja, Oliver me mira curioso.
--Puede que la haya arruinado. Completamente.
Me da miedo enfrentarme al carácter enojado de Oliver, pero no puedo dejarlo pasar.
--¿Qué hiciste, Lena?
--Ya, no me mires así... Es sólo que mencioné un tema delicado. Lo olvidé completamente.
Inclina la cabeza, esperando la explicación.
--Bueno, ella me preguntó si podía pasar las navidades con ella..., y yo le respondí que podría si su madre la dejaba... Lo siento. Lo olvidé completamente.
 Él suspira y voltea la cabeza al interior de la casa.
--¿Y qué hizo ella?
--Lloró un poco. ¿Crees que lo que he hecho es imperdonable?
--¿Imperdonable? No. ¿Estúpido? Sí.
--Lo siento. Soy nueva en esto de la hermana mayor. No seas tan duro conmigo.
Rasca su cabeza.
--Está bien, Lena. Ella estará bien. De cualquier manera, ¿Qué acordaron para las navidades?
--Me preguntaba si podías prestármela una hora para que pase la navidad también en mi casa.
Levanta las cejas.
--¿Y tu madre está de acuerdo con eso?
--No le molestará. Es sólo que no quería estar cerca de papá, si se recupera, claro. No he convivido con él  desde que tenía la edad de Cariba. Sería un desastre horrible.
 Él me mira muy rápido.
--¿De qué hablas?
--¿Cómo de qué hablo? Tu bien sabes que me abandonó para volver con tu madre.
Agita la cabeza, confundido.
--Sí, pero más o menos un años después debió volver contigo. Cuando se fue de aquí.
Lo miro fijamente.
--No. Él me dejó, y se quedó con tu familia. Él nunca regresó.
Y él me mira fijamente.
--Él se fue después de que mamá quedara embarazada de Cariba y volvió cuando ella tenía tres años. Él debió estar contigo en ese lapso de tiempo.
--No lo estuvo.
Nos miramos fijamente mientras dejamos que el silencio llene los espacios en blanco, todas las lagunas.
 ¡Mierda! Podríamos tener hermanos por todo el país.



Cuando vuelvo a casa, me preparo mentalmente para decirle a mi madre que Cariba pasará las vacaciones de Navidad con nosotros, cuando mi madre me detiene cuando estoy poniendo un pie en las escaleras.
--Lena, cariño, tienes visitas.
Frunzo el ceño y me volteo.
Parada en la sala está Ellie. Tan delgada como siempre, y sin una pizca de maquillaje es su rostro, cosa que es extraña porque generalmente siempre está cubierta.
--Ey. ¿Qué haces por acá? Pensé que estabas en otra cuidad.
--Lo estaba--Dice, sonriendo débilmente--Pero tenía que hacer cosas importantes aquí.
Mi madre se va para darnos privacidad y entonces me doy cuenta de que Ellie luce...Enferma.
--¿Estás bien?
--Yo sí. Lucas no. Vine a explicarte todas las razones, ya que él es demasiado leal para hacerlo. Necesitas saberlo.

--Sthep Stronger.

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