martes, 31 de diciembre de 2013

Otro año de unicorniadas

Queremos desearles un feliz año nuevo. Esperamos que sigan soñando, leyendo, escribiendo, molestando a sus hermanos comiendo cosas que saben que no deberían... en fin. Causando problemas mientras aún puedan.

Saved. Capítulo 9.

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Saved. Capítulo 9.


Para ese entonces estaba tan cansada de ser niña buena.
Sentí la libertad. Sentí lo que era ser Cassidy. La sentí a ella.
Estaba tan cansada de obedecer. Era tiempo. Era tiempo de dejar que todo ello cayera y se desvaneciera con el tiempo.
Las chicas se habían mostrado extrañadas con ello. An, una chica inteligente, pensó que sólo estaba creciendo y era parte de mi proceso adolescente. Ella realmente me agradaba. Marina, con su constante sonrisa divertida y coqueteo con todo lo que se moviera, estaba disgustada. Serena, la chica artista que siempre olía a pintura y tenía alguna parte de su cuerpo manchado, intentó razonar con las demás de que no era tan malo. La última era Kate, que estaba enojada por mi comportamiento, una chica a quién realmente no le agradaba Serena. No es que fuera mala con ella. Simplemente no la trataba de la misma manera en que nos trataba a nosotras. No había sonrisas ni preocupación… Era como si fuera casi invisible. No estaba muy segura por qué…
Hasta una noche.
  Marina había tenido esta estúpida idea de que con una noche de películas podíamos acercarnos de nuevo y nosotras no tuvimos otra cosa más que seguirle el juego. Estábamos viendo The Notebook, película que no me entra en gracia, y en la mitad Kate se levantó para contestar una llamada. Se tardó tanto que me mandaron por ella.
Le encontré en el baño, dándome la espalda y mirando el suelo.
--¡Pero él no puede hacer eso!Gruñó Kate--¡No, no me importa que sea su hija! ¡No puede hacernos esto! ¿Sabes qué dirían de ti? ¿De mí? ¿De nosotras, mamá? ¡Estás en el mundo de la política, por Dios! No podemos permitir que presente en sociedad a Serena… ¡No me importa! ¡Dios! ¡De todas las personas tú deberías de estar enojada! ¡Te engañó! ¡Te utilizó! ¿Es que no significa nada para ti? No me importa que ella sea “una buena tipa”, ¿Entiendes? No va a suceder. Déjalo, yo me encargo. Voy a hablar con él.
 Kate deja caer el teléfono sobre el lavamanos y saca frenéticamente una pastilla del bote blanco en el pantalón de su pijama y traga en seco.
Me escondo en las sombras antes de que se de cuenta de mí.
Sonrío.
Volví a la habitación y les dije que ya venía. Y cuando lo hizo, esperé a que durmieran todas para tomar las pastillas e investigar el nombre del medicamento en Google.
Qué interesante.


                                                                           
 




Realmente no tuve que hacer nada, la mañana siguiente.
--Katie, ¿Buscas algo?Preguntó An mientras tendía su cama.
Ella nos miró y parpadeó.
--No. Nada.
Miró alrededor una vez más antes de sentarse en la cama y cepillar su cabello. Accidentalmente se sentó sobre unas brochas que Serena había dejado ahí.
--Por Dios, Serena. ¿Puedes por favor guardar tus cosas? Pareces una críaDijo irritada.
Serena frunció el ceño y las quitó, sin decir una palabra.
Marina se movió a mi lado, aún dormida. An le envió una mirada de advertencia a Kate cuando Serena tomó sus cosas y fue a guardarlas en su habitación.
--Vamos, Katie. ¿No se supone que eres la madura?
Kate frunció el ceño y la ignoró.
--¿Por qué eres tan zorra con ella?Le pregunté.
--¿Disculpa? No es mi culpa que sea tan torpe.
--No es torpe. Esas cosas simplemente pasan.
No me contestó.
--Es una artista maravillosa. Hace unos días me mostró su arte. Seguro que sus padres han de estar muy orgullosos de ellaProvoqué.
Kate no me contestó, pero sus nudillos se volvieron blancos apretando el cepillo.
--Es una chica espléndidaApunté. Mi último intento.
Funcionó.
--No es espléndida, Cassidy. ¡Es una hija de perra!
Levanté una ceja fingiendo sorpresa, secretamente riendo en mi interior. An levantó una ceja.
--¡Kate!
Kate salió de la habitación dando zancadas.
Estuve molestándola todo el día y siendo especialmente amigable con Serena en su presencia, y entonces, esa noche, la sigo hasta la habitación de Serena y espero en la oscuridad.
 Cuando salió, había sangre en sus manos y su mirada estaba vacía y vidriosa gracias a la falta de medicamentos que poseía.
Okey, no contaba con eso.
Ups.



-Sthep Stronger.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Taken. Capítulo 3.

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Taken. Capítulo 3. "¿Me recuerdas?".


En esta vida, hay cosas que no manejo muy bien. O al menos desde que tenía nueve años a acá.
1-El contacto con extraños. Simplemente no puedo soportarlo. Me tocan y mi respiración se corta y estoy en ese lugar oscuro de nuevo de donde Lauren me sacó. Me recuerdan a cuando ellos me tocaban. Así que, excepto que realmente confíe en ellos, no permito el contacto. A Lauren le tomó un poco más de seis meses.
2-Tampoco manejo muy bien  la oscuridad. Me asfixia. Tengo que dormir con una lamparita al lado de mi cama.

4-Los espacios pequeños.
5-Y las sardinas. Simplemente porque son asquerosas.
  
   Entonces, cuando Señora Carrington alza su mano hacia mí con lágrimas de emoción, me retiro. Su cara se deforma, pero aunque esté triste no voy a permitir que me toque.
Entonces repara en mi mano unida con la de Lauren, y su cara vuelve a deformarse. Como si no hubiera pensado que tal vez yo ya tenía alguien que cuidaba de mí, como si se acabara de dar cuenta de que yo ya amaba a alguien más.
La señora Carrington vuelve a poner su sonrisa dulce.
--Hola. Soy mamá.
Miro a Lauren, en busca de qué responder, pero no encuentro nada más que dolor.
Entonces, señor Carrington habla.
--Olivia, ¿Nos recuerdas?Su voz suena ronca, como si no pudiera hablar correctamente.
   No me gusta que me llame Olivia. Sólo Lauren me llama así. Los demás me dicen Livie o Liv.
Miro hacia toda la foto: La señora Carrington, con sus manos juntas y su pelo castaño. El señor Carrington, alto y de pelo negro, como el mío. Y las hijas detrás, de las cuales nunca había pensado que podrían existir, una más alta, con el pelo y los ojos azules de la señora Carrington, y la otra con el pelo negro y ojos oscuros como yo, sólo que el cabello de ella es ondulado cuando el mío es completamente lacio. Es un poco más robusta que su hermana, pero se ve muy guapa. Y ésta es la única que me ve completamente en blanco, sin esperar nada de mí. Los otros están es shock, esperando por mi respuesta.
--Lo sientoRespondoNo.
Señora Carrington me mira unos segundos antes de echarse a llorar. Por alguna razón su llanto me altera y busco a Lauren por apoyo. Ella aprieta mi mano y me jala contra ella.
Señor Carrington e Hijas Carrington intentan consolarlas, y espero a que me lancen miradas asesinas por hacer llorar a su madre, pero me miran con preocupación.
--Lo sientoRepito, porque no sé qué hacer.
Señor Carrington me mira y traga saliva, y puedo decir que contiene lágrimas.
--Creo que deberíamos entrar-—Dice la más alta de ojos azules.
Lauren y yo los seguimos hasta dentro.  Es una casa espaciosa, pero no es muy lujosa, como pensé. Me gusta más el interior que el exterior, debo decir… Entonces veo una foto. Enmarcada en un portarretratos están tres niñas chimuelas sonriendo a la cámara, y veo mi rostro en una de ellas. Tomo la foto y literalmente la pongo frente a mi nariz porque no puedo creérmelo.
 Soy yo, pero parezco tan feliz, tan familiarizada con ésas dos niñas.
 No suelto la foto mientras paso mi vista por los otros retratos en la pared y en el pequeño buró enseguida de la puerta. Estoy por todas partes. Aunque claro, todas ellas fueron de cuando tenía nueve hacia abajo.
Es tan malditamente surreal.
Reparo en que los sollozos han acabado y volteo para descubrir que me observan fijamente, como si  esperaran que yo mágicamente recordara.
--Así que…--Digo, para romper la tensión--… tengo hermanas.
Sacudo la foto con las tres niñas chimuelas e intento sonreír, pero resulta torpe y forzado. No me contestan, así que me siento más incómoda y levanto mi mano para rascar la parte trasera de mi cabeza.
 Entonces siento que me miran incluso más fijamente, pero no a mi cara, sino a mi muñeca. Bajo el brazo inmediatamente y acomodo mi pulsera, mientras siento la furia subir.
¿Es que piensan que yo me hice eso? ¿Es que piensan que yo quiero ser de esta manera?
Me pego más a Lauren mientras intento disimular mi molestia, y creo que no lo logro, porque Lauren me da una mirada.
--Contesta una de ellas mientras recupera su respiración, la alta de cabello castañoMi nombre es Nina. Ésta es Ally.
Ally me mira y al cabo de un momento me saluda agitando la mano torpemente.
Todo esto es demasido raro.
Quiero largarme.
--No te preocupesDice Señor CarringtonTendremos mucho tiempo para ponernos al corriente. Bienvenida a casa. Te extrañábamosSe gira a LaurenY gracias, por cuidar de ella cuando no pudimos.
Lauren asiente y traga saliva fuerte.
--Olivia es una niña encantadoraContesta.
--¡Ya creo que sí!Exclama Señora Carrinton, mirando a LaurenHice comida italiana. ¿Tienen hambre?


                                                                     



En la mesa, todo sigue igual de incómodo: Las miradas y los silencios y las lágrimas y…
--Entonces, Olivia…--Empieza Señora Carrington.
--LivCorrijoO Livie.
--OliviaMe reprende Lauren enseguida de mí.
--No me gustaLe contesto.
Levanta una ceja, porque ella siempre me llama así.
--Ya sabesMe encojo de hombros.
Señora Carrington carraspea.
--Liv. Entonces… ¿Practicas algún deporte?
--No. No les gusto mucho a las pelotas.
Ellos dos ríen. Nina y Ally me dirigen miradas con el rabillo del ojo.
--Eres igual que Ally. No quiere nada que tenga que ver con pelotasDice Señor Carrington, estirándose y poniendo su mano sobre la mía.
 Salto en mi silla y un temblor pasa por mi columna. Quito la mano y la pongo en los brazos de la silla. Miro a Lauren, por puro instinto. Todos en la mesa me miran, como si hubiera perdido la cabeza.
--Lo siento, ella… Oliva no soporta muy bien el contactoSe excusa por míEs algo que aún falta controlar.
Frunzo el ceño, porque yo no quiero controlarlo. Me siento perfectamente feliz no tocando a las personas.
  Es entonces cuando veo sus miradas de completa lástima.
Me giro rápido hacia Lauren y no emito ninguna palabra, pero muevo mis labios: “¿Les dijiste?”.
La cosa del secuestro es obvio. Pero la tortura… La tortura es algo que me gusta mantener en secreto.
Ella asiente, mirando a su plato. Me le quedo viendo hasta que Señora Carrington pregunta si todo va bien.
Claro. ¿Qué podría ir mal?
--Nina preparó tu habitación. Esperamos que te gusteDice ella.
--Creo que Ally también ayudóDice él.
--¿Lo hiciste, querida?
Ally asiente, aun pareciendo incómoda.
--Espero que te guste el moradoMe mira Ally.
--El morado está bien.
Entonces empiezan las preguntas difíciles, como cuando me rescató Lauren. Contesto entre dientes e intento parecer amigable, pero es difícil, porque quiero solamente apreciar los segundos que me quedan antes de que Lauren me deje atrás.
Y al final de la cena, cuando finalmente tiene que marcharse, nos abrazamos fuerte, tanto que nos dejamos sin respiración mutuamente.
--Te amoDice.
--Te amo másRespondo.
Me duele dejarla ir. Quiero decir, me duele físicamente. Siempre hablan de corazones rotos y el dolor que trae, pero siempre he pensado que es una cosa psicólogica, pero en verdad me duele el pecho. Tengo una sensación horrible pegada que me hace querer llorar y retorcerme.
No tenía que hacer esto, ¿Sabes? No tenía que traerme ella hasta aquí, pudo haber llamado a Servicios Infantiles y que ellos se hicieran cargo de mí,  pero lo hace porque me ama, y me siento agradecida.
Le digo que la amo una vez más antes de dejarla marchar. Y cuando me doy la vuelta hacia mi nueva vida, veo en la puerta parados y mirando por la ventana a desconocidos que me aman.



                                                                  




Ally ayuda a su padres a recoger los platos y lavar. He aprendido que hacen eso todos en familia, pero ahora que estoy aquí, Nina se salva porque la mandaron a mostrarme mi nueva habitación.
Es espaciosa pero sencilla, como a mí me gusta: Una cama con colcha morada, un clóset y un escritorio de madera oscura.
--Mamá dice que podemos comprar más mueblería después, si esto no te gusta.
Ella deja una de mis mochilas en los pies de la cama y yo dejo la otra enseguida. Me siento en la cama y miro alrededor.
--Es perfecto. Gracias.
Nina asiente y hace una pausa.
--No has cambiadoDiceEres igual a como te recuerdo.
Levanto una ceja.
--¿Me recuerdas?
Asiente, sentándose enseguida de mí cautelosamente, como si temiera que saltara lejos de ella. Como si temiera asustarme.
--Ally es la única que no lo hace. Ella tenía diez cuando te fuiste, pero no recuerda mucho.
Yo no me fui. Yo fui tomada.
Quiero aclararle este punto, pero no quiero ser antipática el primer día. No importa, de cualquier manera, porque parece darse cuenta por sí misma.
--Lo siento.
--Está bien-- la tranquilizo.
Sonríe un poco.
--¿Cuántos años tienes?Le pregunto.
--Diecinueve. Pero reprobé un año, así que aún no estoy en la universidad.
--¿Por qué reprobaste un año?
Duda, pero al final me lo diste.
--Solía estar siempre contigo. Era dos años mayor que tú, pero era la única que alcanzaba la encimera, así que venías a mí cuando querías helado o algo. Ally estaba demasiado  ocupada causando problemas con los otros niños como para reparar en nosotras, así que éramos tú y yo. Cuando desapareciste falté mucho a la escuela, igual que Ally, pero ella se recuperó. Tuve que repetir año.
  Es confuso que esté hablando de mí de esa manera. No parece real.
--¿No era yo muy intranquila?
--Claro que lo eras. Pero no como Ally. Tú sólo tenías que correr por todo el lugar y saltar por ahí, pero Ally se peleaba con los niños. Era como… un desmadreRíePero ahora es mejor. Es más tranquila.
Asiento.
No pensé que las tenía, pero tengo muchas preguntas por hacerle. Entonces una luz se me prende.
--Oye, espera. ¿Dices que eres dos años mayor que yo?
Asiente.
--Y Ally unoAgrega.
--¿Y cuántos años tiene Ally?
--Dieciocho.
Me quedo estática por unos segundos. Aún no me lo creo.
--¿Me estás diciendo que tengo diecisiete?
Asiente. Yo aún no me lo puedo creer así que hago que repita sus edades.
--¿Cuántos años pensabas que tenías?
--¡Mírame! ¡Pensé que tenía quince!
Se encoje de hombros.
--Siempre fuiste más pequeña que el resto… ¿Puedo preguntarte algo?
--Sí.
--¿Cómo puedes olvidar tu edad? Digo, mientras crecías…
Me encojo de hombros.
--Es lo que te hace el aislamiento. Se supone que los humanos somos seres sociables, y la pérdida del contacto con el mundo exterior te rompe. La oscuridad te hace perder la noción del tiempo, como los recuerdos o tu nombre. Pero siempre recordé mi nombre. De hecho el único recuerdo que tengo  a mis nueve años es el día en que me tomaron. Recuerdo mi nombre porque tu papá me llamaba.
--Es tu padre también.
Me encojo de hombros.
Me doy cuenta de que se ha puesto blanca. Supongo que me he acostumbrado a hablar del secuestro con Lauren que lo hago de forma natural, pero es diferente para Nina. Creo que lo peor que pudo alguna vez pasarle fue perder a su hermana. No aislamiento, ni dolor, ni oscuridad, ni hambre. Nada.
--Hay que decirle a mamá que cursas dos grados más abajo…
--Uno, de hechoMe encojo de hombrosMi mejor amigo, Jay, es muy inteligente y supongo que se pega. Estudiábamos juntos y ambos adelantamos un año. Soy una sophomore*
Dios, y cuando lo adelanté, pensé que era muy inteligente. Ahora resulta que ya tenía que haber pasado por ello.
Me siento como una total perdedora.
--Qué bien, entonces. Yo y Ally somos Senior*Sonríe-- Empiezas el lunes. Iré a decirle a mamá.
--¿Decirme qué?
Señora Carrington aparece en la puerta de mi nuevo cuarto con una sonrisa.
--Ella es Sophomore.
--¿No deberías ser una Junior*?
 Le explico mi confusión vergonzosa con mi edad, e igual que Nina, parece afectada. Triste. Esto es por qué no quería venir. No quiero que me miren con lástima.
--Entonces lo arreglaré para el lunes, ¿De acuerdo?Me dice con tono suave.
Asiento y se acerca a mí, pero entonces recuerda mi cosa con el tacto y se aleja.
--Buenas noches-—Me dice.
--Buenas noches.
Se acerca a Nina y le da un beso en la cabeza, luego sale por la puerta.
Esa noche prendo la lámpara en el buró y no tengo pesadillas, pero, mientras duermo, oigo mi puerta abrirse y me pongo tensa. Cuando me asomo, veo a Señor Carrington sin pasar.
--Siento desperarteSe excusaSólo quería asegurarme de que era real. Vuelve a dormir.




                                                               
   



Cuando me levanto en la mañana, Ally y Nina ya se han ido a la escuela y Señor Carrington al trabajo. Ella es la única que está aquí.
--Marcus quiso despedirse de ti, pero no quería despertarteMe diceDice que lo siente. Siéntate. ¿Te gustan los Hot-cakes?
Asiento mientras me siento.
--¿Usted no tiene que ir al trabajo?
Creo que el formalismo la derrumba. No es como si fuese mi intención herirla, pero se siente mal no hablarle de usted. No la conozco. O al menos no recuerdo conocerla.
--Soy organizadora de eventos y mi oficina es la casa de invitadosDice, señalando al patio trasero por la ventana, donde se ve una cabañaEstoy en casa la mayoría del tiempo. Hoy tengo una junta con una cliente a las once, pero después podemos ir de compras y conocernos mejor.
No es que no me guste ir de compras, enserio. Me gusta, pero me da vergüenza que ella gaste su dinero en mí.
--Eh… claro.
No estoy segura de eso.
Al cabo de unos minutos deja el desayuno frente a mí y yo le agradezco, avergonzada. Incómoda.
El teléfono suena y ella se excusa diciendo que es de trabajo, así que me deja sola en la cocina. Aprovecho para llamar a Lauren y a Jay. Lauren me dice que me ama de nuevo y me pregunta si me tratan bien, a lo que yo contesto con la verdad. Me promete visitarme pronto y entonces tiene que colgar porque tiene una reunión. Llamo a Jay después.
--¿Cómo estás?
--Confundida.
--Me lo imagino. ¿Está todo bien allá? ¿Quieres que le patee el trasero a alguien?
Río.
--No creo que puedas patear a alguien estando a unas seis horas de camino de allá a aquí.
--Lo que importa es la intención.
Río de nuevo. Esto es lo que él hace.
--Dejemos de hablar sobre mí, ¿Cómo van tú y Evan?
--Hemos roto.
--¿Qué? ¿Por qué?
--Era un perro. Un perro británico y sexy, pero un perro.
Sofoco una risita. Oigo un ronroneo en el patio trasero y me asomo por la ventana, apoyándome en la encimera de la cocina. Una moto entra con dos pasajeros, uno de ellos mujer.
--De cualquier manera no era tan sexyIntento consolarlo, porque eso hacen los amigos.
--Ya sé que intentas hacerme sentir mejor, porque, admitámoslos, ese perro estaba como el infierno.
Río. Los de la moto bajan, y la chica se quita el casco, revelando que es Nina.
--Es cierto, era guapo. Pero tú estás más guapo, así que él se lo pierde.
--Estoy empezando a recordar por qué te quiero tanto.
Nina saluda por la ventana y se lo devuelvo. Me muevo para abrirle la puerta y quiero llamar a Señora Carrington, pero llamarla así suena mal, igual que llamarla mamá suena incorrecto. Debo preguntarle su nombre.
--Eres un presumido, Jay.
Ríe. Nina entra por la puerta junto a su acompañante, quién se quita el casco en el camino.
--Pero igual me amas.
--Claro. Oye, debo colgar. ¿Te hablo en la noche?
--¿Vas a decirme cosas sucias?
--Ya quisieras, pervertido.
Nina alza su ceja hacia mí y yo cuelgo.
--¿Quién es un pervertido?Pregunta.
Sacudo la cabeza, sonriendo aún.
--Tal vez deberías avisarle a tu mamá que ya llegaste. Está hablando por teléfono.
Sonríe y asiente. Se gira hacia su acompañante, que ahora no tiene el casco y me mira fijamente. Es super guapo. Tan alto como Nina, pelo lacio y negro y ojos oscuros. Y su cuerpo es una obra de arte. Pero no me permito mirarlo más de unos tres segundos.
--Dan, esta es Livie. Livie, Dan.
Sonríe.
--Hey.
--HeyLe devuelvo el saludo.
--Me alegro finalmente conocerte.
Sonrío, pero le dirijo una mirada a Nina de  De Qué Demonios Habla.
--Es un antiguo amigo de la familiaExplicaLos amigos de la familia saben lo que pasó.
Sabe que fui secuestrada.
Y probablemente sabe que fui torturada.
Demonios.
Asiento y me doy la vuelta, intentando no parecer maleducada, pero de pronto ya no puedo mirarlo a los ojos. Señora Carrington entra a la cocina y levanta las cejas cuando los ve.
--¿Pero qué hacen aquí, jovencitos? La escuela no termina aún.
--Nos dejaron salir antesDice DanHubo una especie de junta sorpresa para los maestros.
--¿Y dónde está tu hermana, Nina?
--Ally se quedó por lo de teatro. Ya sabes que las últimas semanas la ha estado volviendo loca.
Asiente. Luego su cara se ilumina.
--Dan, ¿Ya te presenté a mi hija, Livie?
--Ya la he conocidoSonríe.
Señora Carrington me mira.
--Marcus solía entrenar a su equipo hace unos años. Ahora es compañero de química avanzada de Nina y su madre es una gran amiga. Lo verás mucho por aquí.
--Okey.
--Encontrarás que soy bastante adorableDice él, con una sonrisa divertida.
--
¡Oh, cállate! Liv, no le hagas caso. Es un perdedor. No vayas a caer en sus redes.
Sonrío.
--Soy algo así como infalible con redes de chicos, así que estaré bien.
Lo que no es mentira. Me he resistido a cada chico, pero porque me dan miedo. Pero el punto es que nunca he caído.
--Eso dices ahoraMe dice él, señalándome con un dedo y sonriendo.
Ruedo los ojos.
--Claro.
--¿Es un reto?
--No. ¿Cuál es el punto de un reto cuando ya sabes que vas a ganar?
Abre la boca, medio sorprendido y riendo.
--Tienes lengua filosa, ¿No?
Me encojo de hombros. Nina golpea a Dan en el hombro.
--No te metas con mi hermana. ¿Por qué no te vas a ligar con alguna de tus amiguitas?
Dos pensamientos me dominan : ¿Estaba ligando conmigo? ¿Y ella en verdad me acababa de llamar hermana como si nada?
--Mandona.
Señora Carrington sacude la cabeza con una sonrisa y se fue a contestar otra llamada.
--PerdedorLe dice Nina.
Bromeamos un poco, de una manera en la que me recuerda a mi relación con Jay. Y, si el chico sabe mi historia, al parecer no le importa.
Y ahí, en medio de la cocina, bromeando, me parece que no va a ser tan malo.



*Sophomore: Estudiantes de nivel como medio. El 10°. Los de dieciséis van ahí.
*Senior: Del último año. Los de dieciocho años.
*Junior: De penúltimo año. Los de diecisiete.


--Sthep Stronger.
Les puse este también porque el otro era muy cortito :)

Taken. Capítulo 2.

The Magic Breath...
Taken. Capítulo 2. "La familia Carrington".



--
¿Y simplemente la vas a dejar ir?Recrimina Sierra, dentro de la oficina de Lauren.
No saben que he venido de la escuela aquí, de otra manera, no hablarían de esto enfrente de mí.
--¿Y qué se supone que haga?La voz de Lauren suena afectada desde el otro lado de la puerta de madera clara entreabierta.
--¿Y qué si sus padres son unos abusadores, maniácos, que sé yo?Escucho a Tim decir--¡No podemos dejarla con ellos!
--¿Pero qué te crees que no he investigado ya?Lauren casi grita, con voz entrecortadaLos Carrington son una familia respetable. No antecedentes, no nada. Ni siquiera una jodida multa.
  Nunca he escuchado a Lauren maldecir.
--¿Livie?
Derek aparece detrás de mí, tomándome del brazo y dándome la vuelta. Quiere decirme algo sobre ello, pero abre la boca y la cierra, con sus ojos oscuros caídos. Quita la mano de mí y pasa sus dedos sobre su pelo oscuro y largo, como si estuviera muy cansado. Se ve realmente más viejo que sus cuarenta años. De hecho, se ve tan mal que no me doy cuenta cuando dentro de la oficina dejan de hablar y Lauren abre la puerta.
Tiene los ojos rojos.
--Olivia, cariño. ¿Qué haces aquí?
Ella es la única que me llama Olivia, y pienso que lo extrañaré jodidamente cuando me envíe lejos.
--¿Carrington? ¿Así me llamo?
Mi pregunta parece desmoronarla.
--Siempre serás una Farley, Olivia. No importa qué. ¿De acuerdo?
Asiento ante su apellido, el cual me compartió cuando me salvó.
Olivia Farley. Olivia Carrinton. Todo es tan… Es tan horrible.
 Sierra camina hacia mí, con su pelo negro y ondulado cayendo sobre sus hombros. Es más alta que yo así que se tiene que inclinar para abrazarse. Como si fuese la última vez que me verá.
Porque es así.
--No me quiero ir, LaurenLloriqueo una vez más desde ayer, cuando Sierra me suelta--¡No dejes que me vaya!
Lauren parece destrozada, pero, ¿Qué hay de mí? ¿Qué acerca de la chica secuestrada y torturada y alejada dos veces de las personas a las que amaba?
--Olivia…
Pero no puede decir nada.
--¡Di algo!Sierra le da un manotazo a Tim, sentado en un sillón con las manos en su cabeza, mirándome.
--Estoy de acuerdoDiceLauren, tienes que hacer algo.
Lauren no parecía poner atención. Después de unos segundos, me tiende dinero y me dice:
--Vete a casa, Olivia. Hablaremos más tarde.


                                                                      
 

Y lo hacemos.
Estoy viendo la tele cuando llega a casa, sin poner atención realmente a las imágenes. Ella deja la bolsa en el sillón de una sola persona y se sienta a lado de mí. No decimos nada por unos minutos.
Volteo a verla. Extrañaré su pelo rojo-naranja, y sus pecas debajo de los ojos, en los pómulos, y que me llame Olivia y… Y todo.
Primero, me dice que es lo correcto.
Pero esto no es correcto para mí, así que empiezo a chillar. Hago muchas promesas: Que me portaré bien, que ni siquiera notará que estoy aquí. Intento convencerla de que no llame a los Carrington para que me tomen. Cuando me dice que ya lo ha hecho esa mañana, le pregunto por qué no me quiere entre sollozos. Le pregunto por qué no me quiere cuando yo la amo más que a nada en este mundo, y me responde, llorando también, que me ama pero que tengo que marcharme. Que ellos me aman también. Que han estado esperando muchos años.
Pero ellos no son Lauren.
Ellos no dormirán conmigo por las noches cuando tenga pesadillas ni me tratarán normal cuando ven mis cicatrices en mis muñecas o en mis muslos, ellos no van a cuidar de mí como Lauren. Yo no los quiero como a Lauren.
Lauren me promete que me llamará y que irá a visitarme, pero yo no quiero eso. Eso es una mierda.
Y se lo digo, y por primera vez, no me regaña por maldecir.
Y sé que en verdad va a hacerlo: Va a hacerme empacar mis maletas y verme marchar al día siguiente. Lauren va a soltar mi mano y arrojarme a un montón de desconocidos que esperan ver a aquella niña de nueve años, alguien que yo ya no soy. Tengo quince. Tengo el apellido Farley;
   Ya tengo una familia.


                                                                     
 



Veo la alta y esbelta figura de Lauren apoyada en el marco de mi habitación mientras termino de cerrar la última maleta. En verdad no tengo muchas cosas, aunque Lauren me ha dado cierta cantidad de dinero mensual para que yo elija lo que me voy a comprar, no gasto mucho de ello. Todas mis pertenencias caben en dos maletas medianas color verde.
 No hablamos, una vez más. Oímos la lluvia caer en el techo del silencioso departamento de mujer-soltera mientras termino, y cuando lo hago, me paro frente a ellas paralizada, sin querer moverme. Después de unos segundos, escucho sus tacones moviéndose hacia mí, ayudándome con las maletas.
Cuando estoy dentro del auto, esperando a que termine de hablar con el portero, llamo a Jay. Lo conocí unos de los primeros días de escuela. Es gay, y es incomprendido. Tal vez es por eso que nos llevamos bien. No por lo de ser gay, sino por lo incomprendido. Puedo decir que le guste que no actúe toda rara cuando me habla del chico con el que está saliendo, y a mí me gusta que no presiona sobre mis heridas en mis muñecas y mi cosa con los extraños tocándome. Nos entendemos.
--Hola, rarísima.
Y de alguna manera, funcionamos a la perfección.
--Hola, friki.
Ríe al otro lado de la línea, pero luego se calla.
--¿Te vas ya?
--Por eso te llamo. Sólo pensé que te gustaría saber.
Guarda silencio por unos momentos.
--¿Qué voy a hacer sin ti?Pregunta.
No sé qué responderle. Agradezco su cariño, agradezco su amistad, y decirle que yo también lo voy a extrañar no parece suficiente para expresarlo.
--Lo siento, JayContesto, a cambio.
--¿Va a volver alguna vez?Pregunta después de una pausa.
--No lo sé. No sé qué va a pasar. Estoy asustada.
Es una mierda, ¿Sabes? Cuando amas a alguien y son arrancados de tu vida. Y cuando vuelves a amar y también te los arrebatan. Como si aprender a amar y ser amado fuera tan fácil.
Se lo menciono a Jay, porque de pronto estoy enojada.
--¡No es justo!Grito al teléfono.
Veo a Lauren por la ventana salir del edificio y bajar las escaleras.
--Aún voy a estar en tu vida, Liv. Igual que Lauren. Tú, jovencita, no vas a deshacerte de mí tan fácilmente.
--¿Es una promesa?
--Es una amenaza.
Reímos juntos, y eso basta para sacudir la tensión de mis hombros, al menos por un rato. Al menos hasta que Lauren toma el camino a la salida de la cuidad.
Hace frío, pero aún así, tengo las manos llenas de sudor frío. Me las limpio con mi pantalón de mezclilla y subo el zíper de mi sudadera negra al igual que la capucha. Me acomodo en el asiento y cierro los ojos, porque me siento agotada y también porque no estoy segura de querer hablar con Lauren. Sé que no es su culpa, que es lo correcto por hacer, y ahora sé que me ama, pero me siento furiosa porque me deja ir.
En alguna parte del camino de seis horas me quedo dormida y cuando despierto, estamos aparcando en el camino de entrada de alguna casa típica de familia rica: El cerco blanco de madera, la casa grande y ése infaltable jardín bien cuidado.
No tiene nada de malo, pero no recuerdo vivir de esta manera, así que eso equivale a que nunca he vivido así, así que no me siento cómoda con ello.
 No quisiera bajarme del auto de Lauren nunca, pero la verdadera razón por la que me quedo dentro es porque mis ojos se vuelven a cerrar en protesta del sueño. Siento a Laura sacudirme. Ella se detiene y después mi puerta se abre, me quita el cinturón de seguridad y susurra mi nombre.
--Olivia. Olivia, despierta.
Bostezo y me digo a mi misma que debí dormir anoche en vez de hablar con Jay toda la noche sobre nuestras preocupaciones.
--No quiero.
--Olivia, vamos.
Escucho una puerta abrirse, pero a distancia. Pienso en la mamá y el papá que quieren ver a la niña de nueve años.
¿Soy tan mala persona por no quererlos?
Suspiro y me siento en el asiento, deslizándome fuera después: con todo eso de mi baja estatura, siempre estoy deslizándome hacia abajo para bajar de sillas. Un metro cincuenta y cinco no son suficientes.
Levanto la cabeza hacia el cielo antes de mirar a los Carrington y todo se desestabilice en mi vida. No llueve aquí, pero está nublado y hay humedad, por lo que hace mucho frío, pero no más de lo que una vez estuve acostumbrada tiempo atrás, cuando fui tomada.
Tomada.
Parece una palabra tan pequeña para todo lo que significa. Tan insignificante. Como si el aislamiento no estuviese implicado, ni la oscuridad, ni la mutilación, ni las lágrimas o el miedo. Como si no te rompiera completamente.
Incapaz de prolongar mi pequeño tiempo de paz mental, me enfrento al mi caos personal: una mujer con cabello castaño, un hombre alto, muy alto, con cabello negro y moreno, y dos adolescentes  mujeres detrás. Todos ellos me miran fijamente, con expectación.
 Ellos son los Carrington.
Lauren me hace un gesto a la chaqueta y con un suspiro me quito la capucha para que puedan ver mi rostro. Tomo la mano de Lauren y nos dirigimos al camino de entrada, juntas.



--Sthep Stronger.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Mini reseñas: The Summer I Turned Pretty & Seven Tears Into The Sea




The Summer I Turned Pretty (Summer, #1)
Reseña: The Summer I Turned Pretty.
Jenny Hal.
Primer libro de una trilogía con nombre
que no me acuerdo.


Belly mide su vida en veranos. Todo bueno, todo lo mágico pasa en el tiempo entre julio y agosto. Invierno es simplemente un tiempo para contar las semanas hasta el siguiente verano, un lugar lejos de la casa de playa, lejos de Sussanah, y más importante, lejos de Conrad y Jeremiah. Ellos son los chicos que Belly conoce desde su primer verano, ellos son sus figuras de hermanos, sus primeros flechasos, y todo en el medio. Pero un verano, un terrible y hermoso verano, por más que cambia, más se convierte en la manera en la que debió de haber sido todo este tiempo.


-Sinopsis traducida por mí y si quieres tomarla puedes hacerlo-







Leí este libro porque leí una reseña que me lo super recomendaba, así que me lo leí... Y no estoy muy segura. Quiero decir, me gustó. En verdad. Sin embargo no creo que haya sido un libro para ponerlo en las nubes.
L'été où je suis devenue jolie

  La historia en sí no es como muy original, y los personajes tampoco, pero lo que en verdad en verdad me ha gustado es la relación que ellos tenían el uno con el otro. Todos eran tan unidos, y... Supongo que eso me hizo seguir leyendo. Y hay personas que empiezan a fangirlear por algunos de los hermanos, sobre todo por Connor, pero... Díos mío santísimo. Con ganas de zarandearlo a ver si se le quita. He dicho que me gustó la relación que mantenían, pero entonces las cosas se empezaron a poner turbias con los personajes, sobre todo con Connor y Belly. Te voy a decir algo: Connor es el ser más arrogante y egoíste que he visto desde los tiempos de Jace Wayland (Bueno, Jace no era egoísta hasta donde llegué en los libros, pero tú entiendes mi punto). 
Connor es... *Suspiro* Pero  Jeremiah, y Sussanah y la mamá de Belly cuyo nombre no recuerdo hicieron que le pusiera cuatro estrellas en Goodreads. Es un libro bonito. Bien narrado y todo.




Seven Tears Into the Sea
Reseña: Seven Tear Into The Sea.
Terri Farley.
Libro único.

Llama al mar,
Yo vendré a tí...
Derrama siete lágrimas,
Tal vez siete años...

A la edad de diez, Gwen Cooke tuvo un extraño encuentro con un chico con oscuros ojos ligeramente inclinados. Él vino hacia ella en la playa, susurró palabras extrañas en sus oídos, y luego desapareció. Poco después, su familia se mudó y Gwen nunca volvió a ver a sus padres.
Ahora tiene 17, y Gwen está volviendo a la casa de su infancia. Su abuela le pidió que fuera, pero ella sabe que vuelve por una razón diferente:  Ella añora el mar. Tal vez el mar la llama. Tal vez la memoria del chico y sus hechizantes palabras la están ahogando de regreso al lugar donde se conocieron.
 Tal vez es tiempo de que ella enfrente su destino.

Yo traduje.




No lo terminé. 

Nunca reseño los libros que no he terminado, pero alguna fuerza cósmica me empujaba a escribir la reseña. Tal vez la reseña me llamaba. Tal vez el sentimiento con este libro me estaba ahogando de regreso al teclado. Tal vez era tiempo de que afrontara mi opinión.
  Lo siento. Volviendo.
Agregar leyenda
El libro es acerca de Selkies. Y como los quiero mucho voy a evitar que se vayan a buscarlo en internet como yo lo hice y se los voy a poner aquí: Los selkies son un míto escocés (O por ahí) de mujeres u hombres focas.
Al principio no lo entendía bien, pero según esto los selkies son focas que tienen el poder de transformarse en mujeres. Selkie va a la orilla del mar, se desprende de la piel y la oculta en algún lugar en la playa. Si un marinero o algún miembro del sexo masculino en general encuentra la piel, es algo así como su esclava. No importa que los dos estén casados y con hijos, porque si Selkie encuentra su piel se va ir chapoteando.
 Y entonces está el chico de Gwen. Selkies hombres, que son menos recurrentes, pero aún así no inexistentes (O en lo que la mitología se refiere). Se supone que los selkies hombres también esconden la piel, pero éstos sólo salen cuando una mortal desdichada en el amor derrama siete lágrimas en el océano, lo cual no entiendo muy bien porque Gwen nunca derramó nada. La pobre tenía diez años y era sonámbula.

Jessie

Primero fue aburrido, pero tenía tantas ganas de leerlo que seguí, porque tienes que confesar que la temática era buena. Pero la autora no creo que supo como manejarlo. Siguió siendo aburrido porque había episodios en que veíamos como hacía todas las cosas de su día, y generalmente cuando se escribe se salta a los puntos importantes, ¿Sabes? Tuvo que pasar un tiempo para ver a Jessie (Me parece que era su nombre), el foco que la salvó hace algún tiempo. Y cuando finalmente lo encontró... Qué frustración. Sus conversaciones eran muy raras. Estaban hablando de todo y de nada en absoluto, y no entendí. Oye, a lo mejor fui yo. A lo mejor, no sé, tenía mucho sueño, pero fue super raro.  Además ella hablaba sola la mitad del tiempo.

Éstas fueron las razones por la cuál no pasé de la página 125.


Saludos,
Sthep.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Red Thread. Chapter VI

VI

Me quedé medio ida viendo cuerpo inerte de Luca enfrente de mi.
De no haber estado preocupada por el hecho de que se encontraba inconsciente ya me hubiera reído de él.
Cuando me recuperé de mi shock, me arrodillé a su lado e intente levantarlo, pero era un monstruo corpulento, no podía con él.
-Vamos pedazo de estiércol, levanta tu flojo trasero.- dije medio en burla, medio preocupada.
Al ver que no reaccionaba, el alcohol que estaba fluyendo por mis venas, rápidamente se desvaneció, haciéndome mas consciente.
Estrujé a Luca con todas las fuerzas que pude, pero no había respuesta, mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
Alan y Patrick intentaban ayudarme a despertarlo, al parecer a ellos también se les había quitado la borrachera, al igual que Suzie y Scout que estaban pálidas del susto.
Nadie hacia nada para ayudarnos, todos miraban ésto como si también fuera un jodido espectáculo. En mi vida había estado tan asustada, no sabía que le pasaba a mi hermano si estaba bien o no, ni siquiera había recibido cuidados médicos.
No me permití llorar, no, todavía no.
-¿Sienna, traes tu carro?- preguntó alguien a mis espaldas.
-¿Qué?- dije con una irreconocible voz, producto de un nudo en la garganta gracias al esfuerzo que estaba haciendo para no llorar.
Ian se paró enfrente de mí y repitió la pregunta.
Asentí con fuerzas y el, como pudo, paró a Luca y con la ayuda de Alan y Patrick, lo sacaron del bar casi arrastrando.
Fui por mi mochila, que estaba en los sillones e inmediatamente corrí detrás de ellos.
Al llegar a mi carro, abrí la puerta trasera y metieron a Luca como un cadáver.
Mi corazón no paraba de latir con fuerza.
Que no sea nada malo, por favor, que no sea nada malo.
Abrí la puerta del conductor y miré a los chicos con gratitud.
Ian se acercó a mi.
-Deja que te acompañe al hospital.
Necesitaba apoyo, y no estaba dispuesta a llamarle a mis papás hasta que no supiera que tenía Luca.
Asentí, me dispuse a manejar, pero sabía que no era prudente, aunque estaba muy asustada y al parecer se me había bajado la borrachera con el susto, no me sentía muy segura.
Le tendí las llaves a Ian y el comprendió al instante.


Hacía una hora que estábamos en la sala de espera del pequeño hospital de aquél pueblo, esperando que nos dieran noticias de mi hermano.
Me sentía tan débil, tan frágil, sentía que no era yo.
Mis ojos no soportaban mas el tener que estar con lágrimas, las cuales tenía que derramar, me dolían, al igual que el nudo en la garganta. Pero nada dolía mas como mi corazón, sentía que se quebraba, mientras mi mente me jugaba una mala pasada haciéndome pensar en cosas horribles acerca de Luca y la tardanza de las noticias.
Ian trataba de tranquilizarme.
-Las malas noticias vuelan rápido, Sienna. Ten paciencia, seguro tu novio está bien.
Casi pude reírme, pero en vez de éso, mi pecho dolió más.
-Es mi hermano.- dije luchando contra las lágrimas, por milésima vez en ésta hora y media.
-Lo siento mucho.- dijo.
El me miró a los ojos y suspiró.
-Debes llorar, llorar hace bien.- me dijo después de un rato.
Lo miré incrédula.
-¿Para que me tengas lástima? No gracias, estoy bien así.
El se rascó la cabeza e hizo una mueca con la boca.
-No te tendría lástima, con lo poco que te conozco se que eres una persona fuerte.- al ver mi expresión de "cállate la boca" suspiró.- ¿Quieres por lo menos un abrazo?
-No.
Miré el extraño cuadro que tenía plasmado una linda cascada, en donde había un lago y grandes superficies llenas de césped y flores silvestres, algo muy vivo para un hospital.
Me mordí el labio y abracé a Ian.
El pasó sus manos por mi espalda y masajeó en círculos, tratando de tranquilizarme.
-¿Familiares de Luca Dellepiane?
Casi empujé a Ian y corrí hacia donde estaba el doctor.
-Su hermana.- dije desesperada.
Juzgando por la expresión del doctor, el esperaba ver alguien mayor, pero suspiró y me miró con comprensión.
-Hicimos estudios de sangre y vimos que tenía una cantidad considerable de alcohol en sus venas, según hipótesis, su hermano se cayó y se golpeó la nuca, dejándolo inconsciente, además de un fuerte golpe en la cabeza.
-¿Pero está bien?- preguntó Ian robándome la pregunta.
El doctor sonrió.
-Sí. Lo hemos traído a la realidad ya está consciente.
-¿Lo puedo ver?- dije todavía mas desesperada.
-Claro.
Le di las gracias al doctor y corrí a la habitación de Luca.
Ian decidió darme privacidad y se quedó afuera.
Cuando abrí la puerta y miré a Luca acostado en ésa camilla, fue cuando me permití llorar.
No tenía la intención llorar tan escandalosamente, pero todo se fue a la borda cuando sollocé y Luca me miró.
-Oh, no no no, Sienna, ven acá.- me pidió con una voz ronca.
Me acerqué a él y lo miré.
Luca tomó mi mano y la apretó.
-Estoy bien.- dijo tranquilizándome.
-No sabes cuánto me asusté, Luca.- dijé sollozando.
-Estoy bien.-repitió.
Y ahí fue cuando toda mi furia interior salió a flote.
-¿ME DICES QUE ESTÁS BIEN CUANDO ESTAS EN UNA CAMA DE HOSPITAL CON GOLPES EN LA CABEZA POR SER UN MALDITO BORRACHO? ¡ME ASUSTÉ MUCHO, CON UNA JODIDA!- grité con todas mi fuerzas y luego me subí a la camilla para acostarme junto a él y lo abracé con fuerza.- No se que hubiera sido de mi si te hubiera perdido, por favor, no vuelvas a asustarme así.
El me despeinó y sonrió.
-No prometo nada, pero nunca dejaré a mi hermanita menor.
Sonreí.

Ésa misma noche dieron de alta a Luca, por lo que no hubo necesidad de hablarle a mis papás.
¿Para qué preocuparles si él ya se encontraba bien?
Luca se subió a mi carro y yo me quedé un rato con Ian.
No lo miré a los ojos.
-Gracias Ian, por todo.- dije algo apenada.
El sonrió y se encogió de hombros.
-No hay de qué, me alegro de haberte visto ya se me hacía que nunca te vería, pero las razones por las que estuvimos juntos no fue lo mejor.
Sonreí y le di un empujoncito.
-Sabes donde vivo.
-No soy así, soy buen chico.
Me reí.
-Enserio, algún día hay que salir sin que un hermano borracho lo impida.- dije señalando con el pulgar a Luca, que estaba atrás de mí, en mi carro.
-¿Qué te parece el sábado?
-¿Qué tienen los sábados? ¿No puede ser un martes o un Lunes?
El se rió.
-Trabajo por las tardes, pero si quieres, podríamos salir un martes después de que yo salga de trabajar.
-Depende de que horas salgas de trabajar.
-No trabajo en un stripclub, salgo a las 7.
Sonreí.
-Perfecto, pues el martes será.
-Me parece bien.- dijo y pasó una mano por su cabello.
-Nos vemos.- dije.
-Nos vemos.
Me subí al carro y me despedí de él con la mano.
-Te gusta.- dijo Luca.
-Cierra el pico, apenas lo conozco.
-Es Ian, ¿no?
-Cierra el pico, no te metas.- dije mientras me concentraba en ver el camino, no quería chocar ni nada.
Luca se rió.
-Claro que te gusta.
Negué con la cabeza.
Seguí ignorando los comentarios de Luca el resto del camino a casa.
Era ridículo, no me gustaba Ian. Debía admitir que era apuesto y agradable, una combinación muy extraña ya que los chicos guapos generalmente eran unos arrogantes y egoístas.
Comencé a pensar en la hermosa canción que había cantado, cuando caí en cuenta de algo:
¡Había hecho una escenita borracha, cantando una estúpida canción, enfrente de Ian!
Quise desaparecer.
Llegamos a casa, estacioné la chatarra que tenía de carro en el garaje y me percaté de que el pickup de Luca estaba ahí.
Mierda.
Miré a Luca, desesperada.
-Ya inventaremos algo.- dijo con toda la calma del mundo.
Se bajó del carro y caminó hacia la puerta para entrar a la casa que estaba en el garaje, mientras yo me quedaba ahí, en el asiento tratando de encontrar alguna excusa.
Suspiré, le pegué al volante, resignándome y bajé.
Cuando entré a casa, Alan y los chicos se encontraban junto a Luca. Mamá negó con la cabeza y papá frunció los labios cuando me miraron.
Scout me miró y corrió hacia mis brazos, abrazándome.
-Temí lo peor, yo creí que...- y comenzó a sollozar.
Yo le froté la espalda.
-Shh, el idiota está bien, todo ya pasó. Gracias por traer el carro de Luca.- le murmuré al oído, al parecer éso le tranquilizó que dejó de abrazarme y me sonrió, mientras secaba sus lágrimas.
Tanto los ojos de Scout como los de Suzie estaban rojos de tanto llorar, no podía imaginar mi aspecto.
Miré a Patrick y Alan que estaban mirándome. Fui hacia ellos y los abracé al mismo tiempo poniendo un brazo en sus cuellos.
-Gracias, chicos.- les dije bajito.
Alan me besó la mejilla y Patrick, dejando atrás su onda medio emo, me abrazó mas fuerte.
Suzie estaba con Luca en el sillón. Me pareció una linda escena, por lo que decidí no interrumpir y fui con mis padres, que estaban en la cocina, esperándome.
Papá fue el primero que habló.
-Tocaron a la puerta ésas jovencitas hechas un mar de lágrimas preguntando por ustedes, a los minutos, llegaron ésos muchachos con el pickup de Luca. No entendía que sucedía hasta que Suzie nos contó lo que pasó. No sabes lo...-dijo, pero mamá lo interrumpió con voz severa.
-No sabes lo que pasamos al saber que Luca estaba inconsciente quién sabe en donde, contigo y un chico que apenas conoces. ¿No pudiste haber llamado? Es una gran irresponsabilidad de tu parte, Sienna.
Me mordí el labio, quería realmente contestar, pero sabía que ellos no habían terminado. No quería meterme en mas problemas.
-Nos has decepcionado, Sienna.- dijo papá.
Bajé la cabeza intentando ocultar las lágrimas que se habían escapado de mis ojos inconscientemente, papá casi nunca me llamaba por mi nombre, siempre era Principessa, cariño, o algo así. Lo que más me dolió fué ese "Nos has decepcionado, Sienna" en tono lastimero.
No hay peor cosa que éso.
-Pero él está bien.- susurré, todavía mirando al suelo.
-¿Y si no lo hubiera estado?- dijo mamá.
Era mi turno para hablar. Limpié mis lágrimas con rudeza y miré a los ojos a mamá.
-Ni siquiera me preguntan mi versión de lo sucedido, sacan sus propias conclusiones y al final termino cargando toda la culpa, como siempre. Estoy cansada de esto, muy cansada. Y si los he decepcionado por el hecho de preocuparme de mi hermano en vez de llamarlos a ustedes para decirles lo sucedido, pues lo siento mucho,pero las cosas son como son, ya no puedo regresar el maldito tiempo.
Di media vuelta y caminé hacia la sala en donde estaban los chicos.
Suzie se dio cuenta de mi estado y me sonrió tiernamente, de ésas que dicen "todo estará bien".
Los chicos se quedaron un pequeño rato, pero al final tuvieron que irse, dejándonos solos.
Yo suspiré y fui a las escaleras.
-No fue tu culpa.- dijo Luca, siguiéndome.
Volteé a verlo poniendo los ojos en blanco.
-Córtala, ¿sí?
-No, Sienna. No hagas caso de lo que digan nuestros papás, no es fue tu culpa. Yo me embriagué y por idiota me pasó éso, tu no tienes que cargar con toda ésta mierda.
Negué con la cabeza y subí las escaleras, dejando a Luca hablando solo.
Cuando estuve bajo la protección de mi cuarto, me acosté boca abajo.
Sin quitarme ni siquiera los zapatos, quedé sumergida en un profundo sueño, en donde el protagonista era Ian.

-LizzieG.

Pd. ¡Feliz Navidad!

jueves, 26 de diciembre de 2013

Regalos de Navidad

No hago esto desde hace un tiempo, pero quería enseñarles lo que me trajo Santa... (Mi papá)



  Es la foto familiar :)
  Fuego fue un regalo de mí para mí. Todavía no lo termino, pero ya casi... Más o menos. Es que estoy leyendo muchos libros al mismo tiempo. Anna And The French Kiss fue un regalo de navidad de mi nana. Sí, sí leo en inglés, antes de que me pregunten. Simplemente me tardo más.

                                                                 

Los demás también son en inglés. El primero Divergent, que estoy leyendo actualmente junto con otros cinco, fue también un regalo de mí para mi. The Naturals fue el que de hecho me amaneció. (Estoy muy emocionada de leerlo)

Y ya :) Ya quiero leerlos todos!

-Sthep.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Feliz Navidad



Esperamos que hayan comido mucho y que les hayan regalado libros, y dulces, y cualquier otra cosa en la que estén interesados... Y también que hayan disfrutado el tiempo familiar y eso.


Ps: Nunca lo pusimos (Porque somos flojas Y olvidadizas), pero el sorteo se canceló.

martes, 24 de diciembre de 2013

Taken. Capítulo 1.

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Taken. Capítulo 1.

Pasó en un día soleado, en un parque de diversiones. Al menos me acuerdo de eso. Yo era muy pequeña aun cuando pasó.
   Mi padre me perdió en medio de toda esa gente. Y no era su culpa, pues yo era pequeña e inquieta, y corrí por todo el lugar para ver el tren pasar por las vías. Yo quería subirme, pero mi padre era muy lento. Llamó mi nombre en la multitud mientras yo esperaba en la cola. Tenía nueve años.
--¡Livie!Gritó--¡Olivia!
Sonaba un poco asustado, así que yo me acerqué, pero había demasiada gente y me perdí entre el mar de cuerpos.
Mi padre seguía gritando mi nombre cuando me golpeé contra una señora.
--¿Estás bien, cariño? ¿Estás perdida?
Asentí, mientras las lágrimas empezaban a acumularse en mis ojos. Ella tomó mi mano y me prometió que encontraría a mis padres por mí mientras nos alejábamos.
No me di cuenta de la forma en que me miró, porque papá y mamá no me habían advertido sobre ella. Me advirtieron sobre hombres pidiendo que fuera con ellos, pero no sobre mujeres. Porque se suponen que las mujeres son buenas. Tiernas y maternales y todo eso.
 No se supone que las mujeres te secuestren.



                                                                  




--Olivia, ¿Has reunido tus cosas ya?Me pregunta Lauren, entrando a mi habitación.
Solía ser su estancia, pero cuando yo llegué, movió los sillones y algunos libreros para meter la cama y el closet, pero me quedé con la TV. De eso ya hace casi tres años.
--No quiero irDigo, con mi voz ahogada por tener mi cabeza debajo de mi almohada.
No quiero ser desagradecida. Doy gracias todos los días cuando me levanto y veo la luz del sol reflejarse en la ventana. Doy gracias por todo lo que tengo, porque Lauren me haya encontrado. Así que intento hacer todo lo que puedo para no molestarla; Soy primera en mi clase y limpio, cocino para ambas desde que ella no tiene mucho tiempo y hago todo lo que me pide. Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que hizo por mí. Sin embargo no quiero hacer esto.
Siento su peso en mi cama y quita la almohada de mi cabeza.
  Lauren no es una mujer muy maternal o algo. No cocina, definitivamente no hornea galletas o organiza cosas para caridad. Ni siquiera tiene una casa, sino un apartamento en un edificio un tanto lujoso, gracias a su carrera como investigadora privada/ abogada. Y sin embargo, nada de esto no impide que me mire con suavidad y comprensión.
Lo único que no cuadra en su vida de mujer adicta al trabajo lo suficiente como para no tener familia soy yo.
 Ella quita su pelirrojo cabello de su cara y lo pone detrás de su oreja.
--Livie.
--LaurenRepito su tono.
Rueda los ojos pero seguido me mira con preocupación.
Tal vez es una obsesa del trabajo y no puede estar en una relación seria sin salir pitando, pero ella se preocupa por mí. Me ama, incluso. Tal vez.
E incluso cuando ella simplemente me quiera y no me ame, yo lo hago. Yo la amo como a nada en este mundo.
--Sé que no quieres ir, pero tienes que hacerlo.
--¿Por qué?
--Tienes que hablar de lo que pasó años atrás.
--¿Cómo eso va a ayudarme?
Con las puntas de sus dedos, coloca mis pelos lacios y negros detrás de mi oreja, como suele hacerlo.
--Porque hablar ayuda.
--No hablar sobre eso me ayuda. Además no es justo que desperdicies tu dinero en un psicólogo de mierda.
Lauren me reprime por mi vocabulario y seguido dice:
--Sabes que no me importa gastar mi dinero en ti. Estamos juntas, ¿Recuerdas?
Asiento.
--Pero aún no quiero irAgrego.
Entonces la estricta Detective Privada Super Famosa y Exclusiva sale a la vista. Me mira severa y dice con tono grave:
--Levanta tu trasero de la cama y ponte algo de ropa. Nos vamos dentro de diez minutos.
 Suspiro y me levanto.



                                                              
 



--El secuestro es una cosa muy grandeDice Suresh, un psicólogo indio que he estado viendo una vez al mes desde que tengo a LaurenY también lo es la tortura.
Me mira, esperando a que yo diga algo.
No sé qué quiere que diga. Quiero decir, lo es, pero, ¿Qué vamos a hacer?
--DimeDice, después de que yo no digo nada--¿Lauren ha encontrado a tus padres biológicos? ¿Cómo te siente sobre ello?
Me hace esas dos preguntas constantemente, y siempre me congelo.
No recuerdo mucho acerca del día en que fui tomada. Recuerdo después, recuerdo el dolor y la oscuridad que me rodeaban, recuerdo el temor y los gritos. Mis gritos. Y recuerdo el día en que Lauren me encontró por accidente. Ella había seguido la pista de una niña que fue secuestrada, otra niña, cuyos padres habían pagado para que la encontrase. No la encontró a ella, pero me encontró a mí. Cuando supo que yo no era ella, Lauren simplemente no pudo dejarme ir. Negoció y pagó a quienes me tenían ahí para que me dejaran ir, luego llamó a la policía los atraparon. Y cuando me sacó, pasó semanas buscando a mis padres mientras yo me quedaba en Servicios infantiles. Pero yo no podía ayudar, puesto que recordaba muy poco, como mi nombre y el día en que me tomaron. Pero no podía recordar lo otro: Mi ciudad, mi familia, mi edad. Pasó un tiempo hasta que pude verme en un espejo de nuevo, y cuando lo hice, ya no tenía nueve años. Mi reflejo mostraba a una adolescente pequeña, de trece o catorce años. Quise determinarme a mí misma de catorce, pero Lauren dijo que parecía más de trece, así que decidimos que esa sería mi edad. Ahora tengo quince.
 Han pasado tres años desde que Lauren ha intentado localizar a mi familia y aún no ha habido nada, lo que explica que ella me haya tomado bajo su techo. Pensé que era raro los primeros días, porque ella no me conocía y sería más fácil haberme abandonado bajo la supervisión del gobierno. Pero Lauren había sido huérfana y sabía lo que era ser yo. Excepto por la parte de secuestro y tortura.
  Me encojo de hombros ante la pregunta que me hace el doctor Suresh.
Se supone que debo  añorar a mi familia, la verdadera. Pero no lo hago. Quiero decir que no los recuerdo. Mi vida antes del día del parque de diversiones está en blanco: sólo recuerdo el sonido de la voz de mi padre. Sin embargo Lauren es mi familia ahora. Ella me ha cuidado y me ha querido y la amo tanto que no quiero que encuentre a mis padres. Y los demás, los que trabajan con Lauren: Tim, Sierra y Derek. Son casi como mis tíos.
 Esta es mi familia.
No los cambiaría por nada.


                                                                  



Esa noche, grito en sueños. De nuevo.
Mis sueños son recuerdos, la mayoría del tiempo, y esta vez sueño con lo más recurrente: Su estúpida risa enferma y retorcida mientras cortaba mi piel.
Cuando me levanto gracias a que Lauren está sacudiéndome, aún siento el dolor en mis muñecas y mis muslos como si hubiera pasado hace un segundo.
Laura hace lo que mejor sabe hacer: Me da amor. Se acuesta conmigo y me acaricia el pelo mientras sollozo en el hueco de su hombro.
Cuando despierto, ella está acostada al lado de mi cama, mirándome dormir.
--HolaLe digo.
Al principio me moría de la vergüenza cuando esto pasaba, pero con el tiempo me acostumbré, y también ella.
Y sin embargo, esta vez no sonríe para tranquilizarme, sólo me mira con atención y estira los dedos para tocar mi mejilla.
--¿Qué?Pregunto.
Pasa un tiempo hasta que me lo dice.
--He encontrado a tus padres.



--Sthep Stronger.
PS: Para aquellos a quienes les interese, este es mi regalo de Navidad. Para los que no, pues se quedan sin nada porque esto es lo único que sé hacer.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Saved. Capítulo 8.

Untitled
Saved. Capítulo 8: "Si pudiera olvidar".

--¿Has estado durmiendo bien, corazón? Pareces cansada.
Lydia llevó su taza de café hacia sus labios, a pesar de las miles de veces que le he dicho que en un laboratorio está prohibido comer o beber. “Aún no estoy trabajando, así que bájale a tu ingenio, niña sabelotodo”, solía decirme.
 Me cansé de repetírselo así que simplemente la dejaba ser. Si moría por una explosión, ¿Qué más daba? No tenía nada.
--He tenido pesadillasDije la verdad.
Aún podía escuchar el tren viniendo por las vías y el cráneo de Cam romperse en mil pedazos, igual que sus costillas y realmente el resto de su cuerpo.
Los sueños venían cada noche. Y me volvían loca.
Me volvían completamente loca.
--¿Lydia?
--¿Si, cielo?
--¿Has pasado por algo que quisieras olvidar?
Bajó la taza y me miró. Luego miró sus tacones caros y suspiró.
--Todos hemos pasado por algo que quisiéramos olvidar.
Lydia era joven. Casi a los treinta y tenía ya una fortuna incontable. Pero no fue gracias al buen camino. Era inteligente, pero el dinero lo era todo para ella. Sabía que no estaba en contacto con sus padres y su hermano mayor no le hablaba. Sabía que los extrañaba.
--¿Podríamos hacerlo? ¿Olvidar?
--He oído de algunas chicas que fueron violadas y no recuerdan nada de ello al día siguiente. Estrés postraumático, o algo.
La doctora dijo lo mismo sobre mí; “Estrés postraumático”, eventualmente me catalogó en “Mentalmente Desorientada”, sabía que estaba pensando en ponerme en el “Loca hasta la médula”, pero eso enfadaría mucho a mis padres. Es sólo que aunque ella dijo que tenía un estrés postraumático, yo podía recordarlo todo. Cada palabra, cada acción, cada suspiro. En mi memoria grabada con fuego.
 Ella me explicó que en esas cosas o recordabas y olvidabas. ¿Por qué no fui yo una de esas afortunadas en olvidar?
¿Por qué no morí aquella noche?
--Pero sin un estrés postraumático, ¿Podríamos olvidar?
--No hay nada concreto en la medicina para hacer olvidar. Para bloquear, tal vez, para dejar inconsciente, pero no precisamente para olvidar cierto periodo de tiempo. No funciona así.
--¿No sería precioso algo así?Pregunté, mientras la semilla se planteaba en mi cabeza.
Ella se encogió de hombros.
--Pero, cuando haya algún tipo de medicina para esto, supongo que ninguna de nosotras estaremos aquí.
  El padre de Ted llega y tenemos que ponernos a trabajar, por lo que Lydia se deshace del café rápido.
¿No sería eso hermoso? ¿Poder olvidar?
Las fórmulas empezaron a aparecer en mi cabeza.



--Sthep Stronger.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Reseña: Lo que hice por amor, Susan Elizabeth Phillips.

Lo que hice por amor
Reseña: Lo que hice por amor,
Susan Elizabeth Phillips.
Serie Wynette, Texas
Libro 5
(Son libros independientes)
Georgie York, protagonista de la telecomedia  más popular del momento ha sido abandonada -públicamente- por su famoso marido. Pero eso no es todo: Su carrera como actriz está cayendo en picado, su padre la vuelve loca y su imagen pública se deteriora por momentos. ¿Qué debería actuar una actriz en mala racha? Desde luego, no ir a las vegas para tropezase con su atractivo pero detestable ex-coprotagonista, Bramwell Shepard, y antes de que se de cuenta, ella tiene un marido falso.










Georgie ha sido abandonada y humillada públicamente por su marido y ahora ella necesita hacer control de daños: Le pide a su amigo gay que se case con ella, para así las personas piensen que ha avanzado y ésas cosas, pero no lo ha hecho: Todavía está destrozada, y repito: humillada. Sin su amigo gay, ahora tiene que salir sola. No es como si fuera su intención emborracharse en Las Vegas y luego casarse con su superarchirecontraenemigo para luego mantener la relación más extraña con él.
What I Did for Love (Wynette, Texas #5)
La de USA

Hace un tiempo en alguna reseña pasada que hice sobre este libro alguien me comentó que la autora siempre caía en lo mismo: Personajes que se odian pero que por X terminan estando juntos y por W se enamoran. Y una siempre es rica y el otro pobre. Y es cierto.
   Y me encanta.
En esta reseña quiero explicarte mi rarísima relación con los libros de Susan Elizabeth Phillips... Pero no lo voy a hacer, porque aún no termino de comprenderlo del todo.
Quiero decir que, sus libros siempre caen en los mismos puntos, y siempre en el principio hay algo que no me convence o me desagrada, como en este caso ha sido la odiosa relación que tienen Bram y Georgie juntos. Era problemática y desastroza y no estaba bien. Pero entonces Phillips me arrastra con ella en la historia y de repente que estén juntos tiene completo sentido y lo anhelas y fangirleas.
  No lo comprendo.
Aus Versehen verliebt (Wynette, Texas, #5)
Alemana, creo

Y de nuevo, ella usa ésta técnica suya, que no usa en todos sus libros, de dar dos historias de amor en un sólo libro. En éste caso, la segunda pareja no estuvo tan presente como lo estuvieron Jack y April en el libro 7 de su serie anterior (¡Que de hecho aparecen en este libro! Igual que otros personajes que puedes conocer, o al menos que yo conozco, como Meg Koranda, de quién aún no me termino el libro) el de los Chicago Stars; Nacida Para Seducir (Que no creo que el título tenga nada que ver). Supongo que ella quería contar las historias de esos personajes, pero como era muy corto para escribir, lo agregó a este, y hubo un tiempo en que me pregunté qué tenía que ver con los protagonistas, pero de nuevo, no me importa. Porque lo disfruté mucho. Me gustaron todas sus historias y todos los diferentes personajes y, aunque es cierto que cae en lo mismo, en verdad lo disfruté y creo que en uno de mis favoritos de SEP.


  No puedo comprenderlo.


Saludos,
Sthep.

Reseña: Origin, Jennifer L. Armentrout

Origin (Lux, #4)
Reseña: Origin, de Jennifer L.
Armentrout
Saga Luxen
Libro #4

Él quemará el mundo para salvarla...

Deamon hará lo que sea para traer a Katy de regreso.

Después del exitoso pero desastroso viaje a Mount Weather, él se enfrenta con lo imposible. Katy se ha ido. Tomada. Todo se vuelve sobre encontrarla. ¿Sacar a todos los que se interponen en su camino? Hecho. ¿Quemar todo el mundo para salvarla? Encantado. ¿Exponer la raza alienígena al mundo? Con placer.

Todo lo que Katy puede hacer es sobrevevivir.

Rodeada de enemigos, la única manera en la que puede salir de esto es adaptándose. Después de todo, hay lados de Daedalus que no parecen completamente loco, pero las metas del grupo son atemorizantes y la verdad que ellos dices son aún más disturbiante. ¿Quienes son los chicos malos? ¿Daedalus? ¿La humanidad? ... ¿Los Luxen?

Pero juntos, pueden enfrentar cualquier cosa.

Pero el enemigo más peligroso ha estado ahí todo el tiempo, y cuando la verdad es expuesta las mentiras se desmoronan. ¿En qué lado Katy y Deamon estarán?

¿E incluso estarán juntos?

Ésa última pregunta rompe mi corazón.

Casi muero leyendo este libro. Había tantas emociones en todas partes y había veces que tenía que hacer pausas para fangirlear. Y fueron largas pausas. (Literalmente llegué a una parte donde estaba tan en shock que me quedé caminando en circulos en mi cocina. Vamos a agradecer a Dios que no había nadie para verme)
 
Origin (Lux, #4)
Otra portada de alguna parte
*Spoiler del tercer libro* En Opal nos quedamos colgando de la emoción y duda y temor y... en fin, todas las emociones posiblemente existentes con respecto al final, porque, ¡Vamos! Tú simplemente no terminas de leer Opal y caminar por ahí como si nada. Y digamos que terminar de leer Origin es lo mismo: Tú no te quedas intacto. Estoy consciente de que todos los libros, tal vez con excepción del primer libro, estuvo lleno de combinaciones de acción y romance y semi-drama, pero creo honestamente que Origin es el que está más cargado con todas esas emociones.
 Me emocioné por la acción. Me emocioné por el drama. Y me emocioné por el romance. Y yo sé que algunos de ustedes están por ahí diciendo que les pareció muy cursi y eso, y tal vez es cierto, pero, ¿Sabes qué?
 No me importa.
Porque Daemon y Katy habían pasado por mucho y ya era hora que los pobres desgraciados tuvieran su tiempo juntos. Y son tan lindos, pero a la vez tan tontos juntos. Creo que es lo que más me gustan de ellos dos juntos: Son más o menos un desastre por lo opuestos que son.
¿Y Dee?
¿Y Dawson?
¿Y Beth?
¿Y los otros aliens super sexys?
Quiero hablarte de ellos, pero no sé cómo hacerlo sin  convertirlo en un spoiler, porque siento que es difícil hablar sobre este libro sin soltar nada, porque está lleno de spoilers, de cosas que no esperábamos ver, nuevos personajes que toman lugares interesantes en la historia y viejos personajes que...Que bueno, no eran lo que pensabamos.
  ¿Y lo de Blake? No te voy a dar Spoiler, pero cuando lo leas y vuelvas aquí, esto es lo que te voy a decir: Qué bueno. No voy a sentir lástima por él ni hoy ni en un futuro próximo. Qué bueno.


--Sthep.

Red Thread. Chapter V



Ya teníamos un mes viviendo en éste pueblo y en realidad, comenzaba a sentirme a gusto aquí, no era como en Las Vegas, lleno de tiendas y cosas que ver, pero era tranquilo.
Estaba acostada en el césped escuchando música mientras veía las nubes cuando Luca me quitó los auriculares.
-¿Qué sucede?- pregunté confundida.
-Mamá dice que te cambies, que iremos a comer.- dijo mirando mi pijama.
Puse los ojos en blanco y me levanté.
Al ir a la cocina y mamá estaba con sus habituales atuendos, un oberol más grande que ella,  una blusa que usaba para pintar que estaba llena de salpicaduras y sus sandalias de cuero trenzado.
-¿Es cierto lo que dice Luca?- dije.
Ella sonrió y se quitó un auricular de la oreja.
-Si, tu papá quiere llevarnos a comer hoy a un restaurante que está en el centro.
Suspiré.
-Bien, me iré a cambiar.- dije mientras salía de la cocina.
Amaba mi familia, porque era muy liberal, podíamos vestir como quisiéramos, podíamos hacernos tatuajes, perforarnos toda la cara y no pasaba nada, todo seguía bien. Solo que mamá no toleraba las malas palabras, pero con el tiempo fue entendiendo (extrañamente) que nosotros éramos unos groseros sin remedio.
Me puse una blusa holgada sin mangas blanca, unas medias completamente agujeradas y encima de ellas, un short de mezclilla muy viejo que apenas tenía color, junto a mis vans negros.
Dejé mi cabello suelto y me puse un sombrero negro. Agarré una mochila negra en donde guardé un poco de dinero, mi teléfono y mi iPod, tomé la patineta que casi no usaba y me puse mis Ray Ban.
Toda la familia ya estaba lista, mamá seguía vestida igual, Luca traía una camiseta igual a la mía y unas bermudas color caqui y papá una camisa a cuadros y unos jeans de mezclilla.
-Chicos, hoy no iremos en carro.- dijo mamá.
Luca gruñó
-¿Porqué?
Papá sonrió.
-Hay que ayudar al medio ambiente, por un día a la semana que no usemos el auto es una mejora considerable al ambiente.
Ugh, tenía que tener, aparte, unos papás totalmente hippies.
Suspiré y todos salimos de casa.
Mamá se subió en su bicicleta, papá se puso los patines al igual que Luca y yo me subí a mi patineta.
Lo bueno de vivir en un pueblo es que todo está relativamente cerca, por lo que nos tomó aproximadamente veinte minutos para llegar al restaurante.
-¿Lo ven chicos?, es realmente divertido no usar el auto a veces.
Luca y yo solo nos miramos sin decir nada.
Ya estando sentados en nuestra mesa, nos dieron en menú y cada uno se sumergió en sus pensamientos.
No había comida aquí con la cual yo pensara "Oh cielos, mataría por comer ésto", casi todo tenía salsa BBQ o algún Gravy, cosa que no me agradaba mucho en éstos momentos.
Suspiré.
-¿Ya saben que van a pedir?.-pregunté, para así darme una idea de lo que iban a comer y así pedir algo, no precisamente rico, pero comestible.
Mamá dejó su menú en la mesa y asintió, sonriente.
-Quiero Bistecca alla fiorentina*.
-¿No puedes pedir algo mas americano, mamá?-dijo Luca, mientras el también dejaba su menú en la mesa.
-Puedo pedir lo que quiera, Luca, así como tu puedes pedir lo que quieras, el mundo es libre.- contestó mamá con una sonrisa pacífica.
-¿Tu que vas a pedir, Luca?- pregunté, aunque estaba segura que ya sabía su respuesta.
-Pierna de pavo con BBQ.- dijo sonriente.
Puse los ojos en blanco y negué con la cabeza
Miré a papá y le pregunté con la mirada.
El se encogió de hombros y suspiró.
-No hay comida que se vea rica y que yo dijera "mato por comer éso", pero creo que pediré chuletas con BBQ.
Fruncí los labios mientras miraba el menú otra vez.
Nada de lo que habían dicho ellos me apetecía,así que pedí unos ravioles a la toscana.
Yo era la única que no podía tomar alcohol, pues Luca tenía 20 y podía tomar cerveza, más no Licor. Mamá y papá pidieron Limoncello* , Luca una Heineken*y yo una piña colada sin alcohol, como una niña. No estaba frustrada por el hecho de que no podía beber, si no por el hecho que me veía pequeña, como una idiota.
Después de todo, la comida estaba riquísima, no podía explicar el sabor de mis ravioles de lo deliciosos que estaban.
-Esto de mudarse en vacaciones es un asco, por lo menos cuando te mudas cuando estás en la escuela,llegas y conoces a mas personas.Aquí, las únicas personas que conozco son Scout, Suzie, Patrick, Alan e Ian, no me quejo, claro, pero a ellos no los he visto y es deprimente.- dije después de que terminara de comer.
-¿Quién es Ian?-preguntó Luca arqueando una ceja.
Puse los ojos en blanco.
-Que diablos te importa.- dije simplemente.
-Bueno, queda otro mes de vacaciones, deberías disfrutarlo.- dijo papá.
-Lo hago, pero es aburrido solo tener que molestar a Luca.- dije mientras miraba a Luca, burlona.- Así que he estado pensando en buscar algún trabajo y ganarme unos cuantos pavos por mi cuenta.
-Oh, eso es perfecto Sienna, pero como te hemos dicho millones de veces, no necesitas trabajar para tener lo que quieres.- dijo papá mientras me daba una sonrisa alegre.
Fruncí el ceño.
-Pero quiero ser independiente, quiero crecer y ser yo la que se compre las cosas, no quiero un estúpido hombre que trabaje y me deje en casa encerrada mientras limpio la casa, cuido a los niños y hago la comida.
-Ouch, eso dolió.- dijo mamá riéndose.
Sonreí.
-Mamá, contigo es diferente, porque a tite vale madre todo, trabajas si quieres y si no pues no trabajas, papá no es de ésos que te dejan encerrada, es totalmente diferente.
Luca se rió.
-Sienna tiene toda la razón.-dijo con la boca llena de comida.
Papá suspiró y mamá se rió.
-No se que hemos hecho para tener unos hijos tan mal hablados.- dijo papá mirando a mamá.
-¡Hey, yo no he dicho nada!- dijo Luca, defendiéndose.
-Lo que me resulta extraño, ya que te la llevas diciendo cada cosa...- dijo mamá.
El puso los ojos en blanco.
-Bueno, el mundo es libre,nos podemos expresar como se nos de la jodida gana.
-Claro, pero sus chakras se oscurecen y eso me preocupa.- dijo mamá.
Y los tres pusimos los ojos en blanco, incluyendo papá.
-A la mierda con éso.- dije encogiéndome de hombros mientras tomaba mi piña colada.
Mamá me miró, suspiró y negó con la cabeza, dándose por vencida.
El teléfono de Luca sonó y todos lo miramos expectantes.
-Debe ser Cami.- dijo con una sonrisa y contestó.
-¿Y ya sabes en lo que quieres trabajar?- preguntó papá con el fin de darle privacidad a Luca.
-En lo que encuentre, no busco un sueldo millonario, podría trabajar sin paga pero eso le quita la emoción a todo.- dije.- Tal vez podría ser cajera o algo así.
Papá asintió.
-Sienna, te hablan.- dijo Luca mientras me pasaba el teléfono.
Lo tomé y contesté.
-¿Sí?
-Hey Sienna, ¡andas perdida, perra!- dijo Suzie.- Te hemos dejado miles de mensajes en tu teléfono para salir y nada que contestas, no hemos querido ir a tu casa por que nos da vergüenza, por lo que decidimos hablarle a Luca para comunicarnos con ustedes.
Me reí.
-Mi teléfono anda fallando, es un asco de teléfono, lo siento.
-No te preocupes, está bien.- dijo suspirando.- Hoy es tarde de karaoke en el bar que está a las afueras del pueblo, ¿lo ubicas?
-Sí, ya lo he visto.- dije mientras asentía con la cabeza estúpidamente, como si ella pudiera verme.
-¿Quieres venir? Iremos todos, incluyendo tu hermano.
-Fantástico, ¿a qué horas?
Escuché su sonrisa.
-A eso de las 4:30.
-Perfecto, ahí estaré.
Suzie chilló y me reí.
-¡Súper! Ahí nos vemos,entonces.
Nos despedimos y le regresé el teléfono a Luca.
-¿Irás?-me preguntó Luca.
Asentí.
-¿A dónde van, mis amores?- preguntó mamá.
-A un Karaoke con nuestros amigos.- dijo Luca.
Miré mi reloj.
-Y creo que ya nos tenemos que ir.- dije
Faltaba una hora y todavía necesitaba lavarme los dientes e ir por mi carro.
Papá pagó mientras mamá, Luca y yo nos adelantábamos.
Al llegar a casa, tiré mi patineta abajo de la cama en donde siempre estaba y me dirigí al baño a cepillarme los dientes con mucha dedicación, ya que odiaba con todo el alma sentir la boca sucia, me cepillaba los dientes unas 5 veces al día como mínimo.
El proceso tardaba unos 15 minutos aproximadamente, si me lavaba los dientes, tenía que ser minuciosa.
Me miré en el espejo y sonreí satisfecha.
Tomé mi mochila negra que traía y guardé un poco más de dinero, ya que lo que había agarrado en la mañana no era suficiente para lo que quiera que fuera a comprar en el bar.
Supuse que tendría que usar alguna identificación que comprobara que tenía por lo menos 18, así que revolví entre la maleta azul aguamarina en donde guardaba mis libros hasta que encontré la pequeña identificación falsa que decía que tenía 19 y me llamaba Carly Behr.
Esa identificación falsa la compré cuando tenía 16 a un chico de mi escuela, no necesitaba, pero de vez en cuando Luca y yo nos escapábamos a los casinos y jugábamos en las máquinas de centavos, ahora haría un verdadero uso de ella.
Guardé todo en mi mochila, me la colgué en la espalda, tomé las llaves de mi carro y bajé a la sala casi corriendo por las escaleras.
Busqué a Luca, pero no lo encontré.
Fui al estudio de mamá, quién ya se encontraba pintando.
-Oye, ¿no sabes en dónde está Luca?
-Ya se fue, dijo que te tardabas mucho, agarró su carro y se fue.- dijo mientras ponía su brocha en agua, limpiaba sus manos en el delantal y miraba algún punto al horizonte que yo no pude encontrar.
-Ése hijo de perra.- murmuré.- Bien, adiós mamá.-dije ya en voz alta para que mamá me escuchara.
Pero ella me ignoró y siguió viendo lo que sea que estaba viendo.
Me subí algo cabreada a mi carro, ya que odiaba que Luca se fuera sin mi , sin ni siquiera avisarme.
Suspiré y conté hasta diez, intentando relajarme.
No sabía que pensar de la tarde de karaoke, nunca había ido a alguna.
Tímida no era, pero yo no solía cantar en voz alta,solo tarareaba una que otra canción y nomas. ¿Qué tal si cantaba como pájaro enjaulado?
Estacioné mi viejo chevy enseguida del pickup rojo de Luca y bajé de él.
El bar era como los que salen en los programas del viejo oeste, era viejo, hecho todo de madera y con puertas que se habrían hacia adentro, de ésas que usaban los vaqueros para entrar con mas dramatismo.
Ya adentro todo cambiaba, parecía uno de ésos pubs caros de Las Vegas que están en el mero centro, al fondo un gran escenario con una gran pantalla plana, un micrófono y grandes bocinas.
Había muchas mesas de madera en medio y grandes sillones a los lados.
Al entrar estaba la barra en dónde había miles de botellas de diferentes licores y montones de copas, shots y vasos para tequila.
Por alguna extraña razón no me pidieron identificación, el portero solo me sonrió y me dejó pasar.
En uno de los sillones que estaba pegado al escenario, estaban los chicos, incluyendo a Luca.
-Hijo de perra.- dije en cuanto me acerqué a él.
El bar ya comenzaba a llenarse y yo todavía fulminaba con la mirada a Luca.
-Hey, ya.- dijo Patrick mientras me tocaba el hombro.
Suspiré y Luca se rió.
-Tu tardaste, lo siento.
Puse los ojos en blanco y lo ignoré mientras saludaba a los demás.
Me senté en medio de Suzie y Alan, quedando enfrente de Patrick, Scout y Luca.
-Estoy tan emocionada, ya se cual canción cantaré y espero ser la primera.- dijo Scout aplaudiendo despacito.
-Mientras no sea I believe i can fly...-murmuró Alan en mi oído y yo me reí.
Comencé a adentrarme en una plática entre Patrick, Scout y Suzie sobre una salida a la ciudad la semana próxima, cuando de repente las luces se apagaron y un reflector se posó en un hombre de mediana edad vestido como adolescente arriba del escenario.
-Bienvenidos sean a la tarde de Karaoke de nuestro bar sin límite de edad... Con ustedes, el primer participante.- dijo y al terminar bajó del escenario para dejar a una chica rubia mas bajita que yo, con finas facciones enfrente del micrófono.
La luz del reflector se hizo mas tenue y comenzó una linda melodía, algo suave pero con ritmo.
Mi sorpresa fue tal cuando ella comenzó a cantar en un perfecto francés, con un linda y tierna voz.
Cuando terminó la canción, muchos aplaudieron y silbaron, ella hizo una linda reverencia y bajó del escenario.
-No, creo que no le podré ganar a ésa.- dijo Suzie.- Necesito un trago, Patrick, ve por una ronda de tequila.
Alan se rió mientras Scout bufaba.
-No quiero que pase como la vez pasada.
Me perdí.
-¿Qué pasó la vez pasada?-pregunté.
-Suzie subió a cantar Let It Be, ebria.- contestó Patrick.
Me solté riendo.
-No es para tanto y además dí un buen espectáculo. Patrick, haz caso.- refunfuñó Suzie.
Patrick se encogió de hombros y se dirigió a la barra.
-¿Cantarás?- me preguntó Scout con una sonrisa radiante.
-Yo no...- comencé pero Luca me interrumpió.
-Ya está en la lista.
Lo quise matar pero me controlé.
Patrick llegó con 6 vasitos y una botella de tequila.
Alan sirvió tequila en los vasitos y nos dio uno a cada uno.
Yo miré mi vasito con temor. En mi vida había tomado tequila. O mas bien, en mi vida había tomado alguna bebida embriagante, ni siquiera un sorbo de vino tinto.
-Mi hermanita no tomará tequila.- protestó Luca al verme con el vaso de tequila.
Fruncí el ceño, miré mi vaso y acto seguido tomé todo del vasito, desafiándolo.
Dejé el vaso en la mesa y sonreí como una luchadora, pero al instante una fuerte quemazón se apoderó de mi garganta.
-Mierda.-dije cuando me recuperé.
Todos me miraron sonrientes menos Luca que me fruncía el ceño.
-¡Ésa es mi chica!-dijo Alan dándome un empujoncito con el hombro.
Suzie tomó todo su tequila y se sirvió más. Yo puse mi vaso enseguida de el de ella, ella me miró, le sonreí, se encogió de hombros y me sirvió.
No debería estar bebiendo, pero que más da. Estados Unidos vive una política de vida muy particular, ya sabes, solo se vive una vez y ésas chorradas.
Todos estábamos divirtiéndonos mientras tomábamos tequila sin parar, cuando Suzie profirió un grito ahogado.
-¿Qué pasa?- le preguntamos Scout y yo al mismo tiempo.
-El chico que le gusta a Sienna está en el escenario.- dijo
Inmediatamente volteé al escenario y efectivamente, Ian estaba ahí, enfrente del micrófono esperando que comenzara la melodía.
La melodía era algo country pero pegajosa, el se mecía de un lado a otro mientras esperaba que las letras aparecieran en la pantalla.
-I wish I could do better by you, 'cause that's what you deserve.- comenzó a cantar con una linda voz aterciopelada, algo masculina y sin desafinar.-You sacrifice so much of your life, in order for this to work. 
Hizo una pequeña pausa y sonrió.
-While I'm off chasing my own dreams, sailing around the world.-cantó mientras chasqueaba los dedos y miraba a la multitud, éste chico cantaba muy bien.-Please know that I'm yours to keep, my beautiful girl. 
No podía dejar de mirarlo, era otra persona ahí arriba, se miraba entregado a la canción y parecía que disfrutaba lo que hacía.
Tomé sin pensar otro vaso de tequila, todavía sin dejar de mirarlo.
Suzie hizo algún comentario, pero no pude escucharla, todos mis sentidos estaban ahí, viendo, escuchando y sintiendo ésa hermosa canción que en mi vida había escuchado.
-...That's why I wrote this song to sing, my beautiful girl.*- terminó.
Aplaudí como nunca lo había hecho.
No había visto a Ian en un mes y ahora que me lo encontraba cantando ésa canción era... shockeante.
-El chico aparte de ser mono, canta muy bien.-dijo Scout algo ebria.
Me paré del sillón y sonreí.
-Creo que iré a cantar algo.- dije arrastrando las palabras, dándome cuenta que yo también estaba ebria.
No era bueno tomar tanto tequila.
Luca dijo algo y se levantó junto a mí.
-¿Qué quieres?-le pregunté algo molesta mientras escogía una canción.
-Stmos broachos.-dijo riéndose.
-Sí, ya sé.- dije.
A mi se me entendía mas que a él, ya que no había tomado tanto como él, pero de todos modos seguía arrastrando las palabras y caminando de un lado a otro.
-Amos un dueto.- dijo mientras escogía la canción y subía al escenario.
Lo seguí y cuando comenzó la melodía no pude evitar reír.
Era Don't Go Breaking My Heart, Luca, hacía años que había confesado que amaba ésa canción porque Anne Hathaway(su amor platónico) la cantaba.
El y yo nos mecimos a los lados sincronizadamente y yo comencé a cantar, tal y como lo hacia Anne en la película Ella Enchanted.
-So don't go breaking my heart 
-I couldn't if I tried-el siguió.
-And Honey if I get restless.-mecí mis caderas y sonreí.
-Baby you're not that kind 
Tal y como en la película, pero con mi toque, quité mi sombrero negro, lo tiré hacia donde estaban nuestros amigos riéndose y me solté el cabello.
Nuestros amigos corrieron al escenario mientras cantaban con nosotros.
-¡Wooho! Nobody knows it-cantamos a coro.
-Right from the start.- Cantó Scout.
-I gave you my heart .- Siguió Patrick y Luca se rió.
-Ooohwoah, I gave you my heart.-canté y bailé moviendo mis caderas y pies hacia atrás y adelante.
El alcohol no me hacía bien, y menos si era la primera vez que probaba tequila. Estúpida bebida embriagante mexicana.
Seguimos cantando, dando un buen espectáculo, pues muchos chicos se habían parado e imitaron el bailecito estúpido que estaba haciendo.
-Don't go breaking my- cantamos todos los chicos que estábamos arriba del escenario.
-Don't go breaking my -siguieron los del público.
-Don't go breaking my heart .- finalicé yo con una gran sonrisa e hice una pose ridícula.
Hubo muchísimos aplausos y silbidos que hicieron que me ruborizara.
Un sonido sordo y un pequeño temblor debajo de mis pies hizo que mirara hacia atrás.
El mastodonte de mi hermano estaba tirado en el piso, totalmente inconsciente.

-La desaparecida, LizzieG.

*El bistecca alla fiorentina consiste en un filete típico de la cocina italiana muy tradicional en la región de la Toscana.
*El limoncello es licor típico de Italia, obtenido por la maceración en alcohol de algún tipo de limón o cítrico.
*Heineken, es una cerveza pale lager con 5,0% alc. vol.,
*Canción "The Girl" de City and Colour (muy buena, debo decir.)