jueves, 28 de febrero de 2013

Reseña:Cross My Heart And Hope To Spy, Ally Carter.

Cross My Heart And Hope To Spy.
Las chicas Gallagher #2
Ally Carter.
Después de haber elegido, obtenido, a luego haber sido obligada a renunciar a su novio Josh, Cammie Morgan quiere tener un semestre en paz. Pero eso es más fácil decirlo que hacerlo cuando se es un legado de la CIA y vas a la primera escuela del mundo... para espías.
  Cammie puede tener el coeficiente de un genio, pero todavía hay un montón de cosas que ella no sabe. Como... ¿Su ex novio recordará que ella existe? Y... ¿En cuantos problemas se metió realmente por todo lo que pasó el semestre pasado? Y sobre todo, ¿Porqué actúa su madre de una forma tan extraña?
     A pesar de las buenas intenciones de Cammie de ser una estudiante normal, el peligro parece que la siguiera a todos lados. Pronto Cammie y sus amigas se ven reptando por las paredes y vigilando la escuela para descubrir la verdad acerca de un nombre código: Blackthorne. 
Aunque tienen confianza en sus habilidades para espionaje, esta vez los objetivos son demasiado difíciles (Y más calientes) y los restos para el corazón de Cammie, y su amada escuela, son más altos que nunca.




    Una cosa que me molesta es que hagan trilogías de seis, cuatro, siete, como pasó con Cazadores de Sombras y con Hush Hush. ¿Porqué no pueden dejarlo en tres? Es lo que pasó con Las Chicas Gallagher. Hoy en día es una trilogía de cinco.

    El libro me gustó. El argumento sigue siendo genial. Y la protagonista también. La lectura es divertida y también lo es Cammie. No voy a decirte que es tan divertida como la protagonista de Hex Hall o Rubí, pero por ahí anda. En esta segunda parte de nombre que me rehuso a pronunciar, podemos ver a Cammie intentando ser una espía buena, intentando hacerse la idea de que la academia Gallagher te enseñan de todo, pero no te enseñan como curar un corazón roto y eso apesta.  Enserio, te enseñan karate, como mezclarte con las personas, diferentes formas de matar a alguien, como mentir y todo, pero cuando estás frente a un corazón roto te quedas con cara de Nada porque nunca te enseñaron qué hacer ¡Y eso apesta! No pueden hace una escuela de chicas sin enseñar como se cura un corazón ¡Estamos hablando de chicas, adolescentes!
 
 Igual que apesta que Josh, su dulce y encantador ex novio que sólo aparece una vez para *Spoiler* verlo con su nueva novia Deedee *Fin del Spoiler* que no vuelva a aparecer en todo el santo libro. Igual que es un libro corto, pero como que Ally Carter quiso recompensar que Josh tuviera que estar fuera de la historia poniendo a un nuevo personaje super misterioso y caliente proveniente de Blackthorne. Estoy hablando de Zach, quién viene de un lugar que no les voy a decir porque sería Spoiler. Pero de esos tremendos. Y como que por un segundo Ally Carter quiso hacer un triángulo amoroso, pero para mí que no tiene mucho futuro. Honestamente, no creo que me vuelva a encontrar a Zach en el siguiente libro. Como que fue cosa de Las Chicas Gallagher 2 para tener a alguien con quién suspirar un ratito. Sì, Zach, aunque es un completo imbécil para mi gusto, es mi novio. Porque es un completo imbécil muy lindo 
   Así que si en verdad quiso hacer un triángulo, para mi que le falló.
 Una cosa que me molestó es que Cammie estuvo a punto de descubrir otros secretos pero se quedaron en la mitad. Como que debió preguntar, y no lo hizo. O como que lo quería hacer y se quedó en la mitad. Si yo fuera ella, empezara a hacer un interrogatorio. No dejaría pasar las respuestas.
         Pero el libro me ha gustado mucho. Es muy ligero, es muy divertido y muy entretenido. No me ha hecho sufrir, pero esperemos que no cambie en el tercer libro. Y para que conste, no, el personaje de Cammie no es de esos que se tiran al suelo porque tienen un corazón roto, si pensaste eso, piénsatelo dos veces 

  Saludos,
Sthep S.

miércoles, 27 de febrero de 2013

The Bet, Capítulo 15.


#70                                                     #BPOV
Estaba tan feliz, me sentía tan completa y hasta ya me había acostumbrado a las mariposas en el estomago  y al suave hormigueo de su contacto con mi piel, pero como soy una persona con una suerte de los mil demonios, tuve que confiar en el peor chico de la preparatoria para que después me rompiera el corazón besándose con Victoria.

El día estaba realmente lindo, de ésos que te dan ganas de tomar tu bicicleta, dar un paseo y tomar un helado en el parque. O simplemente salir al jardín, acostarte en el pasto y ver las formas abstractas de las nubes.
Recuerdo cuando mamá se acostaba al lado mío en el pasto y mirábamos juntas las nubes, mientras papá preparaba una rica barbacoa.
Abrí los ojos perezosamente.
El cuarto de Maïa estaba totalmente iluminado  con las ventanas abiertas tratando de que entrara toda la luz solar posible.
Levanté mi espalda de la cama y la recargué en el respaldo, buscando con la mirada a Maïa.
-¿Ya te fuiste? - dije
-Claro que no, estaba a punto de despertarte. Ahora si vas a la escuela, señorita. - dijo Maïa saliendo de su armario enrollada en su bata con una toalla en la cabeza.
Arrojé todo mi peso al mi panda que estaba enseguida de mí.
Maïa chasqueo la lengua y yo me levanté a regañadientes.
A veces es como mi mamá.
-Iré a bañarme. - anuncié.
Después de media hora, ya estaba lista.
Me puse una blusa blanca ya vieja y percudida, una blazer de hombre color verde, de segunda mano que había comprado hacía algunos días, unos jeans color mostaza y mis converse negros desabrochados.
Dejé mi cabello suelto y despeinado y lo complementé con una gorra azul torcida hacia atrás.
Solo utilicé mi mascara para pestañas y un brillo para  labios.
Salí del baño triunfalmente.
Maïa tomó su mochila que en realidad era bolso y yo la imité tomando mi mochila color naranja ladrillo.
Salimos por la puerta principal y no por el garage ya que Maïa había dejado su auto afuera.
Cuando miré al frente lo miré.
Estaba tal y como lo recordaba, solo que con menos pelo en su cabeza. Sus ojos grandes y azules me miraban detrás de sus lentes ahumados Ray-Ban.
Era alto y flaco, muy elegante y guapo para su edad. Traía una camisa de vestir azul cielo y unos pantalones de raya diplomática negros con sus clásicos zapatos italianos.
Mi estómago rápidamente se revolvió recordando que la última vez que había hablado con él estaba realmente molesta y borracha.
Quité rápidamente la visa de él e hice como si no lo hubiera visto.
-Brends, ¿ése no es tu papá?- susurró Maïa.
Yo solo asentí.
Saqué mis lentes de sol y me los puse para ocultar el miedo que reflejaban mis ojos.
Cuando pasé exactamente enseguida de él me dieron unas inmensas ganas de llorar, pero me hice la fuerte y seguí caminando, hasta que sentí una mano que me tomaba del brazo.
Rayos.

Yo lo miraba disimuladamente detrás del menú de Denny's
El leía el periódico, como si yo estuviera con él todos los días, y solo fuera un desayuno común y corriente.
Maïa había tenido que irse sola a la escuela ya que papá le había dicho que tenía muchas cosas que hablar conmigo, y terminamos aquí, en Denny's.
La camarera llegó a hacer nuestro pedido.
Papá pidió un omelet y un café sin azúcar. Y yo un biscuit con mantequilla y un jugo de naranja.
10 minutos después llegó nuestra comida y seguíamos sin decirnos nada.
Tomé un trago de mi jugo y me desesperé.
-Solo estamos perdiendo el tiempo. Dime lo que tengas que decir y así podremos seguir con nuestras vidas.
El me miró, tomó de su café y dejó el periódico en la mesa.
-Te voy a llevar a casa.
-No quiero. - dije y mordí mi biscuit.
-No es lo que quieres tú, yo todavía te mando, eres menor de edad y vas a hacer lo que yo te diga.
-Ahora vienes y me dices que me mandas cuando al igual que mamá me dejaste tirada para ir y hacer otra vida, conmigo afuera de ella. Mira, trabajo, estudio y tengo toda una vida aquí, simplemente no iré.
-¿Cómo se que no te la llevas de fiesta? Te vienes conmigo y punto.
Me metí el biscuit que me quedaba, lo mastiqué para luego escupirlo asquerosamente en mi plato, me limpié la boca, tomé mi mochila y me paré de la mesa.
-Que tengas un buen día... - dije y caminé con orgullo hacia la salida, mientras papá me gritaba que regresara y que no fuera grosera.
Pero el orgullo se desvaneció después de las 2 cuadras que caminé, ya que papá, nada tonto, me alcanzó con su carro.
-Vamos, sube.
Puse los ojos en blanco y subí, como la tonta que era.
-Perdón por haberte hecho sufrir, lo lamento en serio.- dijo después de un rato.
-Ya no importa.- dije simplemente.- Pero no esperes que vaya contigo.
-Solo quiero lo mejor para ti, hablé con tu mamá ayer...
-¿Y?
Respiró hondo.
-Me dijo que está embarazada.
Eso fue como si me hubieran echado un balde con agua helada y hielo en pleno invierno.
Actué despreocupadamente.
-Bien por ella...
Papá me miró y sacudió la cabeza
-No estás bien, lo sé. Mira, por éso vengo por ti para que hagas una nueva vida y olvides todo est..
-Déjalo, ya. Estoy bien. Aquí me quedaré.
Papá le pegó al volante, frustrado y yo volteé la cabeza hacia la ventana.
-Hija, comprende. Tienes que estar con alguno de tus padres, te vienes conmigo o te vas con tu mamá...
Tomé una bola de ligas que había en el tablero y comencé a jugar con ella.
-¿Y si no quiero ir con ninguno de los dos?
-No es lo que tu quieras, si no lo que es bueno para ti... No puedes seguir viviendo en casa de Maïa, ¿ya te pusiste a pensar en lo que dirán sus papás? Aunque no lo creas, eres un gasto más para ellos. Les molestas, y yo no quiero que los molestes por un capricho tuyo.
Volteé hacia el cabreada.
-¿Piensas que soy una arrimada buena para nada?.-exploté.- Trabajo, desde los 14 trabajo, y siempre lo haré. Gano 8 pavos al día mas propinas, y eso no me lo quedo yo, ¿sabes que pasa con parte ése dinero? Se lo doy a la mamá de Maïa y tal vez no es mucho, pero contribuyo.
Papá se quedó callando.
-Estoy harta de que tú, mamá y todos me subestimen. No sabes lo mucho que me esfuerzo todos los días, salgo de la escuela, voy directamente al trabajo y trabajo duro limpiando mesas y sirviendo comida sin descanso, para después salir y hacer la tarea hasta no se que horas de la madrugada. Y no te necesito a ti ni a nadie para poder sostenerme económicamente, no quiero compañía de ninguno de mis familiares. Con la familia de Maïa estoy muy feliz, y siento que ellos verdaderamente me quieren.
Mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas.
-Yo no te quiero, Brenda. -. lo miré.- Te amo. Eres la luz de mis ojos.
-Ajá...- dije con cierto tono sarcástico.
-No quiero que nunca mas estés sola. - se estacionó enfrente de la escuela.- Por favor, cielo, piénsalo. Iré mañana por ti a casa de Maïa para traerte a la escuela y ahí me dirás lo que decidiste.
Puse los ojos en blanco, bajé la visera del carro y me miré al espejo.
Mis ojos no soportaban la cantidad de lágrimas que se alojaban ahí, y por esta razón estaban rojos.
-Veremos. -tomé mi mochila y bajé del carro.
Me puse mis lentes de sol y caminé hacia el purgatorio.
Visualicé a las idiotas de las porristas, que venías vestidas con sus estúpidos uniformes.
Kayla, la que estaba al centro del grupo me miró.
-Pareces un hombrecito. - dijo, y toda su parvada se rió.
Deseé estar en esos días en el que era invisible, en el cual solo eramos yo y Maïa, solamente. Aquellos días en los cuales nadie se fijaba en nosotras, pero ahora, ahora mas de la mitad de la escuela me conocía por estar saliendo con... él.
Las ignoré y caminé hacia mi casillero.
Al momento de sacar mi libro de Historia e Informática, sentí que alguien me estaba mirando.
Volteé hacia ésa dirección y me encontré con Joe McPhee, el chico del cual había estado enamorada desde 5 grado.
Cerré mi casillero y fui a su dirección.
-¿Qué, te gusté?- dije con humor.
Me miró con sus intensos ojos cafés y despeinó su cabello corto y rizado con su mano izquierda.
-Puede ser..- Sonrió y se le hizo un tierno hoyuelo en la mejilla.
Sentí que mi cara ardía.
-No, ya enserio, sabías que mirar así a una chica es acoso?
Ahora se rió y dejó ver sus dientes, que tenían braquets.
Este chico era adorable.
-Relájate, solo quería platicar contigo... Hacía mucho que lo quería hacer, pero no encontraba algún tema.
-¿Ah, si?
Oh Brenda, te estás comportando como toda una zorra.
-Ajá...
-¿Por lo menos sabes como me llamo?
-¿Crees que lo digo nomas por decirlo? Te llamas Brenda, siempre lo he sabido. Recuerdo que me acosabas cuando estábamos en 8vo grado.
Me reí.
-Eso fue hace bastante tiempo.
-¿Bastante? Hace apenas 2 años.
Si ya me había ruborizado, ahora lo estaba mas.
-¿Quieres ir a la cafetería? - me propuso.
Chasqueé la lengua
-Por mas que quisiera acompañarte.- me reí. - tengo una aburrida clase de Historia.
Joe hizo un gesto con la mano mientras chasqueaba los dedos, de ésos que dicen "Rayos".
-Bueno, ¿quieres que te acompañe?
Puse los ojos en blanco.
-Nadie me va a robar en el camino, sabes... Solo es la escuela.
Arqueó una ceja e hizo un gesto burlón.
-¿Entonces?
-Vamos, pues.
Caminamos por él pasillo principal hablando sobre temas sin sentido y sobre libros que realmente no merecían leer.
-Me alegro que me hayas hablado tu primero, por que yo no lo hubiera hecho. - dijo.
Se puso enfrente de mi.
-Bueno, eres más interesante de lo que había pensado...
-No puedo contener ser tan genial... La genialosidad sale por mis poros.
Me reí
Entonces miré que Andrew nos miraba desde la pared que estaba enseguida de la puerta de la clase de Historia con un gesto que no pude descifrar. Andrew no se dio cuenta que lo miraba, pero quité mi mirada de él antes de que se diera cuenta.
Miré a Joe y sonreí.
El me sonrió de vuelta.
Y por acto egoísta y cruel, estampé mis labios contra los suyos.
                                                                                                                    -Liz. 

martes, 26 de febrero de 2013

Reckless. Capítulo 12.


             
Reckless. Capítulo 12. "Cruzando Líneas".


--Pero no quiero hacerlo, Charlie.
Él se lleva la cerveza a la boca y levanta una ceja.
--¿Porqué? Es tu novio.
Niego.
--¿No podrías sólo devolverme el auto? No le voy a pedir a Harry que sea mi chofer.
Se encoge de hombros.
--Es sólo una vez a la semana.
  Me cruzo de brazos y lo miro viendo la televisión. Cuando siente mi mirada profunda en él, suspira y se gira hacia mí.
--No quiero que me lleve a una cita con esa mujer.
  La señora Jordan, mi nueva psicóloga. Mi primera cita con ella aquella vez fue demasiado agradable, si soy honesta. Tendrá que ver con el hecho de que lo único que hizo fue presentarse y hacerme unas preguntas sobre mi vida. Claro, contesté las que se me pegaban en gana contestar.
--¿Porqué?
Siento que de pronto mis mejillas arden.
--Quiero mantenerlo alejado de esto.
Él deja su cerveza en la mesa momento después, mirándome fijamente.
--Ridley, ¿Te avergüenza que piense que necesitas ayuda?
--¡Yo no necesito ayuda!Protesto.
Se mantiene impasible, aún esperando su respuesta.
--NoDeclaro.
Pero es como si Charlie pudiera ver derechito a mi alma con sólo mirarme a los ojos.
--EnserioIntento una vez más.
--Ridley…
--Es sólo que no quiero que me pregunte, ¿De acuerdo? Va a ser incómodo y…
  Harry ya me había dicho que él no me preguntaría a menos que yo quisiera contarle. Así que sí; Me da vergüenza pedir ayuda. ¿Es ilegal?
--No me hagas pedírseloLe ruego, con voz chillona.
Sacude la cabeza.
--Ridley, no hay nada de malo con necesitar ayudaDice, con tono enojado. Irritado, más bien.
Frunzo el ceño.
--No me importa pedirle ayuda a Harry, el punto es que no quiero…--Repongo, pero él me interrumpe:
--No me refiero a Harry, me refiero a la doctora Jordan.
Frunzo el ceño.
Pero no le digo nada.
Porque no sé qué decir.
Así que al final suspira y dice:
--Ve y pídeselo a ver a quién. Y pobre de ti si decides no ir a la cita.
Me levanto del sofá, molesta. Cierro mi boca con fuerza para no decirle cosas feas a Charlie de las cuales después sé que me voy a arrepentir. Porque yo no puedo contra Charlie, si él decidiera que está enojado conmigo. No lo soporto.
--RidleyDice con suavidad detrás de mí. Me volteoLo siento. Pero estás castigada, y en verdad necesito que vayas a esas citas.
--¿Pero porqué?Extiendo mis brazos al aire en un ademán de desesperación.
--Porque tienes problemas.
--¡Yo no tengo pro…!Le grito, pero me corto a mí misma, e intento respirar profundo--¿Y qué con eso? Todo el mundo tiene problemas.
--Por eso existen las psicólogas.
--Y no todos van. Y eso no significa que vayan a suicidarse.
  De repente a Charlie le cruza por el rostro una oleada de dolor. Abre bien los ojos.
--¿Quieres suicidarte?
--¡Dios, no! ¡Mierda!
Se pasa las manos por la cara mientras suspira lento y profundo.
--No puedo creer que últimamente haya tenido tantos momentos como estos contigo. Quiero que subas las escaleras y llames a tu novio, o a quién quieras y te pongas de acuerdo. O irás en metro. O en bicicleta. O caminando. El punto es que vas. Y vas porque tienes problemas qué resolver y porque estás un poco dañada. Sé que odias que lo diga, pero es cierto; Estás dañada, Ridley. Y te estoy obligando a hacer esto porque te quiero. Sé que me odias ahora mismo, pero no me importa. Punto final. Ahora ve a llamar a Harry y haz tareas.
   Charlie parece perturbado. Se sienta en el sillón de nuevo y se pone a ver la televisión, intentando ignorarme, porque yo me quedo ahí parada con la boca abierta.
   No puedo creer que me haya dicho a mí que estoy dañada.



                                                                    


“Se lo pediré a Kimera. Sí, se lo pediré a Kimera”.
Pero las probabilidades de que ella me lleve son casi nulas. ¿Por qué? Ella no soporta estar cerca de clínicas. No desde que estuvo ahí un par de veces por razones que no me ha querido contar.
Sé que ella lo hará, si yo se lo pido. Pero sé también que ella se pondrá ansiosa y le haré daño de alguna manera, sé que se asustará. Así que prefiero mantenerla aparte. No es como si sus momentos ahí fueran tan felices.
  Eso me lleva a Harry.
Así que casi arrastrando mis pies me dirijo hacia la cancha y me siento en una de las bancas, lo suficientemente arriba para que me vean. Harry tarda, pero después de unos minutos me ve. Sonríe y le sonrío de vuelta, mientras regulo mi respiración y espero a que la práctica se alargue un poco más para que él no avance hacia a mí.
  Pues sí, me da vergüenza a Harry pedirle ese favor.
Ya he pedido demasiados.
 Entonces, cuando Harry se acerca le sonrío descaradamente porque ahí está Max, creo que observando mis movimientos. Y le planto a Harry un beso muy cerca de la comisura de los labios y tapo nuestro casi beso con la mano cuando acerco mi mano a su mejilla. Así que parece un beso real.
Harry frunce el ceño.
--No juegas limpioFarfulla.
--Yo te lo advertíSonrío, mientras tomo mi mochila y nos levantamos.
  Me preocupa de repente que él pueda cansarse de mí. Que pueda cambiar de opinión sobre nuestro trato y que quiera hacer más amigos reales. Incluso conseguirse una novia real.
   Siento algo feo en el estómago, pero intento ignorarlo.
--Lo hicisteMe sonríe.
Mientras caminamos por medio campus él me toma de la mano. Y doy un respingo. Me alivio dos segundos después, cuando me recuerdo a mi misma que esto no es extraño. Comenzamos a hacerlo  hace unos días, para cuando estuviéramos en público. Exclusivamente.
  Me pica la mano.
“Muy bien, Ridley. Te estás poniendo rara. Relájate”.
--¿Cómo te fue?Le pregunto casi en un murmullo.
--Bien. ¿Y a ti?
Asiento.
--Bien.
--¿Enserio? Porque tengo aquí como cinco segundos contigo y estás diferente
Frunzo el ceño.
--No estoy “diferente”. No es nada.
Me da suavemente un empujón.
--¿Enserio?
--…Sip.
Mi error es dudar tanto en contestarle.
--Ridley. ¿Quieres decirme algo?
¿Pero que soy tan evidente o qué carajos?
Mi mano no deja de picarme, así que le suelto y lo tomo por el brazo, así me siento más cómoda.
Levanta una ceja.
--Bueno, tal vez.
--¿Tal vez?
Asiento.
--¿Y qué es ese tal vez?
--Yo… Quería… Pedirte un favor.
Y ya no hay vuelta atrás.
--¿Y de qué se trata?
Me muevo y tomo más fuerte de su brazo.
--Humm….
Me da otro ligero empujón cuando no contesto.
--Vamos, Ridley. Sea lo que sea no puede ser más grande que esto.
Nos señala a nosotros dos. Yo agarrándole del brazo y él dejándome.
--Créeme, es más grande que una supuesta novia. ¿Qué tienes qué hacer hoy después de la escuela?
Se encoje de hombros.
--Nada, supongo. ¿Quieres ir a algún lado?
Sacudo mi cabeza.
--¿Qué si quiero? No. ¿Qué si debo? Sí.
--¿Quieres sólo... explicarte?
--No, la verdad.
Levanta una ceja y me mira confundido.
--Bueno, la cosa está así: Necesito que me lleves a alguna parte hoy. Pero si no quieres totalmente lo entiendo. Se lo pediré a Kimera.
   Aunque sé que no lo haré.
Levanta las cejas una vez más, sorprendido. Se está riendo.
--¿De qué te ríes?
--¿La gran Ridley Sutton, insegura? ¿Quién lo hubiera creído?
Le doy un empujón y después me suelto de él porque hemos llegado a mi casillero.
--Yo no soy insegura. Sólo no quería meterte en más asuntos.
“Mis asuntos. Los que son privados. Y que se supone que tienes que estar fuera”.
Sacude la cabeza, aún riendo. Yo intento abrir mi casillero.
--Muy bien, Ridley. ¿A dónde quieres que te lleve? ¿Y qué pasó con tu carro?
--Bueno, resulta que Charlie me castigó…
--¿Quemaste un edificio?
Sonrío cruelmente.
--¡Claro que no! He aprendido mi lección. Ya no lo hago más.
Le sonrisa se le va borrando de la cara. Me da risa, así que no lo desmiento.
--Y bueno… ¿Recuerdas esa clínica dónde me llevaste la otra vez?Le digo en susurro después de ver los pasillos por si alguien está prestando atenciónBueno…
--¿Tienes otra cita?
Asiento, cautelosa.
Después de unos momentos sin que yo diga nada, él se inclina hacia adelante y dice:
--Te lo dije; Yo no voy a preguntarte a menos que tú me quieras decir.
“Cosa que, eh, no va a pasar”.
Me remuevo, incómoda.
--¿Me vas a ayudar o no?  No confío en nadie más.
Se lleva una mano al corazón, falsamente conmovido.
--La famosísima y malvada Ridley Sutton confía en mí…--Abre la boca y los ojos como las caricaturas animadas. Ríe---Está bien, Ridley.
Finalmente, sonrío. De verdad. Lo cual es como, la cosa más extraña.
Pero si me pongo a pensar en las semanas antes de conocer a Harry con estas, es más extraño porque últimamente he sonreído mucho. Otra vez: De manera real.
   Es tan desconcertante como si me encontrara a Kimera colada por un tipo.
O como si Josselyn y yo fuéramos como, mejores amigas de nuevo.
O como si Charlie se consiguiera finalmente una novia y se relajara.
Más incluso que mamá, comprando los materiales para comenzar a pintar de nuevo. Como en los viejos tiempos. Cuando nadie estaba tan dañado.
Muy bien, no tan desconcertante, pero se acerca.
Me inclino hacia adelante, a unos centímetros del rostro de Harry, y murmuro:
--Gracias, Harry.
Se encoge de hombros, con una sonrisa pintada en su cara. Sus ojos oscuros relucen.
--Luego me devolverás el favor.
Pero cuando lo miro de nuevo a los ojos, estoy completamente segura de que él nunca me lo cobrará. Es un presentimiento.
 Llámame loca.
Cuando abro la boca para decirle algo, el imbécil más grande aparece caminando hacia nosotros y se para en medio de Harry y yo.
--¡Maldita sea, Max! ¿Tienes idea de lo que espacio personal significa?
Le empujo del hombro y él sólo ríe.
Harry se cruza de brazos y saca un suspiro. De ese suspiro que dice “Tengo que tener paciencia, tengo que tener paciencia”.
--Hola también, preciosa.
Las cejas de Harry se juntan en señal se disgusto.
--Muy bien, Max. Creo que ya has tenido suficiente. Lárgate.
Pero él decide que va a hacer caso omiso de ello. Pasa las manos por su cabello oscuro y luego nos señala a nosotros dos con un gesto.
--Yo no me creo que estén juntos.
Mi yo interior se retuerce y empieza a chillar. “¡Te atraparon, te atraparon!”. Pero una parte de mí es más inteligente. La parte dominante.
Levanto una ceja. Pero Harry habla primero.
--¿Y se supone que tengo que tener en mente tu opinión sobre nosotros?
Bueno, no es la mitad de ofensivo de lo que yo tenía planeado decir, pero sirve.
Max frunce el ceño.
--Me lo hubiera tragado completamente si Ridley fuera tan pegajosa contigo como fue con el resto. Ustedes dos no están juntos. Yo no me lo creo. Ni siquiera se han besado en público.
--Largo, MaxReplica Harry.
Pero Max lo desafía cuando se acerca hacia a mí y me toma por la cintura. Y luego… Harry lo empuja.
Max parece sorprendido, al principio. También la gente en los pasillos. Debo admitir que incluso yo estoy sorprendida. Quiero decir… ¿Harry, el pacifista y perfectamente prudente Harry? No me jodas.
   Sé que se meterá en problemas, así que lo jalo hacia atrás antes de que Max pueda meterle un golpe de lleno en la cara.
--Vamos, guapo. Él no vale la pena. Además no quiero un moretón en esa cara que tienes. Es mía.
  Ambos me miran fijamente cuando saco esas palabras de mi boca. Probablemente si no hubiera dicho las últimas dos palabras… Yo nunca he sido posesiva con nadie. Con ninguno de mi extensa lista de ex novios.
Es asombroso como esas dos últimas palabras ponen la cara de Max con sentimientos encontrados. Desde el desconcierto, pasando por la confusión y llegando a la frustración y finalmente a la rabia.
  ¿Por dos palabritas de nada? Pff. Los chicos son tan necesitados.
--¿Qué está pasando aquí?
El director rompe la tensión creada recientemente presentándose en los pasillos, mirándome fijamente.
 ¡Esta vez yo no hice nada!
Sonrío cordialmente. Falsamente.
--Nada, director. Sólo estábamos teniendo una conversación amistosa. ¿Verdad, chicos?
Ellos asienten, lentamente.
Puedo jurar que las personas observando en el pasillo están conteniendo el aliento. Todavía no termino de estar segura porqué.
 El director nos observa a los tres atentamente, luego suspira y ruge:
--Señor Brown, a mi oficina. Ahora. Tenemos asuntos qué tratar.
¿Pero quién carajos es Bro…?
--Sí, señorMax farfulla.
¿Brown?
Me quiero estrellar contra un poste. ¿Cómo demonios yo fui a salir con alguien de quién no me sé su apellido? Quiero decir, no…
  Suspiro mientras veo a Max alejarse. Me empiezo a relajar, cuando…
--¡Max!Harry grita, cuando él está alejado unos metros.
Max se voltea para enfrentarlo. El director sigue caminando enfrente de él, haciendo caso omiso a Max, quién se ha detenido en cierto pasillo.
    Harry sonríe lentamente, casi con burla, casi cruelmente. Y entonces me jala de manera suave hacia él y presiona sus labios sobre los míos. Y yo cierro los ojos. Sus labios se sienten cálidos y tienen un extraño sabor… Que no me molesta. Al contrario, creo que me agrada.
Creo que me gusta.
Muy bien. Ahora sí ya cruzamos líneas.


-Sthep Stronger.

lunes, 25 de febrero de 2013

#18 Off Topic: Si Emma Watson tuviera el pelo rosa...


Dime loca, pero estaba hace tiempo en internet y me di cuenta de que hay una portada donde la chica se parece a Emma Watson con el cabello rosa. Enserio.


Enserio. ¿Soy yo la única que le encuentra parecido o estoy loca?
 Si dejaras un comentario ayudarías a mi salud mental :)


Saludos
Sthep S.

jueves, 21 de febrero de 2013

Reseña: El Circo De La Noche, Erin Morgenstern.

Reseña: El circo de la noche.
Erin Morgenstern.
Libro único.
El circo viene sin avisar.
  No viene precedido de ningún anuncio, no se cuelga cartel alguno en postes o vallas publicitarias del centro  ni tampoco aparecen notas o menciones en los periódicos locales. Simplemente está ahí, un lugar dónde antes no había nada... Abre sólo de noche, y no es un circo cualquiera.
  Le Circe de Rêves no se imaginan cómo batallé para ponerle la cosita sobre la E  pues ése es su nombre, es en realidad el escenario de una feroz competencia: un terrible duelo entre dos jóvenes Magos, Celia y Marco, entrenados desde pequeños para este propósito; Un desafío que sus entrenadores han estado preparando durante años. Lo que no saben, y pronto descubrirán, es que éste es un juego mortal en el que puede haber sólo un vencedor. Un precio muy alto para dos jóvenes que acaban de conocer el amor, un amor mágico que ilumina todo lo que toca.








    Leer El Circo de La Noche ha sido emocionante, entretenido y encantador. Si te esperas uno de esos libros de mira-soy-una-bicho-raro-porque-tengo-poderes, pues fíjate que no. El Circo de La Noche ha sido una experiencia genial y es tan diferente a los libros que tienen contenido de Magia, todas esos libros de Ciencia Ficción y Fantasía. Es en verdad genial y encantador.


  Una de las muchas cosas que me han gustado de El Circo de la Noche es que a diferencia de la mayoría que he leído está narrado de una forma madura pero emocionante. Está situado en el pasado (no recuerdo exactamente el año), pero la autora juega con los lapsos de tiempo, como por ejemplo: Retrocede unos dos años antes de lo que estamos leyendo, y en el siguiente capítulo avanza otros dos. Sorprendentemente no me enredé. Al principio piensas que no lo entenderás, pero lo he hecho. Ella maneja también puntos de vista. No sólo vemos los puntos de vista de nuestros protagonistas, sino también de personajes que se van enredando en la historia, en el circo. Como Bailey, y en su momento los gemelos Murray. Primero me pregunté qué tenían que ver con la historia, sino son los protagonistas, y la respuesta a eso me ha sorprendido. Como dije, ha sido sorprendente y encantador. Y Erin Morgenstern ha manejado muy bien los puntos de vista tanto como las fechas en las que está situada la historia.
  Los personajes también me han gustado mucho, porque son tan diferentes entre sí... Siempre hay algo que no sabías de unos de ellos. Descubrir sus secretos, las cosas que hicieron, fue tan genial. Sus capítulos fueron como una ventana para poder conocerlos.


  Que si bien, hubo cosas que no me terminaron de convencer también. Como que, vamos; La primera mitad del libro es un poco lenta para lo que la contraportada está vendiendo. Me refiero a la frase "Un precio muy alto para dos jóvenes magos que acaban de conocer un amor mágico y profundo que ilumina todo lo que toca". Te están insinuando claramente el romance, pero en la primera mitad del libro Celia y Marco no se hablan. Cuando ellos ya tienen cuatro años de conocerse... nada. Y de pronto, de un capítulo a otro, ellos ya están juntos, y se aman. Creo que fue un poco precipitado.
  La primera parte puede ser un poco lenta, pero sin embargo no hay mucho que criticarle al libro, ya que está muy bien trabajado y en verdad, personalmente, yo lo he disfrutado mucho.

   ¡El Circo! ¡Casi me olvido del circo!  ¡Oh, el circo, el circo! ¡Le Cirque des Rêves! La descripción de aquí ahora mi amiga Erin aunque ella no lo sepa  acerca del circo era simplemente tan maravillosa... El circo tenía todas estas carpas diferentes que hacían cosas tan maravillosas y... cosas tan encantadoras, como el Jardín de Hielo. Qué genial. Es que mi amiga Erin sí que sabe deletrear, enserio. Ella es como, grandiosa.
  Y luego, está el mensaje... Está esta conversación que se da en las últimas páginas del libro que me ha gustado mucho, porque hacen mención de la magia del circo... Pero responde que no existe la magia. No hay magia. Sólo personas aferradas a lograr algo, así que lo logran.
 No magia; Sólo un deseo.

    El Circo de La Noche es un libro que recomiendo mucho. Si lo ven, denle una oportunidad. Es simplemente mágico y encantador. Tiene sus propia chispa.

Saludos.
Sthep S.

miércoles, 20 de febrero de 2013

The Bet. Capítulo 14.


#68                                                                                             #APOV. 
-Te voy a cagar a palos. - repetía una y otra vez Maïa a la otra línea.
-Sólo déjame hablar con Brenda.
-No está aquí. Probablemente se esté ahogando con sus propias lágrimas, maldito perro.
Sinceramente, no quería lastimar a Brenda. Le había agarrado algo de cariño, ya que es muy simpática y me siento yo mismo junto a ella, pero tenía que llegar Vicky a arruinar todo.
-Quiero matarte, Andrew. ¿Dónde estás?
Miré a mi alrededor.
Estúpidamente, estaba en la Taberna de Zuum con el riesgo de encontrarme con Vicky.
-¡DONDE ESTÁS? - Gritó Maïa.
-En la taberna de Zuum.
-Voy para allá, y pobre de ti que te vayas, que te mato. - y colgó.
Puse él teléfono en la mesa, y tomé un largo trago de mi limonada brasileña, prendí un cigarro de menta que Doyle había dejado en mi mochila y le dí una calada.
Miré el reloj y me percaté que ya había perdido 2 horas de clases.
Había salido de la escuela después para buscar a Brenda y explicarle todo lo sucedido. Pero todo salió mal, no encontré a Brenda por ningún lado, la llamé y contestó Maïa, que me dijo miles de groserías y me gritó lo imbécil que era.
15 minutos después, Maïa estaba frente a mí con una expresión indescriptible, de ésas que hacen que tu estomago se retuerza de arrepentimiento.
-Eres un idiota.
Bajé la mirada y acerqué un poco mi bebida y apagué el cigarro.
-También un cobarde. Mírame a los ojos.
Levanté la bebida dispuesto a tomar un trago, pero Maïa me detuvo. Ése fue el momento en el que la miré a los ojos.
-No sabes lo que está sufriendo. Fui a casa, y la miré dormida con lágrimas ya secas en sus mejillas, ella estaba abrazada de ése estúpido panda que le regalaste.
No supe que decir.
Maïa se levantó y yo a velocidad supersónica estuve enfrente de ella sosteniéndola de un brazo.
-No te vayas.
-Solo voy por una estúpida piña colada, no te creas que te iba a dejar así... Todavía hay muchas cosas que decir.
Fue a la barra y yo me senté de nuevo en la silla.
Ella estaba sufriendo por mi culpa. No me podía imaginar como se pondría cuando le dijera que todo esto es una apuesta. Una jodida apuesta.
Recordé lo mucho que había batallado por ése panda. Me daba un no se qué en el estomago al saber que tenía ese panda en sus brazos, no se si de felicidad o de qué.
Maïa regresó con un vaso de bebida extraña y con un pequeño plato de nachos.
-Mírame a los ojos y dime lo que sientes por mi amiga. - dijo cuando se sentó.
-¿Por que haces esto Maïa? No te entiendo.
-Por que quiero confirmar algo.
-¿Qué cosa?
-Solo haz lo que te digo. Ahora, dime.
Suspiré, y miré sus penetrantes ojos.
-La quiero. - no pude soportar verla a los ojos y puse la mirada en los nachos.
-Mira, Andrew. Vayamos al grano... - hizo una pausa y suspiró-. No soy tonta y sé cosas. A tu estúpido amigo se le fue la lengua y me contó lo de la apuesta.
En ese momento estaba tomando lo último que me quedaba de mi limonada, pero me atraganté y escupí todo en el piso. Para mi mala suerte, Vicky venía llegando, y miró todo. Se acercó a mí sonriendo descaradamente.
-No limpiaré eso...- Miró a Maïa y le tiró un beso.
Vicky se fue, y Maïa parecía que estaba a punto de tirársele encima.
Maldito Doyle.
Cuando por fin se relajó me miró y sus ojos se oscurecieron  todavía mas.
-¿Sorprendido, no?...
-No sé de qu....
-¡Calla esa maldita boca, que te juro que me paro y te pego un puñetazo! Sabes bien de lo que hablo.
Suspiré resignado.
-Antes no conocía a Brenda y no me importaba hacer esta estúpida apuesta. Pero ahora la conozco y no la quiero hacer sufrir.
-Pues anula la apuesta y listo.
-No es tan fácil.
-¿Crees que es mas importante tu jodido puesto en ése jodido juego de mierda, que los sentimientos de mi amiga?
-Pues... No, pero...
-Anula la apuesta o dile a Brenda y acabemos con esto. - dijo Maïa con un hilo de voz.
-No puedo.
Maïa se levantó
-¡Entonces le diré yo!
-La lastimarás más. No le digas, por favor.
Maïa me miró por última vez y dio un largo suspiro de ésos que te dicen "Veremos". Tomó su bolso/mochila se fue.
La miré irse.
Dejé caer mi cabeza a la mesa y cayó con un fuerte estruendo contra la madera de la mesa, ignorando el dolor, la cubrí con mis brazos.
¿Por qué hago todo mal últimamente? No se por que pienso tanto en no querer lastimar a Brenda, cuando antes amaba ser un patán y hacer llorar a las mujeres por mí. Pero ahora no es divertido,  me rompe el corazón el simple hecho de pensar que Brenda está en su casa llorando con el Panda que le regalé, y todo por mi culpa. O tal vez no por mi culpa, ya que yo no inicié el beso. Está bien, se lo regresé, pero solo era un beso, nada del otro mundo.
Ahora, si me pongo a pensar en lo mucho que sufrirá cuando le diga: "Oye, no te amo y solo estoy contigo por una apuesta" me dan ganas de golpearme a mi mismo por ser tan idiota. No debí de meterme en esto.
Pero tampoco quiero perder mi puesto de mariscal de campo, ya que en 2 semanas está el campeonato...
 Me pegué con mas fuerza en la mesa.
Decidí dejar de atormentarme con mis propios sentimientos, levanté mi cabeza y saqué 20 pavos para dejarlos en la mesa e irme.
Me levanté de la mesa, tomé mi mochila y salí de la taberna, a un frío de pleno otoño con las hojas de los árboles yendo junto al aire.
Planeaba ir a casa de Doyle a darle un puñetazo bien dado por bocón, pero pensé mejor y decidí ir a casa.
Me puse los auriculares y le puse play a mi reproductor.
Comenzó una canción
Te tuve por un corto tiempo, después te perdí y ahora te pienso como jodido loco. 
Pienso en todo el día. Todo el día. 
Malditas canciones.
 Iba de camino a la estación para tomar el metro para ir a casa, cuando me encontré con un a tienda de mascotas muy peculiar, que me llamó la atención.
Desde pequeño me habían encantado los animales, y aunque parezca un tipo duro, me encanta entrar en las tiendas de mascotas y ver a los animalitos.
Me desvié de mi camino y entré a la tienda.
Había una gran boa en la entrada, dentro de una gran pecera. Me miró con sus pequeños ojos y sacó su lengua graciosamente.
Toqué con un dedo su pecera, y repetí la acción 3 veces.
La Boa me miró y al segundo se acercó, abrió la boca y se estrelló contra el vidrio.
Me pegué un susto de muerte, así que me alejé de ahí y miré los perros, después los pájaros y a lo último los peces.
El pequeño pesecito blanco nadaba como si no hubiera un mañana, miraba a otro pez y nadaba hacia él, el otro pez nadó mas rápido hasta el el pez blanco lo atrapó y se lo comió.
Me impresioné.
¿Los peces se comen entre sí?
-Mamá, mamá. - era la voz de un niño que venía de tras de mí.
-Que. - la voz de la mamá se oía cansada.
-Mira a ésa tortuga!- el niño estaba emocionado.
Volteé hacia ellos.
El niño era un pequeño niño pelirojo con pecas, muy gordito.
Y la mamá por el estilo, pero muy guapa y nada gorda.
Me acerqué disimuladamente hacia ellos a mirar la tortuga, ya que me había interesado.
Era una linda tortuguita bebé, movia sus patitas frenéticamente, como si verdaderamente estuviera en un lago, nadaba de un lado a otro. Metía su cabeza cada vez que el pequeño niño pecoso trataba de tocarla.
Sentí una gran ternura por ella, y sentí unos grandes impulsos de comprarla.
Miré a la joven vendedora que no debía tener mas de 16 años. Sus ojos eran grandes y cafés, su cabello era del mismo color y rizado.
-¿Cuánto cuesta?
-5 sola, 10 con pecera y 15 con pecera y comida para un mes. - dijo aburrida mientras se limaba las uñas.
Me acerqué a ella y le dí 15 dólares.
Ella se levantó y tomó la tortuga, la puso en mi mano y dijo que esperara un segundo.
Las ásperas aletas de la tortuga me dieron cosquillas en la palma de la mano mientras ella caminaba sobre ella.
La miré con detenimiento mientras esperaba a la vendedora.
Cuando llegó, venía con una pecera llena de agua y un frasco de comida.
Tomó la tortuga y la dejó en la pecera. Ésta comenzó a nadar felizmente en ella.
La muchacha miró a la tortuga con nostalgia.
-Cuida a Trevor. - dijo.
-¿Se llama Trevor?
-No, bueno sí. Pero no, ponle como quieras. Solo que le he agarrado cariño y le puse Trevor. Me duele que se vaya, la extrañaré.
Le sonreí.
-Gracias. - le dije, tomé la pecera y la comida, y me fui.
Trevor me pertenecía ahora.
Pero si que estoy loco, le agarré cariño a un animalito que apenas había visto.
¿Qué hubiera pasado si hubiera comprado el pez canival?
Me reí.
Después Brenda se me vino a la mente y mi repentino ánimo bajó.

                                                                                                                                                      LizzieG.

martes, 19 de febrero de 2013

Reckless. Capítulo 11.


                                                          
Reckless, capítulo 11. "Pasando páginas".


--¿Cuál es el plan?Me pregunta mi novio-no-novio Harry.
Me encojo de hombros, aún sabiendo que no puede verme. Manejo el celular con una mano y con otra intento delinearme. Las mujeres somos así de geniales.
--Bueno, guapo, no tengo ninguno.
--¿No tienes ninguno?
--NoLe digo mientras parpadeo al espejo de mi bañoAsí que vamos a crear uno aquí. Él te va a preguntar dónde nos conocimos. ¿Sugerencias?
--Humm… No sé… ¿En la escuela?
Frunzo el ceño.
--Qué poco romántico eres. Muy bien, en la escuela.
Escucho su risa.
--Bien. Espera. Puedo hacerlo mejor… Nos conocimos cuando íbamos caminando por la calle en sentido contrario y chocamos. Se te cayeron las cosas de la bolsa y te ayudé a rejuntarlos. En cuanto nuestras manos se tocaron, sentimos la chispa y nos dimos cuenta de que estábamos destinados a estar juntos por el resto de nuestras vi…
--Corta esa basura, Nicholas SparksLe digo con sarcasmoMe quedo con la escuela.
Ríe.
--¿Crees que me parezco a Nicholas Sparks?
Me encojo de hombros, a pesar de que es inútil.
--Bueno, sólo me he leído un libro de él. ¿Qué quieres que te diga? Tienes su misma vibra… No es un cumplido.
Lo oigo reír entre dientes.
--¿Cuánto te va a tomar darte cuenta de que nunca encontrarás a alguien como yo, querida Ridley? Sé que me amas.
Saco la lengua. Estas conversaciones son más divertidas cuando estamos frente a frente.
--¡Oh, Romeo! ¡Me temo que vuestra madre te ha dado una buena paliza en esa cabeza que tienes!
--Eres una tontaDice riendo.
Sonrío mientras parpadeo en el espejo. Mi reflejo me regresa la sonrisa cuando río.
--Y aún así estás terriblemente enamorado de mí. Así que te callas. Entonces… Nos conocimos en la escuela y te diste cuenta de que yo era adorable así que te pusiste las pilas y empezaste a ligar. Así queda.
 Hace una pequeña pausa. Me lo imagino frunciendo el ceño.
--No le voy a decir eso a tu hermano.
--Mira, te diré lo que va a pasar: Te lo voy a presentar, te torturará unos minutos y luego nos podemos ir. De hecho creo que te voy a conceder una cita real, así de afortunado eres. ¿Quieres ir al cine?
Suelta una carcajada.
--¡Mira que contigo no batallo!
Sonrío.
--Oye, espero que ese no seas tú llamándome Zorra, porque entonces te corto. No me importa qué tan cierto sea.
--Ridley, yo nunca te llamaría zorra. Descarada, tal vez. Pero no zorra.
--¿Descarada? ¿Por qué no intentas con Super Guapa o Lindísima? Funciona bien conmigo.
Bufa.
--Claro que sí. Porque eres todo un amor.
--Y hasta ahora lo captas.
Sonrío de nuevo al espejo mientras rezo por no sacarme un ojo con el delineador.



                                                                  



Mi madre se ha puesto un realmente feo vestido morado con extraños estampados. Ha recogido su cabello en lo alto en un moño y está parada en la puerta con las manos cruzadas.
   No he hablado con ella en días.
No directamente. Siempre estoy escabulléndome. De hecho, soy muy buena en eso.
--DeborahLe digo, parándome enseguida de ellaVas a asfixiar al chico. Sólo siéntate.
--MamáMe corrige.
La ignoro mientras voy a la cocina, donde Charlie está sacando las cervezas para la pizza.
--¡Ridley! ¡Ridley Elizabeth Sutton! ¡No te atrevas a dejarme hablando sola! ¡Soy tu madre!
  Cómo se pone pesada.
--¡Mira a qué hora has decidido que eres mi madre!
En eso Charlie sale de la cocina con una pizza en la mano y mirada alarmante.
--No chicas. No cuando estamos a punto de tener un invitado. Mamá, tranquilízate, ¿De acuerdo? Y tú, Ridley. Te juro que te mandaré a un internado para niñas si no te calmas ahora.
  Si no fuera por esa amenaza, yo ya hubiera dicho unas cosas que digamos que no son muy apropiadas para una señorita como yo.
 ¡Ja!
Suena el timbre. Mi madre, alisando las arrugas inexistentes de su feo vestido, se pone derecha y camina hacia la puerta.
--Buenos díasEscucho la voz de Harry, suave y relajada.
Eso me relaja. Ese idiota puede hacer eso.
--¡Hola! ¿Eres Harry, verdad? Pasa. Soy Deborah, la madre de Ridley.
Harry estira la mano para saludarle, pero mi mamá se acerca y le da un beso en la mejilla. Supongo que Harry está entre los entandares de mi madre. Mierda. Le hubiera dicho que se pusiera una calcomanía que simulara un tatuaje en media frente, a ver cuánto le gustaría eso a mi querida madre.
  Harry está un poco sorprendido, pero sonríe cordialmente. Y luego me mira, levantando una ceja, porque ambos podemos recordar en ese momento cuando yo le dije que vivía sola con mi hermano mayor. Cuando le dije que no tenía padres.
  Y en su momento, así era.
Charlie sale de la cocina con las manos vacías esta vez y sonríe a Harry. Es una sonrisa amable, pero hasta ahí. En cualquier momento puede poner su sonrisa de Asesino Serial.
 Camino hacia Harry y le sonrío mientras él me rodea la cintura con un brazo y yo le doy un beso en la mejilla. Muy, muy cerca de la boca. Enserio, creo que el chico se puso a alucinar. Lo compruebo cuando veo que sus mejillas adquirieron un leve tono rojizo.
 Ay, ternura.
Me río de él.
Niega con la cabeza en signo de reprobación, muy levemente, casi sólo para mí, pero aún así sonriendo de manera burlona. Pero Charlie y mamá están observando todo tan atentamente que creo que pudieron percibirlo tan claro como yo.
  Él me suelta para avanzar y estrecharle la mano a Charlie. Actúa como si hubiera hecho esto un millón de veces, y me obligo a preguntarme cuantas veces lo ha hecho.
 Charlie lo mira, casi examinándolo.
“Vamos, Charlie, no pongas tu sonrisa de asesino serial. No lo espantes demasiado, porque ni siquiera es mi novio real. No tiene que pasar por esto, ¿Verdad? ”, pero no se lo digo. Sólo me cruzo de brazos y miro fijamente a Charlie, esperando que no lo torture demasiado.
--Ridley me ha hablado mucho de usted.
Le habló de Usted. Harry ya está oficialmente arruinado.
Sin embargo Charlie lo toma bien y le devuelve el apretón de manos. Todo eso sin poner su sonrisa de Te Voy a Matar.
A veces Charlie es muy… ¿Cómo decirlo? Sobre protector cuando se trata de mí. Lo cual a veces raya a lo loco.
  Y a lo asesino.
--Espero que buenas cosas.
Charlie me lanza una rápida mirada.
--Soy un ángelLes digo, con mi sonrisa de “Soy más inteligente que tú”.
Ambos me miran, simpáticos, porque saben que estoy muy lejos, claro, excepto en la parte de supremamente hermosa.
A veces no puedo evitar recordar que soy tan genial…
Muy bien, eso ha sido muy vanidoso.
Pero no le quita lo cierto.
--Y muy guapaLes comento, con una sonrisa.
--Por supuesto que sí, RidleyContesta Harry, amablemente.
Le levanto una ceja a Charlie.
--¿Y tú? ¿No piensas secundar eso?
--No hay necesidad de aumentar tu ego, pulgosa.
Frunzo el ceño.
  Y los siguientes 20 minutos, son como la cosa más rara del mundo. Enserio.
Primero, empieza con la inevitable pregunta de Charlie: “¿Dónde se conocieron?”. Esa parte es muy fácil. Entonces comienza mi madre a preguntarle cosas sobre su familia y sus trabajos, y es así cuando me meto en la conversación, cambiando de tema. Y la cosa se vuelve pan comido en el momento en que Charlie le sube un poco a la televisión para escuchar el partido mientras comemos la pizza, justo después de que mi hermano empiece a sonreír como Drácula. Resulta que Harry hace este comentario que no entiendo sobre el equipo y Charlie se emociona y deja de sonreír de esa manera escalofriante para reemplazarla por una amable y hace otro comentario. Al final los dos terminan emocionándose viendo el partido y nos dejan a mí y a mamá tranquilas.
  Mamá, que está sentada enseguida de mí, se inclina y me susurra:
--Tú novio me gusta.
Por supuesto que sí. A todo el mundo le gusta Harry, hasta a Kimera, cosa que no es fácil, ya que se puede decir que ella odia a toda la raza humana, no sólo la masculina.
--Pues sí. ¿Qué esperabas? ¿Múltiples tatuajes y pantalones caídos?
Ni se inmuta cuando me contesta sin vergüenza:
--Sí.
Ruedo los ojos, cosa que ella odia.
--Bueno, siento decepcionarte, Deborah.
Ella suspira fuerte e intenta superar lo último.
--Ridley, ¿Adivina qué?
 Antes, cuando ella estaba aquí y ella venía a casa diciendo esa frase, yo dejaba todo lo que estaba haciendo y me ponía a jugar un juego dónde decía todo lo que se me ocurría hasta que ella me lo decía.
  Pero esto está muerto.
Se ha ido.
Y yo no puedo volver a eso de nuevo.
Nunca.
O al menos eso creo.
--¿Qué?Respondo secamente.
Ella hace una pausa y parpadea, ligeramente sorprendida, mientras escucho a mi hermano reírse con mi no-novio.
 --BuenoDice mientras se recuperaPues he estado buscando trabajoHace una pausa, esperando a que yo hable, pero estoy aparentemente muy concentrada en mi pizzaMe ofrecieron trabajo en tu escuela como maestra.
  Casi me atraganto.
Charlie se alarma con el sonido que sale de mi garganta, pero no dice nada. Yo podría gritarle a mi madre que de ninguna manera puede trabajar ahí, que no la quiero en mi escuela, pero no pienso discutir esto enfrente de Harry.
  Así que sólo la miro directamente, con la boca abierta y mi cabeza ligeramente inclinada.
--De ninguna maneraSe me escapa de los labios antes de poder darme cuenta.
  Ella sonríe y me mira de reojo.
--Cariño, ya está hecho. No hay nada más qué decir.
“No me llames cariño”.
En vez de decírselo me meto la pizza a la boca y me encojo de hombros. Luego miro a Harry.
--¿Listo para irte?
Ni siquiera le doy la oportunidad de contestar cuando ya me estoy levantando y diciéndole a mi familia:
--Nos vamos, familia. Gracias por la pizza.
“Familia”. Sabe raro cuando sale de mi garganta.
Mi madre levanta la ceja.
--¿Ya se van?
Asiento y rodeo la mesa para tomar el brazo de Harry y jalarlo fuera, pero él me detiene y extiende la mano para despedirse de mi madre y mi hermano, mientras dice que “Está encantado”. Mi madre le besa las mejillas de nuevo y mi hermano le saluda igual que la primera vez, pero sin la sonrisa de asesino.
--Espero volver a verteLe dice mamá.
Si supiera que él en verdad no es mi novio…
Pero Harry sonríe.
--Yo también espero eso.
Y me mira.
“¡De ninguna manera!”
Sonrío.
--Adiós, Deborah. Adiós, Charlie.
Y entonces arrastro a Harry fuera de la casa.
--Espero que no hayas hablado enserioLe digo cuando bajo las escaleras del porche.
Sonríe y se encoje de hombros.
--Son simpáticos.
Le frunzo el ceño.
--No. YO soy simpática.


                                              
                                                                            



Le sonrío.
--¿Entonces? ¿Vas a intentar la cosa del brazo?
Él mira hacia la pantalla del cine y luego me mira de regreso, sonriendo.
--¿A qué te refieres?
--Ya sabes, la cosa de estirar el brazo y rodearme. Es como el clásico más grande del mundo.
Se estira para tomar palomitas y sonríe al tiempo de que se las hecha a la boca.
--Ya sabía yo que querías estar entre mis brazos.
Niego con la cabeza sonriendo mientras le arrojo unas pocas palomitas.
--No, no, no, Harry. ¿Dónde está el tú que se pone todo rojo? Lo quiero de regreso.
Sonríe, deslumbrante.
--Pues tú eres contagiosa. ¿Qué te voy a decir?
Niego y miro la pantalla, intentando concentrarme en la película. Pero no puedo concentrarme porque él me mira fijamente. Así que lo miro de regreso.
--¿Qué?
--No sé… Sé que no soy nadie para preguntártelo, pero…
  Me acomodo en mi asiento.
--Ya. Hablas sobre Deborah. Venía preparando mi respuesta más o menos desde que salimos de mi casa. Dispara.
--¿Porqué me mentiste? No es como si fuera mi asunto, es sólo que…
Se vuelve a poner rojo. Parece que lo tengo de vuelta.
Le sonrío suavemente.
--Está bien. Es sólo que cuando me lo preguntaste, yo vivía solo con mi hermano.
Se muerde los labios, pero yo sé que quiere preguntarme.
--Es una larga historiaLe sonríoA lo mejor te la cuento un día.
--¿Enserio?
--No.
Me mira unos momentos antes de asentir y sonreírme una última vez antes de ver la pantalla.
--Harry.
Me mira.
--¿Qué pasa?
--Gracias.
--¿Por qué?
--Por hacer todo esto por mí. Por ayudarme. Gracias.
Sonríe. Luce encantador.
--Para esos somos los amigos, ¿Verdad?
Le sonrío de vuelta.
--Pero si le dices a alguien que dije eso, Potter, no hablaré contigo de nuevo. Y haré tu vida miserable. Lo prometo.
--Tenías que arruinar el momento.
Sonrío.
--Es mi trabajo.




   
            El lunes es algo así como un tira y afloja. Como un camino que tiene bajadas y subidas. O un remolino de viento que te arrastra a un lado y luego al otro.
Dos razones: Una se llama Kimera. La otra se llama Josselyn.
Es simple.
Es sencillo.
Es una pesadilla.
 O sea que cuando camino por el pasillo para ir a la cafetería tomada del brazo de Kimera mientras halamos entre murmureos con una sonrisa de “Soy más genial que tú” pintada en la cara, Josselyn camina en sentido contrario junto con esa chica de cabello castaño claro y corto hasta los hombros. Esa chica se llama Sunny. Esa chica era nuestra amiga cuando yo y Josselyn éramos prácticamente la misma persona. Están tomadas del brazo también. Están riendo, con sus perfectos labios pintados de rosa y sus broches de colores en el cabello.
   Es sólo un segundo, cuando pasamos Kimera y yo enseguida de ellas.
Un segundo, dónde Josselyn y yo nos miramos a los ojos.
Un segundo cuando recuerdo a Josselyn borracha y llorando, y sé que ella me recuerda a mi ayudándola a llegar a casa.
Un segundo en el que dejamos de fingir que eso no pasó nunca.
Sólo uno.
Y entonces Josselyn y yo dejamos que se desvanezca y miramos al frente, riéndonos con nuestras mejores amigas.
 Dos pasos más adelante giro la cabeza para mirar a Josselyn caminar del brazo de Sunny.
Esta vez dura más de un segundo.
Me refiero al repiqueteo en mi estómago como pequeñas navajas, porque siento celos. Celos porque yo antes estaba agarrada de su brazo así. Porque antes yo compartía esas sonrisas con ella. Porque me siento reemplazada.
  ¿Pero quién demonios soy yo para eso, si fui yo quién la alejó?
Es egoísta.
 ¿Pero qué puedo hacer al respecto, cuando siento los repiqueteos en mi estómago?
Giro mi cabeza hacia el frente y le sonrío a Kimera. Cuando ella me devuelve la sonrisa los repiqueteos cesan. Pero otra cosa viene. No sé cómo explicarlo. Sólo espero que Josselyn voltee hacia nosotras y nos vea tan felices y que ella sienta la misma cosa que yo.
   Quiero herirla.
En cuanto ese pensamiento me atraviesa la cabeza, niego e intento desvanecerlo.
¿Qué pasa conmigo?
Tengo que relajarme.
  Cuando abrimos las puertas de la cafetería, me pregunto si esto no es… ridículo. Sentir celos, pero por una amiga. O alguien quién fue tu amiga. ¿Sentir algo por alguien que hoy en día no es nadie para ti?
Primero pienso que estoy dañada.
Luego pienso mejor. Algo más profundo. La cosa más loca: A nadie le gusta saber que han pasado de página y que lo han dejado atrás.
   Eso me hace cuestionarme si yo ya he pasado la página.
Aparentemente Josselyn no. ¿Y yo?
 Kimera hace una de sus bromas oscuras y yo no puedo evitar reírme.
Mis pensamientos anteriores se deslizan hacia el olvido cuando los ojos de Kimera se posan en los míos y resplandecen, cuando las comisuras de sus labios se levantan hacia arriba formando una encantadora sonrisa. Es Kimera quién me completa.
Le sonrío de vuelta, olvidándome de Josselyn.
  Sintiéndome feliz.


-Sthep Stronger.

lunes, 18 de febrero de 2013

Entrada Super Genialosa; Dos reseñas, un Off Topic.

Hola. :)

Reseña: What A Boy Wants. Nyrae Dawn.

Cortesía de ver las relaciones de su madre, Sebastian Hawkins sabe lo que las chicas necesitan hacer para conseguir a un hombre. Él tiene lo que llama Doctorado en relaciones. Cuando necesita dinero extra para un coche, Sebastian pone en marcha una empresa On line como el Doctor Cupido, para ayudar anónimamente a chicas para conseguir los chicos de sus sueños. Por supuesto, sus servicios no garantizan un Y Vivieron Felices Para Siempre. Él ha visto de primera mano que estar juntos no significa quedarse juntos.
    Y entonces él se enamora....
De la chica que menos se espera...
 Totalmente no su plan de juego...








   Me ha gustado mucho, la verdad. Al principio vemos a Sebastian siendo un chico arrogante y un poco molesto, pero en el proceso, crece como persona. No puedo culparle de tener esta perspectiva del amor; Su madre ha entrado y salido de relaciones, y al final quién salió herido a causa de ello fue él. Así que me gusta cómo él ha pasado a estar en un extremo a otro.

    Es un libro entretenido y bonito para leer en verano o algo. Me ha gustado mucho, a pesar de que sí, es cierto; es un libro un poco predecible. Pero es fresco, está muy bien narrado, entretiene. Fue bueno. Y lo recomiendo.

                                                                                                                           


       Conoce a Josephine Foster, o Zo Jo, como es llamada en el negocio. Siendo la más diminuta fotógrafa de todos ellos, a Jo no le importa hacer lo que se necesita para conseguir la toma perfecta, hasta que es enviada a una asignación en cubierta dónde tiene que fotografiar a Ned Hartnett, una super estrella juvenil y la única celebridad que ha sido amable con ella, en un exclusivo retiro de rehabilitación en Boston.
 La paga será suficiente para realizar el suelo de Jo: Verdaderas clases de fotografía, y tal vez incluso dejar su temporal trabajo de papparazi para siempre. 
Todo el mundo quiere saber porqué Ned está allí, pero Jo no sabe porqué ella está ahí; Enamorarse de Ned no era parte de la asignación.

Y como yo reseño absolutamente todo lo que me leo o casi  voy a escribir esta reseña y no voy a dejar el libro olvidado como lo hice con algunos libros cuyo nombre no voy a mencionar.

 La historia se centra en Jo, quién es una paparazzi que siempre se sale con las suyas y que es muy, pero que muy conocida en el negocio. Sin embargo lo que Jo realmente quiere es dejar de perseguir famosos y tomar clases de fotografía. Pero Jo necesita dinero. Quiero decir, desesperadamente. Así que cuando le ofrecen un trabajo que le pagará la escuela, Jo acepta, incluso cuando es sucio y no quiere.

  Esta historia honestamente no tiene nada de novedad, nada que no haya visto antes ni nada de eso, pero eso no significa que no lo haya disfrutado, porque lo hice.

Tengo que admitir que me recordó un poco a este libro, Traición, de Scott Westerfeld en un punto que no voy a mencionar porque podría ser Spoiler, sin embargo no me molestó.
  Me gustaron mucho los personajes, que, conste, que tampoco son novedad pero pude avanzar el libro sin problemas. Mi personaje favorito ha sido Jo, quién es directa, un poco gruñona, sarcástica  y es mitad japonesa. Y no sé que tiene que ver con que sea japonesa, ya que mi personaje de en sueño tiene que ser a) Pelirroja y b) Malvada, por eso la única que me gustaba de Crepúsculo era Victoria  pero he amado a Jo. Tiene el carácter que a mí me gustaría tener aparte de ser malvada, lo que claramente Jo no es   .
 Y probablemente piensas que el libro es todo acerca de romance como leíste en la sinopsis, pero no lo es. No realmente. Es más, casi ni se nota, sólo por un par de escenas y... ya. Así que si eres del tipo de personas que no les va lo azucarado, pienso que te vendría bien para pasar el rato.
  Advierto que este libro no es para emocionarse y/o traumarse, pero es lindo para pasar un rato leyéndolo un día que no tengas mucho qué hacer. Sé que hay personas por ahí que están cansadas de este tipo de cosas, que quieren algo nuevo,algo novedoso... Así que para esas personas, no lo lean. Al menos que su personaje en sueño sea a) Japonesa y b) Directa y con toques de gruñona y sarcasticona .
  Así que al final esta es más un Off Topic que una reseña. Una pregunta que dejaré abierta:

¿Cómo es tu personaje de en sueño?



Saludos.
Sthep S.

jueves, 14 de febrero de 2013

Reseña: Pushing The Limits, Katie McGarry.


Reseña: Pushing The Limits.
Katie McGarry.
Libro único.
Nadie sabe lo que sucedió la noche que Echo Emerson pasó de ser una chica popular con un novio deportista a la chica rara sobre quién inventar chismes con cicatrices en sus brazos. Ni siquiera Echo puede recordar la verdad sobre aquella horrible noche. Todo lo que sabe es que quiere todo de vuelta a la normalidad. Pero cuando Noah Hutchins mi novio  , el guapo, el solitario usador de chicas con chaqueta de cuero irrumpe en su vida con actitud dura y su comprensión, el mundo de Echo cambia de formas que nunca pudo haber imaginado.
  No deberían tener nada en común. Y con los secretos que ambos tienen, es casi imposible estar juntos. Aún así la loca atracción entre ellos se niega a desaparecer. Y Echo tiene que preguntarse hasta qué punto puede empujar los límites y que arriesgará por el chico que puede enseñarle a amar de nuevo.








     En esta reseña seré total y completamente honesta, a pasar de que va a parecer que estoy loca. Lo juro.
 
Este libro me hizo llorar. Me hizo llorar como un desgraciada. Enserio. ¿Porqué? Porque es un libro que tiene de todo, pero todo ello te hace llorar. Tiene momentos conmovedores que te hacen llorar, momentos felices que te hacen llorar, momentos tristes que te hacen llorar , y momentos en donde quieres matar a alguien pero que te hace llorar. Así que pasando de la página 150 yo ya tenía un rollo de papel para limpiarme los mocos.
  Aunque, tal vez lloré tanto porque soy una sensiblera, y no porque el libro sea tan así.
Pero ya veremos.

Entonces les diré algo, para que puedan comprender mi razón de llanto un poco mejor: Los dos están jodidos. Los dos están inevitable y miserablemente jodidos. Sin discusión.
   Los padres de Noah están muertos, y él tiene que luchar para que sus hermanos vivan con él, para ganar su custodia. Él tiene que recuperarlos *Lágrimas, lágrimas* Y luego está Echo, que es quién está más jodida de los dos. Su madre está loca, su hermano muerto, sus padres se divorciaron, su padre se casó con la que era la niñera de Echo  (Ashley) y ahora ésta va a tener un bebé. La navaja está en que, el padre de Echo escogió a Ashley por encima de Echo.
   Los padres de Noah lo amaban, pero murieron y no quedó de otra que alejarse de Noah, pero el papá de Echo pudo elegir, y no la eligió a ella. *Oh, Dios, no la eligió a ella! Hay que insertar aquí un llanto desesperado justo aquí * 


 Estas cosas me hacen tan miserable...
Por eso estaba con el moco tendido todo el tiempo. Porque ellos dos tienen sus cosas familiares y ambos son miserables. Así que encuentran refugio el uno con el otro.
    Es una muy bonita historia de amor. Lo es. Pero también abarca temas familiares que te deprimen y te joden completamente como pasó en mi caso.
¿Honestamente? Yo sabía que los personajes tenían cierto daño emocional, pero no sabía cuanto. Y les diré una cosa: A mi ya no me van eso de los personajes que están dañados mentalmente. Me deprimen y no. Hubo un tiempo donde estaba encantada, pero mi pequeña obsesión ya pasó. Eso significa que si yo hubiera sabido que éstos dos estaban jodidos, no lo hubiera leído. Este libro me gustó mucho porque es muy bonito y el romance es precioso, pero si yo pudiera regresar el tiempo y decirme a mí misma cuán dañados estos dos estaba para que no lo leyera... lo haría.
    Los personajes secundarios, los quise matar a todos. A todos. O bien, a todos excepto a Isaiah y la señora Collins, pero al resto los pude haber matado sin pestañear y no me sentiría culpable nunca. Porque Beth, la hermana-no-hermana de Noah se comporta como una **** y la amiga de Echo, Grace, también es una **** y a pesar de que Carrie y Joe no son malas personas... ****. Odié a Ashley y al papá, y como soy una ***** sin corazón  que no perdona, no estoy de acuerdo en cómo terminó.

      Pero bueno, ya lo dije: Es un libro muy bonito con un romance precioso que me ha hecho llorar como una condenada en desgracia total. La narración es genial, ya que tenemos los dos puntos de vista de los personajes, razones para ponerme a chillar más.
  ¿Pero? Pero me gana. Si este libro lo traen en español a México... lo voy a comprar. Ya sé, tengo una especie de amor-secreto-no correspondido por este libro. Matenme.

   Así que leerlo es tu opción.

¡Saludos!
 Sthep.

Reseña: Sasha, el diario de un chico adolescente. Luis E. López Silva (EDITADO)

Reseña: Sasha, El Diario de un chico
Adolescente.
Luis E. López Silva.

Sasha es un chico de 17 años con una vida adolescente bastante normal, pero la adolescencia no es una etapa común y corriente; Está llena de muchas emociones y vivencias que presionan su vida. Las experiencias vividas y las emociones a flor de piel  con palpadas a casa párrafo de su historia. Esta es la historia de la adolescencia de un chico, contada desde el punto de vista de un chico y vivida como tal. Esta es la historia de Sasha; Esta también es tu historia.









       En teoría, me gustó.

 En las primera setenta páginas me cruzaron dos pensamientos. Uno: Está genial. Y dos: Tal vez debería ser un poco mayor para leerme esto; Sasha es un adolescente; No se corta ni un pelo para nada, y bueno... es un chico. ¿Qué le vamos a hacer?
   Entonces, al principio me gustó mucho, pero a la mitad del libro era un Hummm Hummmm HUUUUUMMMM . Porque era extraño para mí, porque en verdad nunca había leído un libro que se tratase de lo que se trata (No les voy a decir, porque no les voy a soltar el Spoiler) y no estaba segura de querer terminarlo. Pero al final me ha gustado mucho, tengo que admitir. Tardé en leerlo, tuve mis dudas, pero me gustó.
   Los personajes me han gustado mucho. Amo la relación que tiene Sasha con sus mejores amigos Karla y Cori. Lo amo, lo amo, lo amo. Es O_O A veces me sorprende lo mucho que puede expresar esa carita
  Está muy bien narrado y ha sido muy fácil de leer la mayoría del tiempo .  Sasha me ha gustado como protagonista y en verdad todos los personajes me han gustado mucho porque son diferentes entre sí.
   ¿El final? Me dan ganas de agarrar al autor y darle un zape xD No literalmente ¿Cómo me deja así? Tengo que leer la segunda parte.

 Así que, ya saben. :)
Pd: ¿Les había mencionado que el autor tiene como 19 años?
Pd 2: Bueno... Feliz Catorce.
Nota: Me dieron un banner y cosas para la reseña, pero como soy muy mala en estas cosas, no se la supe poner.

    Hice una entrevista al autor, y aquí está:

1- ¿Qué te llevó a escribir “Sasha: Diario de un chico adolescente”?

Supongo que todo. O eso creo. Tenía bastantes elementos de mi alrededor que me llevaban a pensar en el hecho de que existen personas con problemas similares a los míos… o de mis amigos. Mis amigos suelen contarme muchas de sus anécdotas, confiarme cosas importantes y cosas así por el estilo. Al final, cada una de esas cosas termina siendo el combustible para cada capítulo de Sasha. Es interesante escucharlos, además de que me di cuenta que sus vivencias, las mías y las nuestras, son bastantes similares a las de muchos adolescentes. La adolescencia es una etapa difícil, y bueno, Sasha viene a ser casi un punto de referencia para quien se cruce con algún problema durante esta etapa. Aparte, ¿Cuántos chicos tienen un diario y lo dicen tan abiertamente? En cada historia suelen representar a los chicos como callados y reservados, y esa fue otra de las cosas que me impulsó a escribir la historia; mostrarle a los demás que también podemos expresarnos abiertamente sin llevar en los hombres prejuicios (como lo es el machismo). Esas son posiblemente las bases de la novela: Ser quien realmente queremos ser y demostrar nuestros sentimientos sin importar qué digan los demás.

2- ¿Qué significa para ti? 

Emmm… un poco difícil de responder jejeje. Veamos, Sasha soy yo, son mis amigos, mi familia, mis lectores… en general, todas las personas a las que quiero mucho. Al final, la personalidad de Sasha está hecha a base de todas estas personas. Por eso, Sasha significa para mi más de lo que cualquiera puede imaginarse. Es como un hijo (jejeje) es la historia de todos y la mía y por eso es algo valioso para mí. Dicen que cuando escribes, te muestras desnudo ante el mundo y quienes te leen, así que supongo que con Sasha me han visto hasta los huesos. Así de importante es esta novela.

3- ¿Cuánto tardaste escribirlo?

El volumen I me llevó alrededor de tres meses. La historia en total aun la escribo. Aunque el prólogo lo escribí hace cuatro años más o menos, pero la historia la retomé desde noviembre de 2011. Me llevó alrededor de un mes madurar el concepto y llevarlo a cabo, y aun estoy en el proceso, cada capítulo es un verdadero reto. Falta otro volumen más por terminar, serán tres en total, así que sumado en total puedo decir que ya llevo dos años en el proyecto que está a punto de finalizar.

4- Tres palabras para describir el libro.

Bueeeeno, si lo resumo a tan solo tres palabras… creo que estas serían: Adictivo, Sincero (hasta la medula) y Emotivo.
Sí, creo que esas tres serían. Se darán cuenta por qué digo que es sincero hasta la medula jajaja.

5- ¿Tienes planes para publicarlo?

Si, la verdad que sí. Trabajo en ello para ponerlo a disposición de los lectores en formato físico. Espero tenerlo listo para mediados de este año.


6- ¿Alguna escena que haya sido particularmente difícil o fácil de escribir, así como que no te lo podías creer?

Veamos, del Volumen I diría que fue la del juego de la botella. Dese ahí hasta el capítulo titulado “Papiroflexia”. Fue todo un reto definir una relación así. Definir el amor es un poco complicado, así que traté ser lo más amplio en el asunto. Expandir el pensamiento “Podemos amar sin etiquetas” me llevó días, aunque al final, quedé satisfecho con el resultado. A mis lectores les gustó bastante y comprendieron lo que trataba de decirles. Amor es amor sin importar de quien o de donde provenga.

En cuanto a la más fácil… fue un capítulo especial más bien. “Octubre” si, ese capítulo especial. La idea ya la tenía, es algo basado en lo real así que describir por algo que pasé no fue tan difícil.

7- ... ¿Libro favorito? :D

Buuu jaja ¿Solo 1? Emmm… Delirium. Si, Delirium de Lauren Oliver. Hasta el momento, la historia ha sido la única que me atrapó por completo. Me hizo trasnochar.

PD: ¡Gracias por la entrevista!  :D


   Tiene razón, debí hacer que pusiera una lista de libros favoritos xD Tampoco pudiera responder esto :/

¡Saludos!
-Sthep S.

martes, 12 de febrero de 2013

Reckless. Capítulo 10.



Reckless. Capítulo 10.  "Tan jodidos".

Entonces supongo que cuando sales furiosa de casa un viernes por la noche porque tuviste una discusión con tu hermano mayor sobre tu educación y demás, lo primero que haces es buscar a tus amigos. En mi caso, Kimera. Pero no estoy segura si lo que haces a continuación es ir a una fiesta de tu ex novio quién te engañó con una chica mucho menor que ambos cuando él estaba perfectamente en sus cinco sentidos.
  No es lo más inteligente.
Sin embargo, ahí estoy yo, luciendo como una zorra, embriagándome hasta morir y despegando a Max de mi cuerpo. Es uno de esos momentos en que te sientes oscura, miserable y débil. Así que subo las escaleras y abro una puerta que conduce a una pequeña estancia en la que en el pasado ya he estado muchas veces. Lo peor es que creo que fui feliz. Cuando creía haber estado enamorada de Max, me refiero. Creo que en verdad fui feliz. No lo sé. Es sólo que pensé haber estado en verdad enamorada, pero ahora miro hacia atrás y no creo que fuera amor. Yo sólo tenía quince años y no es como si ahora yo tuviera tanta experiencia. Sé que aquello no era amor de verdad, pero sé que yo era feliz.
    Y por un momento, lo extraño. El pensamiento más confuso cruza por mi cabeza: Extraño ésos días. La cosa más loca.
   Aunque no sé si debería sentirme de esa manera de nuevo. No con él. Definitivamente no.
 ¿Verdad?
  Sacudo mi cabeza y camino hasta el espejo colgado en la pared.
Hay muchas razones demasiado válidas por las cuales no me encanta emborracharme, y una de ellas, la más importante, de hecho, es porque al final mi maquillaje se corre y tengo un aspecto demacrado. Es por eso que saco el delineador de mi bota y me pongo a trabajar. Y sólo paro cuando una extraña Josselyn Anne Harrison borracha abre la puerta y se deja caer en el sillón rosado.
  ¿Josselyn borracha? ¿Desde cuándo acá?
Estoy tan sorprendida que tengo que darme la vuelta.
Josselyn levanta su cabeza pelirroja y se lame los labios, viéndome.
--Ridley, cariño.
  Siempre me ha irritado de alguna manera que ella dijera eso como si fuéramos tan cercanas, porque no lo somos ahora. Pero ahora no sale de esa manera de su boca. Sale en forma lastimero. Casi como un lamento.
   Tanto que tengo que buscar la mirada en sus ojos.
--¿Qué haces aquí, Jessie? ¿No tienes que ir a buscar algunas niñas feas para convertirlas en Barbies o algo? ¿No tienes un novio del cual ocuparte?
   Ella sonríe, como si supiera mejor.
Porque ella sabe mejor.
--Siempre has recordado mi nombre, Ridley. Siempre lo has recordado.
Y aún cuando está poniendo esa sonrisa, se ve… herida.
--Lo siento, Jess…Jessica. Jess… ¿Jossete? Mierda. Tú. Creo que te equivocas.
  Ella niega con la cabeza y sonríe tristemente, removiendo los cabellos rojos-casi-rubios con su mano. Su cabeza se balancea de un lado a otro.
  Supongo que es una de esas personas que se emborrachan y son deprimentes. Yo soy del tipo divertida, gracias a Dios.
--Hay veces en las que me has preocupado, ¿Sabes, Ridley?
Josselyn bebe más del vaso extra grande que tiene.
--¿Qué bebes?Le pregunto.
--Whiskey.
--¿Con qué?
--Puro.
  Frunzo el ceño. Ni siquiera yo me atrevo a hacer eso.
--Con razón estás diciendo estupideces.
Ella niega después de dar otro sorbo.
--No. No, no, no. Rid… Yo… Estaba tan preocupada…
Me siento en el otro sillón, enfrente de ella, un poco curiosa esta vez.
--¿Y se puede saber porqué?
--A veces… A veces me preocupaba… que no pudieras amar a nadie.
   A veces me preocupaba eso también. Pero entonces pensaba: “¿Porqué necesito eso? La última vez no me fue tan bien”
  Pero no quiero ser de roca.
Cosa que no estoy dispuesta a admitir.
  Josselyn está de pronto murmurando cosas, casi inaudibles. Entonces se empieza a reír.
--¿Recuerdas…? ¿Recuerdas esa vez, cuando estábamos en clase en sexto grado y ese chico Josh dijo cosas malas sobre mi pelo? Ese pequeño hijo de… --Se echa a reír de nuevo, sin completar la frase. Hace una pausaEntonces tú, te levantase… Y le diste una patada. Te llevaron a la dirección ésa vez. Y estaba segura de que tú mamá ya no me dejaría verte nunca más. Y entonces la idea de perderte me comió viva. ¿Lo recuerdas, Ridley?
   Sí me acuerdo.
Lo recuerdo todo.
Demasiado bien.
--Yo había pensadoProsigue, hablando casi histéricamente que nada podía separarnos. Yo… yo me sentiría tan sola. Porque todas las demás eran falsas. Y nadie era tú. Y yo… y yo no pude comprenderlo, ¿Sabes? Me miró, sonriendo. Pero puedo ver algo en sus ojos. Una sombraCuando tú te fuiste. Tú… Tú la elegiste a ellaLanza otra carcajadaY yo no podía entenderlo. Yo no podía.
   Empieza a reír descontroladamente, pero de alguna manera cada una de sus risas histéricas son como cuchillos a mi estómago.
--¡Es ridículo, cuánto te quería!
 Se ríe más alto, hasta que sus risas disminuyen y queda un ruidito, que al final parece más un sollozo sordo.
--Pero tú me dejasteDice, sin sentido del humor ahora. Levanta el vaso y bebe. Su tono lastimero vuelve--¿Por qué me dejaste?
  Y es ahí cuando me doy cuenta de lo miserable que es en la vida real.
--Joss…
Ella ríe, recuperando de manera repentina su risa cruel.
--Creo que es demasiado tarde para llamarme “Joss” de nuevo, Ridley. ¿No crees? O para acordarte de él.
No sé qué contestarle.
Así que simplemente dejo que continúe.
--Eso penséMurmura.
Josselyn intenta levantarse, pero vuelve a caer al sillón. Así que me acerco y le ayudo a levantarse y enseguida ella quita las arrugas imaginarias de su vestido azul oscuro.
   En la vida real todos estamos tan arruinados.
Estamos tan jodidos.
Tan, tan, jodidos.
  Josselyn me palpa el hombro en signo de agradecimiento, pero apenas puede sostenerse en sus tacones de doce centímetros, así que la sostengo del brazo y ella se recarga en mí.
--¿Dónde está ella, eh? Esa pequeña amiguita oscura que tienes…
--Está en casa. Vine sola.
Ríe.
--¡Pequeña novedad!
No le contesto a eso.
--¿Trajiste bolsa? ¿Dónde está?
Niega.
--Mi billetera y mi celular. En mis bolsillos.
Frunzo el ceño. Está tan borracha que no se da cuenta de que vestido no tiene bolsillos. Ella sonríe al ver mi expresión y alza su vestido para que pueda ver el ceñido short de mezclilla.
   Qué inteligente.
Porque yo se lo enseñé. Hace mucho tiempo.
Parece una eternidad.
Pero al mismo tiempo parece que fue ayer.
Cuando éramos amigas.
Cuando sólo éramos nosotras dos.
Y yo también era feliz.
--Vamos, Josselyn. Es hora de llevarte a casa.
Ella no replica, sólo deja que le tome del brazo y la arrastre escaleras abajo, pasando por la muchedumbre de adolescentes borrachos y chicos perfectamente sobrios pero que son demasiado listillos.
   Cuando salimos por la puerta ella se me despega y se balancea en sus tacones altos, y se inclina sobre una maceta para vomitar en ella.
 Y luego empieza a llorar.
A mares.
Enserio.
  No estoy muy segura de qué debo hacer, porque es diferente a cuando Kimera se emborracha. Porque ella es Josselyn. No debería ser tan amable, ¿O debería?
   Al final le sobo la espalda en círculos. Ella intenta levantarse y se cuelga de nuevo de mi brazo, intentando esconder sus lágrimas.
--Vamos, JosselynDigo con suavidad, mientras la arrastro hacia el auto.
Cuando está sentada en el asiento copiloto me pregunta si está dormida, porque no hace ningún sonido y cierra sus ojos. Con un suspiro me giro y subo al auto. Cuando voy a prender el motor, ella habla:
--¿Por no me elegiste a mí, Ridley?
Miro a sus ojos. Miro la sombra en su cara. Miro la miseria que la rodea.
Y pienso que se merece la respuesta.
--Josselyn… Mira…Yo sólo tenía que alejarme.
--¿Porqué?
Sacudo la cabeza, porque no puedo continuar con este tema.
“Duérmete, Josselyn, duérmete”.
--¡Dime!Chilla.
Debí suponer que ella no lo iba a dejar pasar tan fácilmente.
--¡Porque yo tenía que olvidar, Josselyn! Yo… Yo veía tu mirada de lástima todos los días… Y yo sólo necesitaba…
  Mi voz empieza a variar. Primero baja y luego sube unas décimas y vuelve a bajar hasta romperse.
--Tú necesitabas culpar a alguienTermina por mí, con semblante serio.
Si no se viera tan mal, no me daría cuenta de que está borracha.
--Necesitabas borrar a alguienProsigueY me borraste a mí.
Josselyn se hunde en el asiento, mirando hacia el frente, hacia la luz de las farolas de la calle.
--Me borraste a míRepite, dejando caer su cabeza en el asiento, cerrando los ojos, con una respiración acompasadaTú me eliminaste.
  Y luego, nada.
El sueño la hunde y la arrastra hacia abajo.


                                                                         



No fue difícil dar con la dirección de Josselyn, porque yo ya me la sé de memoria. Su dirección, su número de teléfono, el número fijo, su correo electrónico.
   Yo sé cosas sobre Josselyn Anne Harrison que nadie sabe. Sé que siempre quiso un hermano mayor como el mío, pero es hija única. Sé que prefiere el country sobre cualquier otro género, sé que siempre quiso tener el cabello en rizos, que nunca se llevó del todo bien con su padrastro y que en su niñez muchas veces intentó volverse vegetariana, pero que nunca lo logró.
   Sé tantas cosas sobre ella como ella sabe de mí.
Aunque eso es mentira; Ella sabe un poco más.
   Mientras cruzo por la puerta de mi casa, pienso en Kimera. Pienso en Josselyn. Pienso en que nunca fue mi intención hacer daño a Josselyn y que por algún momento en verdad consideré arreglar el daño. Pienso que fui feliz con ella.
   El caso, es que:
Me hubiera gustado reparar las cosas con Josselyn.
Pero todo ha sido dicho y hecho.
Y nunca volveremos a ser las mismas.
Porque incluso aunque yo no me hubiera alejado en su tiempo, no estoy segura de si ella y yo seguiríamos siendo amigas.
Nosotras ya no encajamos en la vida de la otra.
Porque las personas cambian.
Hay cosas que simplemente se deshacen.
Y no puedo imaginarme mi vida sin Kimera. Y no puedo imaginarme mi vida con Josselyn. Y no puedo imaginarme mi vida con ambas en ella.
  Mi mente está clara al respecto, pero no puedo evitar sentirme culpable. Yo he sido una zorra con Josselyn, y ella me ha guardado mis secretos.
Josselyn no habló.
¿Por qué no hablaste, Josselyn? ¿Por qué?
  Estoy tan enredada con mis pensamientos que no noto que Charlie está sentado en las escaleras. Está mirándome, fijamente.  No se levanta y no me grita por haber estado fuera de la casa sin decir a dónde fui y llegar a las dos de la mañana.
  Así que sé que estoy en problemas.
Mierda.
Me paro en frente de él, con mi bolsa negra cayendo por mi brazo y mis llaves en mi mano.
Silencio.
Es peor que me mire fijamente con ojos serios y que no me diga nada a que me grite furioso.
 Se me hace que este no es el mejor día de mi vida.
--Lo sientoDigo al final, sentándome enseguida de él en las escaleras, ahora evitando mirarlo.
Tarda unos instantes en contestarme. Y evita mirarme también.
--¿Qué hago contigo, Ridley?
Y entonces respondo con la mayor honestidad que he tenido en mi vida entera:
--No lo sé.
Nos quedamos en silencio unos momentos.
“Por favor, Charlie, sólo grítame y acaba con esto”, pienso. Porque me siento tan débil y miserable que sólo quiero ir y dormir y no saber nada hasta mañana por la mañana. O tal vez hasta unos días después.
--¿Qué hiciste esta noche?Me pregunta, en cambio, con tono suave y casual. Como si yo no estuviera en problemas.
Y ahora me mira a los ojos.
--Fui a una fiesta.
Frunce el ceño.
--Ridley Elizabeth Sutton, ¿Condujiste ebria?
--Sólo me tomé una cerveza. Además no podía quedarme mucho, alguien necesitaba que le echara una mano.
--¿Tu amiga, Kimera?
Niego.
--Josselyn.
Levanta una ceja, porque no es un secreto que Josselyn y yo ya no somos tan unidas.
--¿Quieres hablar sobre algo?
Es una de las cosas que amo sobre Charlie, pero esta vez no quiero hablar sobre ello.
--No creo. Pero gracias.
--Muy bien. ¿Algo más que quieras agregar?
Asiento mientras me inclino hacia él y me deslizo en sus brazos. La mejor parte es cuando él me abraza de vuelta.
--Lo siento, Charlie. Supongo que esta tarde simplemente perdí la cabeza. Lo siento.
Me besa en la cabeza.
--Yo también lo siento, Ridley. Pero por favor, no me hagas enviarte a un internado para chicas en otro país.
Frunzo el ceño.
--Habla enserioProsigue.
Oculto mi rostro en su pecho.
--Lo sé.
Suspira.
--Sé que ahora no entiendes, pero estoy haciendo esto porque te amoHace una pausaAsí que estás castigada.
  Me aparto unos centímetros para mirarlo a la cara. Abro la boca para replicar, pero la vuelvo a cerrar.
--Supongo que me lo merezco.
Sonríe.
--Te quitaré el auto. Y después de la escuela vienes directamente a casa, nada de salir. Y tienes, por favor, qué hacer un esfuerzo para llevarte bien con Deborah… digo, mamá. Demonios.
  Sonrío flojamente.
De esto exactamente discutimos cuando salí de casa esta tarde. Supongo que la ira no ayuda en nada.
--¿Charlie?
--¿Qué?
--¿Alguna vez pensaste que era más fácil? ¿Si tú no tuvieras que cuidar de mí?
Se aleja para ver mi rostro, pero no responde enseguida.
Me deprime.
--¿Porqué lo preguntas, Ridley?
Me encojo de hombros.
--¿Te desharás de mí? ¿Es más fácil para ti?
Abre la boca, la cierra, la abre. Parece incrédulo.
--Escúchame, Ridley; Yo nunca me desharía de ti y si tuviera qué hacer todo de nuevo lo haría con gusto. Punto final.
 Hago una mueca pero asiento.
--EnserioContinúa.
--Espero.
Él niega con la cabeza.
--Yo nunca me desharía de ti, y fin. No quiero escuchar más de esto.
Deshace el abrazo da unos golpecitos en mi espalda como despedida.
--Ahora sube, pulgosa.
Sonrío y me levanto. Antes de empezar a subir las escaleras, él dice:
--Oye, estoy ansioso por mañana.
--¿Mañana?
--Ya sabes, es sábado. El día en que traes a tu novio y me lo presentas para que yo pueda amenazarlo un poco.
¡Demonios! Ni me acordaba de eso.
--Sí… MañanaDigo mientras subo las escaleras.
Cuando estoy por llegar al final de las escaleras, lo oigo decir:
--¡Y lávate los dientes!
Sonrío.


                                                                      



--¿Harry? Hola, es Ridley.
Hay una pausa al otro lado del teléfono.
--¿Ridley?Su voz suena rasposa por el sueño.
--Hola.
Otra pausa.
--¿Es posible que la mismísima Ridley me esté hablando por teléfono a las tres de la mañana?
 Intento imaginarme a Harry medio dormido. Con su pelo desordenado y sin camisa.
… Muy bien, me puse a divagar demasiado.
--Bueno, según yo eran las dos. Siento haberte despertado, pero necesitaba pedirte algo. Un favor. Un gran favor. Del tamaño del mundo. Es tan grande que incluso estaré dispuesta a pagarte.
--¿Ridley? ¿No podías esperar hasta mañana?
--El caso es que necesito que lo hagas mañana. Por las diez. Y tenía que llamarte ahora porque no me despertaré hasta la mera hora.
  Ríe, y me hace sentir muy satisfecha.
--Muy bien, Ridley. ¿Qué pasa?
--Bueno… Ya sabes que en público tú eres mi novio…
--¿Cambiaste de idea y quieres que lo sea en la vida real?
--Cálmate, perdedor. No es esoReplico, riendoEs sólo que por algún motivo mi hermano lo sabe y quiere que te lo presente.
Sostengo mi respiración.
--Ah, ¿Sí? ¿Mañana?
--Sí. A las nueve.
--Está bien.
¿Honestamente? No estaba muy segura de qué reacción esperaba de él, pero no era esta.
  No es como si Max estuviera feliz de conocer a Charlie tampoco.
--¿Está bien? ¿No más así?
Hace una pausa.
--¿Y qué esperabas?
--No sé… Que negociaras, o algo. ¿Ustedes los chicos no odian eso? ¿Ir a conocer a la familia de la novia?
--Bueno, pero tú no eres mi novia. A menos que quieras cambiar eso, claro está.
Ruedo los ojos y sonrío.
--ClaroDigo con sarcasmoPero incluso aunque no lo sea. Según yo ustedes odian eso.
Ríe al otro lado de la línea.
--¿Entonces ya está? ¿Mañana a las nueve?
--Claro.
Guardo silencio.
--¿Ridley? ¿Sigues ahí?
--Sí. Eres extraño, Harry Potter, muy extraño. ¿Lo sabías?
Casi puedo notar que sonríe al otro lado de la línea.
--Claro que sí.


-Sthep Stronger.