miércoles, 29 de mayo de 2013

The Bet. Capítulo 31.


#135                 #BPOV.
Ella estaba mal, mas que mal, estaba terrible.
Me acerqué a ella, estaba llorando.
-¿Mami? Hey, soy Brenda. - murmuré.
Ella abrió los ojos y me miró como si nunca lo hubiera hecho, me miró con alegría y fascinación.
-¿Mi pequeña Brenda? - dijo, su voz era para nada reconocible.
La miré mientras sonreía.
Aún así en ésta situación se miraba hermosa, como si nunca hubiera pasado nada.
-Sí, pero ya no estoy tan pequeña, ¿recuerdas? ya casi soy mayor de edad, ya casi me voy a la universidad... En mes y medio me gradúo.
Ella sonrió y me tomó de la mano. La apretó suavemente.
-Lo sé, pero aún así seguirás siendo mi bebé, aunque tengas 40 años.
-Eso sería bochornoso. - comenté.
Nos quedamos serias por unos minutos.
-Lo perdí, Brenda, ya no tengo a un bebé dentro de mí. - dijo mientras unas silenciosas lágrimas caían sobre su rostro.
Me mataba verla así.
-Cuanto lo siento, mamá.
Ella limpió sus lágrimas y me miró.
-Las cosas pasan por algo, si Dios no quiso que tuviera a este bebé, no hay que cuestionar las decisiones de nuestro creador.
Oh, aquí va otra vez. Ya había pasado una temporada en la que no estaba metida en la religión, para mi era un fastidio, ya que no estoy muy metida en éso, respeto y todo éso, pero no. No es lo mío.
Solo asentí.
-¿Y cómo te sientes? - le pregunté tratando que dejara de lado el tema.
-Jodidamente mal. - dijo con sinceridad.- Aunque a dicho el doctor que me pondré mejor, solo necesito descansar.
-Bueno, por todo lo que te pasó, es obvio que estés mal. - dije.
Ella se rió para luego gemir de dolor.
-No hagas esfuerzos mamá. - dije con preocupación.
-Lo sé, lo sé. - me miró fijamente, como tratando de descifrar algo en mí.- Brenda, ¿ésa es ropa de Walmart?- dijo como si éso fuera malo.
Me miré, mi blusa polo blanca y mis shorts negros. No eran de mala calidad, tampoco.
-¿Sí, por qué?
Ella frunció el ceño.
-Te puede dar lepra. - dijo así nomas.
Casi me ahogo con mi propia saliva, ya había comenzado a divagar.
-Mamá, mejor duerme.
Entrecerró los ojos.
-¿Me estás mandando a dormir por que crees que estoy loca, no?
Me apreté el punte de la nariz con la mano, frustrada.
-No, te estoy mandando a dormir por que debes descansar.
Le apreté la mano por última vez y me metí al baño, que no era especialemente lujoso, pero tenía las necesidades básicas, en mi caso, una ducha, que tanto la necesitaba.
No podía dejar que el doctor guapo me dijera indirectamente que lo necesitaba.

#140
Días aquí en el hospital.
Mamá se sentía muy bien, creo que desde el segundo día de reposo ya estaba perfectamente bien, salvo algunas secuelas debido a su contusión, le costaba entender lo que se le decía, además se quedaba ida, viendo al vacío.
Según el Dr. Valley era algo normal que se podía tratar con medicamento, pero yo me mostré escéptica, no por que desconfiara de la medicina, si no por que era algo mental, no era algo de que se pudiera curar con medicamentos. Pero claro, nunca hay que cuestionar al doctor, por que se ofenden.
Yo estaba sentada en el cómodo sillón escuchando música en mi iPod cuando papá asomó la cabeza por la puerta diciéndome que fuera con él.
Cuando salí de la habitación me encontré con Joe, vestido con una camisa deportiva y unos pantalones también deportivos, él venía cargando con un arreglo de flores.
Sonrió mostrando los frenillos que tanto amaba.
-¿Qué haces aquí Joe? - le pregunté con una gran sonrisa en la cara, de verdad me había sorprendido.
-Me enteré de lo de tu mamá y decidí venir a ver como estaban tú y ella.
-Oh, gracias de verdad.
Hubo un silencio incómodo.
-¿Y cómo está ella? - dijo rompiéndolo.
Me removí incómoda.
-Pues está bien, algunas secuelas debido a una contusión, pero según el doctor ella se pondrá mejor.
-¿Y el bebé?
Me miré los pies.
-Lo perdió. - dije tragando el nudo en la garganta.
Joe dejó el arreglo de flores en una de ésas sillas molestas y me abrazó.
-Oh, cuanto lo siento.
Lo abracé fuerte ya que en verdad lo extrañaba, ahora lo veía como mi mejor amigo. Él me apretó más y terminamos el abrazo riéndonos.
Papá llegó y nos miró arqueando una ceja.
-¿Quieres ir a comer algo? - preguntó Joe con cierta dulzura en su voz.
Miré a papá y el movió la cabeza dado la afirmativa, le sonreí levemente para luego tomarle la mano a Joe.
-Claro, vamos.
Fuimos a la planta baja, donde estaba una sencilla cafetería, en la que nunca había entrado.
Las mesas eran de vidrio y las sillas de madera. No había nada de decoración, salvo a un pequeño ficus en la esquina de la derecha a lado de el mostrador que estaba lleno de pastelillos bajos en grasa y sin azúcar.
La cajera nos miró pacientemente mientras yo veía el menú que estaba escrito en un pizarrón con gis arriba del mostrador.
Joe se decidió por una hamburguesa de pollo y una vitamin water y yo, resignada, pedí una ensalada de pollo y una coca-cola, necesitaba urgentemente sentir su refrescante sabor en mi boca.
Joe se rió de mi pedido, argumentando que era irónico que pidiera una ensalada con una coca-cola, y yo me defendí burlándome de él, por haber pedido una hamburguesa y una vitamin water.
Ya sentados en la mesa comenzó a contarme las cosas que habían sucedido en mi ausencia, la primera semana, se hizo pública la relación de Maïa y Doyle, y que ahora que yo no estaba en la escuela, Maïa se saltaba muchísimas clases con tal de estar con Doyle, éso hizo decepcionarme mucho, ya que Maïa no era así. Después dijo que había habido un mini incendio en la cafetería, pero que no pasó a mayores.
Llegó nuestra comida y mi estómago rugió.
Me comí un tomate cherry y después de ahí, comencé a engullir mi comida rápidamente.
-Se nota que tenías hambre.- dijo Joe mientras yo le ponía aderezo mil islas a la ensalada.
-Bueno, llevo semanas alimentándome de pop-tarts, necesitaba comida de verdad.
-Y una coca-cola, ¿cierto?
Me reí.
-La verdad es que sí, la necesitaba. Tomé puro café, jugo de naranja y agua. Éso no es vida.
Joe se llevó su hamburguesa a la boca y cuando la dejó de nuevo en su plato, le quedó colgando un pedazo de lechuga en la comisura de su boca.
Me reí levemente y extendí la mano para quitarle la lechuga.
El se rió.
-No me dí cuenta, gracias.
Le sonreí
-No hay de qué.
Terminamos de comer, y por mas que insistí en pagar, Joe se rehusó y pagó él.
Nos quedamos un en el primer piso, ya que Joe tenía que devolverse ahora ya que se había escapado para venir.
-¿Cuándo regresas a casa?- me preguntó.
-Posiblemente mañana o pasado, no pasan de tres días.
-Oh, está bien. Hay que salir, ya sabes ir a alguna parte, hace mucho que no lo hacemos.
-Joe, no creo que sea correcto...
Joe suspiró.
-No me mal interpretes, es una salida de amigos, puedes traer a Andrew si quieres, solo quiero arreglar las cosas por que de verdad te extraño y mucho.
-Aw, yo también te extraño. - me acerqué a él y lo abracé.
El me tomó desprevenida y me cargó, dándome vueltas.
Chillé y me reí como loca.
-¿Se puede saber que estás haciendo tú aquí? - dijo una voz enojada, muy conocida para mí.
Oh, no.
Joe me bajó y me soltó.
Andrew miraba a Joe totalmente cabreado.
-Vine a ver una película. - dijo Joe sarcásticamente.
Andrew bufó.
-No tienes ningún derecho de venir, Joe.
Ahí fue cuando yo comencé a echar chispas.
-Tiene tantos derechos como tú, Andrew, es un hospital público y puede venir cuanta gente quiera, además, Joe no necesita de tu jodida autorización para venir a ver a mi mamá.
Andrew me miró entrecerrando los ojos.
-Pues yo no veo que esté viendo a tú mamá. Te estaba abrazando, te estaba cargando y dándote vueltas. Según sé, tu mamá está en un piso superior, no en éste. ¿O tu mamá está dentro de ti?
Abrí la boca, intentando procesar todo lo que me dijo.
-¡Ah, bueno, perdón por querer bajar y comer una estúpida ensalada junto a Joe ya que llevo semanas alimentándome de comida chatarra, perdón por querer divertirme un rato y perdón por querer despedir a mi mejor amigo! Tus arranques de celos me están cansando. - le grité.
Pasé mi mano por mi cabello en gesto de frustración.
-¿Divirtiéndote con tu "mejor amigo"? ¿Es una nueva forma de decirle a "estoy engañando a mi novio con mi ex, mientras mi novio está en Chicago"?.
Lo miré incrédula.
Estaba a punto de decirle lo idiota que era al decir éso, por que en realidad no esperaba que me dijera éso. Era un imbécil. Pero Joe se me adelantó.
-No tienes ningún derecho de decirle éso a Brenda, ella no te está engañando ni nada. Eres un estúpido por tratarla así. - dijo y luego se volvió hacia mí.- Mereces algo mejor, Brenda. Como sea, ya me tengo que ir. Ha sido genial verte y espero que tu mamá se recupere, nos vemos.
No se acercó a abrazarme por que entendía lo que sucedía. Yo asentí y me despedí con la mano.
Cuando Joe traspasó las puertas de salida miré a Andrew con rabia.
-Cuando pienses en todas las estupideces que me has dicho, me hablas.
-¿Cómo querías que tomara éso?- dijo con el mismo tono de voz que yo había usado.
-Eres un imbécil. - dije dándome la vuelta yendo a los ascensores.
Gracias al cielo el ascensor estaba abierto. Cuando ya estaban apunto de cerrarse las puertas de el ascensor Andrew reaccionó corrió hacia mí, pero ya era demasiado tarde, las puertas ya habían cerrado.
Me daban ganas de aplaudirme a mi misma, ésa si que había sido una salida triunfal.

-Lizz.





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