sábado, 28 de septiembre de 2013

#27 Off Topic: La entrevista (Deberías darle click)



Ains, hace mucho que no traía off topic. Lo extrañaba  Sólo quería mencionarles a aquellos que leen nuestras historias que nos hicieron una Entrevista , en un blog nuevo (Seguidora vieja) que totalmente deberían seguir (El enlace los llevará ahí) llamado Song and Silence. La chica es un amor y nos preguntó si estaríamos interesadas en una entrevista y dijimos que sí. Hay una pregunta en especial acerca de lo siguiente que pensamos publicar, así que tal vez te interese.
  Y si estás leyendo esto y no lees nuestras historias, no hay problema. Puedes pasarte por curiosidad si quieres.

Eso era todo, bye.

Red Thread

Red Thread. 


Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper. 


Primer capítulo: Miércoles 2 de Octubre. 



-LizzieG. 

sábado, 21 de septiembre de 2013

Reseña: El niño con la pijama de rayas, John Boyne.

Reseña: El niño con el pijama de rayas.
John Boyne.
Libro único

*Mi sinopsis*

 
Bruno es un "jovencito" de 9 años que se muda de Berlín a otra cuidad por el trabajo de su padre. Él no está seguro en dónde trabaja, pero usa un uniforme bonito y adornado y las personas le llaman "comandante". Ellos dicen que el trabajo de papá es muy importante, pero él no puede comprenderlo.
   Mientras Bruno se acostumbra a su nueva casa, no puede evitar sentirse sólo cuando su hermana sólo lo ignora y coquetea con el teniente Kotler. Y entonces él mira por la ventana; Al otro lado puede ver una alambrada, dónde hay puntitos, que no son puntitos si no personas. Personas con pijamas de rayas.
  Hay un niño con pijamas de rayas.

*Cof, cof, apesto para las sinopsis inventadas. Es que no había en el libro según recuerdo*     De seguro tú ya has oído hablar de este libro porque A) Ha vendido como loco o porque B) Hay una película. Y yo le apuesto a la B. Pero la razón por la cuál me lo he leído yo es porque me lo encargaron de la escuela (No me pude leer Movie Dick, así que agarré este). Así que probablemente ya sepas que es un libro sobre los Nazis.
 

    No resulta muy difícil darte cuenta de que es una historia acerca de un niño con un padre Nazi. Y el nuevo mejor amigo de Bruno (El niño de la pijama de rayas)  me olvidé de su nombre  es un judío. Esto significa que es un libro que puede abarcar un tema sensible, para esas personas que son muy, muy sensibles.  Pero no derramé ni una lágrima, si soy honesta. Yo digo que es porque soy malvada *Risa Malvada* Que bien, es un libro que no me quería leer al principio porque me parecía un poco crudo, por el tema, pero no lo es en absoluto. Es a lo que me refiero; No derramé ninguna lágrima, no porque el libro fuera malo, sino porque no es pesado. Tal vez tiene que ver con el hecho de que el narrador es un niño.
  Me gustó mucho, de hecho.

 Sin Embargo me pude dar cuenta de que, bueno, Bruno tiene 9 años, pero hay momentos en que él empieza a hablar como si tuviera unos quince años, por lo menos. Y no es por los tiempos, como me dijo una amiga cuando le conté. Bruno habla como un niño normal todo el libro pero hay diálogos donde me puedo dar cuenta de que al autor se le fue y Bruno empieza a utilizar palabras que un niño de su edad no usaría.
   Pero es el único fallo que le encuentro. La edición del libro es muy bonita, y es un libro muy bien narrado, sencillo y, pues, bonito.





Saludos,
Sthep S.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Fade. Epílogo.

The End. | via Tumblr
Epilogo.

--
¡No, esa no!Río mientras le lanzo a Alex una almohada.
Me acomodo en el sillón y me como sus palomitas.
--Las películas de terror son geniales, Cass. No como tus películas tontas de amor… ¿Te estás comiendo mis palomitas?
Sonrío mientras me meto otro puño a la boca.
--No te las devuelvo hasta que pongas la película que yo escogí.
Él sonríe y se pone a negociar y argumentar conmigo.
Es lo que más me gusta de Alex: Con él puedo pelear todo el tiempo. Por horas. Pero al final, aunque él nunca lo ha admitido y nunca lo hará, siempre me deja ganar.
Así que al final estamos en el sillón acurrucados viendo la película que yo escogí mientras compartimos las palomitas. Otra cosa que nunca admitirá es que le gusta esta película.
  Nuestra relación ha crecido con el paso de los meses, sin Isabel alrededor. Sin nada que se relacione con ella. Nosotros también hemos crecido, hemos avanzado. Hemos sanado, en alguna manera.
Todos nos cambiamos de escuela. Era difícil para Alex, ya que su tía vive en la escuela, pero la convenció para que compraran una pequeña casa no muy lejos e ir a una escuela pública (Mi escuela). Es más feliz.
Lo que significa que yo soy feliz.
Y creo que no soy la única. No me refiero a Anna y David, quienes ahora están casados, o a Lori, quien sonríe todo el tiempo, a quien le gusta entrar a mi habitación y probarse todos  mis accesorios. Estoy hablando de Graham.
Fue difícil para él, los primeros meses. Dios, no creo que se haya recuperado realmente. Pero estamos ahí para él, todos nosotros. An más que nosotros.
Ya sé. Yo tampoco me lo podía creer. Y aunque su relación da pasitos de bebé, no es frágil. Nunca lo ha sido, de hecho. Creo que es por el hecho de que más que una pareja, son amigos. Eso es lo que cuenta. Quien es frágil es Graham, pero ella cuida bien de él.
Hacen un muy buen equipo.
   An trajo unas semanas atrás una revista de una alfombra roja, dónde salía Marina, preciosa con un vestido azul de noche, parada junto a alguien que An me dijo que era su hermana. Se veía feliz en la foto, pero las fotos pueden mentir. Ella aún no ha contestado los mensajes, después de casi un año.
  Y la vimos. Una vez; David y Anna planeaban un viaje de Navidad con los padres de ésta, en Nueva York. Como ellos sabían que Alex se quedaría sólo porque su tía trabaja ese día incluso, lo invitaron con nosotros. Entonces ahí estábamos, un día, con un frío de locos. Estábamos haciendo unas compras navideñas en un área abarrotada con millones de tiendas en todos lados. Era exactamente como en las películas. Entonces oímos algunos flashes y unas personas gritando. Volteé para todos lados, preguntándome qué era, cuando choqué con el hombro de alguien que caminaba en sentido contrario al mío. Cuando volteé, era ella. Con el pelo negro suelto, cayendo sobre sus hombros, un maquillaje perfecto, tomada de la mano de la que supuse era su famosa hermana mayor.
Ella nos miró a los ojos mientras pasaba.
Y no se volvió a saludarnos. Simplemente siguió yendo.
Y yo me quedé ahí junto con Alex, sorprendida por el disturbio en los ojos de Marina cuando nos vio. Sorprendidas por el dolor que vi en ellos.
Y entendí que era cierto lo que An había dicho; Ella aún no estaba lista. Yo me había tomado dos semanas en ese viaje de carretera hacia ningún lado, hasta que finalmente pude aceptarlo, hasta que tuve el tiempo y espacio suficiente para sanar un poco. Pero creo que ella se tomará mucho más tiempo de la mano de su hermana y las luces brillantes.
    Y creo que está bien.
No me importa si ella tiene casi un año y aun así necesita tiempo. No me importa cuánto tiempo nos tomará a ninguno de nosotros curar nuestras heridas. Me interesa que lo hagan, y cuando lo hagan, que vuelvan. Como yo volví.
Quiero tomar todo el tiempo que pueda para finalmente sanar completamente algún día. Y no me refiero a olvidar. Sanar no es olvidar. Creo que es más acerca de hacer las paces con esa parte de tu pasado.  Tal vez por eso Marina toma demasiado tiempo, porque aún no comprende eso.
  El tiempo se lo susurrará.
Es gracioso, porque recuerdo haber escrito una vez que el tiempo no cura las heridas. Lo haces tú. Me mantengo firme. Sin embargo he aprendido que no es algo que puedas hacer una mañana al despertarte. Necesitas tiempo para limpiar las heridas.
  Tal vez quepa mencionar que después de lo de Isabel me deshice de ese libro. Primero dejé de escribir, repasando las hojas antes de irme a dormir. Pensé que cómo ese cuaderno hacía que las cosas que hacía y sentía tuvieran sentido. No me arrepiento de escribirlo, de haber aprendido todas las cosas que aprendí. Pero tenerlo me hacía daño. Me hacía ir hacia atrás en el tiempo a un recuerdo doloroso que no quería traer de vuelta.  Ese libro no me dejaba hacer las paces con mi pasado, así que tuvo que irse.
   Por otro lado, he decidido qué voy a estudiar. Finalmente. He decidido que voy a estudiar psicología, tal vez así pueda ponerle punto final a aquello que Isabel inició. Tal vez pueda entender y ello me ayude a vivir. Tal vez pueda fortalecerme más.
  Y ha habido días difíciles, aun sabiendo lo que sé ahora. Ha habido días frustrantes en el que sólo quiero quedarme en la cama y culpar a la vida y al destino por todo lo que me hizo, por todo lo que me quitó. Días en los que David tiene que llamar a Alex para que me saque de la cama y seque mis lágrimas gracias a las pesadillas que a veces tengo en dónde mato a mi hermana de nuevo. Algunos tienen diferentes finales, en algunos, mato a Marina en vez de a Isabel, a veces todos estamos muertos, y cuando despierto no puedo. Sé que él ha tenido sus días también, pero siempre he estado ahí, igual que los chicos y mi nueva familia (Que absolutamente lo adoran, en especial Lori)
No, no es fácil. Es por qué entiendo a Marina. Pero estoy intentando. Estoy uniendo las piezas de nuevo juntas, estoy curándolas y más importante estoy haciendo las paces con ellas.
  Estoy dejándolo ir. Estoy retrocediendo un paso, y dejándolas desvanecerse.


--Sthep Stronger.

Fade. Capítulo 21. Final.

(26) Tumblr
Fade. Capítulo 21. Final.


Cuando llego a casa, estoy casi segura de que me he equivocado de dirección. Tal vez es eso, porque he conducido dos días en carretera para llegar a casa y estoy cansada. Sin embargo mi vecina de diez años Kimmie está jugando con su perro en el patio y el buzón verde pálido de mi casa sigue igual de feo.
 No lo reconozco porque hay tres autos aparcados. Uno que no conozco, el de David, y en la cochera a medio meter otro que no conozco. Además alguien ha cortado el césped finalmente y hay un tapete en la puerta que dice “Bienvenidos”.
 Dudo en golpear la puerta.
Qué demonios. Es mi casa.
Abro la puerta y entro, mirando detenidamente. Entonces llego a la sala, dónde en verdad todo sigue igual excepto varios pares de ojos que me miran con asombro y curiosidad. Rostros familiares y desconocidos.
--¡Cassidy!An se levanta de la sala, con su soda en mano, apartando la vista de la niña de pelo marrón y rizado sentada enseguida de ella.
 Se ve nerviosa de verme.
Y yo también, un poco, debo admitir. No la he visto desde ese día.
--¿An? ¿Qué estás haciendo aquí?
Nerviosa. Dios, nunca lo hubiera creído. Pero nunca creí un montón de cosas en mi vida y aun así pasaron, así que…
--Anna me invitó. Has vuelto.
Frunzo el ceño.
--¿Quién es Anna?
An mira a la niña, que nos mira fijamente, y estoy a punto de preguntar quién es y qué está pasando cuando oigo a alguien tomar aire ruidosamente.
--¡Cassidy!
Entonces estoy en los brazos de Alex, quien me levanta y me hace girar un poco. Me suelta y se aleja para verme, con ojos grandes y sorprendidos, pero vuelve a abrazarme. Cierro los ojos y oculto mi rostro en el hueco entre su cuello y su hombro, aspirando su olor.
Se siente tan bien estar en casa.
--Dios, CassidyMurmura en mi oído.
--¡David!Oigo gritar a An--¡David! ¡Tienes que ver esto!
Abro los ojos y me separo de Alex.
--¿Qué está pasando? ¿Por qué están aquí, chicos?
Alex me mira aún como si no se lo pudiera creer y las palabras no llegan a salir de su boca.
--¿Dónde estuviste?Articula finalmente.
Estoy a punto de contestar, cuando la puerta de la cocina se abre y David sale con guantes de cocina amarillos con patitos en él.
--¿Cuál es el alboroto? ¿Cassidy?
Y luego sus brazos me asfixian.
--Al finMurmura contra mi oreja.
Le sobo le espalda en círculos tranquilamente para reconfortarlo y espero a que me suelte. Y cuando lo hace veo a una mujer de pelo castaño y corto viéndome. Me sonríe cuando la miro.
--Ella es Anna. Es mi… ¡Graham! ¿Dónde está?
--Creo que está en el patio traseroContesta ella, luego cruza la entrada y va al fondo de la cocina, hacia la puerta del patio trasero. Miro por la ventana y veo a Graham sentado en una mecedera que juro que antes no estaba ahí.
 Alex aprieta mi mano y me volteo.
--¿Qué pasa? ¿Por qué todos ustedes están aquí? ¿Y quién es ella?
Alex no me responde. Se acerca y me besa. Y yo simplemente me pierdo en él. Envuelvo mis brazos en su cuello y nos detenemos hasta que la niña (que olvidé que estaba ahí), suelta una risita divertida. Cuando volteo, ella sonríe, tapándose los ojos con las manos y An mira por la ventana como si fuera lo más interesante.
--Lo sientoDice Alex.
--¿Por qué?
--Por no creer en ti. Lo siento.
Voy a contestarle que no hay ningún problema, cuando oigo pisadas en el piso de madera. Graham se ve horrible. Se ve pálido y tiene ojeras, creo que incluso está más delgado. Pero cuando me ve, sonríe y se acerca para abrazarme.
--Nunca nos hagas pasar por esto de nuevoSusurra.
--¿Graham? ¿Estás bien?
Se encoje de hombros, sin ofrecerme una respuesta.
Estoy parada en medio de todos ellos, mientras me miran con sonrisas y con alivio. Graham, Alex, David, An, las extrañas que no conozco…
--¿Quién sigue ahora?Bromeo--¿Va Marina a salir de arriba de las escaleras?
La sonrisa de An falla.
--¿Qué?Pregunto--¿Qué pasa?
La chica Anna dice que nos sentemos, que va a traer los bocadillos.
--Enserio. ¿Quién es ella?
--Es mi prometidaDice David, sonriendo. Señala a la niña sentada en el sillón, mirándonos fijamenteY ella es Lori. Mi hija.
  Espero.
Espero más.
Y un poco más.
Y finalmente me asusto.
--Oh, demonios. ¿Cuánto tiempo estuve fuera? ¿Años? ¿Cuántos años tienes, bonita? ¿Tres? ¿Estuve tres años fuera? ¿Me volví loca en la carretera? Oh, dios mío.
David niega.
--No. Estuviste dos semanas fuera solamente.
Miro hacia la niña.
--¿Entonces de dónde salió ella? Oh, ya entiendo, es hija de Anna, ¿Cierto?
--Tanto como mía.
--¿Qué?
Él se saca los guantes finalmente, viéndome, un poco nervioso y arrepentido.
--Yo… Tenía una familia antes de venir aquí contigo. Pero yo era un imbécil y Anna no quería saber de mí. Pensé que si no podía cuidarlas a ella… Podría cuidarte a ti.
Me siento en el sillón mientras absorbo toda la información. Miro a mi lado, hacia la niña.
--Hola, Lori.
Las mejillas de la niña se vuelven rojas.
Me vuelvo hacia todos.
--No es por ofender, ni nada, enserio. Me alegro de verlos, pero, ¿Qué hacen aquí?
--Es el cumpleaños de AnnaDice DavidAsí que los invité a cenar y así podrían contarme más. Esperen, voy a ayudar a Anna.
La niña sale corriendo detrás de su padre, gritando “¡Te ayudo!”.
--¿Más de qué?Pregunto mientras él se da la vuelta y se va.
An se muerde el labio.
--Le contamos, Cassidy.
La respuesta viene a mi cabeza. Y no me gusta.
--¿Sobre qué?
--TodoTermina Graham.
--Chicos…
Alex me interrupe:
--¿Qué querías? Tú estabas no sé dónde y él estaba en pánico. Teníamos que hacerle entender por qué te fuiste.
 Por un momento se cruza de brazos y me mira con esa característica mirada que pone cuando va a echarme bronca, pero entonces relaja la mirada y pone sus brazos de nuevo a sus costados.
 Porque puede recordar porqué me fui.
Maté a mi hermana.
Miro a Graham. Probablemente me odie por eso, probablemente…
--No te odioDice.
--¿Cómo supiste lo que estaba pensando? ¿Lees mentes secretamente?Intento burlarme, pero me sale lastimero.
Se encoje de hombros.
--Tuve mucho tiempo para pensar en las cosas mientras esperábamos por ti. Al principio pensé que lo hacía, pero… No lo hago.
Dejo escapar el aire de mis pulmones lentamente, con alivio.
Espera.
--Espera. ¿Dijiste que esperaron por mí?
Alex se encoje de hombros casi tímidamente.
--Sabíamos que este sería el primer lugar al que vendría cuando regresases…
--Si regresabasAñade An, pero sin esa mirada de odio e irritación que solía darme todo el tiempo.
--… y queríamos verte, así que esperamos aquí. Más o menos por eso tuvimos que decirle a David, aparte de que alguien tenía que decirle por qué no volviste los fines de semana.
El estómago se me revuelve.
--Ustedes… Chicos, ¿Le contaron que yo…? ¿Qué Isabel…?
No puedo ni siquiera seguir hablando.
An asiente.
--Teníamos que comenzar desde el principio. Él lo sabe todo.
Llevo mis manos a mi cabeza.
--No te va a juzgar, CassidyMe tranquiliza ella con tono suaveÉl te ama. Y entiende. Después de unas semanas muy largas, entiendeSuspiraNo puedo creer que ya estás aquíY entonces lo hace: Me abraza.
Me quedo sin aliento, más o menos esperando que me ahorque, pero luego me relajo y pongo mis manos en su espalda.
Cuando nos separamos, me sonríe un poco.
Y es la cosa más rara, pero estoy dispuesta a tomarlo.
--Tienes que contarnos qué hiciste estas dos semanasDice An.
Los chicos asienten, pero entonces Anna los llama para que ayuden a poner la mesa.
--No se queda asíAdvierte Alex, y me da un beso en la nariz antes de irse.
Graham también me da un beso, pero en la mejilla, y me dice:
--Me alegro que hayas vuelto.
An y yo nos quedamos solas. Ella lleva su soda a la boca, y yo le pregunto:
--¿An? ¿Dónde está Marina? ¿Qué pasó con Kate?
Se atraganta y tengo que darle unos golpecitos en la espalda. Ella traga difícilmente y me mira, serie.
--Kate se suicidó. Marina se fue a vivir con su hermana.
Me quedo sin aliento.
--¿Qué dices?
--Después de que te salieras corriendo Alex fue detrás de ti, pero te perdió. Graham estaba perdido mirando el cuerpo de Isabel. Fue horrible. Y Kate… salió corriendo un poco después de ti. Intentamos ir por ella, intentamos preguntarle si era cierto, porque nosotras… Nosotras la conocíamos, y sabíamos que era imposible… O eso creíamos. La familia de Kate está en la política y habría hecho mucho sentido: Si madre hubiera estado mal en los medios si se daban cuenta de lo que pasaba. Recuerdo que la primera vez que unimos a Serena a nuestro pequeño grupo yo y Kate tuvimos una discusión. A ella no le gustaba. E incluso cuando la aceptó, rara vez hablaba con ella. Pero pensé que era normal. Pensé que simplemente era un choque de personalidades…--Se limpia unas lágrimas con la manga de su blusaEncontramos a Kate en el cuarto. Ya estaba muerta. Después de que toda la escuela se enterara, Marina tomó sus cosas y se fue. Diría que fue por su madre, pero no estoy muy segura. Ella apenas podía mirarme. Y yo no la culpo, porque yo también me iré, terminando este semestre. Estar ahí es simplemente demasiado doloroso.
--Dios, lo siento. ¿Ustedes dos mantienen aún comunicación?
--Le he mandado unos correos. Contestó las primeras veces, pero luego dejó de hacerloSe encoje de hombrosSé que cuando esté lista contestará, por ahora esperaré. Y no tengo problema con ello… ¿Cassidy?
--¿Si?
--Lo siento. Por haber sido una perra contigo. Pensé que tenía que protegerme de ti, pero… Dios, no era de ti. Era de mis mejores amigas. Quienes estaban vivas, pero…
--Pero estaban tan muertas.
Asiente.
--Lo siento, Cassidy.
Sonrío.
--Disculpas aceptadas. Y perdón por chantajearte esa vez.
Se encoje de hombros y compartimos una sonrisa.
Se siente bien.
Me siento bien.
Entonces  David sale de la cocina quitando sus guantes de patitos y me hace un asentimiento con la cabeza.
--Ven, Cass. Vamos a dar un paseo.
Me levanto con mis manos temblorosas y doy una última mirada a An antes de salir por la puerta con él.
--Entonces tú sabes.
Asiente.
Sabe todo. Por qué fui a Ashford en primer lugar, que mentí acerca de Vivian, que mentí acerca de simplemente tantas cosas. Que maté a Isabel.
Oh. Iré al infierno.
Me siento tan vulnerable frente a él. Tan avergonzada.
Pero en vez de decirme cualquiera de las cosas que de hecho estoy esperando que me diga, me dice:
--Anna y la niña vivirán con nosotros.
Miro hacia él, dudando, mientras caminamos por la acera. Asiento.
--Es… Está bien. Es una lástima que no me contaras sobre ellas antes. Se ven geniales.
Sonríe un poco pero luego prosigue.
--Quiero que dejes Ashford.
Resoplo.
--No hay problema. ¿Pero puedo no regresar a mi antigua escuela? Prefiero otra.
--Muy bien. Y quiero que vayas seguidamente a un psicólogo.
Ésta es la que pienso.
--David…
Lo dice con suavidad, pero con determinación:
--Cass, mi niña, tengo tu custodia: No te estoy preguntando.
Hablando de custodias…
--David, ¿Dónde está mamá?
Suspira.
--Ella se quedó por un tiempo, pero… Aunque ya no necesitaba todas esas medicinas ella no quería estar aquí, Cassidy. Prefirió quedarse donde se sentía más cómoda.
--¿Has tenido noticias de papá?
Niega.
--No, Cassidy. No creo que vuelva. Lo siento.
Me encojo de hombros.
--En verdad no esperaba otra respuesta.
Empiezo  a deprimirme porque estoy sola. No tengo a mamá, ni a papá, ni a Isabel… Pero entonces me doy cuenta de que no lo estoy. Nunca voy a estar sola, porque tengo a David y él tiene a Lori y a Anna, y si él las tiene, entonces seguramente yo también. Tengo a Alex, Graham, y sorprendentemente, tengo a An.
 Mi vida no va a ser solitaria. Diferente, sí; Es cierto. Pero no voy a estar sola. Tengo familia y tengo amigos.
Es todo lo que necesito.
--Gracias, David.
Él me sonríe y me agita el cabello. Me da un beso en la cabeza.
--¿Sabes lo que pasó con el cuerpo de Isabel?Pregunta cuando nos separamos.
Él toma mi brazo y nos detenemos en medio de la acera.
--Cassidy, basta. No necesitas saber.
--¿A qué te refieres?
--Tú te has pasado los últimos dos meses de tu vida lastimándote con cosas que no necesitas saber. Ahora que ella ya no está, Cassidy, déjalo ir. No necesitas saber. No te aferres a algo que va a terminar destruyéndote. Suéltalo. Deja de preguntar. Deja de buscar respuestas. Ellas no van a cambiar nada. Ellas no van a servir. Sal con tus amigos, ve a la escuela, diviértete, finalmente. Intenta avanzar, Cassidy. Intenta olvidar. Es tiempo.

               Sí. Lo es.


-Sthep Stronger.

martes, 17 de septiembre de 2013

Fade. Capítulo 20.

Jane Doe | via Tumblr
Fade. Capítulo 20.

    Cuando veo que ya no hay nada por hacer, cuando mis manos se llenan de sangre por estar presionando la herida, cuando veo que esto es todo, que no importó… Huyo; Me levanto, con los bordes de mi vestido manchados de sangre, con las manos temblorosas, sintiendo todas las miradas sobre mí. Y huyo.
    Escucho a personas diciendo mi nombre, llamándome, pidiéndome que espere. Pero no me detengo. Camino hacia fuera del bosque y de alguna manera, horas después, cuando la luna ha caído y mis pies me duelen, yo estoy en casa, dónde David duerme plácidamente. Entro sigilosamente, ocultándome en las sombras. Tomo la cartera de David en la mesita del vestíbulo, dónde también están sus llaves. Saco una tarjeta de crédito y un poco de efectivo. Después abro la cochera y saco las llaves de repuesto del escondite. Me llevo el auto de papá y conduzco.
Conduzco. Lo hago por un par de días. Realmente no lo tengo en claro. El tiempo deja de contar en mi mundo. Ahora todo se reduce a una mancha borrosa donde me pierdo.
Por un lapso de tiempo, conduzco, sintiéndome vacía. Sintiéndome perdida. No estoy segura cuánto fue. El siguiente lapso de tiempo, lloro. Lloro por Isabel, por todo lo que hizo. Lloro por quién es ahora y por la pérdida de alguien a quién yo una vez amé. Lloro por Serena y de alguna manera también lloro por Kate. Por mi padre que está en algún sitio del mundo destrozado, por mi madre que está encerrada, drogada y perdida. Por David, porque también ha perdido todo.
 Y por mí. Lloro por mí. Lloro porque arriesgué todo en un juego en el que no conocía las reglas y perdí. Porque acabé con el juego siniestro de Isabel de la peor manera. Porque acabé en el infierno. Lloro porque duele.
  El tercer y último lapso de tiempo es más interesante. No hay lágrimas esta vez. El tiempo regresa a mí lentamente junto con mi cordura, y finalmente puedo pensar claramente. Acerca de Isabel y todos los demás, pero más acerca de ella. Pienso en aquella niña de quince años que vio morir a su mejor amiga en las vías de tren, pienso… Pienso en la maldad. Pienso en sus ojos resplandecientes con un fuego que amenazó con quemar todo cuando me miró. Pienso en el peligro en ellos. Pienso en la manera en que nos quebró a todos nosotros con una sonrisa egoísta en su rostro. En el vacío dentro de su corazón que al mismo tiempo llenaba cada parte de su ser.
  Isabel estaba viva. Ella respiraba. Sonreía. Pero estaba tan muerta.
Ella era, después de todo, malvada. Y me pregunto por qué.
Me pregunto por qué tú eres una persona tan diferente a quien fuiste antes. Por qué cruzas ese límite, por qué rompes esa línea que te dibujaron tus padres y te advirtieron de no traspasar. Por qué le das la espalda a todo de esa manera.
 Por qué ella hizo eso.
Mi respuesta viene casi de inmediato: Aquella noche en las vías de tren. Fue aquella la noche en que ella se perdió.
Tal vez es por aquella noche que ella es quién es. Sí, lo es. Lo es. Lo sé porque de pronto entiendo el dolor que ella debió haber sentido, el dolor de ver a alguien a quién tú amaste desvaneciéndose en tus brazos. En realidad entiendo todo tipo de dolor, no sólo el de la muerte. Y creo que cuando sientes esa herida irreparable en tu pecho, ese daño, tú tienes que preguntarte; Tienes que preguntarte qué vas a hacer con él.
  Me pregunto en este momento acerca del origen del mal. Del principio: ¿Una persona nace malvada o se convierte en el camino?
  Pero tal vez esa no es la pregunta. Porque tal vez, en algunas ocasiones, ésas personas no son malas en sí. No son diabólicas. Son simplemente personas que son un desastre. Personas que están perdidas. Personas rotas que no saben cómo repararse a sí mismos. Personas que tienen asuntos mentales, que ya no podemos salvar. Que no saben cómo hacerlo bien.
 Una descarrilación de tren.
Como Kate, quién simplemente está enferma. Como Vivian, que tomó malas decisiones y por ellas terminó muerta. Como Isabel, que empujó tantos hilos para dañar a las personas que ahora están muertas.
  No es una excusa para lo que ellas hicieron, porque fue horrible. Todo fue enfermo y siniestro. Pero no eran diabólicas. Estaban enfermas, cegadas por su propio dolor. O al menos es lo que puedo decir de Kate y Vivian, porque Isabel… Isabel llegó a otro extremo.
Y tal vez ese es el origen de la maldad: El dolor. El dolor es, al final, lo que nos impulsa. Es lo que me impulsó a mí a descubrir aquellas cosas que en verdad no quería saber sobre Isabel. Dolor por no conocer lo que se supone que tenía que haber sido parte de mi vida. Dolor por su olvido. Es el dolor lo que impulsó a Isabel a hacer las cosas que hizo.
  Y la cosa sobre el dolor es que, puede cegarte. Puede crear el incendio que no se apagará. Puede arrastrarte hacia abajo y ahogarte. Es fácil sentir el odio, es fácil seguirlo, dejar que alimente al monstruo que vive debajo de tu piel, dejar que desarrolle tu lado oscuro. Es fácil elegir el odio, el egoísmo y todas aquellas cosas que mi hermana eligió.
  Pero el dolor es también un camino de doble sentido. Porque puede hundirte, pero también puede elevarte.
Porque puedes elegir.
Justo aquí, en esta solitaria carretera a la luz del amanecer, es el momento en el que sé.
  Puedo elegir el camino que eligió mi hermana, pero no lo quiero. No quiero ser una perra egoísta poco fiable y sin corazón. No quiero ser una descarrilación. Puedo elegir crecer, ser una mejor persona, sanar.  Es lo que puedo decidir. Es lo que puedo tomar.
Es lo que elijo.
  La emoción que siento al saber que no voy a ser como Isabel me hace soltar unas lágrimas de alivio y me hace mirar al mapa al lado del conductor.
  Es hora de volver a casa.


--Sthep Stronger.
Ps: Pues nada, que les debo el último capítulo porque no lo he terminado. No sé si podré terminarlo en un par de horas (Porque o sea que perdí un cuaderno y si una amiga no lo tiene, entonces voy a tener que hacerlo todo de nuevo) o si no probablemente mañana se los traeré. U otro día. Tal vez el fin de semana. :)
  No me odien.

Fade. Capítulo 19.

                       
                Love,oh love. LunaJordan.
Fade. Capítulo 19.

--¿Estás dormida?Pregunté aquella vez, asomando mi cabeza por la puerta de mi hermana mayor Isabel.
Tenía doce y ella trece.
Ella levantó la cabeza de pelo castaño y me abrió las mantas, invitándome a entrar. Me deslicé hacia su cama en la oscuridad mientras intentaba no escuchar las voces gritando en el piso de abajo.
Me acurruqué contra Isabel y ella pasó un brazo por mi cintura, abrazándome.
--¿Crees que van a divorciarse?Le pregunté, mirando sus ojos de diferente color por la luz de la luna.
Ella los odiaba, pero a mí siempre me gustaron. Eran especiales.
Isabel apretó su brazo en mi cintura.
--No lo sé.
Su respuesta me hizo querer llorar. Y ella lo notó, por lo que me dio un beso en la frente.
--Probablemente no.
--Si lo hacen nos harán decidir con quién irnos, ¿Verdad?
--Cassie…
--¿Verdad?
Suspiró, al final.
--Puede ser.
--Si lo hacen, ¿A quién elegirías?
Ella frunció el ceño.
--No puedes preguntarme eso, cielo.
--Sí, sí puedo. ¿A quién elegirías?
Pensó en ello un momento.
--¿A quién elegirías tú?
Entonces me eché a llorar.
--¡No quiero elegir, los quiero a los dos!
Lloré en el hueco de su cuello y su hombro un rato, mientras ella sobaba mi espalda y besaba mi cabello.
--Te elegiría a tiSusurró bajito en la oscuridadYo nunca te abandonaría, incluso cuando ellos lo hayan hecho. Siempre me quedaré a tu lado, iré a donde tú vayas, y siempre te amaré. Te elegiría a ti, Cassie. Siempre lo haré.
    Es muy divertido como las palabras pueden significar todo y a veces nada en absoluto.


--Sthep Stronger.

Fade. Capítulo 18.

                                   Picture of Emily Browning
Fade. Capítulo 18.

Primero, mis ojos llorosos se clavan en ella y las lágrimas caen una seguida de otra. Entonces empieza algo a moverse dentro de mi pecho, y…
Me estoy riendo.
Mis hombros se empiezan a sacudir un poco en una risa pequeña y avanza hasta que mi risa es histérica.
No me lo puedo creer. Ella está ahí. Ella está ahí mirándome tranquilamente, recargada contra el granito de la isla, casi curiosa. Tan hermosa como siempre. Sin embargo esto es diferente, porque me recuerda ese tipo de belleza fría y cruel que vi en un principio en Alex. Veo… Veo el infierno.
Mi risa histérica se convierte lentamente en un llanto incontrolable. Me cubro la boca con las manos en un intento de detenerlo.
--¿Isabel?Logro articular, entre jadeos--¿Eres real?
--Claro que soy real, tonta. Duh.
Abro la boca para hablar pero entonces oigo el auto de David estacionándose en la entrada. Isabel sonríe y pone un dedo en su boca, pidiéndome que guarde silencio. Mete las bolsas de pastillas rápido en una bolsa deportiva y se dirige a la puerta.
 Me lanzo a tomarla del brazo antes de que se desvanezca.
Ella abre la puerta, pero no logra salir.
--No te preocupes, cieloSonríeVolverás a verme. Lo juro.
Está viva.
Isabel está viva.
Es cuando un flash viene a mi cabeza: Marina, An, Kate, Graham, Alex, mamá, papá, David… Yo. Todos nosotros. Nosotros sufriendo por la muerte de Isabel. Por lo que nos había causado.
Por lo que ella nos había hecho.
Lo que nos ha hecho pasar.
--IsabelMurmuro sin aliento--¿Por qué?
Isabel me mira un minuto y  me da un beso en la frente. Entonces abre la boca para contestarme, pero la puerta delantera se abre y yo volteo para comprobar que ni mi madre ni David vienen. Ella se libera de mi agarre en mi momento de distracción y sale por la puerta, caminando hacia atrás con agilidad, casi como si estuviera flotando.
--Porque podía.
Ella se desvanece en la oscuridad y siento que no puedo respirar. Me doblo en el suelo y me pecho se aprieta, mis pulmones rechazando el aire, mi cabeza dando vueltas.
Estoy muriendo.
--¿Cassidy?Llama David--¡Cassidy, hemos llegado! ¿Estás aquí?
Oigo decirle a mi madre que a lo mejor sigo afuera, pero aún sigo aquí.
Me levanto, temblorosa, y voy hacia las escaleras, enfrente de la puerta principal, dónde ellos están parados.
David me mira y abre la boca. Mamá empieza a sonreír pero su expresión cambia al ver la mía.
Puedo ver las interrogantes flotando en el aire: “¿Qué está mal?”
Estoy muriendo.
--Lo siento, no puedoSusurro, y salgo disparada escaleras arriba.
¿Cómo Isabel me ha hecho esto?
Tomo una bolsa azul que mi madre me regaló en mi cumpleaños quince y meto la bolsa de  pastillas y el CD.
David entra por la puerta.
--Cassidy, sé que es duro tener a tu madre de vuelta, pero…
--¡Cállate, tú no sabes nada!
Se queda pasmado y me arrepiento, pero no puedo explicárselo. No puedo explicar lo que pasó a nadie.
O sí.
Salgo por la puerta y bajo las escaleras trotando, sin mirar a mi madre, porque eso lo hace peor.
¿Cómo Isabel le ha hecho esto a ella?
Tomo el auto y tiro la bolsa en el asiento copiloto. Enciendo el motor y me marcho directo a Ashford.
Estoy muriendo.


                                                                                 




Camino rápido entre las personas, todas con vidas ocupadas y por lo tanto sin ver a la pequeña niña destrozada que camina, casi corre, hacia el taller.
Es sólo que cuando lo encuentro, hay algunas personas ahí dentro. Y no veo a Graham.
Voy a marcarle, pero no tengo mi celular, lo olvidé en casa.
Mierda, mierda, mierda.
Salgo del bosque para ver por el campus a ver si encuentro a Alex o Graham.
Por favor. Alguno de los dos.
Por favor.
Miro a suelo y sostengo la bolsa casi como si mi vida dependiera de ello. Tengo que mostrárselos… Tengo que…
--¿Isabel?
Entonces Kate, An y Marina aparecen en mi visión, enfrente de mí, con cara preocupada.
Alguien cortó los frenos. ¿Cómo Isabel puede estar viva? ¿Cómo…?
¿Cómo les ha hecho esto a ellas? ¿A sus propias amigas?
--¿Está todo bien?Pregunta Kate, con su usual voz serena.
Serena.
Si en verdad no tiene que ver con que estén cazando a quien se acerque a ellas tres… Si Isabel está viva, y yo estoy viva… ¿Qué pasó con Serena?
Marina pasa los dedos por mi cara para ver si reacciono.
--¿Isabel?Pregunta An con voz temblorosa--¿Alguien intentó hacerte daño de nuevo?
Tengo que escapar de ellas.
--No.
Y doy la vuelta y me voy a paso rápido. Limpio mis lágrimas mientras me dirijo hacia las habitaciones de los chicos, donde a lo mejor puedo encontrar a alguno de los dos. En el camino, veo a las canchas de basket, dónde los encuentro teniendo un partido, entre risas y golpes amistosos.
 Me detengo y me imagino sus caras cuando sepan.
¿Cómo Isabel les ha hecho esto a ellos?
¿Cómo es tan cruel como para aparecer ahora que ambos han avanzado, ahora que han vuelto el uno al otro?
¿Cómo después de casi dos años?
  Empiezo a retroceder para desaparecer de ahí, dispuesta a guardármelo con tal de no arruinarlos. Con tal de no ver esas miradas en sus rostros.
Pero entonces Alex desvía su mirada y me ve. Y su sonrisa se cae y suelta el balón. Graham me ve también y su expresión no es mejor que la de Alex. Las interrogantes están en sus rostros y sé que ahora en verdad no puedo mentirles.
 Señalo el bosque detrás de mí con un gesto de cabeza y voy hacia allá sin mirar atrás.
La voz de Isabel llena mi cabeza:
Porque pude.
Casi puedo verla sonreír de nuevo.
Me dejo caer en cuanto llego al bosque, un poco alejado del campus, pero lo suficiente cerca para saber volver. Se supone que no debemos ir al bosque si no es al taller de carpintería.
Porque pude.
Haría cualquier cosa para que se callara.
Porque pude.
¡Perra egoísta, cállate!
Cuando veo a Graham y a Alex llegar hacia mí confundidos y sorprendidos, me doy cuenta de que lo he dicho en voz alta.
--¿Cassidy? ¿Qué ha pasado?Me pregunta Alex, acercándose lentamente, como si yo lo fuera a atacar si hace un movimiento brusco.
Aun temblando, tiro el contenido de la bolsa a la tierra, y la bolsa de pastillas y la cajita con el CD hacen un sonido sordo al golpear. Tiro también la bolsa y aprieto los puños casi frenéticamente.
 Es cuando más o menos me doy cuenta de que estoy teniendo un ataque nervioso. Lucho por aire.
Los chicos miran hacia las cosas y luego me miran a mí.
--Cassidy, ¿Qué pasó?
--La vi.
--¿La viste?Pregunta Graham, levantando las pastillasCass, siento que te hayas tenido que enfrentar a tu madre por nosotros. ¿Te encuentras bien?
Niego con la cabeza.
--No, no lo entienden.
--Entonces explícanosPide Alex.
Yo los miro. Dios, los va a romper. Va a acabar con ellos.
--Lo siento tantoLes susurro.
--¿Por qué, Cassidy?Pregunta Graham un poco impaciente.
--¡Porque la vi! ¡La vi y está viva!
Ellos se quedan congelados. Alex es quién me pregunta primero:
--¿De qué hablas?
--Yo busqué las pastillas, cómo me pidieron. Chicos, había muchas bolsas bajo las tablas del piso. Eran de Isabel. Y yo… Yo fui a ver a la señora Roussemount.
La cara de Alex se endurece y Graham cruza los brazos, ambos listos para echarme bronca, pero continúo hablando antes de que sigan.
--Vivian tenía video diarios. Ella tenía miles y yo encontré uno que decía mi nombre, así que me lo llevé. ¡Ella dice que yo estaba ahí y que yo sabía, pero juro que no lo recuerdo! ¡Tienen que creerme! ¡Yo no sabía nada!
  Alex me toma por los hombros y me acerca a él.
--Cassidy. ¿De qué estás hablando?
--Sí, Cassidy, ¿De qué estás hablando?
Volteo hacia la voz y entonces veo a ese trío salir del bosque. An me mira con furia, Marina con confusión y Kate con incredulidad.
  Nos escucharon.
--AnSonríe AlexEh, qué tal.
Es tan buen mentiroso pero ahora simplemente no sirve.
--Te seguimosMe diceAhora dime qué mierdas está pasando.
--Isabel está un poco alterada, es todoSuelta GrahamEstá confundida.
--Dijo CassidyApunta Kate, mirándome fijamente.
Me quedo con la boca abierta.
--¡Te escuchamos!Gruñe An.
Marina mira de ella a mí, sin una sola palabra en sus labios.
Este es el fin.
--Soy su hermanaSuspiroY su nombre no es Cassidy, el mío lo es. Su nombre era Isabel. Es.
Todos se voltean bruscamente hacia mí. Pero Kate es la primera en hablar de una manera en la que no la había oído antes: Miedo.
--¿A qué te refieres con  “es”?
--¿Eres su hermana?Chilla Marina.
Miro hacia Graham y Alex.
--Es lo que intenté decirles. Yo… ¡Ella está viva!
Juro que todos dejan de respirar por un momento.
Alex parece que le acaban de dar un golpe y se aleja de mí. Es Graham quien trata conmigo:
--Cass, ¿Tomaste alguna de estas pastillas?
Niego frenéticamente.
--Tienes que creermeSuplicoPor favor.
Él aparta la vista.
--Creo que has sufrido una conmoción.
--¡Ella está viva!
--¡No, no lo está!Me grita--No lo está.
El dolor se abre en mi pecho. Volteo hacia las chicas, que está mirándome como Alex lo hace: Como si yo fuera alguna clase de experimento desastroso.
 Quiero suplicarles que me crean, quiero decirles que no estoy loca, pero, pero…
No hay manera.
No hay…
--Bueno, te dije que me verías de nuevo, pero no imaginé que tan pronto.
En cuanto escuchamos esa voz, nos quedamos sin aliento. Yo en especial.
Isabel sale de entre las ramas y los árboles y sonríe de esa manera cínica y fría.
--Es sólo que en verdad necesito la bolsa que tú tomasteSu mirada viaja hasta Graham, que sigue sosteniendo la bolsa, con boca abierta y ojos incrédulos. Isabel se acerca hacia él y se la arrebataEsa, gracias. ¿Me extrañaste, corazón?
Nadie dice gran cosa, excepto por algunos jadeos y el sonido al aspirar aire.
--Oh, vamos chicos. ¿No están felices de verme?
Entonces ella fija sus ojos en Kate.
--Deberías hacerle caso; Isabel está viva.Le diceSupongo que no todo salió de acuerdo al plan, ¿No es cierto?
La boca de Kate cae abierta mientras se pone pálida y deja caer su mochila al suelo sin siquiera mirar.
No tengo ni idea de lo que está hablando.
 Isabel se gira hacia mí.
--Oh, mi niña, siento que hayas tenido que venir hasta aquí por nada.
--¿Qué está pasando?Sollozo.
Ella alza la mano y me acaricia la mejilla con los dedos, con ojos repentinamente dulces.
--Es sólo el shock. Estarás bien.
--¿Dónde has estado?Pregunto en un susurro.
--Bueno, primero, estaba trabajando en estoDice, moviendo las pastillas y bajando su mano.
--¿Qué? ¿Tú?
Ella sonríe de lado.
--Claro. ¿De dónde creías que venían? Las encontraste en casa, ¿No?
--¡Pero no pensé que tú estuvieras viva!
Se encoje de hombros.
--Sí, bueno, supongo que nadie lo pensó. Soy buena. O no del todo. Resulta que yo estaba de vacaciones en el Caribe cuando mi laboratorio me llama y me dice que las pastillas tienen un fallo y que tengo que arreglarlo. Imagínate. Pero todas las pastillas las había vendido ya y no tenía nada para usar de base, así que fui por las de Vivian. Pero tú estabas ahí. Lo siento por el casi disparo, cielo.
 Abro la boca, incrédula.
--¿Tú intentaste matarme?
--¡Dios, no! Me tenían amenazada. Si salía con las pastillas e intentaba huir, me dispararían. Pero tú estabas parada en la puerta y cuando te vi salí corriendo a la dirección contraria y dispararon. Qué bueno que tienen una mala puntería, porque no me dio ni a ti ni a mí, sino a ese vidrio. De cualquier manera, ya venía siendo hora de que la madre de Vivian remodelara esa casa. ¿Qué hacías ahí, por cierto?
 Veo a Alex sosteniendo a Graham por el codo, porque completamente parece que se va a caer. Marina se da la vuelta y vomita. An se arrodilla a su lado y retira el pelo de su cara, sin dejar de mirar a Isabel como si fuera un fantasma, de la misma manera en que Alex y Kate lo hacen.
Me tardo unos segundos en elegir mis palabras, sintiendo el dolor convirtiéndose en furia en mi interior:
--Tú estabas en el Caribe.
--Sí.
--Y nos dejaste creer que estabas muerta.
--Ajá.
--A todos.
--Exacto.
¿Quién es esta persona frente a mí?
--¿Por qué?Susurro--¿Por qué?
Ella me mira de esa manera, ladeando la cabeza ya entrecerrando los ojos, como si fuera un insecto particularmente curioso.
No me contesta, y sé que no lo hará, pero yo no puedo detenerme.
--¿Cómo has hecho esto?Pregunto bajo mi aliento.
Es una pregunta retórica.
No estoy esperando que me conteste. No estoy esperando una explicación.
Pero esto es lo que Isabel es ahora; Tal vez lo que siempre fue: Impredecible. Desconocida. Una perra egoísta.
 Y cuando las comisuras de sus labios se levantan para curvarse en una cruel y fría sonrisa, sé que no quiero saber.
Sé que no quiero escucharlo.
--Es de hecho bastante simpleSe encoje de hombrosYo mentí; Tú creíste.
  Siento como si alguien me hubiera dado una patada en el estómago. No puedo respirar.
Quiero que se detenga.
Quiero que retroceda hacia atrás en el tiempo y borre las palabras que acaban de salir de sus labios. No sólo eso; Quiero que vaya más atrás hacia el principio y lo borre. Todas las cosas que dijo, toda la basura que hizo. Quiero que vaya al día en que todo comenzó.
Quisiera ir yo misma hacia ese día en aquella fiesta cuando pensaron que era una buena idea ir a emborracharse a las vías de tren. Quisiera ir y borrarlo. Quisiera llevar a Isabel y obligarla a borrarlo.
No puedo lograr ninguna de éstas cosas.
Me pregunto si, si de alguna manera hubiera una oportunidad, Isabel retrocedería y se dijera a sí misma lo que sabe ahora. Si se hubiera dicho a sí misma en lo que iba a terminar. Me pregunto si la Isabel de quince años hubiera retrocedido. Me pregunto si ella hubiera sido esta perra manipuladora y egoísta aunque el accidente en las vías no hubiera pasado. Si existía esta chispa malvada desde el comienzo.
  Creo que no quiero saber. Si alguna vez hubiera alguna manera en la que Isabel pudiera volver atrás, no quiero saber lo que ella hubiera elegido. No quiero pensar que hay una oportunidad en que las cosas pudieran salir bien y que hay una posibilidad de que mi hermana aun así hubiera escogido quién hoy es, aún sabiendo todo el daño que ella causaría a todas aquellas personas que la amaron.
Mis padres, las chicas, Alex, Graham, David. Yo.
Creo que no quiero saber.
Me odio por pensar esto de mi hermana, pero… Pero es cierto.
Y es que tú no quieres pensar en las cosas malas de las personas que amas. Tú no quieres saber que es un manipulador egoísta.
La ignorancia es bendición, ¿No es cierto?
--Oh, vamos, no pongas ese rostro de cachorrito mojado. Tú ya sabías de las pastillas.
Entonces siento como la vista de Alex y Graham se clava en mí.
--Eso es lo que Vivian dice.
Señalo en el piso a la cajita del CD.
--Oh, claro. Sus video diarios.
--¿Isabel?Finalmente articula Graham.
Ella mira sobre su hombro y le sonríe.
--Hola, amor.
Graham tiene la peor expresión en el rostro. Quiero golpearla.
--¡Eres una perra!Grita An, con lágrimas en los ojos.
Isabel frunce el ceño.
--Oh, vamos. Tú sabes que me amas.
Marina empieza a llorar fuerte y An deja de fulminar a Isabel para abrazar a Marina.
Isabel se gira de nuevo a mí.
--Vivian dijo que me diste una, aquella vez que me encontraron. ¿Una qué? ¿Por qué no puedo recordar?
Ella vuelve a agitar la bolsa.
--Te di una de estas preciosuras. Por eso no recuerdas.
Agito la cabeza con incredulidad.
--No entiendo.
Suspira, como si yo ya debiera saber.
--Eres mi hermana, lo cual significa que eres inteligente. No como yo, pero lo suficiente. Esa noche tú estabas dormida en el sillón. Te quedaste estudiando para ese examen importante y no subiste a tu habitación. Cosa que yo no sabía. Así que cuando me deslicé fuera de la casa a mitad de la noche tú te despertaste y te ocultaste en el auto conmigo. Me engañaste.
Sonríe, como si estuviera orgullosa de mí.
Me siento enferma.
--¿Qué noche, Isabel? Tú nunca volviste a casa.
--Claro que lo hice. Un domingo. ¿Quieres dejarme terminar? Juro que después entenderás. Dios. Siempre fuiste tan impacienteElla resopla y continúaEntonces te escondiste en el auto y yo no me di cuenta. Cuando menos los pensaba, tú estabas ahí, en medio del montón de personas, toda asustada y barreando. Vivian y yo te encontramos y sabía que tú le dirías a mis padres así que te di una de estas. En verdad no tienen nombre, pero yo las llamo VIC. Por Vivian, por mí, y por Cam.
--¿Qué tienen que ver ellas?
--Las hice gracias a nosotras. Son diseñadas específicamente para olvidar las últimas 24 horas de tu vida. Te di una y olvidaste por completo. Olvidaste que yo fui a casa a visitar y el resto de esa noche. Tal vez por eso te sentiste un poco desorientada la mañana siguiente.
 Fue hace tiempo. No recuerdo.
--¿Por qué tú harías pastillas para olvidar? ¿Y por qué Vivian estaba comprando?
Su mirada se oscurece.
--¿Sabes lo que hubiera dado para olvidar lo que pasó aquella noche? Intenté que el periodo de horas fuera más largo, pero no pude. Era demasiado tarde para mí y para Vivian olvidar esa primera noche, pero no lo era para alguien más. ¿Sabes lo que las personas pagarían por olvidar, Cassidy?Su tono es amenazante--¿Sabes acaso? Vivian sabía eso pero ella simplemente quería olvidar cada día. Su madre pensaba que ella estaba bien, que iba a la escuela y hacía tareas pero lo que en verdad hacía era quedarse en la cama mientras su cerebro se limpiaba.
 Me quedo con la boca abierta.
--¿Son para olvidar?
--Sí.
--¡Pero yo tomé una recientemente, y lo único que hice fue recordar…! Oh, demoniosRecordar aquella noche. ¿Fue aquella noche, cierto?
Ella asiente.
--Ese fue el fallo. Las medicinas toman años en el proceso y años experimentando. Yo lo hice todo en seis meses, porque soy más brillante de lo que todos ustedes sabían. La primera vez que la tomabas, olvidabas. Pero al tomar una segunda vez reacciona diferente: Hace lo contrario. Lo que recordaste fue lo que olvidaste. Pero si vuelves a tomarlo una tercera vez olvidarás de nuevo.
Las lágrimas corren salvajes por mi rostro mientras intento cerrar mi boca.
--Me drogasteLloroTú me drogaste.
--Lo siento, cielo, pero si te dejaba ibas a arruinar todo para mí. No podía dejar que hicieras eso.
--¿Y por qué desapareciste?Grito--¿Y a que te refieres cuando dices “la primera noche”? ¿Por qué demonios nos has hecho esto?
--Bueno, eso es la segunda parte que quería discutir.
Entonces ella se gira hacia las chicas, que siguen observándola incrédulas y dolidas.
--Hey, An. ¿Sabías que tu niña Kate cortó los frenos aquella noche?
¿Qué demonios?
Miro a Kate, de hecho todos lo hacen, y ella se pone aún más pálida.
--Y, Alex, querido, ¿Sabías que ella fue quién mató a tu preciada ex novia?
Todos dejamos de respirar.
--¿Qué?Alex se atraganta.
--¡Mientes!Grita Marina, finalmente.
Graham se apoya en un árbol y se deja caer, con los ojos hinchados.
--¿Por qué ella haría eso?Pregunto, desafiándola, moviéndome para ponerme de lado de Kate, pero Isabel me lo impide poniéndome un brazo al frente.
--Porque A) Serena era su media hermana secreta que su padre amaba más que a Kate y a su madre juntas, y porque B) Kate perdió sus medicinasElla entorna los ojos hacia KateSupongo que debió doler que Serena no sólo había tomado a tu familia, sino también a tus mejores amigas, ¿Verdad?SonríeNo me pregunto dónde quedaron esas pastillas para controlar tu bipolaridad. Te pones violenta, ¿No es así?
  La cara de Kate se deforma.
--¡Tú me hiciste hacerlo! ¡Tú robaste mis pastillas! ¡Eres una perra!
Isabel ladea la cabeza.
--Oh, vamos. Tú querías matarla desde hace que te enteraste de que tu padre no podía mantener sus manos para sí mismo. Te hice un favor. Igual que a tu madre. Sería una total vergüenza en los medios si se enteraban de que había otra niña no legítima, ¿No es cierto? Quité esa carga para las dos. Te lo puse fácil.
  Entonces es Graham quién está sosteniendo a un furioso Alex por los brazos. No estoy segura de a dónde quiere llegar, si por Kate o por Isabel.
--Tú siempre la odiasteIsabel sisea hacia una muy molesta KateElla tomó todo lo que era tuyo. Destruyó el matrimonio de tus padres, tomo a tu padre y a tus amigas. No digas que nunca hice nada por ti. Tú sabes que lo disfrutaste.
 Kate empieza a llorar de rabia.
--Y lo que tú me diste a cambio fueron unos frenos cortadosSigue Isabel--¡Cuando tú te enteraste de que yo sabía que habías sido tú, tú intentaste matarme!
 Entonces oigo a An sorber su nariz, completamente destrozada en el suelo junto con Marina. Kate se cubre las orejas y niega con la cabeza, como una niña pequeña.
--Supongo que ella no fue la única. Tú intentaste matarmeLe digo.
--¡Te he dicho que no he sido yo! ¡Tú sólo estabas ahí cuando lo de la bala!
--¡Intentaron hacerlo otras veces! ¡Intentaron ahogarme y luego intentaron quemarme mientras dormía!
--¡Pero no fui yo, fue el laboratorio! ¿Con qué crees que me tenían amenazada? El día del disparo ellos no sabían sobre ti, pero cuando llegué y les dije que no dispararan, tuve que decirles que eras mi hermana y que no quería que te tocaran. Mi error. Te utilizaron para hacerme trabajar, para hacerme arreglar los fallos. Hasta ahora no me va tan bien, y recordé que dejé bolsas debajo del piso del sótano. Podía vender algunas y así irme a Hawai para poder escapar. Y te iba a preguntar si querías venir conmigo.
 Me quedo mirándola, boquiabierta.
Y ella espera mi respuesta.
--Oh podemos ir a otra parteOfrecePodemos ir a París. Tú siempre quisiste ir a París. ¿Qué tal escocia? También solía gustarte. Italia tiene la mejor comida, también. Podemos elegir eso. Si vienes conmigo. Ahora.
Niego, no pidiéndomelo creer.
 Yo no la extraño. No la quiero. Lo irónico es que me hubiera ido con ella, ¿Sabes? Hace unos meses, hace casi dos años, cuando ella se fue a Ashford y yo me quedaba sola, anhelando que viniera por mí, que fuéramos las mejores amigas de nuevo. Dios, yo me hubiera echado en sus brazos llorando y me hubiera ido sin siquiera maleta.
 Con aquella Isabel. Con la hermana mayor dulce y astuta que yo solía conocer. La extraño a ella. La quiero a ella.
No a esta. No con este monstruo frío y manipulador.
--No.
--Oh, vamos, Cassie. ¡No hay nada que te retenga aquí! Papá está en algún bar de Vancouver sin saber qué día es siquiera y mamá está loca. Estas tres nunca fueron realmente tus amigas, y de cualquier forma, haremos a donde vayamos. Sé que tienes una cosa por Alex, pero no te preocupes, en Europa los chicos son lindos.
  ¿Cómo puede decir esto? ¿Cómo puede mencionar así a mamá y a papá, y estar bien con eso? ¿Cómo puede sonreír mientras habla acerca de todas esas personas a quienes destruyó?
¿Cómo puede pedirme eso?
--Me dejaste solaLe reprocho mientras lloro incontrolablementeMe dejaste a mí sola a arreglar las piezas rotas de nuestra familia. Tú estabas allá afuera sabiendo todo esto y me dejaste. ¡Tú me abandonaste! ¡Tú nos rompiste! ¡Tú me rompiste! ¡No, no me toques! ¡No me toques, maldita sea! Pensé que me amabas. Pensé…
Me ahogo en mi propio llanto. Y ella me mira, como si en verdad lo lamentara, pero cuando veo sus ojos, veo que sólo es una fachada.
Es una máscara.
--Mataste a SerenaLa acuso--¿Y qué hay de Vivian?
Frunce el ceño.
--¡Oye, yo no maté a Serena! ¿Qué no has estado escuchando? Fue Kate. ¡Y luego ella intentó matarme! ¿Es que nadie cuenta eso? Es tan injustoRefunfuña como una niña pequeñaY yo no maté a Vivian. Fue por ella sola. Yo había dejado de hacer pastillas porque me fui al Caribe y alguien de mi laboratorio la mató porque ella fue la última en comprarme pastillas. Sólo que ella las había escondido bien. Muy inteligente de su parte. ¿Qué? ¿Por qué me miras así?
--Mataste a Vivian también.
Cruza los brazos enojada.
--¿Por qué te empeñas en hacerme parecer culpable? Ella las compró. Fue su culpa.
--¡Tú la metiste en ello! ¡A tu mejor amiga!
--Corrección: Ex mejor amiga.
Aprieto la mandíbula.
--Oh, vamos, iba a terminar muriendo de tanto cortarse las venas. ¡Igual que tú, Katie! ¿Sigues haciendo eso? He oído que está de moda.
 Estoy a punto de levantar mi puño y golpearla porque odio lo que ha dicho más que cualquier otra cosa de lo que ha dicho antes, pero… Pero Kate se me adelanta. Ella la derriba y pone sus manos alrededor de su cuello.
Todos gritan. Se quedan sin aire. No saben qué hacer. Quieren salvar a Isabel. Luego recuerdan que la perra no se lo merece.
Observamos.
Isabel lucha con ella, pero Kate tiene más ventaja por estar encima de ella y rodear su cuello con sus manos, apretando fuerte. La va a matar. Sé que la va a matar y yo no quiero verlo. Quiero cerrar mis ojos y no dejar que se quede por siempre grabado en mi mente, pero simplemente no puedo despegar mis ojos de la escena.
No puedo.
--¡Fue tu culpa!Chilla KateSi no fuera por ti ella estaría viva. Si no fuera por ti…
Kate se detiene.
--Tú me hiciste un favorTerminaUn horrible favor.
Kate cierra sus ojos mientras las lágrimas corren. Suelta lentamente a Isabel.
--¿Tenías que poner tus manos en mi garganta para darte cuenta? Siempre fuiste tan rara.
Isabel se va levantando cuando Kate vuelve por ella.
--¡Está muerta!
Creo que Isabel en verdad se da cuenta de que esta vez no va a dejarla ir, como el resto, así que lucha. Lucha en verdad. Alex se acerca y me jala hacia él, con sus manos temblando, y también jala el brazo de Graham, quién tiene una expresión horriblemente vacía. Sin vida. Fría.
Odio lo que le ha hecho a Graham. A todos nosotros.
Espero que los golpes de Kate le duelan.
 Isabel logra quitársela de encima y va por la mochila que Kate dejó caer cuando vio a Isabel.
--Veamos si aún sigues en esto. Espero que sí.
Isabel vacía la mochila mientras Kate va de nuevo por ella. Alex jala a Marina y a An hacia nuestro lado, alejándolas de la pelea.
Hay una  pequeña navaja de papelería en el suelo, junto con otras cosas de Kate.
--¡Entonces sigues siendo la niña emo!Canturrea Isabel, y eso hace que se gane otro puñetazo.
Terminan en el suelo de nuevo, peleando ahora por quién tiene el cutter en vez de por quién golpea a quién. Porque saben que quien lo obtenga va a dañar a la otra.
--¡Dámelo!Chilla Kate.
--¡No!
Entonces Marina hace lo más estúpido: Se acerca a ellas y les grita que se detengan. An intenta ir por ella, pero Alex la sostiene, porque sé que tiene miedo. Entonces veo la mirada de Isabel. Ella sonríe y golpea a Kate con el pie, y ella se queda en el suelo sin respiración. Isabel se levanta dispuesta a atacar, pero no a Kate. Porque a pesar de que quiere herirla, sabe qué la va a lastimar más. Ella sabe exactamente cómo lastimarnos a todos nosotros.
 Y es como en cámara lenta: Isabel mirando a Marina con el cutter en mano, dando unos pasos, sonriendo.
Alex está demasiado ocupado con An y Graham como para sostenerme, así que avanzo hacia mi hermana para detenerla. No sé cómo. No sé. Sé que va a matarla cuando yo llegue ahí, pero no puedo quedarme ahí mientras An grita frenéticamente. Alex grita mi nombre, lo que hace que Isabel voltee a mí. Gano tiempo. Avanzo, pero me tropiezo con el contenido de la bolsa de Kate, a unos pasos de Isabel y me golpeo duro contra el suelo. Isabel gruñe y levanta el cutter para clavárselo a una muy asustada Marina.
 Es el fin.
Es realmente el fin.
Entonces veo que he movido un cuaderno, y debajo de este hay otro cutter.
Pasa rápido: Lo tomo y voy hacia mi hermana mientras la punta de esta entra en la piel de Marina. Entonces se lo clavo en la espalda.
  Y entonces el mundo se detiene mientras mi hermana mayor se traga su sorpresa y cae contra mí, con su cabeza en mi pecho.
Me mira. La miro de vuelta. Nuestros ojos se llenan de lágrimas. Murmuro una disculpa. Le digo que la amo. Que siempre lo haré, a pesar de lo que ha hecho. Vuelvo a disculparme.
Ella llora y acaricia mi rostro con una mano mientras se retuerce de dolor. La sangre moja rápidamente mi vestido azul de verano floreado.
--También te amo--Susurra.
 Es el fin. Esto es realmente todo.
Miro cómo en sus ojos verdes y marrones se extingue la luz y chillo. Y cuando levanto la cabeza, ellos están ahí mirándome. Sintiendo lástima por mí.
Sólo puedo pensar en la sangre.
Su sangre, espesa y ligera al mismo tiempo. Roja, reluciente, caliente. En mis manos. En mis brazos. En mis piernas y mis rodillas. En el suelo. En todas partes. Sangre. Extendiéndose, derramándose. Mi piel la traga, la absorbe.
  Y mi hermana, tendida ahí, sin nada de esto corriendo su cuerpo ahora. Inerte. Tan vacía. Justo como comenzó.
  Y yo. Yo estoy ahí. Estoy muriendo.
Ha terminado.
Ambas estamos terminadas.

                                                

-Sthep Stronger.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Muchas mini Reseñas: De Geeks, chefs, adolescentes sin más y ciegos groseros.

Geek High (Geek High, #1)
Reseña: Geek High, Piper Banks.
#1 de una saga-serie

En esta escuela, todos son unos geeks*. Y Miranda Bloom aún así no puede encajar.

Miranda es una genio matemático con padres divorciados, una madrastra malvada y sin novio a la vista. No puede si quiera encajar con los otros geeks en la escuela independiente Nothingham Hill, por estudiantes con un alto porcentaje IQ, porque hechos de hecho tienen talentos útiles. Por otra parte, Miranda es conocida como la "Calculadora Humana". Lo cual no cuenta mucho cuando las personas tienen, ya sabes, sus propias calculadoras.
 Y luego ella se atasca planeando la Gala Copo de Nieve. Y mientras pelea para conseguir una cita y avivar el espíritu de Notthingham, aka, Geek High. Y se da cuenta de lo que eres importa más de dónde encajas.




-Yo hice la traducción. Quién quiera, que la tome-
*Geek: Un nerd. Para quien no sabía.


Fue bastante entretenido. Un poco típico y predecible, pero fue divertido. Aunque el libro fue bastante corto y las escenas de romance con el chico en cuestión son casi inexistibles. Yo quería más besos o peleas o lo que fuera. Supongo que en el segundo libro.



                                                                                                                     



Pizza, Love, and Other Stuff That Made Me Famous
Reseña: Pizza, Love, And Other Stuff That
Made Me Famus.
Kathryn Williams.
Libro único. 
¿Puede realmente un reality Show llevar a una beca a una escuela de cocina de Elite y un romance de verano?

Sophie Nicholaides, de 16 años, fue practicamente criada en la cocina del restaurante de su familia Greco-Italiano, Taverna Ristorante. Cuando su mejor amigo Alex intenta convencerla para audicionar para un reality show nuevo, Prueba de Cocina para Adolescentes, Sophie se muestra reacia. Pero el premio incluye una beca a una de las mejores escuelas culinarias de América, y un verano en Napa, California, sin mencionar la fama.
  Una vez en el set, Sophie se encuentra a sí misma en lo más grueso del drama, incluyendo un Libro Quemado secreto*, jueces de celebridades despiadados, y un chef francés muy lindo. Sophie tiene que encontrar la manera de sobrevivir a todo el calor y aún así mantenerse fiel a sí misma.






-Yo traduje la sinopsis. Ya saben lo que hay que hacer-
*Libro Quemado; Burn Book en el original. Es este librito que los norteanéricanos tienen, como el librito de Mean Girls, dónde dicen cosas malas sobre otras personas y así.
Pizza, Love, and Other Stuff That Made Me Famous


 Esperaba más de este libro, tanto que incluso quería comprarlo. Qué bueno que en vez de eso me lo leí por internet, porque A) Es muy cortito y se pasó volando y porque B) El romance es pobre. Pero, si vemos el lado bueno, aprendí cosas de cocina (Que dicho sea de paso, nunca voy a usar) y, y... Es uno de esos libros que te lees porque no tiene mucho qué hacer. En verdad no hay mucho qué decir de este libro aparte de que fue entretenido.





                                                                                                      



Second Kiss
Reseña: Second Kiss,
Natalie Palmer.
#1 de una serie de 2
(Hasta ahora)
"Incluso mis momentos más humillantes parecíana divertidos de alguna manera cuando se los contaba a Jess".
Gemma Mitchel es una chica normal que de alguna manera se mete en situaciones embarazosas. Y cuando ella piensa que es una perdedora debido a ellas, hay algunas personas en su vida que no estarían de acuerdo. Una de esas personas es su mejor amigo Jess Tyler, quién es lo opuesto a ella en cada manera. Él es popular, bien parecido, atlético, inteligente, y él no puede tener suficiente de Gemma. Pero mientras ella lidian con problemas de contraseña incorrecta de casillero y bailes de Valentin, Jess está viviendo serios asuntos que son ajenos a Gemma, hasta que él se da cuenta de que él se está aferrando a ella por su vida.










Me leí este libro hace un tiempo y recuerdo que simplemente lo amé. Al principio los protagonistas son inmaduros y me planteé seriamente la posibilidad de dejarlo, pero  algo me hizo seguir y me alegro, porque me ha gustado mucho. La relación que ambos tenían era simplemente adorable. Es realmente extraño que me gustara porque ellos tiene 14 y 15 años, y siempre que son de esa edad son siempre unos tarados y quiero zarándearlos (Ya, que esa es mi edad, pero yo no soy así. Yo soy genial). Y es cierto que quise matar a Gemma unas veces, pero... ¿Qué puedo decir? Una lectura adorable.



                                                                                                                        



His Eyes
Reseña: His Eyes, Reneé Carter.
Libro único.

Amy Turner está a punto de graduarse de la escuela y todo lo que quiere es un trabajo. De hecho, todo lo que quiere es una manera para pagar la universidad. Ciertamente Amy no está buscando amor cuando acepta un trabajo para cuidar a un chico. Ella sólo necesita dinero. Pero el tajo tiene truco: El chico es ciego... Y es de su edad.
Tristan Edmund podría ser caliente, pero él no quiere la ayuda de Amy. O eso es lo que piensa él. Después de volverse ciego en una competencia de caballos, Tristan pasa sus días en la oscuridad, negándose a aceptar su debilidad. Para su molestia, Amy se estrella en su vida y lo arrastra hacia la luz. Pero mientras ellos dos empiezan a ver más entre ellos,  la hermosa ex novia de Tristan aparece. ¿La tentación será mucho o Tristan escogerá a la chica que lo ve?






-Yo traduje la sinopsis. Ya saben qué hacer-

Dsbfdksfhncqkjnfskhue!
  Fue lindo, tierno, lindo, lindo y tienen que leerlo. La verdad me lo leí hace tiempo y no puedo decirles otra cosa más que me gustó mucho. Predecible, es cierto. No te voy a mentir. ¡Pero quéeeee lindoooo!
Tristan es mío.
 Lo siento, perono puedo ser muy objetiva cuando estoy emocionada :/

--Sthep.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Fade. Capítulo 17.

                                  I am not like other people | via Tumblr
Fade. Capítulo 17.
La libreta. Página 17: "Es muy curioso cómo puedes odiar tanto a alguien y aún así seguir amándolo con todo el corazón"

Subo la cobija hacia mi barbilla e ignoro el constante tinltineo de mi celular. Después de unos momentos, tengo que contestarl
o porque me está volviendo loca.
Gruño cuando veo el nombre de Graham ahí.
--¿Por qué tienes la maña de llamarme cuando no tengo planes de salir de mi cama?
--¿Por qué siempre que te llamo estás en la cama sin planes de salir? Eres la floja más grande del mundo. Son las seis de la noche a penas. Levántate.
--¡Oblígame!Es entonces cuando me doy cuenta de que mi voz suena rara, como un eco--¿Me tienes en alta voz de nuevo?
--HolaSaluda Alex, confirmando mis sospechas.
--Enserio, ya no hay secretos.
--Es lo que yo le dijeInterviene GrahamPero el perdedor insiste.
--¿Perdedor? Tú eres el nerd con la sierra presidente de Nerdolandia.
--Primero…
--ChicosInterrumpoSiento interrumpir su pelea de enamorados, pero es un viernes por la noche y yo tengo planes.
--¿Cómo cuáles?Se burla Graham--¿Sentir lástima por ti comiendo comida chatarra viendo un maratón de CSI?
Alex ríe del otro lado de la línea.
--Para tú información, es Mentes Criminales, señor soy un nerd con sierraContesto bruscamej lnte.
Alex ríe más fuerte.
--Whoa, WhoaExclama GrahamPero, ¿Y a ti qué te pasa?
Suspiro y las palabras se deslizan de mi boca antes de que me entere.
--Lo siento. Mañana voy a casa, mi madre ha regresado y no sé qué va a pasar cuando la vea. Y Ezra es A. Quiero morir.
  Se quedan en silencio del otro lado de la línea. Escucho la clara voz de Alex preguntar a qué me refiero. Graham no contesta.
 Me doy cuenta de que lo he puesto en una situación incómoda así que digo:
--Lo sé, no puedo creerlo yo tampoco. Los escritores son unos perros. ¿Qué va a pasar con Ezria?
Otro momento de silencio. Alex pregunta de nuevo qué pasa.
--Tash me llama. Tengo que colgar.
--Cass, lo sientoDice Graham antes de que cuelgue.
--¿Por qué? ¿Qué tiene?Grita Alex.
--¡Cállate, niño bonito!Le rezonga GrahamCassidy, te hablamos porque tenemos un plan y te necesitamos en el taller. Podemos hablar de ello también, si quieres.
--Estaré ahí en diez.
Pero en verdad no quiero hablar de ello.




                                                                   
      




--¿Por qué siempre se reúnen en el taller? Podemos sentarnos en una mesa del campus. No es como si alguien estuviera muy interesado en nuestra conversación.
Aunque probablemente eso es mentira, porque a donde sea que Alex va, las orejas siempre están de más.
Me paro a unos metros frente a ellos y pongo mis manos en mi cintura, con mi colorido vestido veraniego ondeando por el viento de octubre.
  Estoy esperando que ellos me corrijan. Y cuando no lo hacen y veo que Alex ya no me mira de esa manera tan indiferente cuando no estoy muriendo, sino con simpatía, y sé que Graham le contó.
   Es vergonzoso que las personas sepan que tus padres te abandonaron.
Y entonces no siento lástima por mí, sino por Alex. Porque él tiene el mismo asunto. Es sólo que peor, porque mis padres en cierta manera no tenían muchas opciones. Fue lo menos doloroso para ellos hacer lo que hicieron. Y lo entiendo. Duele, es una porquería, estoy furiosa, pero lo entiendo. Pero los padres de Alex sí que tuvieron elección. Y no lo eligieron a él.
     Que mierda tan más grande.
Voy hacia la mecedora de rosas talladas, mi favorita hasta ahora y los miro.
--Entonces, chicos. ¿De qué quieren hablar?
--Estábamos pensando en tu reacción en las medicina y tenemos un planResponde Alex.
--¿Por qué siempre piensan en cosas importantes sin mí?Me quejo, ofendida.
--Ahora sabes lo que se sienteDispara Alex.
Me duele y Graham lo sabe, porque le da un golpe en la nuca con su palma.
--Compórtate, imbécil.
Alex no nos mira.
--Pensamos en tomar las pastillas nosotros dos para ver qué efectos causa. Si tal vez funciona diferente con cada uno.
Frunzo el ceño.
--¿Si funciona diferente en ustedes? ¡Son pastillas, se supone que funcionan igual! ¿Por qué estamos discutiendo esto? Las pastillas han sido quemadas. Se han ido. Puff.
--Pensamos que pueden haber más dónde las encontraste.
--¿En mi sótano?
Graham asiente y Alex finalmente nos mira para formar parte de la conversación.
--Es ridículo. No vi nada más ahí.
--¿Buscaste, Cassidy? ¿Realmente buscaste?
Quiero decirle “Claro que sí, ¿Qué te crees que…?” Pero luego recuerdo que en verdad no lo hice. Yo sólo vi y las tomé.
--No, pero…
--Pero nadaMe corta Alex.
--¿Qué quieren lograr, de cualquier manera, si las encuentran?
Graham se encoje de hombros.
--Vale la pena intentar… Pero…
--Pero mamá está en casaTermino por él.
Los dos chicos me miran con algo parecido a la lástima y a la simpatía. Aparto la vista porque odio que me miren de esa manera.
--Tienen que buscar otro plan.
--Queremos saber qué pasó contigo cuando las tomasteDice Alex.
Cierro los ojos.
--Pero…
--Tienes que verla en un momento a otro.
Abro los ojos y lo miro. Graham le da otro golpe y luego me mira.
--Cass, si tú en verdad no quieres hacer esto, nosotros…
Sacudo la cabeza, odiando que Alex tenga razón.
--Está bien. Lo haré.
--¿Estás segura?Pregunta.
No.
--Sí.
Me mira unos momentos y asiente.
--Entonces iremos mañana contigo.
Río.
--¿Qué es tan gracioso?Pregunta Alex.
Graham corrobora con él.
--Oh, nadaDigo entre risasSimplemente me imagino la cara de David cuando vea que dos chicos quieren ir conmigo al sótano. ¡No tiene precio!
Me sigo carcajeando mientras veo que ellos hacen muecas, recordando que tengo a David.
--Iré sola, chicos.
Ellos empiezan a negar.
Primero, va Graham:
--No. Es demasiado peligroso que vayas sola a buscar esas pastillas. ¿Y si alguien te dispara en el camino como la última vez?
Y luego Alex:
--Yo puedo ir contigo ya que David sabe que sales conmigo. Le decimos que somos novios y entonces… No, espera. Así tampoco me dejaría ir contigo al sótano… Pero…
--¡Chicos! No estoy sola. David viene por mí y no creo que haya peligro de que alguien me dispare mientras conducimos a casa.  Ha hecho esto muchas veces y aún sigo entera.
Ellos siguen discutiendo conmigo y yo simplemente dejo que terminen sus ridículas teorías antes de decir:
--Voy sola. Decidido.




                                                                  





Está esta ridícula canción con letras aún más ridículas sonando en la radio del auto de David mientras conducimos a casa, y aunque la odio (La odio, la odio, la odio) subo el volumen un poco, porque es mejor que escuchar el incómodo silencio entre nosotros dos.
--Tu madre saldrá en la noche y podremos ir por ella. Por mientras, ¿Qué tal si rentamos una película?
 Veo en su mirada que está intentando tan fuerte conmigo. Pobre David, pero yo no quiero nada de esto.
Le sonrío amablemente y niego.
--Lo siento. Yo… Voy a salir a dar la vuelta para pensar qué decirle a mamá cuando llegue. Necesito un poco de espacio.
Parece comprenderlo.
--Claro. ¿Sales ya o quieres comer conmigo antes?
Le digo que me quedo a comer para que no se sienta tan abandonado. ¿No es él quien ha perdido también? ¿No es él quien tiene un hermano desertor, una cuñada loca, una sobrina muerta causante de todas sus desgracias y otra que es desagradable?
  Así que me quedo y le sonrío, porque por un instante siento que puedo arreglarlo a él. Si ya he roto todo, si no puedo arreglar mi relación con Alex o cambiar las mentiras que he dicho, tal vez puedo arreglar a David, tan solo por un momento.
“Por favor, Dios, déjame curarlo”.
Tal vez él me ignora como yo lo he estado ignorando a él los últimos dos meses.
Tal vez no lo haga, después de todo, porque hay una chispa en sus ojos y una sonrisa que me dice que está feliz y por un momento me siento tan agradecida.
 Pero ahora que estoy sola sin el guardia de seguridad número uno y número dos, quiero ir a visitar a la señora Rossemount, a pesar que de… Bueno, de que es estúpido.
Espero a que el momento de felicidad radiante de David pase para levantarme, darle un beso en la mejilla y decirle que estaré en casa en un rato.
 Cuando llego a su casa, estaciono el auto de papá en la entrada y miro a todos lados para asegurarme de que no hay nadie apuntándome.
Toco la puerta de cristal de la señora Rossemount. Después de unos momentos, ella me abre la puerta, con ojos rojos y en pijamas.
--Oh, Cassidy, hola. Pasa.
Sonrío y ella hace a lado para que pase.
--Siento que me encuentres así, tengo una gripa terrible y no he salido de la cama. ¿Quieres algo de té? ¿Ya has comido?
--Te estaría bien, gracias.
Ella va hacia la cocina y la sigo. Me siento en el taburete después de sacar los tés y ponerlo en la barra. Ella pone el agua en la calentadera y luego se sienta enfrente de mí.
--En verdad no tengo gripaConfiesaAún no he logrado meter todas las cosas de Vivian en su cuarto ahora que la pintura se ha secado. Son muchas cosas que toman mucho tiempo y cada segundo es más doloroso.
--Entiendo.
Venía sospechando algo así desde que entré.
--¿Quiere que le ayude a acomodar las cosas de Vivian en su cuarto?
--No, no tienes que…
--Está bien. Podemos hacerlo hasta que esté el té.
Caminamos hasta la habitación de Vivian, dónde están los muebles desnudos. El tocador sin cosas; El armario vacío, los estantes de CD’s vacíos también. Tomo una de las cajas dentro mientras le pregunto cómo está.
Hablamos por un rato, hasta que una pregunta que nunca le había hecho viene a mi mente.
Una que no estoy segura de hacer, pero que hago de cualquier manera.
--Usted dijo que Vivian fue asesinada.
Su cabeza se levanta de la caja dónde contienen los CD’s de Vivian. Me mira y siento cómo me taladra.
--Sí.
--¿Puedo preguntarle cómo pasó?
Tarda un minuto en contestar y en ese tiempo deseo haber mantenido mi boca cerrada. Estoy a punto de disculparme, pero ella me lo cuenta antes de eso.
--Ella me dijo que iba ir a la casa de una amiga. En verdad nunca la había dejado ir sola, yo la hubiera llevado, pero ella insistió y yo no me negué porque… Porque finalmente estaba haciendo amigos, ¿Sabes? Ella estaba avanzando y se sintió como una bendición. Después de horas ella no contestaba el teléfono y no volvía a casa. Llamé a esa amiga, pero Vivian nunca había estado ahí. Entré en pánico y llamé a la policía. Ellos tienen esta estúpida regla de no buscar hasta después de 24 horas. Unos policías hacían ronda en una calle peligrosa, ya sabes, como siempre hacen. Encontraron a mi Vivian, apuñalada en el estómago y…
  Se ahoga en sus lágrimas y aparta la vista. Me acerco y pongo una mano en su hombro.
   ¿Por qué alguien lastimaría a Vivian?
   ¿Por qué alguien mataría a Serena?
   ¿Por qué alguien cortaría los frenos del auto en el que iba Isabel?
¿Podría estar ligadas?
 La señora Rossemount se disculpa y se dirige al baño al final del pasillo. Suspiro y tomo otra caja un poco más pesada y la coloco encima del viejo escritorio. Cuando la abro, discos. Cientos de ellos. Veo los CD’s en la otra caja y me pregunto por qué no están ahí. Cuando tomo uno de los discos en su cajita azul, veo la letra femenina y desordenada de quién yo supongo es Vivian. El disco tiene un título peculiar: “El accidente del espagueti con albóndigas” y abajo hay una fecha. Tomo otro con caja transparente y así puedo ver el título: “Cómo Cam pateó el trasero del equipo contrario en el partido del viernes”, y hay una fecha diferente abajo.
   La señora Rossemount aparece por detrás y yo me volteo. Ella ve los discos en mi mano y responde a mis sospechas con una sonrisa:
--Sus videodiarios.
Miro hacia los diarios de nuevo y luego a ella.
--¿Dónde los acomodo?
--En el último cajón del escritorio. Ahí los encontré.
Me siento en el suelo y acomodo cuidadosamente los discos.
--¿Los ha visto? ¿Sus video diarios?
Ella niega, limpiándose la mojada nariz con una servilleta.
--No. Sé que ella se hubiera disgustado mucho si yo invadiera su privacidad.
El silencio pasa y yo acomodo los miles de discos en el cajón en perfectas pilas. Entonces, veo uno con caja transparente con letras delgadas y cursivas: “Cassidy”.
 ¿Qué?
Miro la fecha. No me suena a nada importante. Yo estaba en la escuela en esas fechas e Isabel tenía como medio año en Ashford… Isabel y Vivian no se hablaban.
¿Por qué Vivian tiene un video diario con mi nombre en él?
Miro disimuladamente a la señora Rossemount, que está dándome la espalda terminando de poner los discos en su lugar. Cuidadosamente deslizo el disco en mi bolsa.
 No se ha dado cuenta.
Voy a irme al infierno por esto. Aunque, si lo pensamos bien, iré al infierno por tantas cosas.





                                                                          
 
                                                                              


Conduzco a casa horas después, mirando nerviosamente mi bolso. Estoy pensando en qué puedo encontrar ahí. Las ansias me están matando.
Quiero llegar a casa ya y poner el disco en la computadora de papá en su estudio, ya que la mía está en Ashford. Tamborileo los dedos sobre el volante con impaciencia. ¿Por qué las calles son tan largas, demonios?
 Suelto un bufido desesperado y finalmente me estaciono. Meto el auto en el garaje, cierro la puerta y salgo disparada. Saco las llaves del bolso a toda velocidad y entro. El auto de David no está, ha de ir ya por mamá.
Cierro la puerta a mis espaldas y voy directo al estudio de mi desaparecido padre. Me siento en su silla de cuero marrón y prendo la cosa.
Vamos, vamos.
Cuando está prendida finalmente pongo el disco. Lo reconoce después de casi un minuto. ¡Dios, está cosa no se mueve, es un jodido dinosaurio!
Grito de frustración y espero. Necesito ver esto antes de que mi madre llegue, de otra forma no va ver manera porque seré acosada por ella todo el fin de semana.
Entonces, pasa: El video aparece en mi computadora y yo le doy play.
Primero veo unas paredes en blanco, desnudas. El cuarto de Vivian. Entonces ella aparece en el cuadro. Vivian tiene su pelo castaño recogido en un desordenado moño en lo alto de su cabeza y una blusa de tirantes ajustada. Se ve… descuidada. Desordenada.
Traga saliva antes de hablar.
--Algo pasó esta noche. Algo maloComienza ellaEstaba donde mismo, esperando a que Isabel apareciera, y cuando lo hizo fuimos dentro de la discoteca, como siempre. Subimos…
  Pongo  daescansar el video porque mis pensamientos son tan fuertes que suenan sobre la voz de Vivian.
Ellas dos en verdad se veían de nuevo. Pero, ¿Por qué lo ocultaron?
Me quedo unos segundos así hasta que pongo play de nuevo.
--…al despacho de arriba. Como la vez anterior. Ella me dio las pastillas, yo le di el dinero…
Pausa.
¿Qué demonios? ¿Pastillas… qué?
Las pastillas.
En verdad, en verdad, eran de Isabel. ¿Las vendía? ¿Por qué? Ni siquiera son drogas, son sólo…. Ni siquiera sé que son. ¿Las vendía a Vivian? ¿Por eso se vieron de nuevo? ¿Por qué Vivian querría comprar eso?
Las preguntas corren salvajes por mi mente y yo me paro, recordando a los chicos preguntarme si en verdad yo había buscado.
No, lo había hecho.
A oscuras (Porque no me molesté en prender las luces cuando llegué) voy al sótano sin aliento y prendo el foco  colgando en el techo que juro que uno de estos días se va a desprender. Miro al suelo, en el punto donde encontré las pastillas. Y observo con paciencia. Observo. Y observo de nuevo.
Y no hay nada.
Ni detrás de las cajas con disfraces de Halloween ni en ningún lado.
No hay nada.
Doy un pisotón al suelo con frustración. Es entonces cuando oigo rechinar. Doy otro pisotón. Otro rechinido.
Bingo.
Me tiro al suelo y me apoyo con las manos, haciendo presión. Rechina de nuevo. Meto las uñas largas en la tabla suelta y tiro hacia arriba. Me rompo una uña, pero logro sacarla.
Y cuando me asomo, maldigo a mi hermana una y otra vez.
Hay bolsas con miles de pastillas dentro. Esas pastillas detestables y horribles.
Me quedo ahí un segundo, pensando en el hecho de que mi hermana vendía drogas. Y que se las vendió a su mejor amiga.
¿No se supone que era una chica buena? ¿Qué era tímida, inteligente y dañada? Una perra total.
Tomo una de las bolsas para Graham y Alex y pongo la tabla de nuevo en su lugar. Voy de nuevo al despacho pisoteando y pongo play.
--…entoncesContinúa Vivian en la pantalla--, miré por la ventana y la vi por la ventana. E-ellaTartamudease había colado en el auto de Isabel. Ella no se dio cuenta. Estaba ahí parada, buscando a Isabel en la multitud. Cuando Isabel la vio, dios, se disgustó tanto.
  ¿Qué? ¿Quién? ¿Quién estaba ahí? ¡Vivian tonta! ¿Por qué no dices nada útil?
--Isabel me dio rápido las cosas y se fue a buscar a Cassidy.
Espera. Espera. ¿Qué? ¿Me fue a buscar?
--…Pero ella no podía encontrarla. Así que pensé que iba a necesitar mi ayuda, no sólo para encontrarla sino para que la tranquilizara. Ambas sabemos cómo es Cassidy. Estaba asustada por estar en una discoteca llena de personas borrachas y sudorosas, pero también porque ella ya se había dado cuenta de que su hermana mayor se había metido en algo. Al final yo la encontré, tropezando con personas. La tomé del brazo y la llevé hasta Isabel. Nosotras pudimos haber mentido, ¿Sabes? Pudimos haber dicho que nos fuimos de fiesta, que éramos amigas de nuevo, pero entonces éste tipo se le acercó y le dijo que quería comprar pastillas. Cassidy vio la bolsa en mi mano y a nosotras dos juntas. Y juro que tanto Isabel como yo supimos. Supimos que ella sabía que Isabel estaba vendiendo. Dios, ella se volvió loca. Así que Isabel tuvo que darle una.
  Pongo stop  al tiempo en que ella hace una pausa para tragar saliva, porque no puedo escuchar más de esto.
Están hablando de mí, pero es una locura. ¡No recuerdo nada de eso! ¡No es verdad!
¡No es verdad!
 Recargo mi cabeza en el mueble y respiro profundo repitiendo las mismas palabras en mi mente.
Yo no estaba ahí. Yo no estaba ahí. No estaba.
Las palabra corren por mi mente y me detengo cuando el sonido de la puerta al abrirse me llama a la realidad.
Dios, estaba tan trastornada que no he oído el auto de David.
Reúno todo de mí para bajar las escaleras con una sonrisa para mi dañada madre. Sólo que abajo no hay nadie. Me doy la vuelta. ¿Dónde están?
Estoy segura de que los oí entrar.
Me dirijo hacia la cocina, dónde la puerta del sótano está abierta. Ni siquiera la cerré. Me acerco y la cierro con un suspiro y me giro.
 Y ahí está ella, apoyada contra la isla y comiendo una natilla de vainilla.
El aliento se me atora en la garganta al verla y mis huesos se debilitan.
Su nombre se desliza de mis labios con un toque de incredulidad y las lágrimas se me acumulan en los ojos.
--¿Isabel?
Ella sonríe y baja la cuchara de su boca, poniéndola en la isla, dónde están todas las bolsas de pastillas.
--¿Por qué lloras, mi cielo? ¿No extrañabas a tu hermana mayor?



--Sthep Stronger.