viernes, 31 de enero de 2014

Mini reseña. La lección de August, R.J. Palacio


«Todos deberíamos recibir una ovación al menos una vez en nuestra vida, porque todos vencemos al mundo.»

Su cara lo hace distinto y él sólo quiere ser uno más. Camina siempre mirando al suelo, la cabeza agachada y el fleco tratando en vano de esconder su rostro, pero, aún así, es objeto de miradas furtivas, susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre entre las acogedoras paredes de su casa, en compañía de su familia, su perra Daisy y las increíbles historias de La guerra de las galaxias. 

Sé que no hago reseñas, pero éste es un libro que realmente tiene que tener una reseña mía. 
De verdad. 
Como dice en la sinopsis, la cara de August es lo que lo hace diferente, ha tenido más operaciones que años y ha soportado muchas burlas. Sin embargo, es un niño tierno y fuerte, que con el paso de los años ha sabido manejar toda clase de humillaciones y habladurías. 
Pero este año ha cambiado todo. Va a la escuela por primera vez. Si para nosotros, que somos "normales" es un reto, pónganse en el lugar de August. 
Está narrado por August, y por cuatro personas más, y cada una pone su propio punto de vista acerca de August y todo lo que conlleva ser amigo o familiar de el. 
Es un libro único que sin duda recomiendo mil veces, te enseña a aceptarte tal y como eres, que no todos los días son malos y que siempre, pase lo que pase estará alguien ahí a tu lado para apoyarte. 
No tengo mucho más se decir sobre este libro que sin duda se ha vuelto uno de mis favoritos. 
Denle una oportunidad. Sólo una, no se arrepentirán. 
«Cuando puedas elegir entre tener la razón y ser amable, elige ser amable.»
Así qué ya lo sabes, elige ser amable. 

-LizzieG. 

Siento si esta mal estructurado y no se puede ver la diferencia entre la sinopsis y la reseña en sí, pero mi ordenador está en crisis y no coopera, así que tuve que editar esta entrada en mi teléfono. Tsk, maldita tecnología. 


jueves, 30 de enero de 2014

Mini mini Reseña: Wait For You, J. Lynn

Wait for You (Wait for You, #1)
Reseña: Wait for you,
Jennifer L. Armentrout
(J. Lynn)
Tengo entendido que es el primero
dentro de una serie de unos tres por el
momento.
 Hay algunas cosas por las que vale la pena esperar...

Viajar muchas millas atraves del país para ir a la universidad es la única manera de que Avery Morganster, de 19 años, pueda escapar de lo que pasó hace cinco años en la fiesta de Halloween, un acontecimiento que cambió su vida para siempre. Todo lo que necesita hacer es llegar a clases a tiempo, asegurarse de que su pulsera en su muñeca izquierda se maantenga en su lugar, no atraer la atención hacia sí misma, y tal vez -Por favor, Dios- conseguirse unos nuevos amigos. Porque eso seguramente sería un lindo cambio. La única cosa que ella no necesita y que nunca planeó fue capturar la atención de el único chico que podría hacer trizas el futuro que ella ha construido para sí misma.

Algunos riesgos valen la pena experimentar...

Cameron Hamilton es seis pies y tres pulgadas de bueno, completo con un par de ojazos azules y una habilidad de hacerla querer algo que ella pensó que había sido irrevocablemente robado de ella. Ella sabe que necesita estar alejada de él, pero Cam está en todas partes, con su encanto y su ingeniosas bromas y ese hoyelo que es tan... Tan lamible (Yum)  . Involucrarse con él es peligroso, pero cuando ignorar la chispa que está en todas partes se vuelve imposible, él trae una parte de ella que nunca pensó que existía.
Y hay otro párrafo de sinopsis, pero estoy traduciendo esto y es tan condenadamente largo. El punto es que se enamoran. Como si no lo hubieran visto venir. Quiero decir, sólo tienes que ver la portada. Están a punto de intercambiar saliva. 

Yo
Deja de leer lo que sea que estés leyendo. Y ponte a leer a Jennifer L. Armentrout.

Jennifer es tan increíble. Hace esto, hace lo otro, y la mitad de las veces no puedo creer que lo haya hecho y entonces llego a la conclusión de que es asombrosa. Siempre pasa.
Todo el tiempo.
Wait for You (Wait for You, #1)
Otra portada
Hay algo que considero especial acerca de los libros de la señorita Armentrout. No estoy muy consciente de qué es y ni siquiera me importa porque los amo irrevocablemente. Ahora, tengo que decir que el tema de este libro es un tópico. El tópico más tópico en el mundo de los tópicos típicos; Chica asustadiza que fue violada,  chico buenorro que quiere repararla, y amor.
Es cierto.
¿Y? Y LO AMÉ.
Supongo que lo que en verdad amo de la autora es su forma de escribir, porque aunque los personajes no hayan sido del todo originales, y no muy recordables (No estoy segura de que sea una palabra) ,hay algo que te llama a seguir leyendo hasta la última página.
Sé que hay personas a las que no le gustó porque no original, pero considero que éste es una bonita historia de amor entre una chica asustadiza y un buenazo que desde ahora reclamo. Es mío. No lo toquen.   ¿Qué quieren? Tenía que amar este libro.
  Estaba escrito en el destino.


Ya sé que es cortita, pero no he leído (O bien, no he hecho) otro libro para hacer reseña conjunta. :P
-Sthep.

miércoles, 29 de enero de 2014

Vengan aquí y lloren desconsoladamente conmigo





...





                                                                   Yo (Literalmente)



-Sthep.

lunes, 27 de enero de 2014

Taken. Capítulo 7.

All sizes | Broken Tea Cup Study #8 - East Greenwich, Rhode Island | Flickr - Photo Sharing!
Taken. Capítulo 7.

“Es tarde”.
Eso es lo primero que pienso esta mañana cuando despierto. Mi alarma sí sonó pero la apagué para poder dormir otros cinco minutos y ya ha pasado media hora. No tengo tiempo para elegir apropiadamente mi ropa ni para peinarme, y no tengo idea de cómo voy a hacerme el maquillaje. No es mucho, sólo el polvo y el rímel, pero como he dicho, no tengo tiempo. Diablos, no sé si quiera si tengo tiempo para desayunar.
  Me tropiezo por toda la habitación sintiendo que me voy a desmayar porque dormí exactamente dos horas y trece minutos. Me siento tan, tan cansada. Tan cansada que ni siquiera me molesto en apagar la lámpara con la que dormí. Probablemente se fundirá el foco, pero no me importa.
Jalo la pijama y la saco por mi cabeza. Batallo con el sujetador, pero cuando finalmente lo tengo puesto me agacho para buscar mis pantalones de mezclilla en el cajón.
  Otro día sin dormir. Otro día como zombie.
--Cariño, ¿Estás…?
Doy la vuelta para ver a Maggie ahí parada en la puerta y cubro mi pecho con el pantalón dando un gritito.
--Lo siento, lo sientoDice dándose vueltaAunque te he visto desnuda antes. ¿Quién crees que te bañaba?
Puedo notar la broma en su tono y reiría con ella si no estuviera tan cansada.
--Ya bajo.
--Bien.
Maggie cierra la puerta detrás de ella y yo me dejo caer sobre la cama. Me quedo ahí por unos cinco segundos antes de levantarme y meterme el resto de la ropa. Aún sigo ajustando mi blusa roja de tirantes y el delgado sweater (que uso encima para que nadie vea mis cicatrices) cuando bajo las escaleras.
Todos están haciendo sus cosas. Supongo que Marcus ya se fue y no sé dónde esta Nina, pero Maggie ya está haciendo sus cosas. Incluso Ally ya está ahí.
--Te ves horribleMe dice ella, sosteniendo un café en sus manos.
Maggie le reprende, pero yo río.
--TomaMe dice Ally sosteniendo la taza de caféCreo que lo necesitas más que yo.
--Gracias.
En el porche trasero, Nina toca el claxon desde un carro diferente, uno que no reconozco. Agita las manos sobre su cabeza con impaciencia.
--¡Vamos, chicas! ¡Tengo examen a primera hora!
--¿De quién es el carro?Pregunto mientras apuro el café. Quema mi lenguaNo lo había visto antes.
--Es su auto. Es sólo que estaba en reparación. Como todo el tiempoSonríeTiene un don para descomponer autos.
Maggie aparece y nos da bolsas de comida.
--Pónganlo en sus mochilas y no se olviden de comerlo. Lo hice con mucho cariño. Ally, no quiero más llamadas de tus maestros diciendo que te la pasas platicando, ¿De acuerdo?
 Ally sonríe diabólicamente y sale por la puerta, poniendo su mochila rosa en su hombro.
--Y tú, Liv…
Levanto la ceja, esperando que me del aviso.
--Está bienDigo por ellaNo me volveré loca.
Tomo mi mochila y la pongo sobre mi hombro, pero no dejo la taza sobre la madera clara de la isla. Todavía lo necesito.
Maggie parece preocupada por mi comentario.
--Oh, Liv. Eso no fue lo que quería decir. Te iba a decir que te la pasaras bien. Es la escuela, es la etapa más fácil de la vida. Ya después se volverá difícil, pero todo lo que has vivido hasta ahora son recuerdos que atesorarás por el resto de tu vida. Aprovéchalo.
   Hay tantas cosas mal en lo que ha dicho que apenas puedo fingir mi desagrado. Se da cuenta, y se pone pálida.
--Oh, Livie, yo…
--Está bienLe corto mientras oigo a Nina tocar el claxonEntiendo.
La dejo ahí en esa lujosa y bonita cocina, pensando que ha cometido el error más grande. Ha cometido un error, sí. Pero fue al pensar que mi juventud fue lo más fácil de mi vida. No, cuando tenga ochenta años y mire atrás en el pasado, mis mejores años van a hacer los tiempos en que me mataba horas trabajando en un escritorio para poder pagar la luz y el agua, sin ningún arma apuntando cualquier parte de mi cuerpo o una familia que no sabe qué hacer conmigo porque soy el bicho más raro en el mundo de los bichos raros. Una vida aburrida y predecible.
  Eso, es el paraíso.



                                                                  



--Hey. ¿Hay alguien ahí?
Levanto mi cabeza del mesabanco y miro arriba.
Una chica menuda como yo de pelo oscuro como yo. Ahí terminan las posibles similitudes. Ella es alta, muy alta. Probablemente yo le llego al pecho. Tiene unas botas hermosas de tacón que yo nunca me pondría porque me da miedo irme contra el piso. Y es guapa. No es que crea que yo sea fea, pero la última vez que chequé mi pelo seguía igual de delgado, mis ojos un poco demasiado grandes y mis mejillas estaban eternamente rojas. Cosas que me gustaría corregir.
 Pero bueno, había muchas cosas en esta vida que me gustaría corregir.
--Eh. Hola.
La chica sonríe.
--Mi nombre es Aisslin. Soy tu nueva compañera.
Frunzo el ceño.
--¿Compañera?
Ella asiente y señala el pizarrón. Escrito en letras cursivas en rojo estaba el nombre del experimento de química avanzada.
--Supongo que me lo perdí.
Aisslin pone sus cosas en el asiento enseguida de mí y se sienta.
--Todos han escogido su pareja, pero puesto que tú estabas dormida y yo llegué tarde, supongo que estamos juntas.
Le sonrío.
--No me has dicho tu nombreDice Aisslin.
--Oh, claro. Soy Liv.
--No te había visto antes. ¿Eres nueva? Oh, es que fui presidenta estudiantil. Tienes que conocer a todo el mundo y ser amable.
Sonrío.
--Sí. Soy nueva. ¿Entonces eres actualmente presidenta estudiantil?
Sacude la cabeza mientras empieza a anotar las letras en la pizarra. Como no quiero parecer una perdedora frente a alguien tan inteligente, le imito.
--No. Soy como… muy floja. Prefiero ver series como Baby Daddy o así.
Levanto mi cabeza.
--¿Ves Baby Daddy?
--¡Claro! ¿Conoces el TV show?
--¡Si! Amo a la señora WheelerLe digo, sonrienteQuiero decir, todos los personajes son hilarantes, pero la señora Wheeler simplemente se roba el premio.
--¡Ya sé! Aunque personalmente tengo algo con Tucker. Es sólo tan… idiota.
Reímos tan fuerte que el profesor encargado nos manda a callar con una mirada peligrosa y nos pone tarea extra. Sin embargo, Aisslin aún me sonríe e intercambiamos números.
  De acuerdo. Tal vez no es tan malo.
Tal vez no todo ha terminado.



                                                                    
                                                                   



Me caigo del sueño.
--Oye, ¿Estás bien?
No termino de meter el té en mi taza cuando veo a Dan.
--No te ofendas, pero, ¿siempre estás aquí? ¿No tienes una casa a la cual ir?
Hace la maña que he notado de poner sus manos en sus bolsillos y me sonríe.
--No me ofendo. Pero es más divertido molestar a Nina y a Ally. Me gusta estar con ellas.
--Me alegro que mi desaparición al menos haya beneficiado a alguienMurmuro con amargura.
Después es cuando me doy cuenta de lo que he dicho. Después de ver su rostro oscurecerse.
--Oh, carajo. No me hagas caso. No he dormido nada.
--Nadie nunca quiso que esto pasaraDice muy serio.
--Lo sé, lo sé. Lo siento. Soy sólo una inadaptada social. Olvídalo. Lo siento.
Meto finalmente la bolsita de té en mi taza y me doy la vuelta para subir a mi habitación para hacer la tarea extra y luego morir en mi cama. Si puedo. Generalmente cuando esto pasa, no me deja en paz por un tiempo. Es un infierno.
 Paso enfrente de él y entonces él me toma del brazo.
Mi taza cae y se hace añicos en el suelo, el líquido derramándose en el suelo. Y yo, yo me pego contra la pared de un salto, lastimando mi hombro en el acto.
--¿Pero qué crees que haces?Le pregunto en un grito.
Él intenta acercarse a mí pero yo intento retroceder, sólo que topo con pared y mi pie se resbala, llevándome al suelo de golpe. Entonces lo siento: Los afilados pedazos de cerámica pasando por mi piel. Y la sangre, en mis manos. Y en el suelo.
El dolor me hace pensar en todo el dolor físico anterior. De pronto mis muslos y mis muñecas empiezan a doler, de nuevo. Incluso mi quemada y maltratada espalda.
--Dios, Liv. Lo siento tanto. No fue mi intención asustarte. Pensé…pensé…
Miro hacia arriba, hacia su rostro con furia.
--¿Qué? ¿Pensaste que eras el chico que ayudaba a la chica rota en las películas para que superara sus traumas? Por favor, no puedes ser así de ingenuo.
Se queda perplejo.
--Yo… La otra vez, en el tejado…
--Me ayudaste. Pero yo sabía que lo ibas a hacer. No sabía que entonces te sentirías con el derecho de saltar por ahí sobre mí.
Me mira, con arrepentimiento y confusión.
--Pero… parecías manejarlo tan bien. El contacto. Y ahora, te toqué suavemente. Yo…
--Pero aun así me asusta. No puedes ayudarme, Dan. No puedes simplemente borrarlo.
Ahora parece afectado.
--Pero quiero ayudarte. No es justo.
--A veces la vida no es justa.
Tiemblo mientras intento levantarme. Tengo miedo de mirar de nuevo las heridas en mis manos, porque sé que voy a recordar cosas que no quiero recordar.
--Déjame ayudarte.
Agito mi cabeza.
--Puedo hacerlo sola.
--Sé que sí. Pero no puedo quedarme aquí a mirar. Por favor, déjame ayudarte.
Me quedo parada ahí, mirándolo.
--¿Por qué? ¿Por qué eres tan amable conmigo? ¿Por qué haces esto por mí?
--No creo que sea justo. Que hayas pasado por todas las cosas que pasaste. Es una mierda. Tal vez tienen razón sobre mí; Tal vez soy un mujeriego que es un perdedor, como dice Nina, pero… Sé que no es justo. Quiero ayudarte. Quisiera que alguien me ayudase si estuviera en tus zapatos.
--No necesito lástima.
--¡No es lástima! Soy plenamente consciente de que puedes hacerlo sola, pero eso es simplemente una mierda. Déjame acercarme y curar tu mano.
 No estoy segura si lo dejaría acercarse si no fuera porque no puedo ver los cortes en mi mano sin perderlo completamente. La sangre es lo peor. O no sé. En este punto, no sé qué es peor.
--Voy a tocarte, ¿Okey?
Asiento y lucho contra el impulso de salir corriendo. Cuando me toca, la ansiedad se dispara y mi corazón late erráticamente en mi pecho.
--Respira profundo. ¿Dónde están todos?
Respiro aire y contesto:
--En el supermercado.
Asiente y me dirige hacia la cocina. Moja un trapo y limpia mi mano un poco para quitar la sangre suficiente para ver y sacar los vidrios de mi mano.
--¿Te duele?
--Esa es una pregunta estúpida. Claro que duele.
Ríe. Y después, río con el.
Me hace la pregunta:
--¿Es esto tan malo?
--Un poco.
--¿Por qué?
--La ansiedad. El miedo. Me mata.
--Lo siento.
La única razón por la que no le grito es porque sé que no siente lástima, por su tono.
--¿Has pensado en buscar ayuda?
--Tuve un psicólogo. Quería tratar eso del contacto, pero no quería que nadie me tocase.
Sonríe de la manera increíblemente arrogante en la que sabe cómo hacerlo.
--Hasta que yo llegué.
--Eso es porque eres terco como el infierno. Y muy raro.
Reímos juntos y siento un poco de presión abandonar mi pecho.
--Tú eres la que se sienta en una azotea a ver estrellas.
--Son un poco aburridas, si preguntas mi opinión.
--Sí, un poco.
Me quejo por el dolor repentino y me dice que lo siente.
--¿Por qué parece que no has dormido en días?
--Porque no lo he hecho.
Levanta las cejas.
--¿Por qué?
--A veces pasa. Está bien, es normal. Serán sólo como cuatro días.
Levanta la mirada de mi mano hacia mí, sorprendido.
--¿Cuatro días sin dormir? ¿Cómo es eso normal?
Me encojo de hombros.
--Sólo… pasa.
--Al demonio con eso. Es peligroso. Puedes morir. ¡Incluso yo sé eso! Quiero que vayas a dormir ya.
Frunzo el ceño.
--¿Quién te crees que eres para decirme lo que tengo que hacer?
--Soy tu amigo.
Más tarde, recogemos juntos el desastre y él me sigue escaleras arriba. Se queda parado en la puerta a asegurarse de que me meta en la cama, pero le digo que aunque tengo sueño, no puedo dormir.
--¿Pero por qué?
--Hay veces que estoy muy asustada.
--Puedo quedarme contigo hasta que duermas, si quieres.
Dudo, pero al final me acuesto y me tapo hasta la barbilla, viéndolo sentarse en el camino de pasada desde donde estoy.
--Gracias. Sé que soy un desastre. Gracias.
--No eres un desastre.
--No tienes que mentir.
--Sólo estás asustada.
Siento que no voy a ganar esta batalla, así que me limito a agradecerle de nuevo.
Hablamos de todo y nada, y así me doy cuenta de que estuvo en natación tres años, que sus padres están divorciados, que es hijo único pero que tiene una prima que quiere como si fuera su hermana, que ella le hizo dejarla maquillarlo y que su mamá tiene una foto de eso en su computadora como fondo. Reímos un poco hasta que lentamente cierro los ojos y me dejo ahogar por el sueño.


                                                                



Cuando despierto, es por un golpe en mi puerta. Dan ya no está ahí, y es porque ya es de noche. Puedo ver las estrellas brillando por mi ventana.
--¡Pasa!Grito.
Nina asoma su cabeza cuando abre la puerta.
--Oh. ¿Estabas dormida? Lamento molestarte.
--Está bien.
Considero sentarme en la cama, pero estoy tan cansada que me quedo con la cara pegada en la almohada.
--Vine a dejarte estoLevanta una taza en su manoEs té. Dan nos explicó lo que pasó en la tarde y pensé que te haría bien.
Nina lo deja en el buró enseguida de mí.
--Gracias. ¿Nina? ¿Te puedo preguntar algo?
--Claro.
Ella es tan dulce. Éste pensamiento me posee lo suficiente como para palmear el espacio de cama a mi lado, una clara invitación para que se siente junto a mí.
Ella al principio luce en shock, llena de sorpresa, como yo. Y no la culpo. Yo todavía realmente no termino de creérmelo.
Nina reacciona rápido y se sienta a mi lado, dispuesta a tomar lo único que puedo ofrecerle.
--¿Cuál es tu duda?
--Es sobre Dan.
Levanta las cejas. Tomo un respiro.
--¿Estás enamorada de él?
Se queda en blanco. Y luego estalla en risas.
--¿Qué? ¿De Dan? ¿Yo?Ríe de nuevoNo me malinterpretes, quiero al chico. Pero no hay manera de que eso pase en esta vida. ¿Por qué me lo preguntas?
Me encojo de hombros.
--Es una pregunta que he tenido el mente desde el incidente de Tess. Ella dijo que tú estabas siempre con él, y pensé…
--Oh, no. Solo me gusta molestarlo. ¿Esa era tu gran duda?
Niego.
--Una de ellas.
Ella pone sus manos sobre su falda morada y asiente.
--Dispara.
--¿Él es un buen chico?
Ladea la cabeza.
--¿Por qué lo preguntas?
--No sé. Es que siempre es tan amable conmigo y… No me siento cómoda sabiendo que sabe mi historia.
Frunce el ceño.
--¿Qué te preocupa?
--Que le agarre cariño y que al final resulte ser el idiota que me dijo Tess. No quiero que intente jugar conmigo.
--Okey. Mira, Dan… Es un idiota, sí. Pero un buen tipo de idiota. Y él nunca lastimaría a nadie. Así que no tienes nada de qué preocuparte. Sabe sus límites.
Alguien toca la puerta y la cabeza de Maggie sale cuando abre la puerta. Se sorprende cuando ve la poca distancia que nos separa y sonríe, y a mí me preocupa que se haga ilusiones.
--Hola, chicas. Nina, ¿Puedes bajar un momento? Quiero hablar con tu hermana un segundo.
Nina me mira y sonríe mientras se levanta de la cama. Da un beso en la mejilla a Maggie en su camino de salida.
Maggie pasa sus dedos por su cabello castaño ondulado y me sonríe.
--¿Puedo acercarme?
No quiero. Pero tampoco quiero resultar grosera, así que tomo un gran respiro y me siento en la cama, empujándome a mí misma hasta la orilla.
Maggie se sienta en la orilla de la cama. Y la ansiedad crece. Me repito que es mi madre, que ella me ama, que nunca me heriría. Los músculos de mi cuerpo empiezan a relajarse lentamente, pero el estómago me da vueltas.
--No te enojes, ¿De acuerdo?
Dejo escapar el aire de mis pulmones.
--¿Qué pasó ahora?
--Esto de la cosa del contacto, cariño… No está bien.
Atraigo mis piernas a mi pecho y envuelvo mis brazos alrededor.
--Ya lo sé.
Levanta las cejas en sorpresa.
--¿Enserio?
--¿Crees que quiero ser de ésta manera?
Me mira y las comisuras de sus labios van hacia abajo.
--Lo siento, cariño. Yo… Después de lo de esta tarde, te reservaré una cita con alguien que pueda tratar esto.
Abro la boca para replicar, pero no sale nada de mi boca.
--Okey.
Maggie deja escapar el aire dentro de sus pulmones con alivio.
--Dios, pensé que esto iba a ser más difícil.
--Honestamente, yo también.
Nos miramos y reímos. Y eso es como si de pronto hubieran quitado un peso sobre mis hombros. Tengo el impulso de inclinarme hacia ella y recargar mi cabeza en su hombro, pero me detengo.
Ella se levanta después de una última sonrisa y sale de la habitación. Cuando me termino de acomodar en la cama, como dos segundos después, ella vuelve a entrar a la casa agitada.
--Te hice la cita ayer. Vas el viernes. Lo siento.
Nos miramos. Le sonrío un poco para calmarla.
--Gracias.
Sale de nuevo y miro al techo. Me estoy quedando dormida cuando abro los ojos de golpe y miro al techo.
--¡La tarea!



-Sthep Stronger.

jueves, 23 de enero de 2014

Reseña: Divergent, Veronica Roth.

Divergent (Divergent, #1)
Reseña: Divergent.
Veronica Roth.
Primer libro de una trilogía.
Cuatro es mío 
                            Una decisión puede transformarte


En el mundo distópico de Beatrice Prior, la sociedad está dividida en cinco facciones, cada una dedicada a la cultivación de una virtud: Candor (Los honestos), Abnegation (Los desinteresados), Dauntless (Los valientes), Amity (Los pacíficos) y Erudite (Los inteligentes) *
En un día indicado en cada año, todos los adolescentes de diesiséis años deben elegir la facción en la que deberán vivir el resto de sus vidas. Para Beatrice, la decisión está entre quedarse con su familia y ser quién en verdad es. No puede tener ambos.
Así que toma una decisión que sorprende a todos, incluida a sí misma.
Durante la Iniciación altamente competitiva que sigue, Beatrice se llama a sí misma Tris y lucha para descubrir quién son realmente sus amigos, y dónde, exactamente, un romance con a veces un chico fascinante y a veces exasperante encaja en la vida que ha escogido.
Pero Tris también tiene un secreto.
Uno que ha estado manteniendo escondido de todos porque ha sido advertida de que puede sigificar muerte. Y mientras descubre un conflicto creciente que amenaza con revelar su "Sociedad Perfecta", ella descubre que su secreto podía ayudarla a salvar a aquellos que ama... O podría destruirla.

-Yo traduje la sinopsis, puedes tomarla si quieres-
*Como lo leí en inglés (Hurra!) puse los nombres de las facciones que me aprendí. Leí un pedazo del segundo libro en español pero ahora mismo no me acuerdo de los nombres en la traducción al español, así que me van a tener que aguantar.


Érase una vez hace mucho tiempo atrás (Lo que para nosotros sería mucho tiempo en el futuro) unas personas que decidieron que la culpa de la guerra no era, y cito: "Ideas políticas, creencias religiosas, razas o nacionalismo". Decidieron que la culpa de la guerra era, vuelvo a citar: "La culpa de la personalidad de la humanidad".  Entonces ellos se dividieron en facciones para así evitar otra posible guerra. Más o menos la meta era evitar choques de personalidades entre personas diferentes y así evitar disturbios.
Aquellos que culparon la agresión formaron Amity.
Aquellos que culparon la ignorancia se convirtieron en Erudite.
Aquellos que culparon la falta de honestidad crearon Candor.
Aquellos que culparon el egoísmo hicieron Abnegation.
Y aquellos que culparon la cobardía fueron los Dauntless.
(Lo tomé directamente del libro.  Pag 42 y 43 en inglés)

   Y luego, está el título.
Divergente.

(No estoy completamente segura si es un spoiler, así que si lo lees, estás advertido)

"La condición de cada miembro de cada facción es pensar y  actuar de cierta manera. Y la mayoría de las personas lo hacen. Para la mayoría de las personas, no es difícil de aprender, de encontrar un patrón de un pensamiento que funciona y que se quede se esa manera. Pero nuestra mente se mueve en una docena de direcciones diferentes. No podemos ser reducidos a una manera de pensar, y eso asusta a nuestros líderes. Significa que no podemos ser controlados. Y eso significa que no importa que hagan, siempre seremos una causa de problemas para él"

Lo que significa rebeldía. Guerra.Ya me imagino el último libro.
Divergent (Divergent, #1)
Personalmente me gusta
mucho esta portada

      Éste mundo me mantuvo emocionada todo el libro. Yo ya había leído mucho acerca de éste libro antes y quería leerlo pero sólo estaba disponible en España
 (¿Ya les he dicho que envidia tengo de los españoles?), así que tuve que esperar. Cuando quise comprármelo... Estaba agotado. Y justo ese fin de semana fui al otro lado, así que yo estaba toda como:



Es muy bonito cuando compras un libro en otro idioma en una librería grandiosa y resulta que te gustó y no fue un desperdicio ni de dinero ni de energía.

Divergent (Divergent #1)
La francesa. También me
gusta mucho.
 ¿Qué te voy a decir? Me gustó mucho su mundo. Sé que algunos de ustedes están como que "Lo Juegos Del Hambre" o conocieron a personas que dicen eso, pero la cosa es que siempre que ven un libro distópico dicen eso. No todos los libros distópicos son lo mismo. No todos son una copia de Los Juegos Del Hambre. Y Tris no es una copia de Katniss.
Es cierto que Tris es fuerte y valiente, pequeña y subestimada,  y es algo que me ha gustado mucho (Lo de valiente y fuerte) , pero ahí termina.
¿Y Cuatro?
Tú simplemente no puedes en este mundo compararlo con Peeta ni tampoco en otro mundo. Al principio no estaba segura si me gustaba Cuatro. Quiero decir, me peleaba por él con mis amigas sólo porque quería molestarlas, pero al principio ciertamente no estaba segura. Era tan... rígido (Ja, ja. Ironías de la vida, ¿Verdad?... Aunque me parece que en español lo tradujeron como Estirado... Tú ríete conmigo). Tan... entrenador. Y era el espécimen menos romántico en el mundo literario. Creo que lo más que le dijo la primera mitad fue algo así de "Eres muy valiente". Luego pasó al "Eres una idiota, Tris".
Y después me puse a fangirlear cuando... le dio un beso en la frente. Debieron verme. Estaba tan emocionada que era ridículo.
  Pero ahora que lo he terminado estoy aquí para decirles que se aparten, guapetonas, porque es mío.

Divergente 1 (GD FORMAT THRIL) (French Edition)
Yo sé que les acabo de dar
el sermón de Los Juegos Del
Hambre, pero les juro que esa
se parece a Katniss
¿Pelo castaño? ¿Trenza?
Tris era rubia y se hacía
chongos

.
Sé que algunos de ustedes no quieren escuchar sobre Cuatro y yo, y nuestra larga relación de dos días, así que voy a pasar a la acción que trae consigo la facción que Tris ha escogido. Y soy tan genial que voy a describirlo en un gif.

No es que fuera algo en sí sorprendente, sus pruebas, es que simplemente no pensé que eso fuera lo que tendría que pasar. Cuando estaba leyendo, yo estaba como "No hay manera de que hagan eso, ¿Verdad?". Pero lo hicieron. Saltar de trenes en movimiento, saltar de un edificio, enfrentar sus miedos en esa maquinita.
En lo que a mí respecta me sorprendió. Creo que tiene que ver con el hecho de que no sabía absolutamente nada de que esperar. Nada.
 Ahora, tengo que hacerles una pregunta que yo no he podido responderme a mi misma: Si tú pudieras escoger una facción... ¿Cuál elegirías? ¿Qué eres? Sé que me van a contestar Divergente, pero si en verdad, en verdad tuvieras qué elegir... ¿Cuál sería?
Personalmente creo que elegiría Amity, porque no tengo nada de inteligente, ni valiente, ni de desinteresada (O al menos no en la manera en que ellos lo tienen. El universo sabe que vivir en Abnegation es una tortura) y, no tengo nada pero absolutamente nada de honesta. No puedo. Así que pensé que elegiría Amity porque, a pesar de que no puedes insultar a nadie (Y yo como que digo muchas malas palabras), es lo más adaptado a mí. Sólo no soportan la agresión.

 Ya me voy, pero antes quiero compartirles algo que me gustó mucho y que con lo que actualmente estoy obsesionada:

   "Creemos en actos ordinarios de valentía; En el coraje  que conduce a una persona a levantarse por otra".
Dime que no es hermoso.


-Sthep :D
(Espero que mis pensamientos no hayan quedado muy dispersos, porque no supe como acomodarlos. Todos simplemente se me amontonaron y me hice bolas)



miércoles, 22 de enero de 2014

Red Thread. Chapter VII



Hoy era de ésas veces en las que deseaba ser aprueba de balas.
Cada mirada de mamá cuando me encontraba con ella, era como recibir una bala, de ésas balas que duelen y lastiman pero desgraciadamente no matan.
Papá era más sutil, sabía esconder demasiado bien su enojo conmigo, pero yo sabía que estaba ahí. Sus balas eran mas poderosas, pues eran silenciosas, rápidas y como consecuente, dolían más.
Luca se sentía muy culpable por el comportamiento que estaban teniendo mis papás conmigo, pero él no podía hacer nada, porque el comportamiento de ellos era, según ellos, justificable.
Habían pasado 5 días y nada cambiaba, todo era igual.
Hoy no había bajado a desayunar, a comer, ni siquiera a cenar. Prefería morirme de hambre a soportar una mirada o un comentario mas.
Estaba leyendo un libro que contenía algunas recopilaciones de fabulas que papá me había regalado cuando cumplí los 10 años, cuando la puerta de abrió y mamá asomó la cabeza tímidamente.
Dejé el libro a un lado crucé las piernas para sentarme sobre ellas y la miré mientras se acercaba.
-¿No vienes a cenar?-preguntó mamá.
Negué con la cabeza mientras posaba mi mirada en la taza de café que estaba en el suelo desde hace 3 días.
Mamá suspiró y se sentó en el sillón, cruzando sus piernas.
-Sienna, yo...-comenzó mamá pero la interrumpí, ya harta.
-Mamá, ya tengo claro que la culpa siempre la tendré yo. Es obvio que si Luca hubiera estado en mi lugar ustedes hubieran dicho que lo que hizo el era lo correcto, pero en cambio yo soy una chiquilla inmadura que...
-¡CÁLLATE!- me gritó mamá antes que pudiera seguir.
Me quedé con los ojos bien abiertos del asombro. No dije nada, ni ella, solo nos limitamos a vernos a los ojos, ninguna apartó la vista. Si yo la apartaba significaría sumisión, tal y como sucedía con cualquier animal tales como los perros.
-¿Sabes que te quiero mucho, verdad?- dijo mamá después de un rato.
Asentí tímidamente, todavía sin apartar mi mirada de la de ella.
-Lo siento mucho, no quería hacerte sentir mal por mi regaño. Estoy consciente del hecho que me estoy disculpando muy tarde, pero es mejor tarde que nunca, ¿no es cierto?
Me encogí de hombros restándole importancia.
Mamá suspiró.
-Mira, lamento haberte hablado así y echarte la culpa, papá también se siente muy mal por haberte tratado así, ahora sabemos que estabas preocupada y no pensaste en lo demás... ¿Me perdonarías?
-Diablos mamá, salí de ti, sería una estupidez no perdonar algo como ésto.
Mamá sonrió, para luego levantarse del sillón y abrazarme con todas sus fuerzas.
Amaba realmente como olía mamá, siempre a una combinación de canela, fresias y pintura. Ella nunca necesitó comprar perfume, su olor siempre me recordaba a mi niñez.
-¿Ahora si quieres cenar?- me preguntó con una ceja alzada después de terminar de abrazarme.
Negué con la cabeza.
-Sabes que odio dejar un libro a medias, así que no, gracias. Tal vez mas tarde baje a la cocina por una manzana o algo ligero.- sonreí.
Mamá suspiró y asintió.
-Hay sándwiches de queso en el horno.
Caminó hacia la salida y antes de salir volteó hacia mí.
-Te quiero, hija.
Sonreí.
-Yo más, má
Ella sonrió como solo las mamás saben y salió del cuarto, dándome privacidad.
Un cuarto de hora después, mi estómago rugía como monstruo, no lograba concentrarme en la lectura por el hambre que yo tenía.
Suspiré, sabía que no podía aplazar mas ésto, así que dejé el libro en la cama, abierto en donde me había quedado y cuando estaba a punto de tomar el cerrojo de la puerta, mi teléfono sonó.
Sonreí abiertamente.
Por fin se había dignado a funcionar.
Rápido lo tomé y contesté algo extrañada, ya que el número era desconocido.
-¿Hola?
Hubo un carraspeo al otro lado y yo sonreí.
-Sí, umm, ¿se encuentra Sienna?- dijo la voz que claramente era de Ian.
Por un momento me extrañó que me hablara, hasta que me di cuenta de algo. ¡ERA MARTES! Quise gritar, patalear y echarme a llorar en el piso, lo había olvidado completamente.
-Ella habla, ¿eres tú, Ian?
Se escuchó una sonrisa.
-Hola, Sienna, ¿como estás?
-Bien, ¿y tú?
-Bien... Oye, mm, estoy afuera de tu casa. ¿Sabes? Vengo por ti, ya sabes, lo de la salida y éso... Espero que no se te haya olvidado.
Antes de que terminara la oración yo ya estaba bajando las escaleras, hasta que recordé que traía mi piyama, que consistía en una blusa sin tirantes de color rosa y unos pantalones cortos de franela de color café que apenas cubrían mi trasero.
Abrí la puerta de la entrada y me lo encontré de espaldas, recargado en su Jeep.
-Voltea.- dije despacito.
El volteó, tal y como le ordené. Posó su mirada en mi y sonrió.
Caminó hacia mi y cuando ya llegó a donde yo estaba, él arqueó una ceja.
-No sabía que sería una salida de piyamas, me hubieras dicho y me hubiera cambiado.- dijo mirando su ropa.
Traía puesta una camisa blanca con cuello en "v" que se pegaba en su pecho y marcaba su trabajado, pero no tan musculoso abdomen. Arriba de ésta traía una camisa azul a cuadros de manga corta y todavía, arriba de la camisa azul, un chaleco negro que le quedaba de muerte. Sus jeans estaban rotos y deslavados, junto a sus converse negros y un lindo sombrero negro en su cabeza.
Estaba a punto de ponerme a babear, cuando me acordé de mi piyama.
Me sonrojé furiosamente.
-Bueno, me quedé dormida y me despertó el timbre del teléfono. Pero, no te preocupes, me cambiaré.- dije seriamente, mintiendo descaradamente.
El se rió.
-No hace falta.- dijo mirándome de arriba a abajo, lascivamente.
-Idiota.
Se rió todavía mas fuerte.
-Venga, pasa y espera un rato, para tu mala suerte si me cambiaré de ropa.
Y para mi mala suerte, Luca salió de su escondite y miró a Ian divertido.
Lo miré suplicante, pidiéndole que no le hiciera nada.
-Ian, él es Luca mi hermano. Luca, el es Ian un amigo.- dije presentándolos rápidamente.- Háganse amigos, lo que sea. Iré arriba a cambiarme, en un segundo bajo.
Ian asintió y a Luca se le vió una mirada maliciosa.
Suspiré y subí rápidamente las escaleras. Cuando llegué a mi habitación, me frustré, si me hubiera acordado de la cita/no cita hubiera preparado mi ropa y no andaría por todo mi armario buscando que maldito trozo de tela ponerme.
Me resigné y tomé lo primero que encontré.
Me puse una camisa vieja de papá que había encontrado mientras desempacábamos la ropa de Led-Zeppelin, le hice un nudo abajo, al lado derecho para que me quedara al cuerpo. Encima me puse una blazer negra y unos shorts igualmente negros, junto a unos converse viejos de color rojo.
Solté la trenza que traía en mi cabello y lo cepillé, dejándolo caer en ondas, hacia un lado.
No hice mucho con mi cara, puse una capa de mascara para ojos y me pinté los labios de rojo, poniéndole una pequeña capa de brillo labial.
Ya que no había nada mas que pudiera mejorar mi aspecto zombie, tomé mi inseparable mochila negra y guardé todo lo necesario, para después bajar.
-Entonces, ¿eres su novio?- preguntaron abajo.
Mierda. Corrí escalera abajo y me encontré con mis papás y Luca, sentados alrededor de Ian.
El solo sonreía amablemente.
-Carajo, ¿pueden dejarlo en paz?- dije fuerte, y los cuatro voltearon a verme.
Papá me miró.
-¿A dónde vas?
Me encogí de hombros.
-Yo qué sé.
Ian se levantó y se puso a mi lado, ya que llegué a la puerta de entrada.
-Mucho cuidado, hija.- dijo papá, serio.
Sonreí.
-Seguro.- dije.
Papá miró a Ian con advertencia y yo casi puse los ojos en blanco. Casi.
Ya que nos subimos al carro, lo miré.
-¿Qué pasa?
-¿Qué te dijeron papá y Luca?
El se rió.
-Creen que somos novios, éso es todo.
Sonreí mirando al frente.
-Que entrometidos.
El se encogió de hombros.
-Así son los papás.
Asentí.
Al rato, como no supe a dónde íbamos, decidí preguntar.
-A un lugar hermoso, es mi favorito.- dijo mientras que entraba por un camino de tierra.
-¿Estás seguro que no eres un violador o un secuestrador?- pregunté burlesca.
El sonrió mientras estacionaba el carro en una área despejada.
Él se bajó del carro, y antes que yo pudiera hacer nada, me abrió la puerta como un caballero. Le sonreí con gratitud.
-Seguiremos el sendero, ven.- dijo mientras intentaba tomar mi mano.
No quería hacerme la fácil, por lo que alejé mi mano de la de él disimuladamente y comencé a hablar de un árbol que tenía forma extraña.
Al ser las 7 de la tarde, el sol todavía seguía fuerte y no daba señales de querer meterse, por lo que seguir el sendero fue demasiado fácil. A los lados del sendero había cientos de flores silvestres blancas,tantas, que se perdía la mirada a lo lejos.
Al cabo de unos minutos llegamos a un pequeño claro rodeado de grandes árboles.
-La puesta de sol aquí es hermosa, hace que todo sea especial.- dijo Ian, mientras yo observaba todo.
Ahí, había una manta a cuadros, Ian me condujo a ella y ambos acostamos mirando hacia arriba, al cielo.
La luz filtraba las hojas de los árboles, haciendo una vista preciosa.
-Me gusta como la luz atraviesa los árboles.- comenté después de un rato.
-Aquí me gusta venir a pensar, a estudiar, a relajarme un poco. Todo es tan... natural, es cómodo estar aquí, además que no hay recepción de teléfono. El lugar es perfecto cuando no quieres que nadie te moleste.
-Un sitio perfecto para  matar a una persona...- comenté, todavía viendo hacia arriba.
Ian se rió.
-¿Todavía no confías en mi?- preguntó divertido.
Bufé.
-¿Crees que estaría aquí, sola contigo, en un lugar en dónde los dos sabemos perfectamente que nadie me encontraría, si no confiara en tí?
El se volteó para verme, con el codo en el piso y su mano sosteniendo su cabeza.
Traté de no mirarlo, pero fallé, terminé mirándolo de reojo, el me miraba, sonriendo.
-Así que... ¿Ésto es lo que haces?- pregunté.
-¿Qué cosa?
-Ya sabes, traer a la chica a un lugar que tu dices que es especial para ti y todo éso, para que al final de la noche caiga a tus pies.
El negó con la cabeza, serio.
-No, eres la primera persona a la que traigo aquí. Si trajera a todas las chicas con las que he estado, éste sitio ya no sería especial para mi, porque estaría lleno de chicas buscando uno de mis codiciados besos.
Me mordí el labio tratando de contener una risotada.
-Eres todo un idiota.- dije, pero luego lo miré.- Un idiota muy dulce, debo destacar.
-¡Wow! La chica dura a disfrazado un insulto con un lindo comentario, me siento halagado.
Le pegué, como pude, en el brazo.
-No soy una chica dura.- dije algo molesta.- Tenías que arruinar el momento.
El pegó una risotada.
-Sabes que era una broma, vamos, no te enojes.
Fruncí el ceño y miré al cielo de nuevo, ignorándolo.
De repente, Ian estaba haciéndome cosquillas, yo me retorcía mientras gritaba y lloraba de risa.
-No me hagas reír cuando estoy enojada.- dije cuando Ian paró.
-¿Todavía estás enojada? Porque puedo seguir.- dijo con una sonrisa maliciosa.
Negué con la cabeza rápidamente.
-No, ya estoy bien.
El resto de la tarde, o lo que quedaba de ella, estuvimos acostados hablando de cosas sin importancia, riéndonos de cualquier tontería y haciéndonos bromas. Era demasiado fácil estar con él, no necesitaba fingir algo que no soy con el para que yo le gustara.
El sol comenzó a ocultarse e Ian tenía razón, aquí la puesta de sol era increíble, nunca en mi vida había visto algo tan hermoso como lo que estaba viendo en estos momentos.
El cielo tenía matices rojizos, naranjas y rosas. Todo era tan perfecto.
-Esto es perfecto.- dije.- Gracias por traerme aquí.
Tomé su mano y la apreté. Él la apretó de regreso.
Con ése simple toque, mi corazón comenzó a latir a mil por hora.
-¿En dónde trabajas?- le pregunté.
-Sonará muy soso, pero trabajo en una tienda de música en donde hay puros discos de vinilo.
Me levanté de golpe, con los ojos muy abiertos y lo miré.
-No inventes!- exclamé.
El sonrió y también se levantó.
-Lo digo enserio, y pesar que ya no hacen más tocadiscos, la tienda siempre se encuentra llena.
-¿Está en el pueblo?
El negó con la cabeza.
-En la ciudad.
Hice un mohín.
-Tienes un trabajo perfecto, debo decir. Me encanta la música, tanto, que soy de ésas raras que tienen un tocadiscos en su habitación. Pero es triste que esté en la ciudad.
-Tenemos una cosa en común, no tengo un tocadiscos, pero disfruto mucho de la música.- sonrió orgulloso.- En mis tiempos libres doy clases de guitarra en el garage de mi casa.- terminó, contando de casualidad.
-¿Sabes tocar la guitarra?- pregunté emocionada y algo escéptica.
Asintió.
-Wow, y aparte cantas...Un día deberías llevarme una serenata.-dije medio bromeando.
-Claro, cantaré Poison Heart.- dijo riéndose de su mal chiste*.
Puse los ojos en blanco y le pegué un golpecito en el hombro.
Él se tiró al suelo, haciendo una cara de dolor.
Me reí por el teatro que estaba montando. Ian se unió a mi y rápido nos dio un ataque de risa.
-Dios, mi estómago duele.- dije entre risas.
Ian, dejó de reír y miró hacia el cielo.
-Oscureció no sé desde cuando y todavía estamos aquí.- dijo algo preocupado.
-Oh, vamos. Confío en ti y todo éso. Relájate.
El se paró y me miró desde arriba, negando con la cabeza.
-Vamos, levántate.-dijo mientras extendía su mano hacia mí.
La tomé y él me ayudó a levantarme con facilidad.
Le di las gracias con la mirada.
Caminamos por el sendero en un sepulcral silencio, ambos mirábamos lados opuestos, yo miraba la Luna, que se veía mejor que nunca. Distraídamente miré a Ian y como no queriendo la cosa, lo empujé suavemente con mi hombro.
El me volteó a ver y sonrió.
-Vaya, no puedo tener 5 minutos de silencio contigo.- dijo con tono bromista.
Puse los ojos en blanco mientras cruzaba los brazos.
-Bueno, los silencios me resultan incómodos en la primera cita, así que..-comencé a decir pero Ian me interrumpió rápidamente.
-Perdón pero, ¿ésta fue una cita?
Y ahí mi trabajada autoestima cayó a los suelos, pero rápidamente la levanté. Malditos sean los hombres y su poca sutileza.
¿Qué clase de persona te lleva a "su lugar especial" a donde no a llevado a nadie, para ver la hermosa puesta de sol y luego decirte que éso no era una maldita cita?
Quería ahorcarlo. Oye, está bien, soy grosera y un poco masculina, pero soy una jodida chica, también tengo sentimientos y esto CLARAMENTE era una maldita cita.
-Perdón pero, ¿no fue una cita?-ataqué.
-No, yo pienso que no.
Lo sabía, era claramente una ci... Espera, ¿qué?
-¡Pensé que eras un lindo caballero, pero no eres mas que un sapo!- le grité mientras caminaba, casi trotaba siguiendo el sendero.
Una cosa si sabía, no me iría con él en su carro, o no, claro que no.
Llena de rabia lo dejé atrás mientras caminaba por la oscuridad, cuando algo se cruzó en mi camino y yo me tropecé con éso.
Chillé de dolor, pues algo se me había encajado en las rodillas, posiblemente una piedra o algo. Maldije el momento en donde decidí ponerme shorts, si me hubiera puesto pantalón la tela me hubiera protegido mas de los raspones, pero ya con shorts, no había nada que hacer.
Mis manos también dolían, al igual que mi mejilla, ya que me resbalé digno de película, hacia enfrente y con todo el cuerpo en el suelo. Posiblemente tendría un feo raspón en la mejilla y varios moretones en la quijada.
Quizá parecía un estúpido monstruo.
-Oh diablos.-masculló Ian

*Poison Heart habla sobre un corazón venenoso, ahí, Ian hace alusión a la forma de ser de Sienna.

-LizzieG

lunes, 20 de enero de 2014

Taken. Capítulo 6.

Time away on the rooftop | via Tumblr
Taken. Capítulo 6. "La promesa"


--Has estado dos días aquí y estás a punto de irte, y todavía no me has dicho gran cosa.
Lamo mi paleta helada mientras sonrío y estiro mis piernas sobre las suyas. Tal vez no soporto el contacto con el resto de los seres humanos en el universo, pero con personas especiales, personas en las que confío, con esas personas, siempre estoy encima. Como ahora, con Jay sentado en un extremo del sofá y yo acostada, con mis pies sobre su regazo.
--Pero si te he contado todo. La cosa de Tess, los Carrington…
Salta, incluso sentado en el sillón.
--¡Pero quiero que me hables del chico No lo dices enserio!
--¿Qué? ¿Así lo llamas ahora?
Asiente, con una sonrisa.
--Su nombre es Dan.
--¿Dan? ¿El novio de Tess? ¿El amigo de Nina?
--Sí. Y no hay absolutamente nada qué hablar de él.
--¿Nada?
--Nada.
--¿Al menos te gustó?
--¡No! ¡Ya déjame en paz!
Le tiro a la cabeza una almohada pequeña del sofá. Le doy en la cabeza y ríe, pasándose los dedos por su cabello negro. Él es muy guapo, y ese chico Evan perdió a alguien tan especial y leal como Jay. Perdedor.
--Sólo digo que ahora tienes diecisiete y es súper raro que no hayas tenido ninguna relación. Las personas de diecisiete años hacen eso.
--Que tú tengas diecisiete y hayas tenido montones de flirteos no significa que yo… ¡Oye, tenemos la misma edad! Qué raro.
Sonríe.
--Es sólo que no quiero que lo que te pasó interfiera. Quiero que te consigas a alguien que te haga feliz.
--¿Para qué? Te tengo a ti.
Sonríe.
--Enserio, Liv: ¡Soy gay!
Río y le toco la cara con los dedos de los pies. Me da un manotazo y finge estar molesto por un segundo, pero entonces su sonrisa gana.
--Apenas puedo tocar a personas sin volverme locaLe digo volviendo al tema.
--Puedes tocarme a mí y a Lauren, y todos esos secuaces de abogados y detectives o lo que sea que sean.
--Pero sólo porque confío en ellos.
--¡Pues confía en alguien más!
--¡No es como si fuera algo que pudiera dar así como así! Además, ¿Ese chico, Dan? Él es un mujeriego. ¡Lo dijo el mismo! ¿Crees que voy a confiar en alguien que cambia de chica como tú cambias de palabras semanales?
Suspira.
--Bien, pero si terminas sola con docenas de gatos, ni me mires. No voy a ir a tu casa con helado y The Notebook para hablar de cómo los chicos dan asco y consolarte. Okey, igual sí, pero no es justo.
Toma mi paleta helada de mis manos y mete la mitad en su boca.
--¡Oye!


                                                                   



--Como ahora tengo diecisiete años, ¿Puedo tomar un poco de tu whiskey?Le pregunto a Lauren esa noche, cuando me arropa. Sé que soy mayor y todo eso, pero me gusta.
Me hace sentir a salvo.
--Ni siquiera lo pienses, señorita. Y si me entero de que andas por ahí tomando, ya verás cómo te va.
Sonrío, porque es exactamente lo que pensé que diría. Extrañé su manera  estricta de educarme: No nada antes de lo los dieciocho. A penas me deja usar rímel. Todo lo contrario a Maggie, quién me compró todo un estuche con cosas que no sé usar.
--Okey.
--Bien. Ahora descansa porque mañana tienes que levantarte temprano.
Ella se levanta y cierro los ojos. Tengo sueño, y caigo dormida enseguida, pero antes de dejar que el sueño me tomase por completo, le escucho decir:
--Te amo.
Y antes de que se de la vuelta, susurro:
--Te amo más.
No estoy segura de si me escuchó. Caigo dormida completamente.
No tengo pesadillas esa noche.



                                                                   
 



Maggie y Marcus me estaban esperando en la estación de tren. Me sonrieron, y en sus ojos vi que no les importaba lo que había pasado días atrás. Me sentí más cómoda, pero aún en blanco acerca de cómo reaccionar con ellos.
Me sentía como una niña con padres divorciados.
--Te extrañábamos, LivieMe dice Marcus con una sonrisa tranquila pero honesta.
Maggie, en cambio, está saltando de emoción a un lado.
--¡Me alegro tanto de que hayas vuelto, cielo! ¿Te estrenaste la ropa que te compré?
Sonrío un poco.
--No toda.
Y no estoy mintiendo. Empecé a hacerlo, pero no pasé de la tercera prenda, porque aunque la ropa era muy bonita, no podía usarla por tantos motivos. Uno de ellos era Lauren, con sus maneras conservadoras. Le hubiera dado un ataque. Pero la principal razón por qué no puedo usar ninguna de esa ropa es por mi cuerpo marcado. Hay marcas de cuchillos y vidrios en mis muñecas y muslos, pero el resto de mi cuerpo no estaba intacto. Había algunas quemaduras en mi espalda que estaban más oscuras que el resto de mi piel, o las más graves, en dónde la piel estaba levantada y aún roja, a pesar de todo este tiempo. Se podría decir que lo único que se salvó fueron mis piernas (No tanto, pero las cicatrices eran mi culpa, de veces que me caí intentando correr) y mi cara.
Entonces recuerdo su voz, ordenándoles que no me dañaran el rostro. “Tiene una cara bonita”, dijo, “No se la toquen”.
 Me estremezco.
--¿Estás bien, Liv?Pregunta Marcus.
Asiento y medio sonrío.
--Perfecta.


                                                            
 




--¡Hola!Nina trota hacia la puerta de entrada dónde estoy y se abalanza, a punto de abrazarme. Retrocedo y ella frena a tiempo.
Me da una sonrisa tímida y se encoje de hombros.
--Lo siento. ¿Tuviste buen viaje?
Sonrío.
--Claro.
--¡Allison, ven a saludar a tu hermana!Grita Marcus, dejando su saco en el armario enseguida de la puerta de entrada.
--¿Ya llegó?Responde.
Entonces sale de la cocina con un traste enorme de palomitas, y detrás de ella sale Dan, con su sonrisa de playboy. Ally se acerca, pero no lo suficiente, lo cual aprecio. Me sonríe y me saluda con un saludo en la mano.
--Eh, Liv. ¿Nos extrañaste?--Pregunta Dan.
Nina va a su lado y le da un manotazo en el hombro.
--Deja de acosar, acosador.
Suelta una carcajada, toma un puño de palomitas del traste verde y se sienta en el sillón. Ally se sienta a su lado y me mira:
--¿Ya viste Thor?
--Ya vi todas.
Dan se da la vuelta y me mira. Sonríe.
--¿Quién es tu personaje favorito?
--Aunque no tenga su propia película, creo que la Viuda Negra es bastante genial. En segundo lugar, Iron Man. Más por su humor, pero está bien.
Él bufa.
--¿Por qué todas dicen Iron Man? Thor es indestructible.
Marcus sonríe y rueda los ojos. Se va hacia la cocina murmurando algo de un café.
--Thor está buenísimoComenta Ally.
Dan le frunce el ceño y yo río.
--Es cierto.
Me frunce el ceño a mí, pero antes de hacer algún comentario la voz de Maggie atrapa mi atención.
--Liv, ¿Me acompañas a la cocina?
Me confunde que parezca un poco nerviosa, pero asiento de cualquier manera.
--Claro.
En la cocina, Marcus prepara su café y cuando entramos nos mira y esa chispa de felicidad aparece en sus ojos. Es tan fuerte que me abruma.
--Tenemos que decirleDice Maggie, jugueteando con su blusa rosada.
La mirada feliz y cálida desaparece.
Qué mierda.
--¿Decirme qué?
Maggie muerde su labio y luego me lo dice.
--Estábamos preocupados por ti. Pusimos una orden de alejamiento.
--¿Ustedes hicieron qué?
Estoy estupefacta.
Marcus suspira y enrolla las mangas de su camisa hacia arriba.
--No es mucho como una orden de alejamiento. Sólo está prohibido cualquier medio de comunicación, puesto que van en la misma escuela.
La rabia fluye lentamente por mis venas, pero eso no quiere decir que no queme como el infierno.
--¿Ustedes pusieron una orden de alejamiento contra Tess?Casi grito.
--No te enojesPide Marcus.
--¿Qué no me enoje? ¡No tenían derecho!
--Claro que lo tenemos, somos tus padres.
--Puedo cuidarme sola.
--¡Ese es el punto de todo esto!Suplica Maggie--¡Ya tienes que hacerlo nunca más! ¡Estamos para protegerte!
Suspiro hondo, pero eso no me tranquiliza.
--Sé que quieren hacerlo y lo aprecio, pero necesito que entiendan que a pesar de todo no soy frágil. No pueden tratarme como si estuviera hecha de cristal. No voy a derrumbarme.
Se quedan callados, tan frustrados como yo.
--Ahora, ¿Hay alguna manera de deshacer todo esto?
--Claro, pero va a tomar tiempo. Haré lo mejor que puedaDice él en un murmuro.
Asiento, mirando al suelo.
--Yo… ¿Pueden dejarme sola?
Dudan un momento, pero finalmente dejan la cocina. Y yo aún estoy enojada.
Me paro en puntillas y busco en la alacena. Finalmente encuentro un paquete de galletas y lo pongo en la isla frente a mí. Empiezo a rasgar el paquete cuando escucho su voz:
--Si tienes hambre, iba a preguntar a las chicas si querían salir a cenar. ¿Por qué no esperas a ver qué dicen?
Finalmente rasgo el paquete y meto media galleta en mi boca.
--No tengo hambre.
Pongo las manos en la encimera y me recargo mientras mastico.
--¿Segura?
Dan tiene levantada una ceja y señala el paquete.
--Mi psicólogo dice que cuando esté furiosa me ocupe haciendo algo más. Así que en su mayoría, como. O voy a correr. Pero eso del ejercicio no es mucho lo míoExplicoQuiero decir, el tipo es un poco molesto, pero oye, sabe lo que hace.
Meto el resto de la galleta a la boca y lo miro.
--Siento lo de Tess.
Espero a tragar para reclamarle:
--¿Por qué te disculpas? No fuiste tú quien me pegó un puñetazo.
Levanta la ceja en sorpresa.
--¿Te pegó un puñetazo?
Meto otra media galleta en mi boca.
--Voy a acercarme, ¿Está bien?
Asiento y retrocedo unos pasos para que él pueda avanzar. Me pone nerviosa, pero mantengo la calma.
--Sé que no quieres que lo diga, pero enserio lo siento. Rompí con ella.
Me encojo de hombros.
--Todos pudimos oírlos allá afueraComentaY lo de la orden de alejamiento apesta.
--Lo sé, ¿No? Estuve aquí tres días e hice un desastre.
Sonríe.
--¿Qué tal esto? Hay una fiesta esta noche en casa de un amigo, podríamos ir, nosotros cuatro.
Dudo.
--Humm… No creo.
--¿Por qué?
--No sé si te has dado cuenta, pero como que tengo muchos problemas.
--¿Te refieres a lo del contacto?
--Ajá. Además nunca he ido a una fiesta.
Levanta una ceja y guarda sus manos en sus bolsillos.
--¿Nunca?
--No.
Suspira.
--¿Qué?
--Tenemos mucho que enseñarte. ¡Nina, Ally! ¡Nos vamos de fiesta esta noche, así que pónganse guapas! Me miraDéjame ver tu ropa.



                                                                      



Salgo del baño del cuarto de Nina y me veo en el espejo enorme que tiene.
--No es posible.
Puedo dejar pasar la falda azul marino brillante que me había comprado Maggie, porque las pequeñas cicatrices en mis piernas son blancas y no se ven mucho, pero no puedo dejar pasar la pequeña y ligera blusa blanca que me prestó Ally. No se ve mucho de mi espalda, sólo los hombros, pero aun así. No es como si mis hombros hubieran salido ilesos.
--Quiero otra blusaDeclaro.
--Creo que te ves bienDice Dan.
Al principio me sorprendía que él tuviera permiso de estar en las habitaciones con las chicas conociendo a Marcus (O al menos lo poco que lo conozco), pero Dan ha estado mucho tiempo rondando con las chicas… y además las puertas siempre tienen  que estar abiertas.
--Es cierto. ¿Cuál es el problema?Pregunta Ally, acostada en la cama, aun comiendo palomitas.
Quiero enseñarles mis heridas para que puedan comprender, pero tampoco quiero que piensen que soy un bicho raro. O al menos no quiero que piensen que soy más bicho raro.
  Así que en vez de girarme y apartar mi largo pelo negro para que pudieran entender, bajo mi vista al suelo y farfullo:
--Sólo quiero otra blusa.
Nina asiente y  se levanta para revisar en su armario, y cuando lo hace, su pequeño vestido negro resplandece. Saca una blusa negra manga larga.
--¿Esta te vale?
Asiento y la tomo. Me queda ajustada, y cuando salgo y me veo en el espejo, por primera vez me siento contenta con lo que veo. La blusa se me ajusta y hace que se me vea más busto de lo que realmente tengo, y la falda abraza las curvas que no sabía que tenía.
Me siento bonita.
--Yo tengo zapatillas negras. Espero que te quedenDice Ally, levantándose de la cama y entrando en la habitación de enfrente.
--¿Por qué nunca habías ido a una fiesta antes?Me pregunta Nina mientras me hace señas para que me siente en su tocador.
Me encojo de hombros mientras miro a Dan estirándose en el colchón y enviando mensajes.
--No soy muy buena relacionándome con las personas.
Creo que se da cuenta de que va por un camino que no quiero ir, así que en vez de seguir mira en el espejo frente a nosotras y me mira.
--¿Puedo…? ¿Puedo peinarte?
Me congelo por un segundo.
--Está bien.
En verdad no estoy segura de eso, pero se ve tan contenta con mi respuesta que la dejo. Ella empieza a tomar mi cabello  y cepillarlo, y eso me recuerda a Lauren así que me tranquilizo, pero entonces quita un mechón de cabello de mi rostro y sus dedos tocan mi mejilla.
“Tienes una cara muy bonita, ¿Sabías? Muy bonita para desperdiciarla”
Doy un respingo y me alejo.
--No, espera. Mejor no. No.
Nina se aleja con preocupación en sus ojos y Dan aparta la vista de su celular. Y me sonríe.
--Te ves bien. ¿Lista para ir de fiesta? ¿Alguna vez has tomado?
Sí, lo he hecho. Una vez, con Jay, cuando sus padres le habían echado bronca por ser gay y todo eso, así que nos reunimos en el techo de su casa y tomamos whiskey con soda de lima. Sabía más a soda que a whiskey, pero bebimos tanto que me emborraché y cuando llegué a casa Lauren me castigó hasta que cumpliera los ochenta años. Creo que aún sigo castigada.
--Claro. No me fue muy bien.
Aún sigo sonriendo cuando Ally entra con unos tacones en cada mano. Me tiende unos, negros con brillitos.
--Mídetelos.
Los tomo y miro el tacón.
--No hay manera de que use esto. Nunca he usado tacones.
--Le digo que hay tantas cosas que necesita que le enseñemosDice Dan antes de que su celular suene de nuevo.
--¿Y tú con quién te mensajeas?Le dice Nina mientras se sienta a su lado y Ally me tiende los otros zapatos con tamaño de tacón considerable.
Le murmuro un “gracias” y ella me sonríe.
--Cuando quieras.
--Se llama Lindy. Es una rubia muy mona que conocí. Voy a verla en la fiesta ahora. ¿Quién es el rey?Se pavonea.
--Eres un playboy. Ni siquiera te tomaste un respiro para superar a Tess.
Él frunce el ceño.
--Quería a Tess, pero…
Ruedo los ojos.
--Pero está locaTermino por él mientras abrocho las correas de los tacones.
Me mira y sonríe.
--Algo así. Ahora levántate, quiero ver cómo te ves con los tacones.
Lo hago y le pregunto:
--¿Tengo tu aprobación?
Sonríe.
--Claro. Al menos ahora no te ves tan enana.
Le saco la lengua.
--Un metro cincuenta y tantos con mucho orgullo.
Sonríe. El chico parece estar haciendo eso seguidamente.
--¿Listas para irnos?
Ally checa su vestido rojo una vez más antes de asentir.
--Vamos de fiesta.



                                                            



Para mí, resultó de la manera en la que me lo imaginé: Sin conocer a nadie, evitando que me toquen y esquivando a parejas borrachas haciéndolo en público. Para los demás, resultó justo como querían: Diversión. Ally se fue con un chico, Nina con sus amigas y Dan con esa chica cuyo nombre he olvidado.
Me gustaría que Jay estuviera aquí, y como no está, tomo un vaso de whiskey y soda y me subo al techo, lo cual es fácil puesto que es una terraza y hay escaleras. Hay varias sillas y una parrilla, pero en vez de eso me siento en el borde y dejo mis piernas colgar.
Me mensajeo con Jay unos  minutos (Y se burla de mí por ser así de antisocial) cuando escucho una voz debajo.
--¡Se supone que tienes que estarte divirtiendo!
Miro abajo hacia Dan.
--¿De qué hablas? Esto de mirar a las estrellas es una pasada.
Pero Ally tiene razón, es medio aburrido.
Dan va hacia las escaleras y empieza a subirlas, mirándome.
--Se supone que vinimos aquí para que hicieras amigos.
--No necesito amigos. Ya tengo los que quiero.
Levanta la ceja, llegando a mi lado y sentándose enseguida de mí, a una distancia buena.
--¿Segura?
--Enserio.
Levanto el celular y lo agito frente a sus narices para que vea que estoy mensajeándome con alguien.
--De acuerdo. Pero más amigos no te va a matar. ¿Qué bebes?
--Es whiskey con soda. ¿Quieres?
Le tiendo el vaso y lo toma. Mi corazón da un salto porque siento que nuestros dedos rozan, pero me mantengo en calma. Sin embargo, puedo ver que él se da cuenta.
--¿Puedo preguntarte algo?
--ClaroRespondo.
Él toma un poco y luego habla.
--¿Por qué no te gusta que te toquen?
Lo miro fijamente, porque es una pregunta que nadie honestamente se había atrevido a preguntar. Porque creen que soy demasiado frágil y esa porquería.
--Ellos te dijeron lo que pasó, ¿Verdad?
--Sí. Mi mamá estuvo con la tuya cuando estaban buscándote. Maggie… ella pasó un mal tiempo. Todos, de hecho.  Marcus fue el peor, creo. Aunque Nina estaba demasiado destrozada, y Ally no paraba de llorar… Mi punto es que nos volvimos unidos cuando te fuiste. Cuando, la persona con la que estabas… ¿Cuál es su nombre?
--Lauren.
--Sí. Cuando Lauren contactó con ellos y le contó todo lo que había pasado, Maggie se lo dijo a mi mamá, y mi mamá me lo dijo a mí. Sé sobre la tortura, pero aun así no tengo muy en claro… Quiero decir, somos buenas personas. Nunca te lastimaríamos.
--Eso no lo sé.
Levanta una ceja.
--Quiero decir, sé que son buenas personas, pero… No los conozco, ¿Entiendes? Tengo… Tengo miedo de que me hagan daño. Dime que me entiendes.
Suspira y asiente, dándome el vaso.
--Debe apestar estar huyendo todo el tiempo del contacto. ¿No quieres nada de eso? ¿Abrazos y besos y ésas cosas?
--Sí puedo tocar a las personas. Cuando tengo mucho tiempo ahí y confío en ellos, dejo que me toquen. Lauren lo hacía.
Sonríe.
--Entonces hay esperanza, ¿No es cierto?
--Dan, me siento bien de la manera en la que vivo.
El chico me empieza a irritar, es cierto. Tomo un sorbo del vaso y dejo que el olor fuerte del whiskey me inunde.
--No lo sé. No parece una buena manera de vivir. Es sólo… ¿No te gustaría? ¿No temer al contacto?
Suspiro.
--Claro que me gustaría, ¿Vale? Pero es lo que es.
Me mira unos minutos. Esos oscuros ojos concentrándose en mí, encendiendo una chispa de algo en ellos que reconozco como intensidad.
--Tócame.
Mis cejas tocan la raíz de mi cabello.
--¿Disculpa?
--Dices que te da miedo que te toquen porque tienes miedo que te hieran. ¿Pero y si tú me tocas a mí? No podría hacerte daño. Así que tócame.
--Estás loco.
Sonríe. Lo hace ver más sexy.
--Bueno, ya sabía eso. ¿Qué tienes para perder?
--Eh, ¿Mi cordura?
Rueda los ojos.
--Inténtalo.
--¿No tienes que estar con la chica? ¿Lindy?
Se encoje de hombros.
--Tenía novio. Hazlo.
Suspiro y dejo el vaso enseguida de mí.
--Si algo escandaloso pasa, esto va a ser tu culpa.
--Soy un chico bueno.
Me ofrece su mano y siento que mi corazón late descontroladamente en mi pecho. Estiro mis dedos y entonces toco la palma de su mano. Siento rara mi mano así que la retiro e inhalo fuerte.
--No fue tan malo. ¿Quieres intentarlo de nuevo?
Trago saliva y asiento, un poco emocionada, porque… Es cierto. No fue tan malo.
Ésta vez, pongo mi mano completa sobre la suya y juro que casi me desmayo.
--Respira profundoMurmura.
--No puedo creer que esté haciendo estoDigo sin aliento.
Y él sigue sonriendo.
--Puedes manosearme todo lo que quieras.
Reímos juntos mientras mantengo mi mano sobre la suya. Quito mi mano y la pongo sobre su mejilla, aún con el hormigueo en mi cuerpo, pero…  no es tan malo.
--¿Puedo tocarte?
Su pregunta me toma desprevenida.
--Eso sonó muy pervertido, pervertido.
--Sabes a lo que me refiero.
Quito la mano de su mejilla y la entrelazo con mi otra mano en mi regazo.
--Humm… No sé. Está bien.
Levanta su mano y la acerca a mi rostro. Cierro los ojos y espero. Y espero. Y espero más.  Finalmente los abro.
--¡Hazlo ya!
--Liv, no voy a herirte, no pongas esa cara. Relájate. Confía en mí.
--Tienes en cuenta de que te acabo de conocer, ¿Verdad?
Rueda los ojos y vuelve a levantar su mano. Esta vez lo miro mientras lo hace. Él retira el cabello de mi mejilla lentamente y lo pone detrás de mi oreja. Luego baja la mano y toma el vaso.
--¿Fue eso tan malo?
Niego.
--No, no realmente. Pero…
--Sé que me acabas de conocer, o algo así, pero te prometo que nunca te haré daño. Nunca jamás.
Lo miro fijamente, estudiándolo.
--Dan, ¿Tú me conociste? ¿Antes?
--Eso dicen.
--¿A qué te refieres?
Se encoje de hombros mientras toma del vaso.
--Siempre estuve alrededor de ustedes tres, pero soy un chico. Todo eso de no se aceptan niñas y eso. Recuerdo a tres niñas en mi infancia, corriendo por todos lados. Luego recuerdo sólo dos. Sólo tenía diez años cuando te fuiste y no recuerdo mucho… De cualquier manera, no éramos muy unidos. Recuerdo que siempre estabas siguiendo a Nina mientras Ally se peleaba conmigo.
Río y él se une. Mira su reloj.
--Casi es la una y media. Tenemos que irnos, o tu papá me matará por descuidar a sus niñas.
Bufo y él se levanta. Tiende una mano hacia mí y yo dudo.
--Más te vale que cumplas tu promesa.
Me sonríe y yo lentamente pongo mi mano en la suya. Me estremezco cuando aprieta para jalarme, pero cuando estoy de pie me suelta antes de que lo pierda. Se gira para bajar las escaleras.
--¿Dan?
Se vuelve hacia mí y lo sonrío, agradecida.
--Gracias.
Me sonríe de vuelta.
--Cuando quieras.



-Sthep Stronger.