lunes, 23 de junio de 2014

After Jude. Capítulo 11.

Untitled | via Tumblr
After Jude. Capítulo 11.


Señor Morgan, ésta es el final. Esta es la última hoja que escribiré. En parte porque ya he contado todo lo que tenía que decir, y la otra parte es porque creo que he encontrado mi cierre. He comprendido finalmente que realmente se ha ido. Pero aún lo siento en mi piel, y juro que a veces puedo escuchar su risa y por un segundo me elevo hasta el cielo porque creo que aún está aquí.
  Y luego vuelvo a caer.
 Y por eso sé que no va a ser fácil. Y no va a pasar de la noche a la mañana. Necesito trabajar en ello todos los días, aunque sé que es doloroso.
 Porque así es como funcionan las cosas en la vida real:
El chico gay no termina vivo, y la familia no lo termina superando. Los hijos de perra ganan y la chica que cuenta la historia no está muy completa mentalmente. Los malos ganan la batalla y los deseos de la lámpara mágica no pueden arreglar este mundo desmadrado. Las flores se marchitan y los buenos no tienen un final feliz.
 Pero aún creo.
Creo en nosotros.
Creo que no todos son malos que ganan la batalla, y que algunos buenos sí tienen un final feliz, y que la chica que cuenta la historia sobrevive al final.
  Creo en que podemos llegar a ser mejores de lo que alguna vez fuimos.

Camino con el grueso sobre amarillo en donde está impreso mi trabajo, al cual no hay manera en este mundo de que se le llame ensayo. Está impreso porque Morgan dice que le dará un patatús si tiene que pasar tantas horas revisando trabajos frente a la computadora.
  Cuando llego a la clase, todos mis compañeros están dejando los trabajos y retirándose después, justo como Morgan dijo que podíamos hacerlo.
  Y entonces, decido que a la mierda; No escribí esto para una nota, lo escribí por un cierre y ahora que lo tengo, no voy a dejar que un profesor vea cada parte de mi alma. Como si confiase en él.
  A la mierda, a la mierda, a la mierda.
Tal vez voy a tener una materia suspendida, pero no me importa, porque soy libre y feliz.
Finalmente.
Tiro el sobre en el basurero en la esquina de la habitación, a mi lado, y me doy la vuelta. Mensajeo un rato, y una hora después, tengo un café con un chico que está comible.



                                                                  




A las siete en punto, mi trasero está metafóricamente pegado la banca de una iglesia. Cierro los ojos y me imagino a Jude rodando los ojos con pose engreída, señalándome con el dedo y diciendo: “Si en verdad quieres honrarme, deja de desperdiciar tu tiempo en este lugar y pon JUDE ES UN PAPASITO en tu frente. Eso sería más productivo que estas mierdas”
  Cabe mencionar que fue Jude por quién digo tantas malas palabras hoy. De esa manera, el chico sí que me corrompió.
  Sonrío.
--¿Encuentra la misa divertida, señorita Cross?
Me sobresalto y miro a mi lado. El señor Morgan tiene las manos en sus bolsillos y me mira. Sonríe un poco.
--Me asustó. ¿Qué hace aquí?
De repente la pregunta me suena estúpida, porque el tipo es religioso. Duh.
--En tu trabajo dijiste que hoy estarías aquíDice él, encogiéndose de hombrosY como todas las misas siempre son a las siete, pensé en venir y que le encontraría fácil.
  Mi mandíbula cae abierta.
--¿Qué…? ¿Cómo?
--La vi tirar el trabajo. Sé que no es una de sus materias favoritas, pero nunca había no intentado. Así que cuando lo tiró, debo decir que estuve muy sorprendido. Y tal vez no debí leerlo ya que lo tiró por alguna razón, pero debo decir también que estaba más que curioso. Así que lo levanté y lo leí.
  Sigo mirándolo, sin decir nada.
--Y, señorita Cross, la única razón por la cual alguna vez la suspendería es por su lenguajeGiro mi cabeza hacia el padre porque no quiero ver su expresión cuando me diga que está decepcionado de mí-- Aunque tengo que decir que pasé un buen momento leyéndolos. Muy divertida y descarada escritura, me parece. Usted es una listilla, y yo tenía razón: Es imposible que se muerda la lengua. Y es por eso que su trabajo ha obtenido una A.
  Mi cabeza de mueve como un rayo hacia él.
--¿Qué?
--Una AObtienePorque me enseñó algo más que dolor.
--¿Y qué es eso?
--La verdad. Me dijo la verdad.
Nos quedamos mirándonos unos momentos, y luego él sonríe y agrega:
--Aunque su redacción no fue la mejor, me temo. Debería tomar más cursos.
Y ahí está el cabrón.
Sonrío, incluso me río un poco, porque me parecía ya muy extraño.
--Gracias.
Asiente y se levanta silenciosamente.
--Lo siento por su amigo.
Le agradezco y desvío mi mirada hacia el cura.
--¿Le puedo preguntar por qué no lo entregó?
--Pensé que era un asco que usted  supiera más de mí de lo que yo sé de usted. No es un trato justo. De cualquier manera, yo ya había obtenido mi cierre, y ya no necesitaba escribir nunca más.
  Asiente.
--Sí, creo recordar la parte donde me decía eso en el trabajo.
Me sonríe, y se da la vuelta, pero antes de dar un paso mira sobre su hombro y dice:
--Y sus padres se lo pierden. Esos hijos de perras se perdieron de una hija ejemplar. Estoy orgulloso de usted.
  El comentario me paraliza en mi lugar, porque nunca nadie a parte de la madre de Jude me había dicho algo similar. Que soy especial.  Y me gusta pensar eso: Que esos dos perdedores se perdieron de una chica maravillosa a la cual no merecen.

   Y porque él maldijo, por supuesto.
  Ahora no me siento tan enojada con ellos. Siento lástima por ellos, porque nunca llegaron a conocerme. Porque nunca tendrán de mi pastel de calabaza en las navidades ni nadie que cante en la ducha dulces canciones de amor, y nunca tendrán a alguien que los ame con tanta intensidad como yo soy capaz de amar.



--Sthep Stronger.
Pd: Este es mi capítulo favorito :) Espero que les guste tanto como a mí.


2 comentarios: