sábado, 28 de febrero de 2015

Reseña: Even In Paradise, Chelsey Philpot.

Even in Paradise
Reseña: Even In Paradise.
Libro Único.
Chelsey Philpot.

Cuando Julia Buchanan entra a St. Anne al comienzo del tercer año, Charlotte Ryder ya sabe todo sobre la hija del antiguo senador. Muchas personas lo hacen... O creen que sí.
  Charlotte ciertamente nunca esperaba convertirse en la mejor amiga de Julia. Pero inmediatamente, ella es arrastrada al gran mundo de la chica nueva, un mundo de rendezvous* de medianoche, fiestas brillantes, casas-palacio de vacaciones, y  cocteles burbujeantes de champagna. Y luego Charlotte conoce y cae por el hermano mayor de Julia, Sebastian.
  Pero detrás de sonrisas confidentes y brindis para el futuro, Charlotte se da cuenta de que Julia está sufriendo de una tragedia... Una tragedia que los Buchanas han estado escondiendo, hasta ahora.








Even In Paradise no ha sido lo que esperaba. La primera vez que lo vi me dejé llevar por su portada bonita, y pensé que iba a ser una lectura ligera veraniega, y lo creí hasta más o menos la mitad del libro.
  En la primera parte del libro vemos cómo Charlotte es arrastrada al mundo de Julia, quién vive entre fiestas y veranos en su isla, y cómo Charlotte va dejando todo atrás para adaptarse a ella. Razón por la cual estaba segura de que iba a restar estrellas a esta historia, pero sin embargo es sólo la primera parte. Mientras mas leía más me daba cuenta de cómo Charlie (como la llama Julia) se apegaba  a la familia de esta, y eso la hacía sentirse parte de algo, pero también sentía la responsabilidad que ponían en sus hombros de tener que cuidar de Julia.
   Julia no se me hacía nada en especial más que una niña rica e imprudente, pero no fue hasta que mostró una cierta debilidad cuando la vi como un personaje real. Y comprendí que sea lo que sea, ellas funcionaban juntas como mejores amigas, pero si había algo que Charlie tenía que aprender es acerca de cómo Julia era tan brillante y tan rota al mismo tiempo, y cómo ella misma podía estarlo también... incluso en el paraíso. 

   Sé que Even In Paradise es una historia simple y corta, y lo fue por la mitad del libro, pero Charlie y Julia han roto mi corazón al contar una historia de cómo es posible escondernos detrás de fachadas, irnos sin realmente irnos y de encontrarse a sí mismos fuera del paraíso, donde corremos el riesgo de que tal vez no nos podremos encontrar el uno al otro.



-Sthep.

lunes, 9 de febrero de 2015

Broken Dolls. Epílogo.



Ocho años después, nunca obtuve el apellido Sullivan. No por el año en rehabilitación, que fue muy duro para todos, o todos los años que pasé estudiando medicina, sino por el anillo en mi dedo; Estando en mi último año de medicina, no hace mucho, encontré a Chris en mi dormitorio. Él estaba mirando el techo, esperando por mí. Cuando cerré la puerta y me recosté sobre él, poniendo mi barbilla en su pecho… él sonrío. Pero era diferente, porque no tenía la misma chispa de siempre. Esta era de esperanza. Era como mirar la mía después de salir de rehabilitación. Era la sonrisa del principio de algo.
  Y dijo:
--Eh, Barbie. Cásate conmigo.
  Fue cuando me caí de la cama. Me puse en mis rodillas enfrente de la cama de inmediato, mirando a Chris.
--¿Qué?
--¡Cásate conmigo!
--No lo dices enserio.
--Claro que lo digo enserio. Como un ataque al corazón.
--¡Es ridículo!
--Ridículo es comprar ropa por internet una talla más pequeña que la tuya.
--¡Eh, que yo pensé que iba a bajar los kilos de navidad, perdedor!
--¿Por qué no se te ocurrió comprarlo después de que de hecho los bajaras? Ese vestido estuvo colgado en tu armario seis mesesSonrió evilmente y a la vez con ternura. Es un tonto, pero un tonto al que amo.
--¡No fueron seis meses! ¡Dios! ¿Por qué tienes que recordarme mis desgracias? ¿Sabes cuánto amaba ese vestido?
--¿Por qué tienes que discutir conmigo cuando te propongo matrimonio? Ya nada se respeta en estos tiempos.

--¡Pero si eres tú quien se está peleando conmigo! ¡Me dijiste gorda!
--Amor, yo no te llamé gorda.
--¡Claro que sí! ¿Por qué me pides matrimonio de esta manera?
--Lo siento, Barbie. ¿Entonces te casas conmigo?
--Sí, idiota. ¿Al menos me compraste un anillo?
--¿Y yo por qué te pediría matrimonio sin un anillo?
--Porque se te ocurre cada idiotez...
Sonrió y sacó una cajita negra de su chaqueta. 
--Te amo, Fall.
--Yo también te amo. Y quiero una casa cerca de los Sullivan. Y que sea de un piso, no quiero andar subiendo y bajando.
 Suspiró, mirando al techo, como una plegaria silenciosa. Pero sonrió.
--Y así es como empieza...
--Cállate y bésame.
--Okay.
   Así que no; nunca obtuve el apellido de mi hermano porque obtuve el de mi novio. Y aún así, los Sullivan nunca han sido otra cosa más que mi familia. Y a través de los años he aprendido a amarlos de la misma manera en la que ellos me aman a mí.
 Kiki tiene diecinueve años ahora. Y no se parece Macey en lo absoluto, pero cada vez que la veo pienso en ella. Tendría la misma edad.
  Mis intentos todos estos años fueron en vano. Los años pasaron y mis manos estaban llenas de tinta, pero nunca oí de ella. Chris me dijo que tal vez debía dejarla ir. Liv intentó decirlo también, de una manera dulce y delicada, pero no le fue mejor que a Chris. Eso fue hace ya tiempo atrás. Años, en verdad.  Pero fue hace dos  veranos cuando finalmente la dejé ir. 
Fue en medio de una carta. Estaba a la mitad de escribir la palabra Universidad  cuando mi mano se detuvo de repente. Y supe.
  Observé la carta fijamente por un momento antes de hacerla una bola y tirarla a la basura.
  Y eso fue todo. A veces creo que es muy curioso con cuanta rápidez el conocimiento llega a nuestras vidas. Y una vez que sabes algo, ya no puedes dejar de saberlo. Y yo no pude dejar de saber que ella nunca iba a volver a mí.
Así que... supongo que era algo que tenía que hacer.
  Mi teléfono suena. Es Susie.
--Hola, Susie.
--Hola, bebé. ¿Estás ocupada?
--No realmente. Me dieron una hora para ir a comer. ¿Por qué?
--Tus hermanos se han estado quejando quejando de que nunca vienes He llamado a todos, y estarán aquí. Sé que tienes el tiempo contado, pero incluso Nate y los niños van a estar aquí, así que... 
 Checo mi reloj.
--Claro. No los he visto desde navidad.
--Sé que te he dicho esto antes, Fall, pero el trabajo no es todo. Así que ven a casa.
Sonrío.
--De acuerdo.
  Cuando llego a casa, miro hacia la casa de enseguida, donde en algún momento viví ahí con Holly y Angelo. Fue hace tanto tiempo que las imagenes se han difuminado un poco. Ahora la casa está habitada por una familia de cinco que nunca sabrán sobre las chicas rotas que gritaban en esas habitaciones.
  Maddie, de veintitres años, abre la puerta y se hecha en mis brazos.
--¡Fallon!
Río.
--Hola, Mad.
 Dentro veo a los gemelos correteando. Tienen tres años, pero son imparables. Tienen el mismo cabello rojo que Nate, de ese bonito rojo castaño. Cuando me ven saltan a mis brazos, y Bethany, su madre, les pide que me dejen respirar. Pero yo quiero a los niños ya así que no me importa. El nombre de ella es Atumn*, y el de él, Ethan. Cuando los gemelos nacieron, ellos estaban agarrados de la mano, y Nate juró que éramos nosotros dos, a pesar de que no nacimos al mismo tiempo. Así que llevan nuestro nombre... casi*.
  Nate viene a saludarme, envolviéndome en un abrazo como si no nos hubiéramos visto en mucho tiempo, aunque nos vemos para desayunar todos los sábados, a pesar de nuestras vidas ocupadas.
--¿Dónde dejaste al chico, uh?
--Trabajando.
 Chris se ha convertido en el nuevo director de la CIA. Lucy no quería el trabajo, después de un tiempo. Así que entrenó a su hijo para ello. Ahora Lucy está en un crucero que se dirige a todas partes del mundo. Nos manda una postal de vez en cuando que se acumulan en el refrigerador de nuestra casa.
 Me siento en la mesa después de saludar a mi extensa familia, enseguida de Luke y su esposa embarazada. Ambas charlamos sobre el bebé en camino y sobre el bebé Ryan, que ahora tiene doce años y no es un bebé, pero los viejos hábitos no son fáciles de matar. Él escogió el nombre de la bebé: Hazel.
 La puerta suena, pero todos dicen "Yo no!"  mientras yo mastico pollo. Me miran evilmente y yo suspiro.
 Los tacones suenan sobre la madera mientras el timbre suena persistentemente. Es una casa grande y es difícil llegar a la puerta antes de que termine el timbre, por lo que suena varias veces.
--¡Ya voy!
Abro la puerta rápido  antes de que vuelvan a tocar el timbre, y del otro lado hay una chica. Debe de estar en sus tempranos veintes, con cabello rojo y...
 Sus ojos se clavan en los míos por primera vez, y siento como que me han sacado el tapete debajo de mis pies.
 Macey.
Sus ojos grandes y azules me estudian fijamente. Yo no puedo respirar. Escucho que dicen mi nombre a mi espalda, pero suena como un sonido lejano.
 Ella da un paso hacia mí. Con sus dos manos, sostiene una de mis cartas contra su pecho, apretando fuerte. No dejando ir. No dejando ir en absoluto.


Fin.
*Fall y Autumn significa Otoño.

jueves, 5 de febrero de 2015

Broken Dolls. Capítulo 22. Final.

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Final.

Mis manos y uñas están llenas de tinta.  Sé que Atsuko me  va meter la bronca cuando las vea porque las pintó la noche anterior, pero de alguna manera lo que estoy haciendo es más importante, incluso cuando sé que no llegará a nada.
  Siempre seré el monstruo debajo de la cama de Macey.
La doctora dijo que este es mi último día en el hospital, finalmente. He tenido cerca de un mes aquí, no sólo por la bala sino por deshidratación y una costilla rota. Además, la operación para remover la bala me trajo una infección que amenazó con mi vida, el muy desgraciado. Pero estoy aquí al final.
 Cierro el sobre con saliva y escribo la dirección de mi antiguo hogar. A mi hermana falsa con mis padres falsos. Ya no tienen mi custodia, desde que ya tengo dieciocho. Diecinueve, la próxima semana. Y los Sullivan quieren adoptarme: Susie y Dexter vinieron a mi habitación el día después de que desperté y me preguntaron si quería ser parte de la familia. Aseguraron que siempre seré familia ahora, adoptada o no, pero querían hacerlo oficial. Y yo no pude responder. No porque no quiero ser parte de los Sullivan, parte de Nate, porque sí quiero. ¿Pero a qué se tienen que enfrentar? ¿A mí despertándome a las cinco de la mañana gritando por la muerte imaginaria de mi hermana menor? ¿Qué me desmaye cuando hundo la cabeza en la tina para callar los gritos de terror de Macey? ¿O los días y noches sin dormir, caminando alrededor como un zombie?
  Todavía estoy loca. A veces puedo verla en el espejo, mirándome de regreso, guiñándome un ojo. A veces puedo ver el cabello de Macey brillar con la luz del sol, o la sangre en mis manos, o a Holly sentada en el pie de mi cama. Y nuca puedo decir si es verdad hasta que ha terminado y la vida real me sacude.
  Así que fui incapaz de darles una respuesta. Me dijeron que estaba bien, que podía pensar sobre ello. Dijeron que sólo era papel. Pero no es papel para mí. Es importante. Y quiero ser digna de ello. De ellos.
  Y no supe cómo hasta que Lucy entró a mi habitación de hospital un día, cuando Maddie se disculpaba de nuevo, como lo había hecho tantas veces ya. Había dos hombres detrás de ella con miradas serias y me asustaron. Nate, quien estaba cerca, se dio cuenta y me sostuvo cuando intenté huir. Cuando logré calmarme Lucy me convenció de que no trataba de asustarme, pero que tenía una noticia que darme.
   Me dijo que soy rica.
Mis padres (mis verdaderos padres) no habían terminado la operación que una vez me prometieron, pero ellos habían logrado hacer tantas otras cosas las cuales patentaron. Y su testamento decía que todo iba hacia Nate y a mí. No podía dárnoslos mientras John siguiera vivo y no mientras no supiéramos la verdad, pero ahora lo hacemos, y podemos aceptarlo sin preguntas de dónde salió.
  Cuando sus hombres, que resultaron ser abogados, me enseñaron los papeles, supe qué tenía que hacer. Nate y Chris discutieron conmigo cuando les conté, y ambos intentaron hacerme cambiar de opinión, pero no lo haría. Supongo que no tuvieron más que tragárselo.
  Cuando salga de este hospital iré a una clínica-rehabilitación-cosa. Lauren habló con sus amigos doctores y la recomendaron, así que… iré. A los chicos no les gustó el hecho de que las primeras semanas no te dejan tener contacto con el mundo exterior. Y por primera vez, no me molesta, porque mi cerebro anhela apagarse más que nada. Sé que los extrañaré a todos como loca, pero también sé que esto es parte de merecerlos.
  Nate, de todas las personas, no se lo tomó muy bien. No podía entender por qué  me alejaría cuando tengo una familia aquí, cuando me acababa de encontrar. Intenté explicárselo, intenté decirle que no sólo tenía sólo que ser suficientemente buena para ellos, sino para mí. Le dije que por primera vez, necesitaba hacer esto sola.
  Porque lo hago.
Maddie vino llorando a mi habitación, preguntándome si no quería ser una Sullivan por ella. Le aseguré que no era eso, pero la pobre niña no dejaba de llorar. Incluso Luke, Rob y Thiago intentaron hacerme entrar en razón. No fue siempre así al principio con ellos; Me aceptaban en la familia porque Nate me quería, pero de otra manera no creo que me hubieran querido en su familia. Las cosas cambiaron en algún lugar en el mes que llevo aquí: Nos hemos vuelto un poco más cercanos, y siempre que actuamos como cómplices sé que es la manera en la que sería.
   Pero siento que nunca he querido nada más en este mundo que marcharme. O al menos, por un pequeño tiempo.
  Sé que estoy lista.
Intento calmar a mi nueva familia, diciendo que no será por siempre, pero… Quiero ir a la universidad. Empezó como un pequeño pensamiento que cruzó por mi mente en punto tres segundos, pero creció y desde entonces me encuentro a mí misma pensando sobre ello cada vez. Y si voy a la universidad, significa cuatro años viviendo en un campus, posiblemente lejos de los Sullivan. No he tenido el coraje de mirar a mi hermano a la cara y decírselo, pero se lo he mencionado a Susie y Dexter, y aunque estaban un poco apagados, aceptaron. Pero debido a Nate, dejaré pasar un tiempo antes de que eso pase.
   Me levanto y dejo la carta en la mesilla al otro lado del sofá que está enseguida de mi cama para no arrugarlo. Los chicos me hacen el favor de llevarlas a la oficina postal, a veces Luke (quien gracias a dios ha dejado de coquetear conmigo) o a veces Olivia. Todos han estado presentes todo este tiempo, y eso me hace sentirme infinitamente agradecida. Me hace reafirmar mi decisión.
   No soy estúpida. Mi hermana tiene la edad de Kiki, y sé que mis padres/tíos han estado ocultándole las cartas. Sé también que probablemente se han deshecho de ellas y que nunca las leerá. Pero también sé que llegará un día en el que sea lo suficientemente mayor para hacer preguntas sobre su hermana y ver las cartas llegando en el correo. Se preguntará dónde está el resto y me escribirá de vuelta.
  O al menos es lo que espero. Tomará años para saber si ha funcionado o no, si vale la pena, pero tomaré el riesgo. Lo tomaré todos los días.
  La puerta se abre y Liv asoma su cabeza.
--¿Lista, dormilona?Sonríe.
  He encontrado una amiga en ella en este tiempo. Al principio me sentía abrumada y emocionada de que quisiera estar conmigo, pero me he dado cuenta de que tal vez ella me necesitaba tanto a mí como yo a ella.
--Claro. Estoy lista para que el mundo se enfrente a esta belleza.
Liv se ríe, sentándose en la camilla junto a mí.
--¿Dónde está tu perro guardián, eh?
Rueda los ojos, pero puedo ver amor detrás de ello.
--Lo he convencido de que puedo entrar en una habitación sin ser dañada. Está asaltando la maquina vendedora.
 Reímos juntas hasta que Chris entra y besa mi frente.
--¿Conspirando?
--¡Siempre!
Sonríe una vez más y toma de mi mano, haciéndome bajar de la camilla.
--Es hora de irnos, Fall.
--¿Dónde está Nate?
Me he acostumbrado a sólo llamarlo Nate. Es quien es ahora, y Ethan ha quedado muy lejos. Él estaba asustado y sólo, pero Nate tiene una familia enorme que lo ama más que a nada, y… me tiene a  mí.
--Atacando la máquina afuera con Dan. Dexter y Susie están haciendo el papeleo afuera.
  Liv y Dan me ayudan a cargar las pocas cosas personales que tenía aquí, pero soy yo quien toma la carta y la estrujo contra mi pecho. Al salir del hospital con ella aún contra mí, respiro el aire fresco de la mañana notando algo diferente en él. Me parece que me limpia.
  Me parece que, quien sea que yo haya sido antes, termina aquí. Para siempre.


--Sthep Stronger.
(Aún falta un epilogo...:D )

domingo, 1 de febrero de 2015

Broken Dolls. Capítulo 21.

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Broken Dolls. Capítulo 21.


Nunca he sido realmente buena corriendo. Bien: Nunca he sido buena en absoluto en moverme. Solía ser una cara bonita, lo admitiré. Eso fue antes de que todo se fuera al carajo, y ahora parece que corro más por mi vida que lo que me quedo en un lugar. He ganado práctica con el tiempo: Tengo más resistencia, soy más rápida… Pero cuando tienes una bala en el brazo, supongo que las cosas cambian. Las cosas cambian mucho. El dolor me hace ver borroso. Mi brazo duele, pero subiendo hacia mi hombro y por mi espalda, estoy empezando a perder el tacto. Los siento entumido. Es difícil poner a funcionar todo tu cuerpo cuando no lo sientes.
--¡Fallon!Me apresura Lucy, corriendo a mi lado, disparando a cada diestra y siniestra. Le advertiría sobre ello, pero el universo sabe que no soy la persona indicada en ninguna manera. Ya no, al menos.
  No me arrepiento. Y sé que no lo haré mañana, ni el día siguiente, ni el siguiente a ese. Pienso en Nate. En Chris. En todos ellos. Y sé que voy a salvarlos. Es el pensamiento que me dejará dormir el resto de mi vida: Que hice las cosas que hice para poder salvarlos. Y lo haré. No será en vano.
  Pero realmente hay algo mal con mi cuerpo. Caigo a un costado antes de que Lucy me levante y me obligue a seguir caminando, pero en todo este tiempo no despego el arma de la cabeza de John, quien se arrastra con nosotras.
La habitación de Nate está al final del pasillo. Parece a un millón de años luz, pero finalmente llegamos… a una cajita negra que lee la huella digital. Lucy sacude a su hermano mayor, ordenándole que ponga su dedo. Se reúsa, pero la  palabra mágica lo hace reaccionar:
--Holly.
  Es difícil. John ha perdido a su hija muchas veces, y justo cuando estaba en sus palmas… La vuelve a perder. Para siempre, esta vez. Y es difícil para mí también, porque ahora no puedo ir a ninguna clínica para encontrarla. No encontraré ninguna melena roja salvaje, no escucharé sus bromas oscuras, y no me aseguraré de que esté bien en las noches, cuando empiece a perder la compostura, cuando sus ojos se nublen con la locura.
  Igual que John, la he perdido para siempre. Y su nombre también me hace temblar.
La puerta se abre, mostrando a Nate asomándose, cauteloso. Al ver la escena que tenemos, sus ojos se ensanchan y van de mí a John y Lucy, y de ellos de vuelta hacia mí. Decide dejar de mirarlos a ellos para enfocarse en mí. Salta hacia delante para sostenerme en sus brazos. Lo dejo por unos segundos, pero sé que tiene que terminar ahora.
--Fallon…
--¡Nate! ¡Tenemos que irnos, ya!
--¿Pero ellos…?Mira a los hermanos Carmichael, inseguro.
--Larga historia. Tienes que confiar en mí. ¡Ahora!
 Me mira unos segundos para finalmente asentir. Me doy la vuelta para marchar, pero voy de lado de nuevo.
--¡Sangras! ¡Fallon…!
--Un disparoEscupo--¡Sobreviviré! ¡Muévete! ¡Tenemos que ir a buscar a Chris y Lauren! ¡A Angelo!
Nate me toma en sus brazos en un segundo, y antes de saberlo, sigue a Lucy conmigo. La adrenalina en mis venas me dice que tengo que correr por mí misma, pero mi estado demacrado se lo agradece.
  Pienso en Olivia. La cosa más rara. Ahora mismo estoy medio muriendo, mi hermano secreto ya no tan secreto corre para salvarnos, el chico que es mi amigo o algo así está a punto de ser salvado o no… Pero pienso en Olivia Carrington. Pienso en que alguna vez fue como yo: Sola, perdida y asustada. Y pienso en ella sin Lauren, si no puedo salvarla. Es como pensar en mí sin Holly. Y decido que no estoy haciendo esto solo por mi salud mental o la de Lucy, sino por Olivia. Porque aunque no estoy segura de que yo tenga una oportunidad como ella lo tuvo, me veo en ella, y quiero lo mejor. No quiero que sienta lo que es perder a Lauren.
  Me doy cuenta de que hay mucho, mucho más en juego, y eso me asusta.
Lloro por Olivia.
--¿Cuál es el plan?Grita Nate mientras corremos. O él corre.
Detalles.
--Impedimos que un avión salga de aquí. Salvamos a todos. Final felizDice Lucy, sin aliento.
--¿Ellos están en ese avión?
--Contesto.
  Pierdo sangre. No quiero sonar quejica, pero lo estoy diciendo: Estoy perdiendo mucha sangre. Veo en los brazos de mi hermano cómo se derrama desde sus antebrazos, pasando por sus pantalones de algodón y directo hasta sus zapatos.
  Mis ojos son muy pesados…
Nate me sacude.
--¡No te atrevas a dormirte! ¿Me escuchas? ¡Soy el mayor, tienes que obedecerme!
  Intento sonreírle para que no se sienta tan paniqueado, pero siento que mi boca se resbala. Esto definitivamente no va…
  El sonido de disparos llena el aire.
Sip, no va bien.
Me desvanezco un poco, y cuando vuelvo a abrirlos hay un avión en mi vista. Ya no estamos dentro de un edificio, sino en el exterior. Veo como Lucy amenaza a todo el personal alrededor de dispararle a su jefe si no se quitan del camino. Estoy empezando a admirar a esta mujer, realmente.
Nate me deja en el suelo, y cuando miro de nuevo, John corre hacia las escaleras del avión y Lucy está herida. Nate golpea a unas personas para que tiren el arma. No creo que sepa disparar una, y espero que nunca aprenda.  Noto el frío y pesado metal en mi mano, entonces sé qué hay que hacer. 

 Intento levantar el arma, pero mi cuerpo no me responde. Cierro los ojos por lo que me parece dos segundos, pero cuando los vuelvo a abrir el avión se prepara para volar y nadie puede detenerlo.
  Levanto mi brazo, de alguna manera. Disparo. Lo hago muchas veces hasta alcanzar las hélices... o algo. No sé absolutamente nada acerca de aviones. Y no estoy segura si el avión se detiene porque he disparado bien o porque el piloto siente que hay algo mal. Dudo que sea la primera, pero nada sobre mí me sorprende en estos días.
 Vuelvo a cerrar los ojos. Cuando los vuelvo a abrir... ¿Olivia? 
 Me alejo de la escena debido a los brazos desconocidos que me llevan, pero puedo ver hacia atrás a una Olivia Carrington asustada en los brazos de una Lauren enojada. Furiosa es la palabra,más bien. Veo a Chris... ¿Chris? ¿Signigica que lo hice bien? Él toma a su madre en los brazos, gritándole algo. No sé qué es. Mi mente se nubla, se entumece, pero estoy segura que le pide que no se vaya. ¿Lucy está muriendo? Sé que está herida, pero...
  Siento que hay mucho zumbido en mi cabeza. Miro hacia la persona que me tiene en sus brazos y encuentro los ojos de Angelo mirándome... Angelo.
  ¿Entonces dónde está Nate?
Mi primer pensamiento era que él me tenía, pero... Me sacudo en los brazos de Angelo e intento soltarme para mirar atrás, para encontrar alguna señal de mi hermano perdido y encontrado, pero él no me deja.
--¡Fallon, Fallon! ¡Tenemos que sacarte de aquí!
--¡Nate!--Logro decir, de alguna manera.
--¡Nate está bien, Nate... Déjate de mover! Él está con su familia. Están sacándolo de aquí. Está a salvo.
¿Su familia?
¿Qué?
--¿Qué? ¿Creías que tus pequeños disparos habían derrumbado el avión? Fueron sus padres. Vinieron a rescatarlo. Ahora deja de moverte porque es difícil caminar contigo en brazos cuando estás retorciéndote. Además, no...
  Y luego se detiene. Sus brazos se debilitan y me dejan caer. Mi cuerpo emite un sonido sordo al golpear el suelo y a mis pulmones le cortan la respiración, pero no parece importar mucho cuando los ojos grandes y alterados de Angelo miran los míos por unos segundos en los que no se mueve o dice nada... y luego cae.
  Su cuerpo cae sobre el mío, y no puedo respirar. Mi sangre me llena la ropa incluso más... hasta que me doy cuenta de que no es mía. Estoy sangrando, claro, pero no es mía. Es de  Angelo. Porque ha sido disparado.
 Lo empujo fuera de mí y me siento a su lado. Sus ojos vacíos me devuelven la mirada, sin vida. No me reconocen: Me atraviesan, como si no estuviera ahí, como si nunca me hubiese conocido. Pero es al revés:Es él quien no está. Es él quien se ha ido.
  Alguien no deja de gritar. Mi garganta duele, y es de la manera en la que me doy cuenta de que soy yo. Pensé que después de todo lo que he visto ya no podía entrar en este especie de pánico, pero me sorprendo cada vez. Y Nate, él viene a salvarme cada vez, también.
  Sus brazos me envuelven y me aleja, pero pataleo. No sé por qué. No sé para qué importa ahora. Miro hacia atrás, y veo a John Carmichael sosteniendo el arma, su rostro de piedra.
  Y sé que voy a dispararle, en ese entonces. Sé que voy a hacerlo, y sé que a partir de este día seré una asesina por el resto de mi vida. Y lo era antes incluso de pensar ponerle una bala en el cerebro, por todas esas personas allá afuera, la diferencia es que no lo lamentaré en el futuro cuando mire atrás. No sentiré ninguna clase de remordimiento. Tal vez incluso me alimente del recuerdo algunas veces para poder sobrevivir. Si vivo.
  Pero no tengo que hacerlo. No es porque no quiera o porque no tengo la oportunidad, porque el arma yace en mis manos y me puedo imaginar a mí misma levntando el arma, acabando con todo. Es sólo que alguien más se adelanta. Ese alguien siendo Lucy. Lucy, la persona que siente tanta rabia hacia él como yo, y posiblemente más.
  Al igual que Angelo, John también cae. Primero parece que no ha sido disparado, pero entonces cae en sus rodillas y me mira. El arma está en su pierna, puedo ver. No va a morir, a menos que tenga una infección o algún asunto médico parecido. Pero no lo hará. Lucy ha sio inteligente: Prometió que él nunca vería a su hija, y si nostras podemos hacer algo al respecto, él nunca lo hará.
  Me levanto como puedo. Chris suelta a su madre y cojea hacia mí, al igual que Nate, pero los aparto, caminando hacia John. Me inclino.
--Incluso si murieras--Susurro--Nunca la verías. No sé si hay algún cielo, pero si lo hay, ella está ahí. Tú irías directamente al infierno. Excepto que no lo harás. Te quedarás en esta vida, vivo. Ese será tu castigo.
  Disparo a su brazo para que pueda sentir mi dolor físico antes de que Chris me quite la pistola y la arroje lejos. Parece bastante enojado. No conmigo, lo sé, sino con esta situación de mierda.
  No sé qué va a pasar ahora que John a muerto, pero sé que algo ha cambiado ahora.
  Lentamente, todas las personas rodeamos el cuerpo medio vivo de John. O a mí, más bien. Supongo que luzco maniaca. Y siempre lo seré, de alguna manera. Incluso si pudiera alejarme de problemas y vivir una vida tranquila para que la enfermedad muriera como me dijo el doctor francés que Lauren me presentó... Sé que esto me seguirá para siempre.
  Mirando a las personas alrededor, me doy cuenta de que son todas caras familiares. El resto de las personas en el edificio ( o al menos en esta parte) han evacuado la zona. Deteniéndome a mirar a las personas, me doy cuenta de que efectivamente Susie y Dexter están aquí, al igual que Olivia Carrington. Me confunde: Sabía que Lauren había sido tomada junto con nosotros, pero... ¿Qué hace ella aquí?
  Se lo pregunto.
  Sus ojos tienen una chispa de locura y salvajismo, pero no como los míos o los de Holly. Los suyos son pasajero, bastante... efímero. Su ropa está hecha giras también, y luce incluso más pequeña desde la última vez que la vi. Pero sé que no es algo físico: Nunca la he visto lucir tan... ¿Frágil?
--Me fui a dormir una noche y lo último que supe es que estaba siendo drogada y tomada... De nuevo. Excepto por la parte de drogada, pero... Bueno. Desperté en este sitio. Al parecer, él quería matarme también.
--¿Por qué?
--Quién sabe. Tal vez porque escapé de sus manos. O porque tenía a Lauren y pensó que matarme sería buena razón para torturarla. O ambos.
--O ambos--Repito, antes de deslizarme a un lado. Veo movimiento rápido, entonces hay brazos voladores que luchan para sostenerme. Pero caigo.
  Los miro desde abajo hasta que sus rostros se vuelven una mancha borrosa y no tengo más remedio que cerrar los ojos y darme por vencida.







                                                                                  --------              



Primero soy consciente de mis dedos. Sé que suena extraño, pero es la verdad. Lo primero que siento son sábanas frescas bajo las yemas de mis dedos, y sólo  puedo pensar en pasar mis manos por ella, pero no puedo encontrar la fuerza para moverme. Luego empiezo a ser consciente de mi alrededor: El sonido bip de una máquina que reconozco por experiencia, el olor a desinfectante, el sentir de la morfina por mi cuerpo.
  Estoy en una jodido hospital una jodida vez más, carajo.
Debería estar feliz de haberlo logrado, pero siento amargada por tener que estar de nuevo en un hospital. No quiero volver a ver uno en mi vida.
--¿Fallon?
Abro mis ojos. Parpadeo unas cuantas veces hasta que las sombras se desvaneces un poco y el rostro de Olivia es más o menos claro frente a mis ojos.
 Intento decir su nombre, pero mi voz es pastosa y sin sentido.
--Está bien--Dice ella--Estás bien. No necesitas hablar. Tal vez tengamos que llamar al doctor antes, ¿Te parece?
  En el sofá veo a Dan, su novio, tendido. Duerme profundamente, y me pregunto por qué él está aquí y no Nate... o Chris. Llámame cursi.
--¿Qué pasa con él?--Le pregunto entre susurros.
Olivia mira hacia él y sonríe un poco.
--Hummm... Cuando finalmente regresé a casa ellos tenían una búsqueda completa sobre mí. Mi familia... estaban devastados. Y Dan puede ser un poco... intenso. Y sobre protector. Cuando me tomaron de nuevo  acababa de estar conmigo y supongo que se sintió responsable. Bueno, estoy segura. Él siempre se siente responsable. Estaba como paranóico y ahora no quiere respirar otro aire que el que yo respiro.
  Sonrio.
--Ustedes son dulces.
Ríe un poco. Se levanta de la silla en la que está sentada enseguida de mi camilla y empuja un botón que se pone rojo al instante. Sé que es el botón de la enfermera.
--Bueno, gracias. Aunque el romántico es definitivamente él--Hace una pausa--Él es... especial.
Sonrío. 

--Piensas en Chris, ¿No?
--¿Qué?--Me río nerviosamente.
--Si hay algo de lo que me he dado cuenta en estas últimas dos semanas es que él te quiere. Y creo que es bastante genial. Entonces pensé que no había manera de que tú no pensaras eso también.
--Nosotros... Espera. ¿Dos semanas? ¿He estado aquí dos semanas?
Asiente.
--Sí. Fallon, le has dado a tu familia un buen susto.
--No tengo familia--Murmuro--Sólo a Nate. Y no sé dónde está. Con su familia, supongo.
Frunce el ceño.
--Pero... ¿Qué? ¿Tiene los mismos padres...?
Sonrío.
--No. Ambos fuimos adoptados, y...
 ¿Qué va a ser de mí ahora?
Me apago.
--Fallon--Ella me dice, seria--He convencido no sólo a Chris y a Nate que se fueran a comer algo y a ducharse después de horas aquí sin ducharse, sino también a la familia Sullivan quienes tampoco se han movido de este lugar desde que has estado aquí. Y me refiero a toda la tropa. Con todo y bebé.
  Parece que algo de mi pecho se desata e ilumina. Esperanza, tal vez.
--¿Los Sullivan? ¿Están aquí?
--Igual que mi familia. Lauren ha estado comiéndose las uñas. Y Lucy se pasa por aquí un rato todos los días. Está ocupada ahora: Ha tomado el puesto de John. Ahora ella es directora.
  Eso me sorprende. Nunca me había parado a preguntar qué iba a pasar con el puesto después de John, ni con la posición de Lucy en la CIA. Pero mirándolo ahora, creo que es una buena desición. Quiero decir, no confío ni conozco en la mujer, pero con lo que sé hasta ahora sé que va a ser un mejor trabajo que John. Porque ella tiene algo que su hermano no: Humanidad.
--No lo puedo creer.
Asiente.
--Lo sé. Esperemos ahora que el resto de nostras...muñecas rotas... podamos tener una mejor vida.
  Le sonrío al usar el término que una vez usé para referirnos a nosotras.
--¿Crees que siempre estaremos rotas?
--Con cicatrices, sí. Rotas, no. La vida es buena. Y sé que algún día lo mirarás de esa manera.
  Olivia me pasa el vaso con agua en la mesilla y me pone un popote.
--Gracias, Olivia.
Me sonríe.
--Mis amigos me llaman Liv.
      Cuando despierto de nuevo después de mi plática con Liv, ella ya ha marcado a todos y ellos están afuera esperando en el pasillo. Puedo verlos por la ventana, y me asombro. Miro a una Maddie nerviosa y una Atsuko cansada. Miro al resto de ellos, y sé que ellos me miran a mí, porque se pegan a la ventana con ojos anhelantes. Maddie explota en lágrimas. Eso llama la atención de Nate, quien también se pone directamente detrás del cristal y pone una mano sobre él.
  Me pregunto por qué no está aquí hasta que veo movimiento con la esquina de mi ojo en la habitación. Es Chris. Tiene ojeras bajo sus ojos, pero me mira con... amor.
Amor.
--Hey, Fall.
   Tal vez es por el sobrenombre, pero al igual que Maddie, exploto en lágrimas. Él me acurruca contra sí y acaricia mi cabello, besando mi sien.
--Se ha terminado, Fall. Este es el fin. Se ha terminado.
 No puedo dejar de chillar y de repetir su nombre incontables veces. Besa mi frente, mi nariz, mis mejillas. Limpia mis lágrimas con sus pulgares, y me derrito.
--Te quiero.
  He sido yo. He sido yo y no me puedo creer que mi filtro no está funcionando.
Pero él sonríe.
--Te quiero también. Barbie.Reímos juntos, y se siente como el paraíso.
--Perdedor.
--Cabeza hueca.
--Debilucho.
--Plástica.
  Nos besamos. Lo hacemos como si no hubiera mañana, y sé que sí lo hay. Hoy sé que voy a sobrevivir.
  Cuando miro a la ventana, veo a Ally, la hermana de Liv, comiendo palomitas mientras nos ve. Sonríe y levanta uno de sus pulgares hacia nosotros.




-Sthep Stronger.